Capítulo 27
- Chantaje a mi puta perra I
- Chantaje a mi puta perra II
- Chantaje a mi puta perra III
- Chantaje a mi puta perra IV
- Chantaje a mi puta perra V
- Chantaje a mi puta perra VI
- Chantaje a mi puta perra VII
- Chantaje a mi puta perra VIII
- Chantaje a mi puta perra IX
- Chantaje a mi puta perra X
- Chantaje a mi puta perra XI
- Chantaje a mi puta perra XII
- Chantaje a mi puta perra XIII
- Chantaje a mi puta perra XIV
- Chantaje a mi puta perra XV
- Chantaje a mi puta perra XVI
- Chantaje a mi puta perra XVII
- Chantaje a mi puta perra XVIII
- Chantaje a mi puta perra XIX
- Chantaje a mi puta perra XX
- Chantaje a mi puta perra XXI
- Chantaje a mi puta perra XXII
- Chantaje a mi puta perra XXII
- Chantaje a mi puta perra XXIII
- Chantaje a mi puta perra XXIV
- Chantaje a mi puta perra XXV
- Chantaje a mi puta perra XXVI
- Chantaje a mi puta perra XXVII
-Quítate el vestido PERRA.
Se lo quitó y sin que se lo pidiera se puso de rodillas y a cuatro patas me siguió hasta la puerta ya entreabierta de la habitación, que empujé y entré, viendo a Clara y a Carlos de rodillas…
Así terminó el último capítulo…
Al verme entrar, primero sonrieron, y después no pudieron evitar una cara de sorpresa al ver cómo tras de mí lo hizo Ji-woo a cuatro patas con el vestido en la boca, que dejó caer al suelo nada más entrar.
-Clara. -Buenos días SEÑOR, gracias por venir.
-Buenos días PERRAS, soy una persona de palabra, ¡¡¡en pie!!!
Se sorprendieron al ver con la firmeza y autoridad que los mande ponerse en pie, quería ver si llevaban mucho tiempo así. No me equivoque, él lo hizo rápido, pero a Clara le costó.
– ¿Cuánto tiempo lleváis de rodillas?
-Clara. -Más de quince minutos SEÑOR, quería que si se presentaba antes nos viera preparados y lo dispuestos que estamos a que nos guie.
Me quede callado, observándoles, y haciéndoles notar que lo hacía, vaya que si lo notaron él no pudo evitar que se le notara como se empalmaba, en ella fue más evidente, todo su cuerpo se puso a temblar. Se les notaba que tenían clase tanto en forma como al vestir, tanto a él como a ella la ropa les caía muy bien además de bien combinada.
-Desnúdate PERRO, y tú, piernas abiertas y manos en la nuca.
Lo hizo con rapidez, no tardó nada en quitarse la corbata, los zapatos, los calcetines, el traje y la camisa, cuando fue a quitarse el culot que en la tarde de ayer llevaba su mujer vi que este estaba bastante manchado, el contraste del negro del culot, con las manchas blancas, era enorme.
– ¿Eso que es? -señalándole con la mirada-, ¿Cuántas veces te has corrido?
Se puso rojo como un tomate además de atraer la mirada de su mujer, sacándole una sonrisa que no se me escapo, aunque la intentó disimular.
-Carlos. -Por lo menos tres veces SEÑOR, lo siento, cada vez que recordaba lo de ayer o pensaba en estar hoy aquí delante de usted…
– ¿Y tú?
-Clara. -No SEÑOR, aunque usted no nos lo prohibió, he pensado que no le gustaría, y le aseguro que si me lo ordena lo haría ahora mismo, solo con tenerlo delante ufff, no lo sé explicar, es nuestra primera vez, y al igual que el MARICÓN de mi marido -me gusto, y como lo recalco aún más-, no he pegado ojo y he tenido que hacer un gran esfuerzo para no tocarme y por supuesto no he dejado que este -casi con desprecio- me toque…
Dejo de hablar, porque al igual que a nosotros, nos sorprendió un quejido de placer, él se volvió a correr.
