Capítulo 23
- Chantaje a mi puta perra I
- Chantaje a mi puta perra II
- Chantaje a mi puta perra III
- Chantaje a mi puta perra IV
- Chantaje a mi puta perra V
- Chantaje a mi puta perra VI
- Chantaje a mi puta perra VII
- Chantaje a mi puta perra VIII
- Chantaje a mi puta perra IX
- Chantaje a mi puta perra X
- Chantaje a mi puta perra XI
- Chantaje a mi puta perra XII
- Chantaje a mi puta perra XIII
- Chantaje a mi puta perra XIV
- Chantaje a mi puta perra XV
- Chantaje a mi puta perra XVI
- Chantaje a mi puta perra XVII
- Chantaje a mi puta perra XVIII
- Chantaje a mi puta perra XIX
- Chantaje a mi puta perra XX
- Chantaje a mi puta perra XXI
- Chantaje a mi puta perra XXII
- Chantaje a mi puta perra XXII
- Chantaje a mi puta perra XXIII
- Chantaje a mi puta perra XXIV
Saqué el móvil y le escribí un whatsApp a Susana.
“Buenas tardes PERRA, hoy he conocido a tu amiga Blanca, ¡¡¡la quiero a mis pies!!!
Estábamos llegando a casa de Raquel, cuando me sonó el móvil, lo saqué y vi que era un whatsApp de Susana…
Así termino el último capítulo…
Llegamos a casa de Raquel, me acerque a Jara y le di un morreo de despedida, a la vez que le pellizque su pezón hasta sacarle una lágrima acompañada de una sonrisa.
-Jara. -Se que no me voy a aburrir AMO, y aun así le voy a echar mucho de menos, el sentido que le ha dado a mi vida, no se lo voy a poder agradecer lo suficiente.
-Jajajaja, y los orgasmos.
-Jara. -Jajajaja sobre todo los orgasmos.
Salí del coche sin coger las llaves, no me hacían falta, entre y toqué a la puerta, como a través del video portero se veía que era yo, el cornudo totalmente desnudo a excepción de sus braguitas, me abrió la puerta.
-Pedro. -Buenas tardes AMO.
Entré sin ni siquiera mirarlo, él se limitó a ponerse a cuatro patas y seguirme, encontrándome de frente a Raquel que salía a mi encuentro.
-Raquel. -Buenas tardes casi noches AMO.
Estaba radiante, a pesar de estar de poco tiempo, el embarazo le sentaba bien, llevaba unos zapatos abiertos negros, con poco tacón, medias negras y un conjunto de lencería negro.
-Cada día estas más guapa PERRA, ¿Cómo ha ido el día?
-Raquel. -Tranquilo por mi parte AMO, en el trabajo desde que se han enterado de mi embarazo, me tienen entre algodones, jajajaja.
– ¿Y el cornudo?
-Raquel. -Mejor que yo, jajajaja, cuando he llegado se estaba follando a Ceci, que cuando ha terminado de limpiar se ha quedado esperando a que llegase de trabajar.
-Esa es su condición.
-Raquel. – ¿Quiere tomar algo mientras hacemos tiempo para la cena?, el cornudo cocina muy bien, y lleva desde que se fue Ceci metido en la cocina.
Me agrado, de los tres perros, era el que mejor lo había asumido, o mejor dicho el que más lo deseaba.
-Dile que me ponga un vino, y tú lo que quieras.
-Raquel. -Ahora mismo.
Mientras me lo ponía me di una vuelta por la habitación del cornudo, viéndola ya totalmente terminada, había bajado la cama y el armario del cuarto que íbamos a dedicar para el niño o niña. Me volví al salón y me senté en el sofá, indicándole a ella cuando apareció con una botella de ribera y una copa que se sentara a mi lado.
-Vamos a dejar las cosas claras Raquel, tienes que cuidarte, que sé que lo vas a hacer, pero tienes una edad en la que el embarazo es de riesgo, si algo deseas en este mundo es ser madre, así que eso estará hasta por encima de mí, no quiere decir que no tengas sexo, jajajaja, el sexo es algo que suelen recomendar, pero hasta que des a luz, estas exenta de todo, nadie, excepto yo, podrá usarte, y hasta conmigo si no te encuentras bien te podrás negar.
-Raquel. -Gracias AMO -con lágrimas en los ojos de felicidad-.
-A partir de ahora no quiero que estés sola, si en algún momento alguien reclama al cornudo fuera de la casa, antes alguien ha de estar aquí, ya se lo comunicare a los demás. Cuando estés de siete meses, o antes, todo dependerá de cómo vaya el embarazo, me trasladare aquí contigo.
-Raquel. -Uffff AMO, perdone que llore, pero es que me ha dado lo que siempre he deseado.
-Pedro. -AMO en diez minutos estará la cena lista.
-Gracias cornudo, sube la maleta a mi habitación, la mochila la dejas aquí, pero antes saca el pantalón corto y la camiseta y tráemela, quiero ponerme cómodo.
Así lo hizo.
-PERRA, desnúdame.
Se puso de pie, con una sonrisa y aún con lágrimas en sus mejillas, poniéndose de rodillas, me descalzo, me quito los calcetines, besándome los pies, con mi ayuda me quito los pantalones y los bóxer y poniéndose de pie a la vez que yo, me quito la camisa. Me volví a sentar, haciendo que se girara y sentándola de espaldas a mí, le aparte la braga y mi polla se deslizo dentro de un excitado coño.
