Mi amiga Laura me pide que entretenga a su papá
En aquella ocasión, mi amigui Laura me pidió que la ayudara a que su papá le diera permiso de salir, cosa que de por si eso era algo imposible.
Además, el papá de Laura era un señor muy estricto, celoso y ya saben, no la dejaba ir sola, pero ni a la esquina.
Pero resulta que, a la putita de mi amiga, le gustaba el vecino, un señor como de 50 y, de alguna manera, habían quedado de verse en casa del señor, ya me imagino cuales serían los perversos planes del viejo vecino.
Así que acepte ayudarla, ya luego me cobraría el favor con ese viejo.
Entonces fui a visitar a mi amiga a su casa. Yo llevaba una faldita corta que se veía todo y una blusita de tirantes que dejaba ver mis pequeños pero deliciosos senos.
Por lo menos eso era lo que me decían los señores en la calle y algunos profes en el Cole.
Además, que mi amiga me había dicho que yo le gustaba a su papá. Eso facilitaba las cosas.
Así que estábamos Laura y yo en su casa, sentadas en el sofá de la sala, y su papa nos vigilaba desde el comedor, sentado de frente hacia nosotras.
De vez en vez, nos reíamos de alguna bobada y yo separaba las piernas y su papa aprovechaba para verme los calzones.
Al poco, ya me habría de piernas sonriéndole y mirándolo a los ojos. El sudaba nervioso, pero no dejaba de ver, hasta que le note como ya tenía el bulto bien parado.
Esa era la señal, entonces le dije a mi amiga en secretito que ya podía pedir permiso de salir. De inmediato su papá le dijo que si, pero que no se tardara mucho.
Claro, nomás se iba a coger al vecino y luego regresaría, algo si como unas dos horas, creo yo.
Enseguida el papa de Laura se levantó, se acercó y se sentó junto a mí, muy cerca.
~Eres una niña muy bonita ~ me decía mirándome las piernas, los calzones y mis bubis, estaba que babeaba.
~¿Gracias, más que Laura? ~ le preguntaba sonriéndole coqueta.
~Bueno, sí, Laura es muy bonita, pero es mi hija. Tu eres muy bonita también, pero muy especial ~ me decía como queriendo coquetear.
~Especial? ¿Como especial? ~ Me acercaba un poco para que me viera las bubis.
~Especial en el sentido de que, a pesar de tu edad, ya estas muy desarrollada, te ves super sexi, nomás de verte dan ganas bb ~
~Ganas? ¿Como de qué? ~ me acercaba más, el de seguro ya me podía ver las bubis en todo su esplendor y mis piernas mostrando los calzones ya rozando la suya.
~De tocarte, de hacerte cosas ~ me decía al tiempo que su mano ya estaba sobre mi muslo, se notaba que ya estaba muy caliente.
Me empezó a acariciar, me apretaba la pierna y poco a poco subía la mano hacia mi sexo y yo…yo pues me dejaba.
Me recargue sobre su pecho, deje que me metiera mano bajo la blusa y me empezó a tocar las bubis. Yo solo puse mi mano sobre su bulto. Se notaba enorme y muy duro ufff.
El buen hombre no aguanto mucho, se bajó el cierre y se sacó la verga para que se la manoseara. Se la empecé a agarrar, se sentía muy dura y caliente. El señor me empezó a besar las tetas y se movía como para que lo masturbara o se la mamara, Yo pues hice las dos cosas, primero se la jale tantito, ya que se le empezó a salir su jugo, lo limpie con la lengua y luego me la metí a la boca y se la empecé a mamar. Que rico ufff, me gustaba, la tenía enorme. Me entretenía dándole lengua por todo su tronco y luego chupaba su enorme cabeza.
El hombre estaba como loco, cuando me pasa la mano por detrás y me la empieza a meter por el sexo, el enseguida noto como ya tenía todos los calzones empapados.
~Dios mío, está toda mojada, eres una putita muy caliente bb ~ decía totalmente excitado.
~Igual que tu hija, pero tú no te das cuenta ~ le decía al tiempo de escuchar que Laura entraba a la casa por la cocina.
Enseguida me levanté, me despedí y salí rápidamente de ahí.
El hombre se quedó con la verga de fuera sin saber que hacer.
~Papa!!!!! ¿Qué haces? ~ preguntó Laura acercándose hacia él cada vez más.
~Yo..yo..yo ~ el pobre no atinaba que hacer, totalmente avergonzado y nervioso.
Así que Laura se puso lista, comprendió que ese era el momento oportuno, así que rápidamente se arrodillo frente a él y sin decir palabra se la agarró y se la empezó a mamar.
El hombre no reaccionó hasta que ya era demasiado tarde. Se vino tremendo dentro de la boca de su adorada hija.
Laura se levantó y se marchó hacia su recamara, saboreándose la leche de su papa, al llegar a la escalera, se dio vuelta y de la manera más inocente pero tremendamente sensual le dijo ~papa, tenemos que hablar ~.