-Carlos. -Lo siento, no lo puedo evitar…
-Jajajaja, no pasa nada, es entendible, termina de desnudarte MARICÓN, -le pase la mochila a Ji-woo-, saca unas cuerdas y átalo a la silla, pero al revés, con el culo a nuestra disposición y ponle un bocado, quiero su boca abierta.
Asintió con la cabeza y se puso a ello, mientras me acerque a Clara que seguía en la misma posición…
-Clara. – ¿Puedo? ¿por favor?
No la había tocado, pero se lo merecía, al contrario que el maricón de su marido, ella no se había corrido.
-Puedes PERRA.
-Clara. – ¡¡¡¡Graciassssssssssss!!!
Tras las gracias, soltó un gemido lo suficientemente alto para que se le oyera fuera de la habitación, y lo que más me gusto y excito fue ver como reacciono Ji-woo ante el maricón, ya que al sentir a su mujer hizo intención de girarse, pero desistió, al sentir como Ji-woo le soltaba un azote con un flogger que había sacado de la mochila.
-Bien hecho PERRA.
– Ji-woo. -Gracias AMO.
Por primera vez toque a Clara, que aún estaba convulsionando, lleve mis manos a su espalda, bajándole la cremallera y dejando caer por su cuerpo el precioso vestido con algo de pedrería negro, fijándome en como los jugos de su corrida salían por el filo de unas braguitas brillantes de humedad y resbalan por sus piernas sobrepasando hasta la blonda de sus medias. La hice mirarme a los ojos, y sin apartar mi mirada de la suya, empecé a desabrocharle el corsé, viendo como lo tenía marcado en su piel, cuando se lo quite, con delicadeza pase mis dedos por esas marcas, sintiendo como se estremecía, di con mis dedos varias vueltas alrededor de unos pechos que además de hermosos estaban duros, con un pezón tieso, que fue mi siguiente destino, esta vez no fui delicado, se los pellizqué a la vez, con fuerza, haciéndola gemir de dolor, y tratando que no se le notara mucho y aunque se le escapo un par de lágrimas, aguantó estoicamente, en ningún momento dejo de mirarme, tal y como le había ordenado. La solté, quedándose en la misma posición, y empecé a desnudarme…
-Saca de la mochila dos arneses y ponle dos dildos, el mediano y el grande.
– Ji-woo. -Ahora mismo AMO.
Me gustaba, no hacía falta darle muchas explicaciones, para que supiese lo que quería…
– Ji-woo. -AMO ¿cuál le pongo a ella?
-El mediano.
No se atrevió a girarse, sí que supo lo que le iba a pasar, al muy maricón se le volvió a poner dura.
-Jajajaja, me parece que el MARICÓN de tu marido lo está deseando.
-Clara. – ¿Puedo hablar SEÑOR? -asentí-, hasta yo estoy sorprendida, ahora entiendo muchas cosas, creo que además de sumiso es MARICÓN, -no lo dijo fuerte, y si entre desprecio y aunque parezca difícil de entender, con cariño-. Hace muchos años que nos conocemos, desde que éramos críos y…
-Déjalo, eso ahora es lo de menos, ya tendremos tiempo de hablar sobre eso, porque si algo me gusta es conocer el cómo y porqué habéis llegado hasta aquí, pero hoy vamos con el tiempo justo.
Durante esta breve conversación, Ji-woo se había colocado el dildo grande, y ayudada por la misma Clara, que casi se vuelve a correr, cuando tras ponerle el arnés, le introdujo su parte del dildo en el coño.
