Sucedió una noche

Mi nombre es Gerardo, tengo 45 años y tengo un negocio de publicidad bastante exitoso; a esta edad me conservo con buen físico, pues me gusta hacer ejercicio, cosa que heredo mi hija Ana.

Sexualmente tengo varias amantes; aunque soy casado y tengo dos hijos, una de 22 años y un hijo 20, me doy un tiempo para tener amoríos en mi oficina casi todos los días.

Cierto día, había quedado de verme con una hermosura de hembra para cogérmela por la tarde; una hora antes de su llegada me tome una pastilla de viagra, porque aunque me mantengo con buen físico, me gusta ayudarme un poco con la ciencia, ya que mi miembro es bastante grande, mide 23 cm. de largo por 4 de ancho y con la pastilla me tardo un poco menos de tiempo en ponerlo duro; la verdad que las pastillas me han dado un excelente resultado, pues a la menor insinuación tengo mi aparato en pie de guerra; además de las pastillas, aquí en mi tierra se vende un polvo que diluido en agua, provoca excitación a quien se lo toma, en unos pocos minutos las personas se relajan y se cachondean de lo mas rico; te lo digo porque yo también lo pruebo y combinado con la pastilla que me tomo una hora antes, a unos pocos minutos de beberlo estoy con una erección que no se me baja con nada, y vaya que ya me ha tocado, que por alguna razón no puedo tener sexo, y la verdad que apenas masturbándome se me baja la erección.

Sucede que este martes, ya tenia todo preparado para mi cita, la bebida en el frigobar, me había tomado mi pastilla, música suave, en fin, listo para la batalla.

Como a las siete sonó el interfón, Laura estaba abajo y me pedían autorización para dejarla subir a mi piso, cabe mencionar que mi oficina esta situada en el piso 15 de uno de los edificios mas grandes de la ciudad, es bastante lujoso, cuenta hasta con gimnasio, al que suelen ir mis hijos y tiene una bella vista desde la ventana; Laura subió y yo la espere junto al elevador, al llegar ella nos abrazamos y nos besamos, luego pasamos a mi oficina, ya dentro de ella nos sentamos en un sofá y le di de beber el afrodisíaco en polvo del que les comente; ella ya sabia que era y estaba de acuerdo, así que yo también tome un poco; después de eso nos servimos unas copas, ella como siempre margarita yo mi usual coñac;

La velada era de lo mas excitante, estábamos en pleno faje; yo le abrí su blusa y bajando un poco el sostén empecé a chupar su erectos pezones; ella me empezó a acariciar mi polla por sobre el pantalón, vaya que los polvos ya habían hecho efecto, porque mi polla estaba tan dura que me dolía y ella estaba tan mojada, que su aroma impregnaba toda la habitación; ya no había marcha atrás, ella saco como pudo del pantalón y del bóxer mi polla y la tomo con ambas manos iniciando una paja riquísima, yo le metí mi mano por debajo de su falda y le metí un dedo en su húmedo coñito, nos besamos apasionadamente; a ella le fascinaba el tamaño de mi miembro, decía que nunca había visto uno de ese tamaño y menos que se pusiera tan duro como el mío; a mi me encantaba su culo bien formado y sus riquísimos pechos, en fin, estaba todo listo para una velada de lo mas ardiente; cuando de pronto el interfon sonó, yo como pude me levante y conteste; era el guardia avisándome que mi hija Ana Silvia subía a mi oficina, ¡diablos!, yo con esta súper hembra a mi lado y mi hija que venia para acá; con bastante pesar le comente a Laura la situación, ella comprendió y aunque se resistió un poco por la excitación, se vistió y se marcho rápidamente por las escaleras; no lo podía creer, se me fue esta noche al demonio; cuando me senté en mi silla, sentí mi polla erecta por fuera del pantalón, diablos, como voy a bajar esto para meterlo en mi pantalón; al tomarlo para guardarlo, no resistí hacerme una paja, estaba súper excitado y esto no mejoro en nada las cosas; escuche el elevador y como pude guarde mi polla en mi pantalón, el bulto se notaba demasiado y mi esperanza era no levantarme de allí para que mi hija no lo notara, tocaron a mi puerta.