Yo me fui directo a ver al viejo vecino, el papa de Laura me había puesto de lo más caliente, así que decidí ir a cobrarme el favor.
El viejo vecino me abrió la puerta y yo me metí directo a la recamara. El hombre solo fue tras de mí y cerró la puerta.
Así que estuvimos cogiendo un buen rato, el hombre era muy aguantador, ya que acababa de cogerse a Laura y aun le quedaban energías para atenderme a mí. Y vaya de qué manera lo hizo.
En la noche, Laura se las ingenió para darle las nalgas y entregarse a su papa. Así que estuvieron coge y coge durante bastante rato.
~Tu planeaste todo esto verdad bb? ~ le preguntaba su papa a Laura, al tiempo que le daba tremenda cogida.
~No sé de qué hablas papi ~ respondía ella melosa, al tiempo que, montada sobre él, le movía las nalgas fde lo mas rico.
~Me dejaste a solas con tu amiga para poderte salir. ¿Dónde fuiste?
~Solo fui a visitar a don Pascual.
~ ¿Don Pascual, el viejo vecino? ¿Para qué?
~Solo estuvimos platicando un rato papá.
El papa de Laura estuvo cavilando por unos instantes, tratando de darle sentido a todo lo ocurrido.
~ ¿Te lo cogiste? ~
~Ayyyy pa, que cosas dices? ~
~ Para eso me trajiste a tu amiga, para que me distrajera y tú te pudieras salir, ahora eso me queda claro ~
~ ¿Ahora dime, te lo cogiste? ~
~ Ayyyy pa, la verdad sí es que ese hombre me gusta mucho ~
~Bueno, se me ocurre que lo podrías invitar a cenar y a tu amiga Melany ~
~Te la quieres coger verdad? ~
~La verdad es que a mí esa putita también me gusta mucho ~
~Bueno pa, déjame ver qué puedo hacer ~
Le decía Laura a su papa, al tiempo que se movía frenéticamente haciéndolo terminar dentro de ella de manera por demás abundante, llenándola todita de su leche caliente.
El viernes siguiente, Laura y su papa nos invitaron al viejo vecino y a mí a cenar, tal como ellos habían acordado.
Mi amiga ya me había contado todo acerca de los planes de su papa, así que yo acepté gustosa y me vestí de lo más sexi y coqueta para impresionar a su papa.
Al término de la cena, me ofrecí a llevar los platos sucios a la cocina para lavarlos. El papa de Laura se ofreció a ayudarme, así que los dos nos metimos a la cocina.
Un poco más tarde, desde la barra de la cocina, que tenía vista a la sala, observe que Laura y el vecino ya estaban cachondeando de lo más rico.
Se besaban apasionadamente, Laura le tenía agarrada la verga y se la frotaba bien cachondo, al tiempo que el viejo le metía mano entre las piernas y ella las separaba completamente para facilitar la maniobra al viejo.
Estaba yo embobada mirando la escena, cuando de pronto sentí como el papa de mi amiga, repegaba su enorme verga entre mis nalgas al tiempo que me metía mano bajo la blusa manoseándome las tetas por detrás.
Tenía la faldita tan corta que su verga se acomodaba perfectamente directo entre mis nalgas.
No voy a mentir, el papá de Laura me gustaba mucho y la verdad, es que, me estaba poniendo de lo más caliente.
Más aún, cuando noto que se baja los pantalones y claramente siento que me pone su verga desnuda frotándola contra mis nalgas, además, sus manos ya jugueteaban directo sobre mis pezones bajo el bra.
Pero no solo eso, sino que, además, Laura ya estaba de rodillas mamándole su vergota al vecino y él le metía los dedos por detrás manoseándole la vagina.
Así que yo ya estaba escurriendo a punto de turrón.
El papa de >Laura se dio cuenta de que yo ya estaba a mil, me llevo a la sala y me sentó junto a Laura. Entre los dos nos quitaron los calzones y nos empezaron a chupar el sexo de lo más rico y cachondo.
Las dos estábamos escurriendo de placer abundantemente y el par de viejos bebiéndose nuestros jugos.
Al poco, los dos pusieron nuestras piernas levantadas sobre sus hombros y nos empezaron a coger a las dos metiéndonos sus enormes vergas, haciéndonos exclamar gemidos de placer.
Mas tarde, nos pusieron de a perritas una frente a otra y nos empezaron a dar verga por detrás, nosotras en cuatro patas, ya bien calientes, nos empezamos a besar en la boca ella y yo, que delicia ufff.
Al vernos, los viejos se calentaron aún más y arremetieron contra nosotras dándonos verga moviéndose rápidamente.
Los dos viejos se terminaron en nuestra boca lanzándonos chorros de leche caliente, y así como iba entrando, nos la íbamos tragando, que delicia, que rico sabe la leche de los viejos mayores, por algo son mis favoritos.
Continuará…
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