Su esposa se marcha de viaje urgentemente y se queda solo con su hijastra

Hace 18 años que Enrique se casó.

La mujer con la que contrajo nupcias era divorciada y tenía una pequeña (de nombre Ana) de tres años en aquellos tiempos.

Al pasar del tiempo la mujer de Enrique fue perdiendo interés en las relaciones maritales, pero él mantenía su energía, por lo que a veces se encontraba sumamente desesperado puesto que le era fiel a su esposa.

Más sin embargo por su desesperación algunas veces espiaba a su hijastra por el cerrojo de su puerta cuando esta salía de ducharse.

Y cual fue su sorpresa que al paso del tiempo la niña se transformó en una hermosa mujer, con unos pechos enormes y bellísimos, un trasero increíble pues estaba bien levantadito y redondeado, y no se diga sus piernas esos dos tremendos troncos alargados y carnosos y bien formados mismos que conducían a un coño con abundante vellosidad.

Muchas ocasiones Ana se paseaba por la casa en ropa muy ligera, permitiendo ver debajo, los maravillosos encantos que portaba, por tal motivo su madre le llamaba la atención pues se daba cuenta de lo provocativa que se mostraba.

Un día su esposa recibió una llamada de la casa de sus padres, debido a que su madre se encontraba muy enferma, motivo por el cual se vio obligada a efectuar un viaje para visitar a su progenitora y auxiliarla en su convalecencia pues su padre era mayor y no podía el solo atenderla.

Un día debido a que sólo contaban en casa con una ducha, después de que Ana salió de ducharse cubierta con una pequeña toalla que apenas le cubría sus partes, entró Enrique para también tomar un baño y ya desnudo poco antes de abrir la ducha éste escucho un golpe fuerte afuera del cuarto de baño, tal como si alguien se hubiera caído, así que rápidamente tomó su bata (que también era algo corta) y salió para ver que había sucedido.

Cual fue su sorpresa al ver a Ana que se encontraba tirada en el suelo boca abajo y doliéndose.

Así que rápidamente Enrique acudió al lado de Ana para levantarla.

Esta al percatarse que se acercaba su padrastro hacia ella se puso de rodillas dejando al descubierto sus redondas nalgas y su coño al mismo tiempo que dejo de quejarse.

Con la inercia del movimiento Enrique siguió acercándose a ella a la vez que contemplaba ese espectáculo tan maravilloso, continuó hasta quedar directamente detrás de ella preguntándole que había sucedido.

Ella le contestó que se resbaló y que se había lastimado un tobillo, así que ella giró sobre sus rodillas y se sentó sobre el suelo pidiéndole que se lo sobara.

Entonces Enrique que ya estaba muy perturbado por tener frente a él a esa mujer tan hermosa difícilmente entendía lo que ella comentaba y al mismo tiempo empezó a sentir un endurecimiento en su pene, mismo que permitía ser visto por encima de la bata y que aunque quería disimular su situación fue imposible por su gran tamaño.

Así que éste le pidió a la chica que levantara el pie para inspeccionarlo.

Pero cual fue la sorpresa de éste cuando la chica sentada en el suelo con un movimiento de su pie deja al descubierto su pene que ya se encontraba completamente erecto e instantáneamente ella se metió entre las piernas de Enrique, quedando su cabeza casi directamente a la altura del pene tomándolo con las manos y acariciándolo.

Enrique estaba echo una estatua inmóvil, solo miraba las maniobras efectuaba la chica y sin decir una palabra se dejó envolver por el juego de ésta, permitiéndole hacer todo lo le apetecía.

Por lo que tomó el pene después de juguetear con él y lo empezó a humedecer con su lengua que estaba de frente al glande y posteriormente lo introdujo lentamente en su boca hasta realizar un acto mágico pues por completo no dejó nada a la vista y así repitió el acto varias veces proporcionándole unas mamadas increíbles.

Fue tanta la excitación de Enrique que no pudo contener la eyaculación y terminó dentro de la boca de Ana, misma que devoró toda la leche que le fue proporcionada.

Enrique se encontraba tan excitado que continuaba con la erección y obedecía a todo lo que Ana le ordenaba.

Así que esta le pidió que le mamara su velludo chocho.

Y como autómata Enrique se inclinó sobre ella para efectuar lo que le había pedido.

Así que para empezar le pasa muy suavemente sus dedos sobre los labios vaginales y luego con el dedo medio acaricia su clítoris causando en ella una gran excitación para posteriormente introducir lentamente su lengua dentro de la húmeda vagina y con el dedo pulgar continua acariciando el clítoris y ella como para no dejar que Enrique se retirase sin que ella llegara al orgasmo le sujetaba la cabeza.

Posteriormente de que Ana quedó satisfecha, pues había conseguido varios orgasmos con la tremenda mamada de chocho que le dio Enrique se colocó de rodillas, dejando a la elección de él el camino que éste quisiera seguir.

Y éste se decide por el camino más difícil y estrecho, mismo que ya se encontraba lubricado después de la mamada que le había dado.

Así que empezó introduciendo lentamente su verga en ese estrecho culo, hasta que por fin no quedó nada a la vista.

Ana en un principió se quejó pero conforme Enrique se lo metía más y más el dolor se convirtió en goce.

Por lo que los dos empezaron a moverse con un ritmo intenso y salvaje haciendo que los huevos se estrellaran en cada vaivén contra el choco de ella, lo que los condujo a concluir en un orgasmo enorme debido a que él inundó con su leche ese culo estrecho pero delicioso.

Después de quedar los dos satisfechos y tendidos sobre el suelo se metieron a la ducha juntos en donde terminaron ese increíble encuentro.

Así fue hasta que regresó la esposa de Enrique y todo volvió a la normalidad, pero esto sucedió siempre que tuvieron la oportunidad quedando como un secreto de familia.