Dos jovenes mujeres que seducen a un joven, llegando a compartir el sexo en todas las varientes, una historia real en Buenos Aires.
Si bien Marcelo cada día era más ocurrente e inventamos mil maneras de hacer el amor, nunca en verdad me satisfacía. Me calentaba de manera alocada y yo enardecía por tener su miembro dentro de mi vagina lo más urgente
Ocasionalmente se dedicaba en silencio y por las tardes a masturbarse, lo realizado dos o tres veces en la semana o cuando hubiese visto alguna película fuerte en la televisión.
Soy maestro mayor de obra y esa tarde iba con la intención de calcular los costos y las personas que necesitaban, para las reparaciones.