-Raquel. -Siiiii, gracias AMO, ¿puedo correrme?
-Tantas veces como desees, ya no tienes que pedirme permiso mama.
No sé si fue al sentirme como la llamaba mama, pero se corrió soltando un grito que retumbo en todo el salón, y siguió subiendo y bajando, buscando sentir mi corrida dentro de ella, que tardo bastante rato, mientras vi, cómo sin perdernos de vista el cornudo estaba sirviendo la cena.
-Me corroooo, mami, ufffffff.
Siguió un rato más, hasta que sin que le dijese nada, se salió, se puso de rodillas y me limpio la polla de mi corrida y de las suyas, porque perdí la cuenta de las veces que se corrió hasta que lo hice yo.
-Pedro ponte una camiseta y pon un plato para ti también.
-Pedro. -Gracias AMO.
-Ahora sin tratamientos.
Nos sentamos los tres en la mesa.
-Ya has oído lo que he hablado con tu mujer, por lo que, te reclame quien te reclame, que no lo harán, mientras no haya alguien con ella, no podrás salir.
-Pedro. -La semana que viene tengo que ir a Burgos, como mínimo tres días.
-No pasa nada, esos días que se quede Ceci aquí, ella es la que está más libre.
-Raquel. -El martes voy al ginecólogo Raúl.
-Yo iré contigo, cuando Pedro no este.
Cenamos muy bien, la verdad es que tenía mano para la cocina, tuvimos una conversación amena y tranquila, lo que me ratifico aún más que Pedro era feliz con su nueva vida.
-Nosotros nos vamos a la cama, que mañana tengo que levantarme a las seis y media.
-Pedro. – ¿Te recogen?, si quieres te acercamos nosotros a la estación, no tenemos que desviarnos mucho, y salimos a la misma hora que tú.
-Perfecto, no he caído que trabajáis en el mismo sitio.
-Raquel. -Solemos irnos cada uno en nuestro coche, porque la mayoría de las veces no salimos del trabajo a la misma hora, pero mañana yo voy a comer con mi hermana.
-Pedro. – Yo recojo su ropa AMO.
Me gusto porque entendió perfectamente cuando se acababa la confianza.
-Si cornudo, la lavas y la guardas en mi armario, ya iré trayendo más ropa.
Sin hablarle más y seguido por una radiante Raquel, nos fuimos a la habitación. Por primera vez entre en el baño, quedándome impresionado, porque era como otra habitación de grande, era un baño tipo spa.
-Ufffff, que buen baño PERRA.
-Raquel. -Si AMO, estos adosados no tenían el baño incorporado, y como había una habitación pequeña, las juntamos y le dimos entrada por nuestra habitación, ya no esperábamos familia y como abajo hay dos.
Cogí el móvil, y vi casi 300 whatsApp en el grupo, lo abrí, aunque no los leí, sí que vi que todos eran de buen rollo, solo leí dos o tres que hacían referencia al viaje del Jueves. Vi también uno de Susana, y antes de leerlo, escribí en el grupo dándole a todas las buenas noches y recordándoles a las que se venían a Madrid que a las siete y media como muy tarde las quería en la estación. Abrí el de Susana…
“Jajajaja le he ganado una apuesta a la PUTA de mi madre, cuando me dijo que había hablado con ella para que se hiciera cargo de lo de LU, le dije que si usted la conocía le iba a gustar como para tenerla. Si estuviese allí se la pondría en bandeja, ella siempre ha estado enamorada de mí, no creo que sea lesbiana, y antes de ser yo su PUTA, se quedó en mi casa un fin de semana que mi cornudo no estaba, y como nos acostamos contentas de más, intentó propasarse y tuvimos bronca, de hecho no vino a mi boda, no nos hablamos desde entonces, la PUTA de mi madre no lo sabe, por eso hablo con ella para lo de Lu. Ahora me arrepiento porque esta buena la abogada, jajajaja, pero si quiere mi madre le puede poner en bandeja a la madre, es más puta que las gallinas y para hacerle un boceto, su hija en un clon de ella. Ya me dirá algo, ahora me tengo que ir, me está esperando el cornudo, por cierto de lo que hablamos, va mejor de lo que esperaba. LE QUIERO Y LE ECHO DE MENOS AMO”
Solo le di las buenas noches, y antes de soltar el móvil se lo enseñé a Raquel.
-Raquel. -Jajajaja, va a pensar usted que esta ciudad está llena de putas, de Blanca no le puedo decir nada, siempre la he visto muy responsable, y de la madre, creo que mi sobrina no se equivoca, es cierto que de llevar razón, la única que lo puede saber a ciencia cierta es mi hermana.
-Jajajaja, no pienso nada, es más normal de lo que crees que en círculos así, vale más la apariencia que la fidelidad, y por ahora no quiero agrandar esta familia, jajajaja, pero Blanca, uffff, es que hasta nos vendría bien.
-Raquel. -Cuando usted vea a la madre cambiara de opinión, jajajaja,
-Vamos a dormir.
Puse la alarma y abrazándome a Raquel la bese con amor y me quede dormido. Como soy de dormir poco pero bien, antes de que sonara la alarma de móvil me desperté, me gire, la vi de espaldas a mí, me pegue y abriéndole un poco las piernas, la penetre con delicadeza, empecé a follármela despacio, sintiendo como sus gemidos iban creciendo, hasta que echo su mano hacia atrás y agarrándose a mí, se pegó más.
