Hola mis amados amantes, quiero agradecer a cada uno de ustedes por el apoyo incondicional que me han brindado durante este tiempo, es una enorme alegría saber que los he hecho disfrutar mucho con cada una de mis experiencias y no cabe duda que el recordarlas me ha mojado más de una vez; les pido de corazón seguirme apoyando y disfrutar mucho de cada una de mis aventuras, los ama su Diosa Prizila Gaztin.
Todos fuimos virgenes alguna vez, antes de que me convirtiera en la mujer que soy hoy en dia, que ama las pollas y el sexo pasional a su máximo esplendor, antes de todo esto fui una niña tranquila y de casa asi que les relataré mi primer acercamiento a este bello arte del sexo, así como mi primera vez estando con un rico macho, siendo éste, el primer relató de todas mis experiencias sexuales más eróticas, espero lo disfruten tanto como yo lo hice, besitos…
Me encontraba a un mes de cumplir mis XV aún era una linda virgencita y un poquito inocente jeje, aunque destacó que no tenía como tal alguna clase de perversión despierta, aún mi putería se encontraba dormida, pues mis papás no me permitían tener novio, ellos me decían que aún estaba muy chica para ello y que eso a ojos de Dios estaba mal; por lo que aún no daba mi primer beso, yo para ese entonces comenzaba a descubrir mi sexualidad, muchas veces sentía un gran cosquilleo en mi vagina cada que me encontraba rodeada de mis compañeros de clase, muchos de ellos me pretendían pero como dije mis papás no me permitían aventurarme a tener un novio, en muchas ocasiones por las noches sentía que mi vagina ardía en demasía, por más que trataba de distraerme haciendo otras cosa no podía evitar tocarme, por lo que me ponía una almohada entre las piernas y comenzaba a cabalgarla sin saber porque hacía ello, solo disfrutaba del roce sensacional que sentía en mi vagina y como ésta se calentaba en cada movimiento que hacía, de pronto comenzaba a sentir una ganas inmensas de orinar y frenaba mi vaivén, la verdad ello aún me asustaba bastante, hacía eso casi a diario a escondidas en mi cuarto y varias ocasiones también ocupaba la orilla de los sillones para satisfacer mi vagina, hasta que todo cambió una tarde…
Mis primos Kevin y Lalo fueron los encargados de ser mis chambelanes para mi fiestas de XV, eso ocasionaba que nos viéramos casi todos los días, ellos son hermanos, Kevin de mi edad y Lalo un año mayor por lo que el entendimiento era bastante ameno. En varias ocasiones por las posiciones de los bailes que nos ponía el maestro, no podíamos evitar los roces pudiendo sentir como sus pollas rozaban mis nalgas, mis brazos y mis manos así mismo ellos me tocaban las piernas, las nalgas y mis senos, eso comenzaba a excitarme pero también me asustaba pues eran mis primos y no negaré que Lalo me atraía mucho (en ese entonces él medía 1.65 igual que yo) era delgado güerito, bastante bonito; me encantaba su forma de ser y como me trataba razón por la que mi primo me tenía enamorada de él, pero yo sabía que eso estaba mal, no quería que me vieran con malos ojos, pues en mi cabeza sentía que Dios me castigaría por mis pensamientos impuros ya que eso no estaba bien visto. Kevin era un poquito más chaparro un poco llenito pero al igual que Lalo bastante atractivo, una tarde mientras terminamos de ensayar Lalo me dio una vuelta y de momento me mareé tanto que terminé tropezando, intenté agarrarme de su mano pero no lo conseguí y terminé jalandolo de la polla, este de inmediato gritó del dolor y terminó cayendo encima de mí, quedándonos justo frente a frente, ambos nos comenzamos a reír sin decir nada pero mi mano aún seguía sosteniendo su polla, poco a poco comencé a sentir como ésta iba creciendo y mi curiosidad también. Jamás en mi vida había sentido como crecen y más aún jamás he visto una más que en los libros de texto de la escuela:
LA: Priz creo que debes soltar mi pene, me estás lastimando jaja…
YO: ¡Upps! Perdón primo. Discúlpame, no era mi intención. En verdad, perdón…
LA: Jaja no te preocupes primita, para eso es pero se pide…
YO: ¡¿Qué?! ¿A qué te refieres? no te entiendo…
LA: Jaja a nada, prima. A nada, ven vamos a terminar de ensayar ¿va?…
La verdad, como dije era un poco inocente y el que me hablara en doble sentido aún no lo entendía (claro que si eso se lo hubiera dicho a la actual Priz, polla le hubiera hecho falta a él jeje). Continuamos con el ensayo pero no podía dejar de pensar en su trozo pues jamás había sentido y obvio nunca he visto uno, me daba mucha curiosidad, recordando cómo ésta fue creciendo en mi mano, de repente empecé que sentir ese cosquilleo en mi vagina, al mismo tiempo que sentía como mis bragas se mojaban, me sentía mal por sentirme así pero había algo que por dentro me decía que estaba bien.