– -Acercándome a su oído- Ahora puedes soltar esa rabia que veo en ti, así que de ti depende…
No me dio tiempo a seguir, no me gusto, pero me saco una sonrisa, en dos segundos y sin miramiento se puso tras su marido y de un golpe seco, seco en todos los sentidos, ni el culo, ni el dildo, estaban lubricados, entro en él, lo que le arranco un grito de dolor, aunque Clara no se dio cuenta, Ji-woo y yo nos miramos, el grito de dolor fue más por la sequedad, que por ser virgen, con la facilidad que entro, no era lo primero que entraba.
-Clara. -Aggggg, ufffff no sabía yo que se disfrutaba tanto, ufffff, mira que me lo pidió más de una vez, que placer y que honor SEÑOR, que me haya usted dejado desvirgar a este MARICÓN, y espero que pronto CORNUDO.
A la cuarta o quinta vez de entrar y salir de su culo, los dos se corrieron, la única que pidió permiso fue ella, y ese fue el momento que aproveche ayudado por Ji-woo, que cogiéndola con fuerza del pelo, pegó su cara al cuerpo del maricón, apartando a su vez la braga, lo que facilito que mi polla se posara en la entrada de su culo y haciendo lo mismo que ella le hizo a su marido, la penetre con fuerza, lo que le arranco un alarido de dolor que a la vez la llevo a otro orgasmo, aún más fuerte y esta vez no le dio tiempo a pedir permiso, tampoco podía, su cuerpo era un terremoto, entre el dolor del desgarrado culo, vi como sangraba, y el placer obtenido no podía articular palabra.
Cogiéndola del pelo con fuerza, empecé a follármela con dureza, a la vez que viendo la cara de deseo de Ji-woo, la autoricé…
-Es tuya.
Sin demora llevó sus pequeñas manos a los pezones de Clara, a la vez que busco su boca, llevándose la sorpresa que le quitó la cara, que a Ji-woo no le gusto, a mí tampoco, ni tiempo me dio a reaccionar, está aprovechando que yo la tenía agarrada del pelo, dejó de tocar sus pechos y le cruzó la cara de un bofetón, a la vez que le escupió en la cara, algo que a mí me excito mucho.
– Ji-woo. -Ni se te ocurra…
Vaya que no se le ocurrió, al revés, está vez fue la misma Clara la que con ansia busco la boca de Ji-woo, la acción de esta, la había excitado más. Estábamos los tres a lo nuestro, lo que nos llevó a pasar de Carlos, hasta que sentimos un fuerte gemido, se había vuelto a correr, haciendo que Clara volviese a correrse entre alaridos, solo amortiguados por la boca de Ji-woo. Me salí del culo de Clara, arrastrándola tras de mí, teniéndola que sujetar, sus piernas no la sostenían.
-Quítale el arnés, y el MARICÓN es todo tuyo.
Rápidamente Ji-woo se tiró al suelo y sin ninguna delicadeza le saco el dildo y quito el arnés, aproveche para sin soltarla con una mano, mientras con la otra la cogía del pelo y arrastraba a la cama donde la tiré de cara a mí y de mala manera, fijándome en la cara de vicio y de puta que tenía, entre las lágrimas que soltó al ser penetrada analmente y la boca de Ji-woo, tenía todo el maquillaje corrido, subiéndome a la cama de rodillas, puse sus piernas en mis hombros y penetre en el mar de jugos que era su coño, contemplando ya que estaba frente al maricón, como de un golpe Ji-woo lo enculo, y como esta vez sí le dolió, se le escaparon varias lágrimas…
-Mira al MARICÓN, PUTA, quiero que os miréis a la cara, mientras os follamos y usamos, mi ESCLAVA y yo.
Y así lo hicieron, en la cara de Clara se veía perversión, felicidad, en la de él se veían lágrimas, pero no podía evitar estar empalmado.
-Clara. -Graciassss SEÑOR, ¿puedo correrme? agggggg, ¡¡¡no aguanto!!!
-Puedes PERRA, y no apartes tu mirada de la del MARICÓN, quiero que vea cómo te corres como la PERRA que eres, y no como lo hacías con él.