-Raquel. -Uhmmmm, nunca me han despertado asiiii, ufffff, me estoy corriendooooo aggggg, no pare AMO.
No pensaba parar, por lo menos hasta que me corriera, que no tarde mucho en hacerlo. Me salí y encarándola, la abrace, la aprete y la bese con delicadeza, notando como volvía a correrse. La solté y me baje de la cama, para meterme en la ducha, me sorprendió, porque saltando de la cama, se me anticipo y poniéndose en la gran ducha de rodillas…
-Raquel. -Lo quiero todo AMO.
Sabía perfectamente a que se refería, así que cogiéndome la aun dura polla, me meé en ella. Cuando termine se levantó y abriendo los grifos me pidió permiso para quitarse la medias, y cuando lo hizo, se pegó a mí y nos duchamos juntos, cosa que hizo que me volviera a excitar, pero ya era tarde, así que, no sin que protestara, salimos de la ducha y tras secarnos y vestirnos, bajamos a la cocina, donde el cornudo ya estaba esperándonos con el café recién hecho.
-Pedro. -Buenos días AMO, ¿Cómo quiere el café?
-Raquel. -Con la leche templada cornudin.
Bajamos los tres a su garaje…
-Me subo atrás, que me bajo antes.
Salimos en dirección a la estación, y diez minutos antes de las siete y media, me dejaron. Entre en la estación, llevándome la sorpresa que ya estaban las cuatro.
-Buenos días a todas, jajajaja, que puntuales.
-Lu. -Jajajaja, y ya llevamos un ratillo, Yolanda nos ha traído a jopo, jajajaja.
-Yolanda. -Se que si algo odia es la impuntualidad -me miro porque tenía dudas de si tutearme o no, y cuando vio que le negaba con la cabeza-, y a mí me gusta ser puntual.
-Gema. -Jajajaja, si aún no estaban las calles abiertas, cuando nos has hecho salir.
-Juani. -Yo he llegado delante de ti Raúl.
Me gustaba el buen humor.
-Vamos a dejar el tratamiento, hasta que yo lo diga chicas, vamos a trabajar y a pasarlo bien, así que relajaos.
Todo lo hablábamos mientras nos subíamos en nuestro vagón y ocupábamos los sitios. Como éramos cinco, Lu se sentó junto a mí, frente a nosotros lo hicieron Yolanda y Gema, y en el asiento de al lado, pero frente a mí lo hizo Juani. La verdad es que las cuatro estaban despampanantes, más elegantes que llamativas.
– ¿Cuántos pares de zapatos tienes? Jajajaja
Porque traía otros preciosos con un tacón enorme.
-Juani. -Jajajaja, con los cuatro que me he comprado más de cien, a ver si en una de sus visitas a Madrid se los puedo enseñar.
-Por ahora vamos a dejar a tu marido al margen, así que en alguna de las próximas visitas que él no este, iré a tu casa.
-Juani. -Hasta el viernes va a estar de viaje, así que si en algún momento de hoy te apetece, me lo dices, creo que te va a gustar mi casa.
-Jajajaja, lo mismo vamos esta tarde noche y si hay sitio nos quedamos.
Lo dije en broma, pero…
-Juani. -Te tomo la palabra Raúl, hay sitio más que de sobra…
-Lo he dicho en broma, pero lo más seguro es que vayamos.
-Juani. -Me harías muy feliz.
-Y a vosotras como os va la convivencia, el martes o miércoles me pasare por tu casa, tenía pensado pasar hoy, pero ya veis donde estamos.
-Gema. -Cuando quieras, ya sabes que es tu casa también.
-Yolanda. -La convivencia es fácil -bajando la voz-, jamás he dormido tan relajada, esta PERRA es buena, muy buena.
-Jajajaja, lo sé, nunca es tarde para despertar.
-Gema. -Le he dado muchas vueltas a esto, no creas, y creo que si alguien se hubiese dado cuenta de cómo tratarme, no hubiese llegado virgen a esta edad, la verdad es que siempre he sido sumisa.
-Lo se Gema y estoy muy contento contigo, y si sigues en los últimos escalones, es porque sé que así disfrutas más, no creo que seas capaz de ordenar o usar a nadie.
-Gema. -Llevas razón, aunque esta niña me tiene con unas agujetas que…
Nos sacó a todos una carcajada, tanto que hasta nos llamaron la atención.
-De todas formas cuando vaya esta semana a tu casa te voy a hacer un regalo, te lo has ganado, y no preguntes, ya te enteraras.
Las dos horas y media que dura aproximadamente el viaje desde Alicante a Madrid, se nos hicieron muy cortas, las cuatro tenían conversación para rato.
-Lu. -Mejor coger dos taxis.
-Juani. -Si, y como yo voy más lejos os dejo a donde vayáis y ya sigo yo.
-Perfecto, que te de la dirección Gema y que Yolanda se vaya contigo.
Le di dos besos, no quería dar el cante, aunque a ella le daba igual, me dio un tercero en todos los morros.
-Juani. -Espero su llamada AMO.
Le daba igual la gente, le gustaba tratarme siempre igual. Cogimos dos taxis y en unos veinte minutos estábamos frente a una enorme farmacia 24 horas cerca de Nuevos Ministerios, en un edificio de nueva construcción.