Terminamos de ensayar y como era costumbre, Lalo y Kevin se quedaron en mi casa pues mi tíos pasaban por ellos hasta las 11 de la noche y apenas eran las 6, así que para distraernos decidimos ver una película así que compramos refresco y papas para pasar el rato, mi mamá nos dijo que saldría a hacer despensa y que después pasaría a ver a mi abuelita, por lo que nos quedamos solos los 3 en mi casa, decidimos poner la película 》Halloween《. La verdad jamás la había visto por lo que desde el principio las escenas me impactaron, de pronto comenzó una escena donde la mamá del niño comenzó a bailar, ello me impresionó pues al parecer se dedicaba a la prostitución a lo que Lalo me preguntó:
KE: ¡Oye, Priz! ¿y tú usas lo mismo que esa señora?…
YO; Jeje no, jamás lo haría…
LA: Por que la verdad las mujeres se ven muy bonitas así ¿no crees? además creo que te verías muy hermosa si también te vistieras como ella y bailaras…
YO: ¡¿Qué te pasa, Lalo?! ¡¿Me estás diciendo prostituta?!…
LA: ¡No! No, como crees. Solo me refiero que eres bastante hermosa y que vestida como ella te verías bastante emm… sexy…
YO: ¡Oh, ya! Entiendo, pues no sé, se me hace muy vulgar…
LA: Y entonces ¿qué ropa interior usas? No me digas que aún te pones de princesas jaja…
YO: Jeje ¡¿cómo crees?! ¡Tampoco! Yo uso braguitas y brasier…
KE: ¡¿A ver?! jajaja…
YO: Jeje ¿Cómo crees? No. Sabes que eso está mal…
KE: Ándale prima no vamos a decir nada ¿va? Si nos enseñas, nosotros te enseñamos nuestros bóxer ¿sí?…
YO: Mmm, no sé…
LA: Ándale, solo déjanos ver. Prometemos no decirle a nadie, además estamos los 3 solos…
La verdad tenía mucho miedo pues a pesar de mi curiosidad temía que en algún momento mi mamá llegara y me viera enseñándole mis calzones a mis primos, la verdad dudé por lo que traté de suplicar que mejor no, que probablemente mis papás podrían llegar y vernos, ellos ingeniosamente y en su calentura me propusieron ir a mi cuarto con el fin de que ahí estaríamos los 3 seguros y que si alguien llegaba inmediatamente bajaríamos para que nadie se diera cuenta, al final con todos mis nervios y ese cosquilleo en mi vagina terminé por acceder, pues mi cabeza me decía que no lo hiciera que debía de mantener mi inocencia, pero mi cuerpo me pedía a gritos que satisficiera mi curiosidad. Terminamos los 3 yendo a mi cuarto, mis manos me sudaban, el cuerpo me temblaba, pero mis bragas se sentían mojadas, podía ver en la cara de mis primos un morbo muy curioso para mí, que hasta el día de hoy cada que lo recuerdo me prende jeje; cuando íbamos subiendo a mi cuarto por las escaleras podía escuchar cómo ellos se secreteaban algo, la verdad no quise preguntar, no tardamos en llegar y nos metimos, ese día iba vestida con una playera negra de Korn sin mangas, mis jeans azules y unos tenis negros, llegamos a mi habitación, entramos, Kevin cerro la puerta y todos nos quedamos viendo, sonreímos sin sentido pues sabíamos que estábamos haciendo algo que no es normal (o eso creía jeje) así que suspiré varias veces tratando de quitarme el nervio que tenía:
KE: Vamos, prima. Déjanos ver, anda lo prometiste…
YO: Está bien pero prométanme que no le van a decir a nadie…
LA: Lo prometemos…
Así que tomé aire, dudé unos segundos en hacerlo, quería llorar pero al mismo tiempo un calor inexplicable que salía de mi vagina deseaba que me atreviera, cerré los ojos y comencé a quitarme mi ropa delante de mis primos, jamás había sentido lo que sentía en ese momento, mi corazón comenzó a latir muy rápido me sentí asustada, mi respiración era muy agitada, traté de controlarme para que fuera rápido aunque también poco a poco ese hormigueo en mi vagina fue en aumento con mayor intensidad. Fue algo sumamente extraño para mí ya que el calor de mi vagina comenzó a recorrer mi cuerpo; me quité mi playera, me saqué los tenis y después me quité mis Jeans quedando solo en ropa interior frente a mis primos, ellos se quedaron mudos al verme pues mi cuerpo ya se había desarrollado bastante siendo ya una obra de arte para los hombres, de hecho en la secundaria varios de mis compañeros me decían que me les antojaba y que ya me había dedicado algunas, yo la verdad no entendía mucho de lo que me decían pero conforme fui creciendo supe a qué se referían jeje; Lalo y Kevin estaban mudos no me decían nada por lo que traté de romper el silencio que cada vez se hacía más incómodo y me hacía sentir insegura de mí:
YO: ¿Y bien? ¿Qué les parece?. Bien, creo que es suficiente, ya vámonos a la sala…
LA: Déjanos ver tus pechos prima…
YO: No, eso si que no, ¡cómo crees!…
LA: Ándale, por favor. Te prometo que nadie se va a enterar…
YO: No, Lalo. Eso ya no…