Aguanto no sin esfuerzo a que yo terminara de hablar, y exploto en un orgasmo.
-Clara. -Agggggg, mira MARICÓN, PUTO CORNUDO, me corroooo, agggggg, así se folla y se trata a una hembra, agggggg.
Sin avisarla y sin importarme si tomaba precauciones para no quedarse preñada, me corrí dentro, lo que la hizo encadenar otro orgasmo y volver su mirada hacía mí…
-Aggggg, ¡¡¡siiiii!!!, ¡¡¡préñeme que el MARICÓN este no es capaz!!!
Me salí de su coño y bajé de la cama, cogiéndola sin ninguna delicadeza del pelo la tiré al suelo, colocándola frente a su marido…
-Miraros bien, pensar si esta es la vida que queréis, no digáis nada, a lo largo del día quiero que me escribáis por separado, vuestras sensaciones de ayer y de hoy, si aún deseáis que me convierta en vuestro guía o vuestro AMO, lo que cada uno me diga será determinante para mí, y si no deseáis seguir, podéis estar seguros de que desaparece de vuestras vidas, y no doy segundas oportunidades, que os quede claro. -Clara fue a decir algo-, no digas nada ahora PERRA.
Carlos con lágrimas en los ojos, babeando en exceso debido al bocado, y empalmado, se había corrido varias veces en poco tiempo y le costaba, mientras Ji-woo, que seguía entrando y saliendo de su culo…
– Ji-woo. – ¿Puedo correrme AMO?
Asentí con la cabeza, lo que la llevó a soltar un gemido, correrse y dejarse caer al suelo, ya que al ser bajita su postura follándose el culo de Carlos, era muy forzada.
-Quítale el bocado al MARICÓN, y mastúrbalo para que se corra, se lo ha ganado.
Sin hablar y de rodillas, le saco el bocado a su marido, y le fue a masturbar, y este al sentir el contacto de las manos de su mujer, soltó un quejido de placer y se corrió en las manos de esta, más bien mancho, solo salieron unas pocas gotas. Ahí volví a ver desprecio en la mirada de ella, pero no se atrevió a decir nada.
Como Ji-woo aún estaba en el suelo recuperándose, lo desate…
-De rodillas CORNUDO, frente a tu mujer.
Con trabajo, estaba entumecido, se puso como le ordene, el contraste de sus caras era grande, en ella era de felicidad y perversión, en la de él, lágrimas y abatimiento, algo que en ese momento no me importo, y colocándome junto a ellos, me meé en los dos, y al contrario de sus caras, el maricón hasta abrió la boca, mientras ella la cerro a la vez que los ojos.
-Voy a la ducha, ni os mováis.
Dejándolos a los tres, me dirigí al baño y me di una ducha rápida, no tardando ni cinco minutos en salir, me sequé en la habitación, mientras Ji-woo, se levantó y se vistió, ellos dos no separaban la mirada uno del otro.
-Nos vamos, depende de vosotros si es un hasta otro día o hasta nunca.
Ji-woo, para no perder tiempo, cogió los arneses, el bocado, las cuerdas y los dildos y los metió en la bolsa para la ropa sucia que suele haber en los hoteles.
-Déjales un arnés y el dildo grande PERRA, un regalo de mi parte, -y dirigiéndome a él-, creo que debes de sincerarte con tu mujer.
Viendo la cara de sorpresa de su mujer, salimos de la habitación y del hotel.
-Cogemos un taxi, que me deje primero a mí en la tienda y después a ti, ¿llevas para pagar o te dejo dinero?
-Ji-woo. -Tengo tarjeta, y todo mi sueldo ahorrado AMO.
-Eso no es para hablarlo ahora, ya tocaremos ese tema -era algo que ya imaginaba conociendo como había sido su vida-, de todas formas mientras vamos a la tienda llamaré a Juani.
Nada más subir al taxi llamé a Juani, que no había sonado dos veces, cuando descolgó.