-Gema. -Vamos a subir primero al piso a dejar las maletas y se lo enseño Raúl.
Entramos en el portal y rápidamente salió el conserje a saludar a Gema.
-Gema. -Buenas tardes, quédate con las caras de mis acompañantes Alberto, son familia mía y van a estar mucho por aquí.
-Alberto. -Lo tendré en cuenta Doña Gema.
Entramos en el ascensor.
-Gema. -Es el primer piso, es como si fuera el segundo, debajo esta la farmacia, el portero esta de lunes a viernes, de siete de la mañana a siete de la tarde, después para entrar es con llave o con clave.
Entramos en un piso luminoso, que daba al paseo de la Castellana, pero no se sentía nada de ruido. Hizo intención de sacarse la ropa…
-No Gema, nosotros nos vamos a la tienda, y tú pon al día a Yolanda, ahora enséñame el piso.
Me quede impresionado, porque eran 200 m2, según me dijo lo que mide la farmacia por planta, estaba todo reluciente, solo tenía montadas dos de las habitaciones, y con un gusto exquisito, las cinco eran igual de grandes, menos una.
-Es enorme Gema, tienes buen gusto para la decoración, pero solo tienes dos habitaciones montadas, cierto que para hoy nos es suficiente.
-Gema. -Si, pero el mueble que ha visto en una de las habitaciones vacías es una cama.
-Perfecto, porque esta noche o mañana tendrás una inquilina permanente, aunque Yolanda se vuelva con nosotros.
-Gema. -Lo se AMO, Jara me puso en antecedentes, aunque lo de limpiar no hace falta, tengo una empresa que limpia en la farmacia, y cuando estoy aquí suben tres días a la semana, siempre les aviso un par de días antes de venir, porque a la farmacia vienen todos los días.
-Jajajaja, lo de limpiar digamos que es una excusa o una trampa, por cierto Yolanda ¿has quedado con ella?
-Yolanda. -Más o menos AMO, le dije que la llamaría o escribiría para tomar café.
-Intenta quedar con ella a comer, dile que le vas a presentar a la dueña del piso, que quiere conocerla, que aunque confía en ti, le gustaría verla.
-Yolanda. -Le voy a escribir, no sé si está en clase.
-Nosotros nos vamos que ya vamos tarde, cuando tengas la respuesta, le escribes directamente a Lu, y ya te digo la hora y el sitio.
-Yolanda. -Así lo hare AMO.
Lu y yo nos fuimos a coger un taxi, llevándonos la maleta donde iban las muestras.
-Lu. -Estoy un poco nerviosa AMO, no se lo voy a negar.
-No tienes porque, solo preséntame como lo que soy, Gerente o si lo quieres como CEO, yo me encargo del resto.
-Lu. – -Apretándome la mano-, gracias AMO.
Cogimos el taxi y cuando le dio la dirección no la situaba, pero al llegar me di cuenta del buen sitio, hacia esquina con la calle Serrano. Me quede impresionado solo con ver la fachada.
-Lu. -Jajajaja, ¿impresionado?
-Sí, no sabía lo bien que estaba situada.
-Lu. -Tiene dos plantas, casi 100 m2 cuadrados por planta, es la que mayor beneficio da.
-Si eso lo sé, he visto los movimientos.
Al abrir la puerta una de las dependientas nos vio y rápidamente fue a nuestro encuentro…
-Tina. -Buenos días Lu, y supongo que usted es Raúl ¿no?, soy Tina, la responsable de esta tienda.
-Buenos días Tina, tutéame por favor.
Tendría unos cuarenta y pocos, alta, más que yo y más aún con los zapatos de tacón que llevaba, me fije que era la única que ya llevaba el nuevo uniforme.
-Lu. -Buenos días.
-Tina. -Quieres que le enseñe la tienda a Raúl o prefieres que subamos.
-Lu. -Como te comuniqué el otro día, ahora el responsable de todo es Raúl, está por encima incluso de mi hermana y de mí, así que lo que él te diga.
-Vamos arriba, ahora están todas ocupadas, ¿aún no están los uniformes?
-Tina. -Aún faltan un par de ellos, así que he decidido que por ahora solo yo lo usare, la verdad es que todas están contentas con el cambio.
Entramos en una pequeña oficina, donde había más ropa que papeles. Tuvo que quitar ropa de un par de sillas.
-Tina. -Perdona el desorden, pero no nos da tiempo a todo.
Era algo que ya había leído, semanalmente mandaba informes y más de una vez había solicitado a alguien para esa tarea. No sentamos…
-Antes de nada no vengo a hacer grandes cambios, ni a despedir a nadie, lo digo por cómo me han mirado, jajajaja.
-Tina. -Entiende que estén nerviosas, normalmente en este tipo de cambios suele haber restructuraciones.
-No es el caso, al revés, mañana mismo o lo más tardar el lunes, tendréis a una muchacha que su única función será la de ordenar todo esto -Le saqué por primera vez una sonrisa, a la vez que vi cómo se desestensaba- Vamos a cambiar también el sistema informático, quiero que todo se centralice en Alicante y no tengas que estar volcando las ventas cada semana.