KE: ¡Ándale, Priz! Déjanos ver tus pechos, además faltamos aún nosotros enseñarte nuestros bóxer. Es más, si nos enseñas nosotros te enseñamos nuestros penes ¿si?…
La curiosidad otra vez me dominó pues sí, sí quería verles la polla, jamás había conocido una y esta era la oportunidad perfecta para ver dos jeje, pero los nervios me carcomían tenía mucho miedo de lo que estaba haciendo, pero al igual las ansias me tenían presa de esa precoz sensación en mi vagina, no sabía que hacer, mi zorrita cada vez se ponía más y más caliente, me sentía muy agitada así que sin pensarlo más me empecé a desabrochar el brasier dejando en libertad mis deliciosos senos, los cuales estaban duritos, hermosos y obviamente vírgenes, mis primos se me quedaron viendo y poco a poco pude notar como sus pollas se empezaba a erectar, pues se les empezaba a marcar el trozo en su pantalón, eso me calentó más, no entendí del todo porqué mi cuerpo estaba reaccionando como reaccionaba me sentía igual como cuando me masturbaba con la almohada, solo pasaba saliva por mi boca, sentía un ardor en mi ser pero mi miedo no me permitía hacer más allá:
YO: Creo que es todo ¿no creen? ya les dejé verme, mejor vamos a ver la película porque mi mamá ya está por llegar…
LA: Jaja es que prima ¡puff! estás muy linda. No manches eres perfecta, déjanos tocarte…
YO: No, Lalo eso si ya no, ya por favor, quiero irme…
KE: Ándale Priz, no te haremos nada confía en nosotros, jamás seríamos capaces de lastimarte…
YO: No, no quiero. Ya vámonos, creo que ya les enseñé lo que querían ver y con eso es suficiente…
KE: Pero aún falta que nos veas…
YO: No está bien, no quiero…
LA: Es que mira lo que hiciste, ve como nos pusiste…
Los dos cabroncitos no me dejaron decir más pues de inmediato, se bajaron su pantalón con todo y bóxer liberando sus ricas pollas con las que me quedé inmóvil e impresionada, quedé perpleja ante esos dos machos que eran mis primos, mi corazón parecía que iba a explotar, una desesperación incontrolable se hizo presente en mí, por unos segundos me quedé inmóvil solo admiraba esas dos pollas que estaba a unos centímetros de distancia, escuchaba que ellos me hablan pero no les entendía, mi vista y esas sensación desbordada que era excitación estaba tomando posesión de mí; la polla de Lalo era la más grande de las dos, unos 16 centímetros para ser exactos aunque la de Kevin era un poco más chica 14 centímetros pero mucho más gorda, ambos les colgaban unos enormes huevos con bastante pelo, me sentía maravillada quería gritar de alegría y miedo pero mi cuerpo no reaccionaba, no sé cuánto tiempo pasó pero de pronto mis primos ya estaban cerca de mí y fue cuando recobré la conciencia o algo así jeje:
LA: ¿Cómo estás, Priz?…
KE: Prima, prima ¡¿qué pasa?!…
YO: Jeje nada cariños, solo me quedé impactada, jamás había visto una polla y pues es algo sorprendente para mí…
KE: Si gustas puedes tocar…
YO: ¡¿Qué?! No, no, no ¿Cómo crees, Kevin? No, ya rebasamos lo permitido, creo que ya es suficiente ¿Sí?…
LA: Jaja Ándale prima, mira no pasa nada, solo tócalas y ya, qué mejor que te quites la curiosidad ahora que ya prácticamente estamos los 3 desnudos en tu cuarto…
Eso era cierto, estábamos solos los 3 en mi cuarto, no había nada que me impidiera seguir descubriendo, no sé cómo fue pero de pronto de la nada ya tenía las pollas de mis primos cerca de mis manos, volví a reaccionar y ahí es dónde por fin me vi sosteniendo esos dos trozos, ambos tenían un calor riquísimo, podía sentir como mis bragas estaban súper húmedas, mi respirar era agitada pero el miedo conforme pasaban los segundos se me iba quitando, comencé a acariciar esos dos trozos de carne; sentía su textura, las venitas que estas tenían, así mismo como de sus cabecitas salía un líquido muy curioso que embarré en mis dedos. Lalo y Kevin comenzaron a gemir, escucharlos me calentó más, mi cuerpo no entendía por qué pero de pronto sentí una necesidad de seguir tocándolos, como si fuera ya una experta me hinque ante ellos (cosa que al parecer les excito bastante, pues estos dos machos bufaban ferozmente) seguí masturbándoles la polla a como Dios me dio a entender, pero al parecer no lo hacía yo mal pues ambos lo estaban disfrutando, no sé cuánto tiempo pasó pero mis manos me empezaron a doler por lo que, cada vez fui moviéndolas más despacio, ellos se percataron por lo que cada uno quitó mi mano para comenzar a masturbarse frente a mí:
LA: No te levantes, primita. Te tenemos una sorpresa, quédate así como estás…
YO: OK, está bien…