-Juani. -Buenos días AMO, ya pensaba que se había olvidado de mí, jajajaja -me gustaba-.
– ¿Dónde estás?
-Juani. -En la oficina AMO, tengo que terminar algunos asuntos, pero estoy sola, el cornudo se ha quedado en casa.
-No te he pedido explicaciones GORDA, -sin importarme que me oyera el taxista-, voy en taxi con Ji-woo y te la iba a mandar a casa, pero mejor te la mando a la oficina, y si os da tiempo, quiero que le compres un móvil.
-Juani. -En cuanto llegue AMO, ¿nos vamos a ver luego? Necesito hablar con usted, necesito su opinión…
-Sin problemas, sabes que si no nos vemos no es por mí, es por el controlador del cornudo.
-Juani. -De eso quiero hablar, pero ahora no puedo…
-Está bien GORDA, cuando llegue a la tienda te escribo y te digo donde quedamos.
Colgué sin despedirme…
– ¿Sabes la dirección de la empresa de la GORDA?
-Ji-woo. -Si AMO.
A través del retrovisor vi la cara de alucinado del taxista, lo que me saco una sonrisa. No tardamos nada en llegar a la puerta…
-Luego nos vemos.
Me baje del taxi y entre en la tienda, viendo que hasta Lu estaba atendiendo, lo que me agrado. Al verme entrar me sonrió, le devolví la sonrisa y me dirigí a la planta superior, a la oficina, entrando en ella, ya eran cerca de las doce, me senté para seguir viendo y ordenando papeles, que no eran pocos, cuando tocaron a la puerta y pidiendo permiso, donde reconocí la voz de Paqui, a la que autoricé a pasar.
-Paqui. -Buenos días Raúl, -paso seguida de otra mujer-, ya le he presentado a Lu a mi amiga Encarni, y le ha parecido bien, le ha pedido que le esperara, para que tú la conocieras.
Tendría más o menos mi edad, luego supe que tenía 60 años, era lo de menos, me gusto no se si por indicación de Paqui, que venía muy elegante.
-Encantado de conocerte Encarni, yo poco he de decirte, si ya Lu ha dado su visto bueno, es suficiente, solo espero que te sientas a gusto con nosotros ¿Te ha dicho Lu cuando empiezas?
-Encarni. – Si señor…
-Apéame el tratamiento por favor.
-Encarni. -Si Raúl, perdona pero es la costumbre -me gusto-, empiezo el lunes, y me gustaría darte las gracias, a mi edad no es fácil encontrar trabajo y mucho menos como este, y Paqui sabe la falta que me hace.
-No nos tienes que dar las gracias, si estás aquí es porque Paqui a avalado tu trabajo, eso sí, supongo que te lo habrá dicho Lu, y si no quiero que sepas, que al igual que vas a trabajar con nosotros, si no cumples, por muy amiga que seas de Paqui y por mucho que te haga falta, no dudaremos en despedirte.
-Encarni. -Si lo sé Raúl, es algo que ayer me dijo Paqui y hoy Lu, y le aseguro que no van a tener queja de mí.
-Entonces bienvenida, como el uniforme aún va a tardar unos días, puedes usar tu propia ropa, e intenta que sea acorde con los estándares de la tienda, pero cómoda, y de paso Paqui díselo también a tu hija.
-Encarni. -Si, fue lo primero que me dijo Paqui.
-Paqui. – ¿No te importa que se queda ya hoy?, ciertamente nos hace falta Raúl, y me está ayudando desde que hemos llegado.
-Por mí no hay problema, pero eso es cosa de Lu, si ella no dice lo contrario, que siga, lo mismo da darla de alta hoy que el lunes.
-Encarni. -Gracias de nuevo Raúl.
-Paqui. -Voy a ver si ya no está liada y le pregunto, gracias Raúl.