-Tina. -Ufff, no sabes cómo me ayudaría eso -con una sonrisa en la boca-
-El motivo de mi contratación en parte es para eso, para modernizar las tiendas y expandirnos, Lu me ha hablado de ti muy bien, por lo que a partir de mañana no quiero que vengas con uniforme, pero siempre lo harás con ropa de la tienda, y antes de que digas nada, conllevara un aumento de sueldo acorde con tus obligaciones, que por lo que he leído son muchas.
-Tina. -Gracias, la verdad es que no sé qué decir.
-Lu. -Ya te dije que los cambios eran a mejor.
-También quiero que sepas que si tengo que prescindir de ti o de cualquiera, lo voy a hacer, no me gusta quien se acomoda en el trabajo.
-Tina. -No lo he hecho nunca, de eso puedes estar seguro.
-Mañana no quiero a ninguna con el antiguo uniforme, a las que le falte por llegar, facilítale ropa de la tienda, esto posiblemente es lo que menos te va a gustar, pero vamos a colocar cámaras para poder ver in situ la tienda desde Alicante.
-Tina. -Ya tenemos cámaras Raúl, espera.
Se levanto y corriendo un perchero, apareció una pantalla, que encendió y apareció divida en cuatro pantallas, dos de la tienda, una por planta, una del taller, donde vi a dos mujeres trabajando y una en el almacén.
-Esta oficina la vamos a despejar pronto, de todas formas adaptaremos el programa para verlas desde Alicante y desde mi portátil o el de Lu, ella seguirá llevando todo lo relacionado al personal y Jara lo demás. Vamos a ver primero esta planta.
La planta de arriba estaba divida en dos, unos 50 m2 de tienda y el resto era el almacén donde estaba la oficina, los vestuarios y el taller.
-Como uno de los tabiques da a la tienda, lo vamos a acristalar, quiero que se vea el taller.
Entramos en el taller, donde me presentó a la modista y a su ayudante que era su hija, me gustó mucho lo ordenado que lo tenían todo.
-Felicidades por como lo tenéis todo, me gusta, mañana vendré y pasare el día aquí, por lo que si tenéis alguna idea o queréis cambiar algo, por favor mañana me lo hacéis saber, por lo pronto esa pared la vamos a acristalar, quiero que las clientas os vean trabajar.
-Paqui. -Si que hay cosas que podríamos mejorar…
-Perdona, que no me he presentado, soy Raúl, pero eso ya lo sabéis,
Se pusieron las dos rojas.
-Voy a dar una vuelta por abajo, mañana espero vuestras ideas.
Baje seguido por una sonriente Lu, pero la más feliz hasta ahora era Tina con diferencia.
Estaban las seis ocupadas.
-Vamos a hacer una cosa Tina, como están ocupadas, Lu y yo vamos a tomar café ahí al lado, hay dos que este mes les vence el contrato, no sé si sabes las que son, que supongo que sí, así que la primera de ellas que se desocupe me la mandas a la cafetería, arriba no se puede estar.
-Tina. -Si son María y Clara.
-Por los informes que vi, estas contenta con ellas, pero te lo quiero oír a ti, son tu responsabilidad, así que quiero sinceridad siempre.
-Tina. -Estoy muy contenta, como a todas incluida yo, fue Lu la que nos contrató, y nunca hemos tenido problema.
En ese momento se quedó Clara libre…
-Lu. -Clara esta libre, dile que se acerque.
La llamo…me presente…
-Vamos a tomar un café y a hablar.
Se puso nerviosa y nos siguió. Nos sentamos en la terraza, que aunque tenía estufas, estaba vacía. Nos sentamos.
-Tranquilízate Clara, que no vamos a despedirte.
-Clara. -Gracias, estamos todas nerviosas.
-Te voy a hacer unas preguntas, y quiero que seas sincera. ¿Estas a gusto con tu trabajo? y la más importante, ¿os lleváis bien?
-Clara. -Perdona mis nervios, al cambiar los uniformes, y solo faltar el de María y el mío, es como para estar intranquila, porque respondiendo a tu primera pregunta, a pesar de que son muchas horas, sí que estoy muy a gusto, el trato es bueno y el sueldo está por encima de la media, y aunque a veces tenemos roces, creo que es lo normal en todos los trabajos, nos llevamos muy bien.
Hablaba mientras degustaba el café.
-Me gusta tu sinceridad, ya iremos hablando, mañana firmaras la renovación del contrato, -vi aparecer a María y no quería que hablaran entre ellas-, vuelve al trabajo y gracias.
Con María fue igual, Lu tenía buen ojo para el personal, y aunque en eso yo no estaba muy puesto, me gusto que los sueldos estuvieran bien. Entramos en la tienda y seguido de Lu, volví a la oficina, cerré la puerta, eché el pestillo, me senté…
-Chúpamela PERRA, necesito correrme.
Con una sonrisa en la boca se arrodillo, me saco la polla que ya estaba a media erección y mientras veía las cámaras y el ajetreo de la tienda, se esmeró, cuando me puso la polla dura, la cogí de los pelos, la hice apoyar las manos en la mesa y subiéndole la falda, aparte unas húmedas bragas y de un golpe se la metí, la muy guarra ya estaba chorreando.
-Lu. -Ufffffff, gracias AMO -hablaba en voz baja y de vez en cuando se mordía la mano para que no se escucharan sus gemidos-, mi mente va por libre, uffff, estaba excitadísima. ¿Puedo correrme AMO?
-Siiiii.