Lalo empezó a masturbarse cada vez más frenético al mismo tiempo que Kevin lo hacía con la misma desesperación yo no entendía lo que pasaba pero me sentía muy excitada por lo que estaba viendo, mis senos y pezones empezaron a ponerse duritos, los toqué suavemente hasta que llevé una de mis manos cerca de mi vagina y sentí de inmediato cómo mis bragas estaban empapadas, acaricié mi zorrita por encima y la sensación que sentí fue fenomenal, mi vagina estaba muy sensible, quería meterme los dedos, pero la verdad no quería que mis primos me follaran pues me daba miedo que pudieran embarazarme; pasaron unos 2 minutos más en los que yo tenía prácticamente en la cara esas dos pollas mientras me rozaba con mis dedos mi vagina, de pronto ambos empezaron a gemir más y más duro, yo me quedé viendo sus pollas por el frenesí y en cómo se masturbaban, sin avisarme mis primos comenzaron a venirse en mi cara, llenándome toda mi carita con su semen:
LA: ¡Oooohhh! ¡Mmmmmm, qué rico! ¡Mmmmmm aaahhhh!…
KE: ¡Aaaaaah! ¡Mmmmmm, aaaaaah! ¡Sí, así aaaah!…
Nuevamente me quedé inmóvil, no sabía como reaccionar pues ambos me estaban eyaculando mi carita, los dos terminaron de llenarme de leche y sus pollas comenzaron a perder fuerza, su semen comenzó a escurrirse por toda mi cara llegando a mi cuello y mis senos, un poco cayó en mi boca y por curiosa lo probé, la verdad me gustó, pues tenía un sabor dulce pero picante, la textura era bastante rara pero pasable.
YO: ¿Qué fue todo eso?…
LA: Perdón, prima jaja. Se llama semen es lo que nos sale a los hombres para alimentar a las mujeres…
YO: Jeje eso no, lo que acabamos de hacer…
KE: Pues no sé dinos ¿te gustó?…
YO: Jeje sí, es raro pero sí me gustó…
LA: Si quieres lo podemos hacer cada que terminemos de ensayar…
YO: ¡¿Cómo creen?! nos pueden cachar…
KE: Pero ya viste que no, cada que estemos solos vamos a intentarlo ¿va?…
Durante las semanas restantes cada que mis primos y yo estábamos solos nos dedicamos a explorarnos, ya sea en la sala de mi casa o en mi cuarto. Al principio solo los masturbaba pero poco a poco dejé que fajáramos, (yo con braga obviamente) me lamian los pezones y yo solo me atreví a lamerles la punta de sus pollas, todo esto fue hasta que pasó mi fiesta de XV años, pues mis primos se mudaron con mis tíos a Querétaro y ya no pudimos seguir jugando.
Entré a la preparatoria y el mundo que se vivía ahí era otro, podía sentir una libertad diferente, mis papás dejaron de ser insistentes con lo de los novios, por lo que por fin me di rienda suelta a tener mi primer novio, por obvias razones muchos pretendientes se empezaron acercar a mí, desde los de primero, segundo y tercer año. La verdad todos parecían buitres a mi alrededor; en mi salón conocí a mi primer novio y quien se volvió mi primer amor, pues él me trataba espectacular, su nombre, César un chico delgado, morenito, bastante guapo la verdad me la pasaba muy bien con él, al mismo tiempo que con él comencé a disfrutar de unos fajes tan intensos que cada que lo hacíamos no podía evitar recordar como Lalo y Kevin fajaban conmigo, recordaba sus ricas pollas mojándome y a centímetros de penetrame, entre mi curiosidad por saber si César tenía una polla similar a mis primos trataba de pedir que me enseñará pues quería ver cuáles podrían ser las diferencias, yo lo masturbaba por encima de su pantalón y la sentía igual de grande que la de Lalo, muchas veces nos metíamos a los callejones oscuros y ahí teníamos unos fajes deliciosos al igual que cuando nos encerrábamos en el cuarto de su casa, me le restregaba con fuerza a su trozo y eso hacía que mi vagina se calentara y por una extraña razón quería que estuviera dentro de mí, pero mi miedo no me permitía ello; lamentablemente en ese entonces no pude siquiera ver una sola vez su polla pues en mi cabeza deseaba que él fuera a quien le regalara mi virginidad.
Por cuestiones familiares mi novio terminó saliéndose de la escuela y se comenzó a dificultar vernos, pues él tuvo que empezar a trabajar y ya no tenía tiempo para mí, eso me rompió el corazón por lo que terminamos nuestras relación de 5 meses; todos los días aún con mi novio, recibía cartas, chocolates flores, varios detalles de muchos pretendientes pero en especial de uno que me llamaba mucho la atención su nombre Abraham era mayor que yo por 2 años, 1.70 de estatura, delgado, tez morena y una polla que para ese momento desconocía completamente, pues él aún andando con César, en varias ocasiones se me acercaba a platicar y ligar conmigo, no podía evitar no poner mi cara de tonta la verdad me atraía mucho y por una extraña razón mi vagina se mojaba cada que estaba con él, no entendía el por qué de ese morbo, no entendía el por qué mis bragas se mojaban, solo sabía que ese macho sin aún ponerme un dedo encima ya me tenía para él.