Salieron las dos con una gran sonrisa en la cara, dándose de bruces con Lu y Tina, por lo que en la misma puerta Lu le dijo que se podía quedar sin problema. Una vez nos quedamos los tres solos, Lu cerró la puerta y ambas se sentaron.
-Lu. -Raúl -riéndose-, te vamos a entretener un poco, es que Tina se ha empeñado en que deberías de saber…
– ¿Saber que ella y Penélope son pareja? -las dos se quedaron a cuadros-, te agradezco que me hayas querido hacer partícipe, ya me di cuenta ayer, jajajaja, solo la forma como os tratáis y os miráis, pero eso a mí ni a nadie nos incumbe, se valora el trabajo, ¿por qué era eso no?
-Tina. -Si -aún sorprendida-, ya me ha dicho Lu, que usted se iba a reír de mi preocupación, lo que no esperaba es que te hubieses dado cuenta…
-Jajajaja, te diría que ha sido un tiro al aire, pero no, Lu sabe muy bien, que soy muy observador, y me gusta fijarme en todo, no sé si alguien más en la tienda lo sabe, pero aquí no tenéis que ocultar nada, y si hay alguna que le moleste, ahí tiene la puerta.
-Tina. -No Raúl, creo que entre ellas es un secreto a voces, y hasta la fecha no he visto ni un mal gesto ni comentario, pero pensaba, aunque ya me había advertido Lu, cuál iba a ser tu reacción que deberíais saberlo.
-Ya lo sabemos, jajajaja, y ahora a seguir trabajando.
Se levanto con una sonrisa y como si se hubiese quitado un peso de encima.
-Lu. -Cada día me deja más alucinada AMO.
-Esta conversación me ha hecho darme cuenta de algo, por lo pronto, pregúntales a todas, incluida Encarni, que si pueden, sin compromiso, comer con nosotros hoy, y cuando sepas las que vienen, llamas a Juani y se lo dices, y que incluya al resto también, que busque un sitio con reservado para comer, sé que es precipitado, pero si hay alguien capaz es ella.
-Lu. -Me tiene loca AMO, voy ahora mismo.
Mientras se fue a preguntarles, por fin me puse a trabajar, no era mucho, era más ordenar que otra cosa, e hizo reafirmarme en mi decisión de centralizarlo todo. No la volví a ver, debido sobre todo a la gran cantidad de gente que había, hasta cerca de las dos.
-Lu. -Uffff, vaya día Raúl -me hablo así, porque Tina venía con ella-, ya he gestionado lo de la comida, y de la tienda vienen todas, Juani ya me ha mandado el sitio, es a las afueras, pero dice que te va a gustar, ha reservado a las tres.
-Me alegro, no sé si te lo ha dicho Lu, van a venir a comer gente que quiero que principalmente conozcas tú primero porque van a ser clientas habituales y quiero que por lo menos al principio sean siempre atendidas por ti o por Penélope.
-Tina. -Antes te diré que todas están locas de contentas y algo revolucionadas, que ninguna viene por compromiso, creo que han pasado de la incertidumbre de estos días a una euforia incontrolada, jajajaja, no sé hasta qué punto será bueno, jajajaja. Respecto a lo otro, no te preocupes, que siempre las atenderé yo principalmente.
-Siempre es bueno Tina, eso repercute en nuestro beneficio y en las clientas. Ya es casi la hora de cerrar, como tenemos que ir fuera y vamos a tener que coger coche, diles que todos nos vamos en taxi, así que encárgate de pedir taxi para todos, somos doce si no me equivoco.
-Tina. -Ahora mismo Raúl.
Salió de la oficina cerrando tras ella…
-Escribe en el grupo que no quiero tratamiento, sobre todo díselo a Juani, no por ella, para que se lo recalque y mucho a Ji-woo, y que cada una sea ella misma, no quiero meteduras de pata.
Saco el móvil y mientras iba guardando papeles, ya en un tiempo no iba a volver, ella se dedicó a escribir, y a Juani la llamo.