Los dos a la vez nos corrimos, me senté en la silla para recobrar el resuello, mientras Lu, se ponía bien las bragas, se bajaba la falda y se arrodillaba a limpiar mi polla.
-Vámonos, hay que buscar donde ir a comer y avisar a Yolanda.
-Lu. -Ya me he anticipado, tengo reservada una mesa en el restaurante Zalacaín, y conociendo a Yolanda, esa ya está allí, jajajaja.
Así era, al llegar en el taxi, estaban en la puerta Gema, Yolanda y Martina, que era un clon de Rosa, pero con más formas. Iba con unos leggins negros, botas de montar negras con los bordes marrones y un abrigo largo también negro.
-Vamos dentro, que aquí hace frio, teníais que haber entrado.
-Gema. -Se lo he dicho, pero ninguna ha querido entrar Raúl.
No tardaron en sentarnos…
-Pide por todos Lu.
No la deje ni hablar, me presenté y le presente a Lu.
-Ya sabes porque estás aquí Martina, supongo que Yolanda te ha puesto en antecedentes.
-Martina. – -Sin levantar la mirada-, más o menos…
-Voy a ser directo, -al notar el cambio de mi voz me miro a los ojos por primera vez-, sabemos por tu hermana el tipo de guarra que eres, como te gusta masturbarte, que eres una sumisa de libro, lo que no sé, es si eres una de esas reprimidas, o ya tienes experiencia, no me mires así y contesta.
-Martina. – -Temblando-, me gustaría irme, esto no me gusta…
-Yolanda. -No seas tonta, no te ha dicho nada que no sea verdad, a no ser que tu hermana mienta, y te aseguro que vas a ganar más que perder.
-Martina. -Mi hermana es una hija de puta, no sé porque les ha contado eso, y no, no es mentira o casi. ¿Qué me siento sumisa?, sí, y tampoco sé si solo es una fantasía, jamás he tenido relaciones de este tipo o mejor dicho de ninguno.
-Te propongo algo PERRA -quería ver su reacción, que fue buena, noté y ella porque se puso roja, como sus pezones se endurecían a través de su vestido de lana marrón-, tanto si eres como si no, te ofrezco vivienda gratis, y un trabajo compatible con los estudios, con tu sueldo por supuesto y asegurada.
-Martina. – ¿A cambio de que…?
-No me interrumpas jamás PERRA.
Di en el clavo, se estremeció y bajó la cabeza. Pare un poco, que a ella le vino bien, nos estaban sirviendo la comida.
-Por lo que estoy viendo PERRA, eres sumisa, seguro que si meto mi mano en tu coño, está chorreando, y si no lo eres, todo lo que te he dicho se mantendrá, sin condiciones, solo deberás de cumplir con los estudios y con el trabajo.
-Martina. – ¿Y cómo lo va a saber si …?
-Porque como te acabo de decir estas excitada PERRA, no te voy a tocar aún, si aceptas, ve al baño y tráeme tu tanga o braga, si esta viene seca, tendrás todo lo que te he dicho sin contraprestaciones, si como estoy seguro, están chorreando, desde este momento hasta mañana, harás todo lo que te ordene, sin preguntar.
-Martina. – ¿Puedo hablar? -me gusto, posiblemente era la más sumisa de su familia, asentí con la cabeza-, ¿y si mañana no deseo seguir?
-El trato es el mismo que si ahora no estas excitada.
Bajo aún más la cabeza y si ya estaba roja, se puso aún más.
-Martina. -No hace falta SEÑOR -conseguido de teoría sabía-, que me quite el tanga, estoy muy excitada, es la primera vez que…
-Me da igual PERRA, quiero que te lo quites.
-Yolanda. -Vamos PERRA, te acompaño.
Al oír hablar así a Yolanda, su cara era de asombro absoluto, se levantó y siguió a Yolanda a los servicios, mientras nosotros comíamos.
-Lu. -Creo que esta niña es más sumisa que su hermana y su madre Raúl.
-Cierto, casi atraviesa el jersey, jajajaja, escríbele a Juani, pregúntale si está en su casa y si esta, que te mande la dirección que cuando terminemos de comer vamos hacia allí.
-Lu. -Ahora mismo, ¿por el grupo?
-Si, ¿Cómo va Yolanda?, no quiero obligaciones en el trabajo, si no es lo que necesitas, o no cumple, quiero saberlo.
-Gema. -Para nada Raúl, sabe diferenciar muy bien, en estos días ha avanzado mucho, y esta tarde a no ser que digas otra cosa, nosotras o por lo menos yo, tengo que estar en la farmacia.
-El trabajo es lo primero, vosotras os vais a trabajar y cuando termines, me llamas a mí.
-Gema. -Así lo hare, pero terminaremos tarde, llevaba tiempo sin venir.
-Sin problema, tampoco te pilla lejos el piso, jajajaja.
Aparecieron las dos, y a Martina se la veía más relajada. Extendiendo la mano me dio un tanga gris, que se podía estrujar.
-Ahora vamos a terminar de comer Martina, tranquilízate, porque si no me equivoco, vas a hacer realidad tus deseos.
-Martina. -Yolanda me ha hablado un poco de ti, de lo que has hecho por ella y por mi hermana.
-Yolanda. – -Temiendo haber hablado de más-, le he dicho que la has colocado en la tienda Raúl.
