Buena familia
El relato que les voy a contar ocurrió hace ya tiempo. Yo tenia 20 años. Llevo desde los 17 fuera de casa. Yo acostumbraba a visitar a mi madre por lo menos una vez al mes.
Normalmente no me gusta avisar antes, así la sorprendo y puedo ver la cara de alegría que pone cuando me ve. Pero esta vez el sorprendido fui yo.
Normalmente yo duermo en una pequeña habitación de invitados, pero en esta ocasión estaba llena de trastos, que la inutilizaba para dormir.
Después de los saludos mi madre me dijo que no me preocupase, que ya se encontraría la solución.
Cenamos espléndidamente, mi madre cocina de muerte. En la mesa estábamos toda la familia, menos mi padre que hace tiempo nos abandonó.
De paso os describo a mi madre y a los otros dos miembros de la familia, mi hermana Elsa y mi hermano Pedro. Bueno mi madre tiene 40 años, toda su vida a hecho deporte y se conserva muy bien.
Mide 1,75, tiene un buen par de tetas y un culo espléndido de tanta bicicleta.
Mi hermano tiene 15 años es un chaval muy majo y de constitución atlética.
Mi hermanita tiene 14 añitos, pero vaya 14 añitos. Tiene ya un buen par de tetas, unos labios carnosos y un culito con el que he soñado muchas veces.
Llegó la hora de dormir, y mi madre ni corta ni perezosa me dijo que como solo estaba su cama y la habitación de los muchachos que esa noche la pasaría con ella, y que al día siguiente arreglaríamos la otra habitación.
Nos fuimos a la cama. Mi madre tenia la sana costumbre de dormir desnuda, costumbre que me había transmitido a mi. Nos desnudamos y nos metimos en la cama.
Yo no pude evitar echar una mirada de reojo al cuerpazo de mi madre, que en la penumbra se veía divino.
Nos acostamos uno contra la espalda del otro. Y yo hice todo lo posible por que poco a poco mi culo acariciar el suyo.
Cuando se tocara mi pene se empalmo como nunca. Su trasero estaba firme y el contacto era perfecto, cada vez se unían más.
Mi madre se separo un poco, yo me di la vuelta y mi pene erecto se quedó a escaso centímetros de tu trasero.
Me fui acercando poco a poco, y entonces ocurrió algo inesperado, mi madre hecho su culo hacia atras , y este impactó con mi falo.
Soltó un leve gemido y acto seguido una de sus manos me cogió el miembro.
– follame cielo- me dijo
Ni corto ni perezoso encamine mi pene hacia sus húmedos labios y de un golpe la ensarte. Mi madre gritó de placer, y yo no podía creer lo que estaba haciendo.
Comence a follarmela salvajemente. Ella cada vez elevaba más el tono. Mientras yo estrujaba sus pechos entre mis manos.
De pronto la puerta de la habitacion se abrio, era Elsa – que pasa mama – por que hacéis tanto ruido
-no pasa nada cariño vete a la cama- le dijo mi madre. Pero yo tuve una idea, y le dije que se quedara.
-entra y cierra la puerta Elsa – como buena hermana obedeció. Se acercó a la cama y se subió a ella. Le dije que cerrara los ojos y que abriera la boca, que le quería dar un chupachus. Ella lo hizo, saque mi pene de la vagina de mi madre y se lo introduje en la boca. Su reacción fue apartarse, pero la agarre de la cabeza y comencé follarmela por la boca.
Era increíble como me la chupaba, y disfrutaba como nunca.
Parecía que lo hubiera estado haciendo toda la vida. En una de las embestidas mi pene casi la atraganta.
Se echó para atras pero algo no le permitió retroceder más. Levanté la cabeza y vi a mi hermano Pedro enculandola, le sonreí y continuamos follándonos a la niña.
Mi madre que también quería disfrutar comenzó a chupar los cántaros de leche de mi hermanita, y está completamente entregada solo podía gozar.
Le saque la polla de la boca. agarre con ambas manos el trasero de mi madre y dirigí me pene hacia su agujero negro.
-no por ahí no, que duele me dijo- acto seguido se la metí hasta el fondo y ella dio un grito ahogado de placer y dolor. Comencé a follarmela por el culo y fue una de las mejores folladas que he tenido nunca. Llegué al orgasmo enseguida y me vacie dentro de ella, mi semen caliente inundó todo su ano, y cuando retiré mi pene el liquido blanco salía de su culito.
Pedro seguía follándose a Elsa, me di cuenta que se la estaba follando por el culo, y a ella le encantaba.
Me entraron ganas de desvirgar a la muchacha, mi pene pensando solo en esa idea se empalmó en el acto.
Me acerque a su trasero, le pedí pasó a Pedro y me puse detrás.
Con mi mano abrí sus pequeños labios y poco a poco introduje me pene, hasta dentro.
Comencé a hacerle pequeñas penetraciones y cada vez incrementaba más mis empujones.
Estaba gozando de lo lindo.
Agarre de las tetas a la pequeña y le metí la polla hasta dentro, una y otra vez hasta no pude mas, saque el pene de su vagia y me corri encima de su trasero.
Mi hermano por su parte se corrió encima de las tetas de mi madre, después de que ella le hiciera una mamada de escandalo.
Ni que decir tiene que estas sesiones se repitieron varias veces durante mi estancia allí.
Pero eso ya os lo contaré en otra ocasión.