Me acerqué a la cama de mi hija Lanie con mucho cuidado. Arrodillándome a su lado, le acaricié el pelo y le di un ligero beso en la mejilla. "Buenas noches, cariño", susurré.
El amor, después del amor tal vez, Se parezca a este rayo de sol, Y ahora que busque y ahora que encontré, El perfume que lleva el dolor, En la esencia de las almas, En la ausencia del dolor, Ahora sé que ya no puedo, Vivir sin tu amor.
Dos jóvenes familiares que no se habían visto en muchos años coinciden en la cena de nochebuena.
Ella suspira, su aliento es un canto, él la envuelve en la magia de su tacto, y en esa danza de brujas y encanto, se consumen en el éxtasis intacto.
La pasión de dos jóvenes ilumina la luz de la noche.
En el aeropuerto Estoy en Madrid esperando mi vuelo a Tenerife, una chica con pechos enormes me mira, yo la observo con deseo, ella mira para el baño cercano, se levanta y entra sin dejar de mirarme, me levanto y la sigo… pierdo mi vuelo