-No pasa nada si sabe que su hermana es sumisa al igual que ella, y que es feliz, de hecho tienes mi permiso para llamarla, y si quieres hacerlo ahora, lo puedes hacer, estará comiendo.
-Martina. -No me hace falta Raúl…
-Yolanda. -Cuando la he visto, ufffff, casi la violo, jajajaja.
Hasta a Martina se le escapo una carcajada.
-Yolanda. -También le he dicho que en la comida a no ser que tú digas lo contrario no hay tratamiento.
Para relajarla, mientras terminábamos de comer, me interese por su vida en Madrid, por sus estudios, viendo que era muy responsable, lo contrario que era su hermana, que era muy social y que no le gustaba la noche.
-Lu. -Ya ha contestado Juani, jajajaja, casi no me da tiempo a mandarlo cuando ha contestado, tenemos que ir a Alcobendas a la Moraleja, ha dado mi nombre en el control de entrada.
-Jajajaja, con razón se reía cuando decía que me iba a gustar.
Fui a pagar la comida, pero se me anticipo Gema.
-Gema. -Mañana te toca a ti, pero me apetecía.
Le di las gracias y Martina que tenía muy bien asumida la teoría, iba dos pasos detrás de Lu y mía. Mientras Gema y Yolanda cogían un taxi, nosotros tres cogimos otro, dirección a la casa de Juani. Como era un taxi grande, algo que me vino muy bien, deje pasar primero a Martina, sentándome en medio de las dos, quería a Martina detrás del conductor. Puse su abrigo sobre sus piernas y las mías, y nada más arrancar, no sin trabajo porque tuve que primero meter mi mano y levantarle el jersey y luego meterla en los leggins, dirigirlas a su empapado coño. Al sentir como mis dedos alcanzaba su clítoris, me miro con excitación, no se le veía miedo, echo la cabeza para atrás y llevándose su brazo a la boca, se corrió, sentí como sus jugos empapaban mi mano, y eso que solo lo había rozado. No se las veces que se corrió hasta que llegamos, pero si como me miraba, suplicando que parara, algo que no hice, mientras mi otra mano, también oculta por los abrigos, pero no tanto, porque el taxista no le quitaba ojo a Lu, se perdía entre sus muslos. No me importaba que el taxista se deleitara viendo a Lu, es más a ratos como sin darme cuenta subía más de la cuenta el abrigo, para que pudiera ver mejor, a lo que ayudó la PERRA de Lu, que al darse cuenta de mis intenciones, más de una vez metió sus manos a través de la blusa, acariciándose las tetas a través del sujetador. Creo que el trayecto se alargó más por el espectáculo que le estaba dando Lu, pero no quería que se fijara en Martina. Pasamos la barrera, y en cinco minutos estábamos en la puerta, donde ya nos esperaba Juani, envuelta en un abrigo largo, hacía frío, se acercó al taxista que estaba nervioso, no acertaba con el datafono y le pago.
Tuve que ayudar a una Martina que casi no podía ni andar.
-Juani. – -Sin cortarse-, es igual que la PERRA de su hermana AMO.
-Jajajaja, tan diplomática como siempre.
La seguimos y nada más entrar, se quitó el abrigo, quedándose solo con un conjunto de braga y sujetador morado, unas medias negras y unos zapatos de tacón alucinantes. Al verla Lu, que estaba excitadísima, no tardo en imitarla, quedándose las dos mirando a Martina.
-Martina. – ¿Me desnudo?
-Tú que crees PERRA.
Al ver donde había ido a parar la ropa de Lu, se sacó las botas, seguidos de los leggins, los calcetines de lana, y el Jersey, quedándose solo con un sujetador deportivo gris, que casi no podían contener sus grandes pechos, además de sus pezones, que se le notaban a través del sujetador.
-De rodillas GORDA.
Quería ver su cara, así que me puse ante una arrodillada Juani y sacándome la polla, me meé en ella.
-Ufffffff, si tardamos cinco minutos más me meo en el taxi.
Vi estupor en Martina, y también deseo, le gusto lo que vio.
-Juani. -Como sabe lo que me gusta AMO, ¿le enseño la casa o prefiere antes tomar un café o una copa?
-Un café GORDA.
-Juani. -Sígame, le va a gustar donde vamos a tomar café.
Solo su entrada era el doble de grande que mi piso de Granada, cierto me gusto, atravesando una puerta, entramos en una piscina climatizada, que menos esa parte, estaba totalmente acristalada, viéndose un enorme jardín.
-Ufffffff, impresionante.
-Juani. -Aún hay algo que le va a gustar más.
No sabía que podía ser, pero ya me esperaba cualquier cosa, solo me fije que se acercó a un interfono y que pidió que trajese el café y las pastas.
-Juani. -Ya estaba preparado AMO.
Me senté en un gran sillón, muy cómodo por cierto, mientras Juani y Lu se arrodillaron con el culo en los talones junto a mí, no tardando Martina en imitarlas al verlas.
– ¿No te importa que quien venga te vea?
Lo dije con sinceridad.
-Juani. -La he aleccionado antes, es de confianza.
En ese momento entró una muchacha, que luego supe que tenía 20 años, porque su apariencia era de ser más joven que Martina o Lucía, llevaba un vestido verde y blanco, bastante feo por cierto y una cofia blanca, con medias y unos zapatos de tacón negros, que me extraño, como supe después era coreana y demostró que estaba aleccionada, dejando la bandeja con todo lo que traía en la mesa…
-Ji-woo. – ¿Cómo quiere el café SEÑOR?