Después de una semana de haber terminado con César comencé una relación con Abraham desde el primer momento los fajes eran soberbios, el cabrón me ponía al límite de mi excitación, era muy caliente tanto que un día al salir de la escuela me llevó a unas calles cerca donde había una casa en construcción, en ese lugar él me dijo que lo ocupaba con sus amigos para reuniones y pasar el tiempo (aunque después supe que hacía más cosas ahí) yo me sentía súper asustada pues tenía miedo que alguien pudiese vernos, no quería sufrir alguna vergüenza, pero cuanto más mi cabeza me atacaba, Abraham la calmo:
AB: Ven, amor. Vamos a entrar aquí ¿vale?…
YO: No, Abraham. Se ve muy solo, no quiero que nos vean o que salga alguien de esa casa…
AB: No pasa nada mi vida, la obra ya lleva un tiempo detenida, ya he estado aquí (sí, el cabrón literalmente me llevó a donde llevaba a todas, todo un fiasco)…
YO: ¿Seguro que no nos cacharán?…
AB: No, vamos…
Pasamos a la casa, como dije estaba en obra gris solo contaba con las paredes, el techo podían verse algunas sillas, dos sillones y varias cajas; un frío de nervio recorrió mi cuerpo al igual que un calor interno por parte de mi vagina, comenzaron a luchar, Abraham me quitó la mochila y comenzó a besarme riquísimo pasaba su lengua por mis labios y los metía con un frenesí sin igual, el cabrón poco a poco pasó sus manos en mis pechos y los apretaba, yo asustada le quitaba la mano pues para mí aún no debía permitirle ello, él insistía por lo que llevó su boca directamente a mi cuello para comenzar a lamerlo, de pronto sentí cómo mi vagina se calentaba más y más, mis bragas se comenzaron a mojar así como mis piernas me empezaban a temblar, mi novio se dio cuenta de ello por lo que solo sonrió y continúo devorándome el cuello, rápidamente mi mano busco su polla, la cuál ya estaba durísima, podía sentir que estaba hecha una piedra, senti que la tenía bastante grande mucho más grande que la de César y mis primos, por un momento me asusté pues como dije no tenía mucha experiencia en el arte; de pronto Abraham me dio la vuelta y me puso frente a la pared mientras le daba la espalda, él me tomó de la cintura y me pegó entre mis nalgas ese magnífico trozo de carne, mientras comenzaba a lengüetearme la oreja, perdí el control de mi cuerpo, comencé a tener la sensación de ser follada, un deseo de que me metiera esa polla que estaba a escasos centímetros de mi vagina, me estorbaba la ropa, deseaba abrirle mis piernas, el miedo se me había ido ahora solo me sentía excitada, mi vagina me punzaba riquísimo al mismo tiempo que me hormigueaba, mi novio continuó lamiéndome el cuello poseyendo mi cuerpo, me dejé tomar por mi macho, sin restricciones, él desabrochó mi blusa y metió su mano para acariciar mis senos los cuales apretaba, yo sin darme cuenta me empecé a empujar contra su polla como si me estuviera follando en esa posición, mi instinto comenzaba a salir, comenzaba a despertar mi hambre por probar aquel trozo, mis ganas se hacían cada vez más intensas:
AB: ¡Quiero cogerte, amor! Quiero que me demuestres que me amas ¡Mmmm, te amo ¿Tú me amas?…
YO: ¡Aaah, aaah! Sí mi vida. Yo también quiero, yo también te amo…
AB: Déjame cogerte. Anda, quiero verte desnuda para mí, quiero que seas mía…
YO:¡ Aaah, aaah! Yo soy tuya, mi vida. Soy tuya, cariño…
Abraham de un jalón me quitó por completo la blusa al igual que el brassier, para después meterme sus dedos en mi boca los cuales me dieron el impulso de comenzar a lamer como si de una polla se tratara (bien dicen que un macho perverso sabe sacarle lo más puta a la más decente y en ese entonces lo era jeje) le lamí cada uno de sus dedos podía escuchar como mi macho bufaba desesperadamente, sentía un calor incontrolable, mi novio con su otra mano me levantó la falda y busco mi vagina la cuál pudo sentir lo mojada que ya estaba por lo que comenzó a masturbarme:
AB: ¡Puff! ¡Mmmm, qué rico mi amor ¡Estás mojadisima! ¡Qué rica vagina tienes!…
YO: Es para ti, mi vida…
AB: ¿Segura?…
YO: Si cariño, segura que es para ti…
AB: ¿Quieres que te meta la verga?…
YO: Mmmmm…
AB: Dime que quieres que te meta la verga…
YO: Si, sí quiero que me la metas, solo que ¡quiero que me prometas que me va a gustar!…
Abraham continuó masturbándome por encima de mis bragas al mismo tiempo que no deteníamos el vaivén de nuestros cuerpos pues sentía ese trozo de carne entre mis nalgas queriendo atravesar la ropa que aún llevábamos puesta, así como su dedo acariciar mi zorrita la cual pedía a gritos ser liberada al fin, el calor y el impulso que sentía eran soberbios jamás me había sentido así ni con Cesar ni mis primos, me sentía un perra en celo dispuesta a abrir mis piernas, mis gemidos cada vez eran más eufóricos cosa que a mi macho le excitaba bastante; sin más Abraham me sacó sus dedos de la boca y de mi vagina me giró y me dijo que me hincara, rápidamente obedecí, yo me le quedé mirando mientras él comenzaba a desabrochar su pantalón, y este cayó hasta sus rodillas dejándome ver su bóxer súper mojado al igual que una enorme polla riquísima, solo pasé saliva pues sabía que estaba frente a la polla de un hombre que no era de mis primos. Mi respiración era agitada, mi corazón latía muy fuerte y mis piernas me temblaban, pero no de miedo sino de excitación:
AB: ¿Has visto una verga antes?…
YO: No…
AB: ¿Segura? ¿Jamás se la viste al pendejo de tú ex?…
YO: No, nunca me dejó verla…
AB: Jajaja bueno pues yo si te la voy a enseñar y también te la voy a dar ¡Ok!…
YO: Sí, mi amor. Dámela, quiero tu polla…
Mi novio me sonrió y comenzó a bajar su bóxer liberando al fin aquel maravilloso trozo de carne solamente para mí (o eso creía jeje) de inmediato me impresionó el tamaño que tenía pues sí estaba grande (17 centímetros para ser exactos) se le marcaban mucho las venas y bastante gruesa me quedé hipnotizada por unos segundos hasta que escuché a Abraham hablar.