A las dos y cuarto salimos de la oficina, y conforme salían de los vestuarios, el resto del personal.
-Tina. -Raúl ya están los taxis abajo, antes tendría que pasar por la sucursal del banco a dejar la bolsa con el dinero en efectivo.
-Vale, tú te vienes con nosotros, y hacemos una parada, pero antes dale a una de ellas dinero, que como llegaran antes que nosotros que paguen los taxis y que le den factura, ahora que caigo, ya tienes la caja hecha…
-Lu. -Vete tú con ella y yo me voy con ellas, y pago con la tarjeta de la empresa.
-Perfecto, vamos…
Salimos todos y en el último taxi nos subimos Tina, Martina y yo, no tardando nada en llegar al banco que estaba al final de la calle, quedándose Martina en el taxi, vi como hacía la entrega en la caja fuerte especial para ese tipo de ingresos, y nos fuimos enseguida. Al llegar nosotros vimos a Lu, Penélope y Juani esperándonos.
-Lu. -Ya están todas dentro, les he dicho que pasen y que se sienten, les será más fácil sin los jefes, jajajaja.
Le pago al taxista y entramos entendiendo enseguida porque Penélope se había quedado también en la puerta, cuando se acercó Tina, le dio un suave beso en los labios y se cogieron de las manos.
-Penélope. – -Mirándome y casi susurrando-, Gracias.
Entendí que la que más reacia era a descubrir su relación era Tina, pero lo que más me hizo sonreír, o mejor dicho soltar una carcajada, fue ver la cara de sus compañeras al verlas entrar de la mano, y lo mejor es que en todas afloro una sonrisa, hasta se escuchó un comentario “de que ya era hora”.
-Juani. -Como te conozco, ya he pedido, he pedido comida al centro, y si alguna quiere algo especifico, ahora cuando pidan las bebidas, que lo diga.
-Muy bien, ya habéis oído a Juani.
Me senté, junto a Lu y Juani, teniendo cerca de mí a Yolanda y al resto, menos Martina, algo que me gusto, que se mezcló con sus compañeras, y cuando todas tenían su bebida servida, me levante.
-Perdonar, voy a ser breve, sé que habéis pasado unos días intranquilas y en parte ha sido lo que me ha motivado a organizar esta comida improvisada. Ante todo, daros las gracias, por vuestro trabajo, lo estáis haciendo genial, sé que ya sabéis que nuestra intención es haceros a todas fijas, quiero que sepáis que eso no será motivo para que os acomodéis, porque eso sería motivo para que dejarais de pertenecer a esta empresa, y como he dicho que voy a ser breve, solo deciros que a partir del mes que viene, habrá incentivos sobre las ventas, pero no individuales, estos serán igualitarios, incluidas las modistas, eso sí desde la sede, ya que vamos a centralizar las cámaras allí, vuestro trabajo será auditado, por lo que espero que todo siga igual o mejor que hasta ahora. Para terminar, esto lo digo a título personal, fijaros en las personas que nos acompañan hoy, para mí son casi de la familia y a partir de ya, las veréis muy a menudo por la tienda, aunque Tina ya está puesta al día sobre esto, quiero que las conozcáis, y dicho esto, gracias por vuestro trabajo y que esto vaya a más y mejor.