Me quede a cuadros, a la vez que me empalme.
-Con leche templada, gracias.
Me sirvió solo a mí y dando unos pasos atrás hizo lo mismo que las demás, se puso de rodillas…
-A ver Juani, vamos a tomarnos el café, sin tratamientos, esto no me lo esperaba.
Tanto Lu como Juani se levantaron, y se sentaron, indicándole a Martina que lo hiciera, pero Ji-woo, se quedó en posición.
-Juani. -Nunca me has preguntado, algo que al principio agradecí, y luego he querido contártelo varias veces pero no se ha dado, y esto no lo sabe nadie, bueno Susana me pillo una vez, pero eso ya lo sabes…
-Deja de hablar y sácame de dudas.
-Juani. -Princesa de pie y siéntate.
Se le iluminó la cara y poniéndose de pie, se sentó en un sillón frente a mí. Juani se fue de rodillas y acercándose a cuatro patas, la descalzo, olió y lamió sus zapatos y sus pies, primero con delicadeza y luego con ansia, mientras Ji-woo llevó sus manos a su coño y se masturbo hasta correrse, cosa que a la vez hizo Juani. Rápidamente Ji-woo se levantó, se calzó y se volvió a poner de rodillas.
-Me tienes alucinado.
-Juani. -Desde chica he sentido atracción por los zapatos de mujer, de los pies de mujer, y hasta hace dos años, que había bebido de más, casi obligue a Ji-woo a que se dejara lamer sus pies. Al principio solo era eso, solo me corría yo, porque como has visto me he corrido como una PERRA, y con el tiempo ella fue cogiendo confianza, y mientras la lamo, ella se masturba, pero aparte de los pies, jamás la he tocado, y tampoco le he visto el coño, y hoy le he pedido que se ponga medias, y que viese lo que viese, tendría que quedar entre nosotras.
-Y también le has pedido que me llame señor.
-Juani. -En eso estoy tan sorprendida como tú, ni le he pedido que te llame SEÑOR, ni que se pusiera de rodillas.
La miré y la vi aún de rodillas, con los brazos apoyados en sus muslos y las palmas de las manos hacía arriba.
-En pie PERRA.
Juani no salía de su asombro al ver como lo hacía, sin levantar la mirada, se reconocer a alguien que esta educada en los protocolos de la sumisión o esclavitud.
-Desnúdate.
Se desabrocho ese horroroso vestido, dejando ver un pequeño pero muy apetecible cuerpo, unos pechos pequeños, pero duros, sin sujetador, con los pezones duros y grandes, ocupaban más de la mitad de sus tetas, tampoco llevaba bragas, y su coño que se le veía brillante solo tenía una pequeña fila de vello, y lo que más me ratifico fue ver el símbolo o trisquel de BDSM grabado junto a sus labios.
– ¿Cuánto tiempo lleva contigo?
-Juani. -Tres años, trabajaba en la casa de enfrente, era la empleada de hogar de un matrimonio mayor Japones, él era un cargo importante en la embajada y cuando se jubiló y volvieron a su país, me pidió que la contratara, la mujer me dijo que era servicial y obediente.
-Claro que lo es, pero creo que ella no te lo dijo en ese sentido ¿a qué no?
Ji-woo. -Así es SEÑOR, ella era literalmente mi dueña, desde los catorce años estuve al servicio exclusivo de ella, me…
Como le costaba…
-Te compro.
– Ji-woo. -Así es, soy de Corea de Sur, de una aldea, es muy normal en ciertas partes de mi país, ella me dio una educación, y a la vez me castigaba, azotaba, y más cosas, que creo que usted se imagina.
-Lo echas de menos, ¿tienes pareja o novio?
– Ji-woo. -No, salgo poco, la señora me trata bien…
-No como tú deseas.
Me levante, me acerque a ella y le solté un bofetón, con fuerza, cogí sus pezones y aprete hasta que sin poder evitarlo, se corrió, pero no gimió, no gesticulo.
-GORDA, a que esperas.
Rápidamente se tiró al suelo y acercándose a Ji-woo, llevo su lengua a las piernas y lamio su corrida. Me fui desnudando…
-De rodillas, cómele el coño a esa PERRA.
Estaba bien enseñada, más como esclava, como pude comprobar más tarde, se tiró al suelo y con rapidez a cuatro patas se puso delante de Martina, que tenía una cara entre no entender nada y excitada. Me acerque a ella…
-Siéntate en el sillón y déjala hacer PERRA.
Fue sentarse y sentir la lengua de Ji-woo en un chorreante y depilado coño.
-Martina. -Se que no debo sin permiso, pero me corroooo, casi la ahoga, apretó su cabeza con tanta fuerza, que Lu tuvo que separarla.
Me metí en la piscina…
-Entra ESCLAVA.
Supo que era a ella, sonrió, se descalzo, y sin quitarse las medias bajo por las escaleras, la cogí del pelo la hice entrelazar sus piernas a través de mi cuerpo y poniendo mi polla delante de su coño…
CONTINUARA…
Soy Amo, me encanta la dominación, me gusta tener, someter y humillar a parejas y a quien se quiera iniciar, necesitar un tutor o conocer este estilo de vida.
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