La di vuelta a Graxiela y le ordené que me limpiara bien mi pija con su boca, al terminar me cambié enseguida y decidí irme, pude ver como la colchoneta donde dormía su esposo está llena de mi leche y de sus jugos, ella enseguida volvo leche de su hijo sobre las manchas y salió a limpiarla como para no levantar sospechas.
No creía lo que estaba viviendo y sobre todo que fue gracias a Graciela, para colmo la hija de puta sacó mi filmadora y se puso a filmar, la levanté y me comí los pequeños pezones de Débora, la dí vuelta y me quedó enfrente mío el monumental culito de la nena, que hermoso culo, la muy puta gozaba como loca, me arrodillé y me comí su concha que apenas tenía unos pelos púbicos, me acosté sobre el sillón e hicimos un hermoso 69, todo era grabado por Graciela, todavía era muy estrecho su conchita, aunque ya no más virgen.