AB: Y bien, mi amor ¿Te gusta? ¿Qué te parece mi verga?…
YO: Es bastante linda, cariño. Es muy bonita y curiosa jeje…
AB: ¿Por qué lo dices?…
YO: Pues es que la forma que tiene, no sé. Me da curiosidad jeje…
AB: Anda, tómala es tuya…
Mi corazón de inmediato se volvió a acelerar y el hormigueo de mi vagina se intensificó, mi piel se erizó cuando mi macho se acercó a mí y la puso prácticamente a unos centímetros de mi cara podía ver como le salían juguitos, olía exquisita, por lo que una de mis manos la tomó y de inmediato sentí el calor que está emanaba, mi vagina no paraba de mojarse, mis senos los sentía duritos, Abraham comenzó a suspirar y cerró sus ojos, yo me acerqué un poco más y la olfateé como toda una perrita, admiraba ese trozo me encantaban las venas que le resaltaban así como la forma que tenía y lo grande que estaba:
AB: ¡Chúpamela!…
YO: No sé cómo hacerlo…
AB: No te preocupes, mi amor. Solo abre tu boquita y saca tu lengua, después lengüetea cómo cuando nos besamos, solo no la muerdas ¿Ok?…
Mi novio comenzó a agitarse más y más recordaba como mis primos me hacían darle besitos en la punta de sus pollas pero no más, así que así fue como empecé; acerqué mis labios al trozo de mi macho y comencé a chuparle la punta, él de inmediato bufó de placer, sentí como sus huevos bajaban y subían al mismo tiempo que su trozo se calentaba más, puse una mano en sus huevos y con la otra tomé ese pedazo de carne podía sentir su calor, la sensación de morbo no la comprendía del todo aún porque mi cuerpo deseaba tener dentro de mí esa rica polla, continúe lamiéndole la puntita a mi novio y éste se movía frenético, poco a poco empecé a masturbarlo suavemente y este no paraba de gemir, mi vagina parecía que estaba en llamas, me palpitaba no podía creer que ahí estaba yo en medio de una construcción, de rodillas ante mi novio con su polla de fuera; ver lo caliente que Abraham estaba me excitaba bastante, ver el tamaño de su polla me tenía maravillada, así que seguí lamiéndole el tronco de arriba a bajo pasando mi lengua por sus huevos, aún no era una experta en el arte por lo que tenía miedo de metérmela en la boca y que ésta no me entrara por el tamaño, me concentré en chuparle solo la punta de su polla, mi novio me empujaba la cabeza pues deseaba que se la chupara hasta el fondo pero aún no estaba lista para ello, seguí lamiendo y chupando su punta como becerrita, mi saliva escurría ya por su tronco, al mismo tiempo que continuaba masajeándole los huevos a mi macho, jugueteaba mi lengua con sus huevos, así me mantuve en el mismo vaivén 5 minutos hasta que él me la quito de la cara:
AB: Bien, bonita. Me hubiera encantado que la metieras toda a tu boquita amor, pero ya aprenderás. Ahora es mi turno de mamarte ese coñito que tienes…
YO: Pero, amor. Jamás he hecho eso…
AB: Confía en mí, te va a gustar…
YO: ¿No me va a doler?…
AB: Ja no, amor, verás que vas a disfrutar mucho…
Abraham se dirigió a una de las cajas que había ahí y sacó dos cobijas al mismo tiempo que limpió un poco el lugar para después extenderlas, mi corazón no paraba de latir a mil por hora, mi cabeza me decía que no lo hiciera pero mi cuerpo controlaba todo mi ser y pedía a gritos seguir complaciendo mi calentura. Abraham me extendió su mano y me invitó a recostarme en las cobijas me puse boca arriba, él me quitó la falda escolar mis mallas y mis braguitas descubriendo lo mojadas que estaban estaban, por primera vez estaba completamente desnuda ante un macho, un hormigueo intenso recorría mi cuerpo y mi zorrita me punzaba riquísimo, mi macho me agarró tomando mis piernas y las abrió, yo suspiré al