-¿se puede?- pregunto mi hija.

– si, por supuesto pasa corazón- la puerta se abrió y entro mi hija.

– ¿hola papá como estas?- pregunto, mientras se acerco a darme un beso en la mejilla, yo como pude oculte mi erección a sus ojos.

– ¿vienes del gimnasio corazón?- le pregunte porque venia vestida con una mini blusa blanca de algodón, de esas de tirantes que solo cubren el pecho y dejan al descubierto el ombligo, bastante ajustada para mi gusto y unos pants de lycra también ajustadísimos.

– si papá, es que vengo para que me lleves a la casa, porque mi queridísimo hermano se fue y me dejo aquí sin carro- diciendo esto se sentó en el sofá, donde antes había estado con Laura; los recuerdos se agolparon y mi excitación subió aun mas, de solo recordarlo.

– si quieres te doy para un taxi, porque yo me voy a tardar- le respondí.

– no hay problema papa, te espero- se levanto del sofá y se fue a la ventana.

– me encanta la vista desde aquí- dijo ella suavemente sin voltear a verme y se inclino en la pequeña repisa que hay antes del vidrio.

– esta bien corazón le conteste sin mirarla- cuando levante mi mirada, no pude creer lo que veía, ¡dios mío!, no se si seria la excitación, pero ahí estaba mi hija con su culo paradito casi enfrente de mi; se le dibujaban sus nalgas y su tanguita en la apretada lycra y se veía riquísima, mi pene se puso aun mas duro; ¿Qué estoy haciendo?, es mi hija pensé, es esta excitación que me dejo Laura, lo mejor es hacerme una paja rápida en el baño ahorita que Ana no me ve; me levante como de rayo y me fui al baño que esta ubicado a un lado mío.

– papá, tengo sed ¿no tienes nada de beber?- pregunto mi hija.

– si claro hija en el frigobar, agarra lo que quieras- le conteste mientras me pajeaba rápidamente, haber si así se me bajaba la calentura.

– ¿me puedo tomar el jugo de naranja de la jarra?- pregunto

– si hija toma lo que quieras- conteste mientras me sacudía el miembro; de pronto algo me ilumino, yo no tenia jugo de naranja aquí, entonces… ¡diablos!, era el afrodisíaco que nos tomamos antes; siempre preparo una jarra y me lo voy tomando cuando se requiera; me guarde la polla, salí corriendo y me senté en mi silla

– ¿Por qué no te tomas mejor un refresco Anita?- Le dije todo acelerado.

– no, esta bien, esto esta muy rico papá, ya me tome un vaso completito- me dijo mientras le daba un trago al vaso; ella volvió a la ventana.

Caray que bien se veía Ana; ya no era una niña, ahora tenía unos senos grandes y duros, y su figura era perfecta, y con tanto ejercicio sus nalgas parecían de piedra.

– que calorcito hace papa, ¿esta prendido el clima?- pregunto.

– si hija esta prendido- le conteste- como no iba a tener calor si se había tomado dos vasos del afrodisíaco, si yo con medio vaso seguía como un tronco.

– pues yo estoy sudando horrores papi- me dijo esto, mientras se dirigía a mi escritorio con el vaso en la mano.

– pues mira como sudo- dijo Ana- mientras dejo el vaso en el escritorio y recogió su pelo ondulado para hacerse un chongo.

– estas toda empapada corazón- le dije sin quitarle la vista de sus pechos; el sudor le había empapado la blusa y estando tan cerca podía verle como resaltaban sus ya erectos pezones; mi polla estaba que explotaba del espectáculo que me estaba dando mi hija.

– huy si, que calor- levanto su vaso y tomo lo que le quedaba de un trago, después se retiro a la ventana de nuevo, donde se volvió a inclinar, dándome el espectáculo de su colita.

– me siento muy rara papa- me dijo, mientras vi que bajaba su mano a escondidas para acariciarse el coñito.