Brindamos todos y efusivamente, pasando a tener una comida distendida y amena hasta última hora, donde ya el alcohol había hecho mella en más de una y lo estaban pasando genial, terminando todas mezcladas, incluido yo, donde pude hablar y conocer un poco más a cada una de ellas, sin pasar por alto que al final a Tina y Penélope las hicieron ponerse rojas, al ver como todas sabían que eran pareja. Terminamos casi a las ocho de la tarde y tal y como vinimos, nos fuimos, y como esta vez Lu no las acompañaba, les dijimos que pagaran el taxi ellas y que el lunes pasaran la factura. Nosotros nos fuimos, contentos de más para que mentir, a casa de Gema, en uno de las taxis se subieron por indicación mía, Ji-woo, Juani, Gema y Lu, y en el otro Yolanda, Martina y yo. Yolanda entro primero, empezando el espectáculo para el taxista, ya que abriéndose de piernas se cruzó de un lado al otro, después lo hice yo, y por último una descarada Martina, que se subió la falda a la cintura dejándole ver al taxista sus piernas enfundadas en una medias negras y sus bragas de color negro, que una vez sentada tapo con su abrigo. Riéndome y ya tapado por el abrigo de Martina, me desabroche los pantalones, sacándome una dura polla y lleve mi mano a su coño, que uffff, estaba chorreando, acercándome a su oído…
-Ni se te ocurra correrte PERRA.
Lleve mi otra mano al coño de Yolanda, que en nada desmerecía en humedad al de Martina, a ella no tenía que recordarle nada, además de sentir como una de sus manos me cogía y masturbaba mi polla, mirándome a los ojos, mientras Martina menos acostumbrada tenía la cabeza echada hacía atrás, los ojos cerrados y a veces se mordía la mano para evitar su corrida. Cuando estábamos llegando, ya se veía el portal de la casa de Gema…
-Córrete PERRA.
Vaya si se corrió, hasta el taxista se asustó y casi nos estrellamos, momento que aproveche para no sin trabajo de lo dura que estaba, guardarme la polla. Le di mi cartera a Yolanda y salí tras Martina a la que le costó bajarse. Entramos los tres en el ascensor, donde morreé a Yolanda, no tardando nada en entrar al piso donde ya estaban las demás en estado de revista todas de pie menos Ji-woo que estaba de rodillas. Yo seguía empalmadísimo y súper excitado, por lo que nada más cerrar la puerta, cogí a Yolanda del pelo y haciéndola apoyar en la mesita de la entrada, le subí la falda, aparte la braga y sin miramiento la enculé, necesitaba sentir mi polla apretada y sabiendo que su culo ya estaba habituado, cogiéndola del pelo…
-A que esperas GUARRA, cómele el coño ¡¡¡ya!!!
Lo estaba esperando y deseando, dejando caer al suelo el abrigo y el bolso se metió bajo Yolanda y le comió el coño con ansias y deseos.
-Ufffff, puedes correrte PERRA…
-Yolanda. -Graciassss AMO, pero cuando usted lo haga, quiero sentir…
No le di tiempo a seguir, me corrí en su culo, lo que la llevo a gritar y gemir mientras se corría en la boca de la PERRA de Martina. La solté, dejándola caer encima de Martina a la que cogió del pelo y morreo, y no me había girado, cuando sentí la boca de Juani en mi polla. Cuando la dejo limpia, me miro y como sabía lo que quería, asentí y se fue a limpiarle el culo a Yolanda de mi corrida, las deje en la entrada y me senté en el sofá indicándole a Lu que se sentara junto a mí y a Ji-woo que me desnudara.
-Te voy a premiar Gema, Ji-woo es toda tuya toda la noche desde ya.
-Gema. -Gracias AMO.
Conforme termino de desnudarme la cogió del pelo que uso de correa y llevándosela desapareció del salón. Como había vaciado mis bolsillos y dejado todo en la mesita que había junto al sofá, cogí mi móvil y lo abrí, viendo que tenía varios whatsApp de Susana, que dejé para más tarde, otro de un número que no tenía guardado, que al ver que el otro era de Clara, supe que ese era de Carlos.
Abrí primero el de Clara.
“Gracias SEÑOR…
CONTINUARÁ…
Soy Amo, me encanta la dominación, me gusta tener, someter y humillar a parejas y a quien se quiera iniciar, necesitar un tutor o conocer este estilo de vida.
Mi Skype es ra_ul1967, mi correo ra_ul1967@hotmail.com y mi Telegram @Amo_Leo, hablo y respondo a todo el mundo, siempre que lo haga con respeto.