Cuando se le escapa un gemido y chupo más fuerte y empiezo a darle lametones largos de nuevo, apretando en el pezón. Le azoto el culo y la miro. Estás gimiendo fácil, putilla. Ha sido buena idea, la de Carmen: “espera a pillarla in fraganti, y ahí le das”...
El dia a dia entre dos mujeres que se aman y disfrutan con su sexo.
Esta es mi confesión de como me obsesione en fornicar a mi madre
Le junto las tetas para chupar ambos pezones lo más cerca posible, mientras ella acompasa el movimiento de sus caderas a las mías. Está dejándome su humedad en el pantalón, la siento en el tronco de la polla a través de la tela...
El amor, después del amor tal vez, Se parezca a este rayo de sol, Y ahora que busque y ahora que encontré, El perfume que lleva el dolor, En la esencia de las almas, En la ausencia del dolor, Ahora sé que ya no puedo, Vivir sin tu amor.
Las tetas de Cristina se aplastan a su vez una contra la otra, ondulando rápidas como flanes, presionadas por su brazo izquierdo. Su mano está dentro de su pantalón, entre sus piernas, y sus nudillos se dibujan en la fina tela, mientras se masturba.
Todo su cuerpo sufrió un espasmo y se puso rígida, arqueándose sobre la cama con mi boca y mi lengua acariciando su húmedo agujero y clítoris. Solté su coño y me incorporé mientras su cuerpo temblaba con fuerza en su orgasmo. Pareció pasar mucho tiempo antes de que soltara la colcha y se desplomara.
En este primer relato me presento, describo como se fue dando mis primeros cuernos que tanto le pedí a mi esposa por varios años.
Esta es la historia de la vez que tuve sexo con el nuevo vecino
No podía creer, que ninguno de los dos me hubiera llenado de leche, pero así sucedió, me dejaron relajar y al ver sus vergas duras y paradas no pude contenerme y los hice acomodarse en la cama uno junto al otro, me monté encima de una pierna de cada uno y pude mamar sus troncos teniéndolos