instante, este acercó su boca a mi vagina haciéndome sentir el calor que emanaba su boca, erizándome la piel, Abraham me acomodó y comenzó a lamer mi vagina recogiendo los jugos que me escurrían, al instante comencé a gemir jamás había experimentado la sensación de que me chuparan la zorrita, mis piernas temblaban al igual que podía sentir cómo mi cuerpo se agitaba cada vez más, mi macho pasaba su lengua de arriba a abajo así como en círculos todo eso me hizo retorcerme, si eso era el amor ya me estaba enamorado decía en mi cabeza, mi cuerpo ya era de él y no me sentía mal en dárselo pues era mi novio y me sentía sumarte enamorada, abrí más mis piernas y tomé la cabeza de Abraham quería sentir más su lengua la cual entraba y salía de mi zorrita, mis gemidos ya eran escandalosos me sentía morir, mi vagina escurría muchos fluidos los cuáles sentía cómo caían hasta mis nalgas, así me mantuvo unos minutos hasta que se levantó:
AB: Muy bien, mi cielo. Creo que es hora de que me demuestres cuanto me amas…
YO: ¡Aaah, aaah! Sí, amor ¡Aaah, lo que tu quieras!…
AB: Te la voy a meter quiero que me regales tu virginidad, quiero ese rico coñito que tienes para mí…
YO: ¿Me va a doler?…
AB: Solo un poco al principio pero después tu sólita te darás cuenta que lo vas a disfrutar…
YO: ¿Seguro, amor?…
AB: Sí, mi amor…
Mi novio tomó de nuevo mis piernas y me las separó, tomó su polla y colocó la punta de ésta en la entrada de mi vagina, me encontraba muy agitada, pero por una extraña razón deseaba ser penetrada por ese macho, estaba a punto de entregarme a un hombre pero no me sentía mal por ello pues sabía que era mi novio y todo era parte de eso. Abraham metió la cabecita de su trozo en mi vagina y de inmediato mi piel se erizó, el calor de esa polla era brutal, mis pezones se pusieron duros, un calor desconocido recorrió mi cuerpo y me invadió aclamando ya tener dentro ese trozo, mi novio suspiro y sin perder más tiempo me dejó ir toda su polla:
YO: ¡Aaaaaah, amooor! ¡Aaaaaah!…
Un dolor devastador se hizo presente en mi vagina sentí como mi zorrita era abierta de una forma violenta, mis paredes se abrazaban de inmediato a ese invitado de honor y esta ensanchaba para dar espacio a que me entrara bien
AB: ¡¡¡Uuuufff!!! ¡Qué apretadita estás ¡Mmmm! ¡Qué rico, amor! ¡Aaaah!…
Abraham me la dejó dentro por unos segundos sin moverse me decía que debía acostumbrarme a ella, para mí era toda una experiencia nueva pues tener 17 centímetros dentro no es nada fácil para una inexperta jeje, poco a poco mi macho empezó a meter y sacar su trozo suavemente mientras me acariciaba la cara y mis senos, sentía cómo la piel de su polla rozaba directamente dentro de mi zorrita y noté cómo algo me escurría por las nalgas, mis gemidos de dolor se volvían de placer y comenzaba a disfrutar del vaivén de mi novio, pasaron unos minutos y comencé a gemir como una puta sin medida, mi novio se dio cuenta de esto por lo que cada vez sus embestidas eran más violetas, sentía como mi pelvis era golpeada ferozmente al mismo tiempo y sin pensarlo de mi boca salía pedir que me diera más duro, ello excitó más a mi novio y comenzó a bombearme ferozmente:
YO: ¡¡¡Aaaaaah, aaaah!!! Sí, amor. No pares, dame más, dame más duro. ¡¡¡Aaaaaah, aaaah!!! ¡¡¡Más, más duro!!! ¡¡¡Aaaaaah aaaaaah!!!…
AB: Jajaja ¡Aaaah, mmmm! ¡Qué bien que te guste! ¡Aaaaaaah, aaaah! ¡Me encantas, amor! ¡Aaaah, te voy a dar mucha verga! ¡Aaaaaah, aaaaah! ¡Mucha verga!…
YO: ¡Aaaaaaah, aaaaaah! Dame más polla, amor! ¡Aaaaah, aaaah! ¡Dame más polla, aaaaaaah!…
AB: ¡Aaaah, ooooh! ¿¡Te gusta mi verga?! ¡Aaaaah, dime ¡Aaaaaah, ooooh! ¿¡Te gusta?! ¡Ooooh, aaaah!..
