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Hermana de sangre

Creí que se vendría rápidamente, pero a cambio de eso la sacó, me dio vuelta con suavidad y quedé completamente boca abajo. Se puso sobre mí, aplastándome con el peso de su cuerpo, y con una mano me abrió las nalgas. Con la otra guió su verga hasta apoyar la cabeza en el agujero de mi ano.