YO: ¡Aaaaah, aaaaah! ¡Sí, amor aaaaah! ¡Me encanta tu polla, aaaaah! ¡Dame más, aaaaah! ¡Dame más, aaaaah!…
Mi macho me levantó las piernas y las colocó en sus hombros, en esa posición su polla entró más al fondo y continuó bombeando duro, sentía riquísimo en mi zorrita, al mismo tiempo que sentía cómo mi clítoris era castigado pues la posición hacía que el roce fuera mayor, no podía controlar el calor de mi zorrita, comencé a tener unas ganas enormes de orinar no entendía el por qué, no quería ensuciar a mi novio, por lo que le pedía que me bajara las piernas pues tenía dicha sensación, eso lo calentó más a él y no le importaron mis súplicas, Abraham aumentó las penetraciones logrando que me excitara más, la desesperación por orinar era devastadora, mi clítoris se hinchaba más en cada embestida y mis paredes vaginales pedían más polla, de pronto no me pude contener mis ganas de orinar y exploté, descubriendo que estaba teniendo en realidad mi primer orgasmo.
YO: ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaa!!! ¡¡¡Noooo, aaaaaaaah!!! ¡¡¡Mi amor, aaaaaaaah!!!…
AB: ¡¡¡Ooooh, oooooh!!! ¡¡¡Qué rico te estás viniendo!!! ¡¡¡Mmmmm, aaaaaah, ooooh!!!…
Mi macho bajó mis piernas de sus hombros y siguió follándome, chupaba mi pecho al mismo tiempo que lamía mis pezones y mi cuello mientras él buscaba mis labios para besarnos y al momento que yo lamia su lengua llevando un juego precoz y morboso, me sentía extasiada, no sé cuánto tiempo llevaba siendo follada hasta que poco a poco sentí como la polla de mi macho se empezó a calentar e hinchar más, los gemidos de Abraham eran violentos hasta que ya no soportó más y lanzó un gemido riquísimo, llenándome la zorrita con todo su semen:
AB: ¡¡¡Aaaaah!!! ¡¡¡Toma, aaaaaah!!! ¡¡¡Toma mi leche, aaahhh, ooohhh!!!…
Cerré mis ojos y comencé a sentir lo caliente de su semen el cual era fenomenal, mi zorrita se llenaba de esa rica leche, por primera vez era yo alimentada y me encantaba sentir como Abraham se vaciaba dentro de mí; mientras él perdía fuerza en cada bombeo hasta que paró por completo sin sacarme su trozo, ambos estábamos agitados y sudados, poco a poco sentí como su polla perdía fuerza al mismo tiempo que su semen empezaba a escurrirse por las nalgas, mi zorrita me punzaba, mis piernas me temblaban y mi corazón latía tanto que hacía vibrar mi cuerpo, mi novio se levantó no sin antes fundirse en un beso conmigo; él se paro y buscó papel para limpiarnos, traté de incorporarme pero mis piernas no reaccionaban jeje al parecer me había dado polla muy rico jeje pude ver como de mi vagina salía la leche de mi novio así como unas líneas de sangre, sabía bien que acaba de perder mi virginidad, me acababa de entregar a un macho quien no tuvo piedad de mi inocencia y me volvió suya, mi zorrita me dolía por las embestidas así como mis nalgas por el roce en el suelo, Abraham se acercó a mi dándome papel, ambos nos limpiamos y nos vestimos, me sentía enamorada (o más bien enculada jeje) admiraba a mi macho y me sentía como toda una niña:
AB: Vamos a comprar una pastilla, amor ¿va?…
YO: ¿Para qué?…
AB: Pues para que no quedes embarazada, te dejé mi leche dentro y por ahora no quiero que tengas un hijo, pienso casarme contigo pero aún no es momento…
YO: Está bien, amor. Como tú digas, cariño…
AB: Aparte quiero seguir cogiéndote en todos lados ¿quieres?…
YO: Sí, amor. Yo quiero que me folles solo tú, soy solo tuya…
Jeje sí, era sumarte ignorante pero bueno eso se me quitó afortunadamente( o eso creo jeje).
Los primeros meses con Abraham fueron extraordinarios aparte que estaba cegada por él, al poco tiempo el cabroncito me engaño con varias de sus compañeras, tontamente lo perdone pero después se metió con una de mis «amigas» la muy perra a mis espaldas le escribía a mi novio y eso que ella también tenía novio; por lo que terminé mi relación con Abraham después de 7 meses, no podía soportar más su maltrato y sus infidelidades, jamás me había sentido tan tonta, aún no podía entender cómo era posible que le diera mi virginidad a un cabrón como él, pedante y arrogante, le llore al cabrón unas dos semanas y la verdad no entendí el porqué de mi necesidad de estar con él, muchas noches mi cuerpo lo extrañaba y de pronto ya me estaba masturbando, tocaba mi clítoris pensando en él, todo esto fue el inicio de la época más tóxica que tuve pues él no dejaba de buscarme y yo caía en sus brazos así como en su polla, traté de alejarme pero era imposible pues él no me lo hacía nada sencillo, me tenía para él y yo no negaré que extrañaba su polla a diario, hasta que apareció mi héroe, el que debía ser el verdadero macho de mi vagina:
CE: Hola, Priz. Soy César ¿podemos vernos?…