– ¿no quieres mas de beber corazón?- le pregunte.

– si papa, por favor- me dijo sin voltear a verme.

– claro corazón- me levante totalmente excitado y con una erección descomunal, pero ya no me importaba, estaba tan excitado como ella; fui al frigobar y llene dos vasos con el afrodisíaco, me dirigí a ella, ana estiro el brazo sin ver y yo le di el vaso, se lo tomo de un solo trago, yo hice lo mismo con el mío, quería ver que pasaba; después de unos segundos ella cerró los ojos, vi como se acariciaba su coñito con más fuerza, yo sentí que la sangre me hervía; ella aun inclinada sobre la ventana me dijo:

– mira papa, que hermosa se ve la luna desde aquí- yo me acerque a ella por la espalda y ella de inmediato noto mi enorme polla en su cola, respingo un momento y luego se quedo inmóvil, era lo que yo esperaba, era tanto como su aprobación, de inmediato me pegue a su culo, mi polla ahora resbalaba por su nalgas.

– mira ese auto papa, ¿lo vez?-

– ¿Cuál hija?-

– ese papa- dijo mientras se inclino más y pego su cola a mi polla.

– ¿ese?- pregunte, mientras presione mi polla en su culo, empujando a Ana a su posición anterior.

– ¡si!… ese- dijo con voz entrecortada, mientras volvía a mover su culo contra mi, simulando la penetración; preso de la excitación baje la mano al coñito de Ana y se lo acaricie por sobre el pantalón, ella respondió con un quejido suave, lo acaricie mas, mientras frotaba mi polla contra ella; ahora sus manos estaban recargadas en la ventana, mientras yo con la otra mano le acariciaba sus pechos, por sobre la blusa, ella dirigió su mano hacia mi y me toco la polla.

– ¡papá!… ¿Qué tienes aquí escondido?- pregunto con voz de niña chiflada mientras me veía a los ojos y me acariciaba la polla por sobre el pantalón.

– es un juguete nuevo chiquita-

– ¿en serio?, se nota rico… ¿puedo jugar con el?- me excitaba la cara de niñita que ponía mi hija.

– solo si te portas bien y le haces caso a papi- le susurre al oído.

– te juro que me porto bien papi- contesto con una cara de excitada, acariciando sus labios con su lengua de niña. Me separe de ella, Ana se volteo y quedo frente a mi, se hinco y su cara inocente quedo frente a mi polla, sus ojos se posaron en mi erección.

– la niña quiere su premio papá- no podía creer que era mi hija la que estuviera diciendo esto y mirándome con esos ojos tan cachondos.

– solo si prometes comértelo todo hijita- le dije con voz suave.

– si papá, lo prometo- me saque la polla de mi pantalón; ella se volvió loca al verla

– ¡hay dios!… ¡es enorme!, me la agarro con ambas manos y me empezó a masturbar, acerco su boca a mi miembro y empezó a subir y a bajar con su lengua por mi tronco.

– ¡te dije que te le tragaras completa hijita!-le grite- y la agarre del cabello y la jale hacia la cabeza de mi polla; ella me miro asustada.

– ¡no me va a caber!, ¡no me va a caber!- repetía asustada, mientras instintivamente se hacia para atrás; yo la jale del cabello con mas fuerza y obligándola se lo metí a la boca; ella trago lo mas que pudo, era evidente que nunca se había tragado una polla tan grande; yo empecé un mete y saca en su boca, mientras ella seguía masturbándome con sus manos; mi excitación era tanta de ver a mi pequeña Ana chapándomela, que a los pocos minutos sentí que me corría.

– quiero que te tragues mi lechita hija- le ordene- ella no dijo nada, solo asintió con la cabeza y acelero el ritmo de sus manos, mientras su lengua recorría mi polla dentro de su boca; en unos minutos de una majestuosa mamada de mi hija, me corrí como nunca dentro de su boca, la pobre no pudo tragar tanto semen de su padre y se le escurrió por sus labios. Contrario a todo, me había venido y seguía igual de duro y mas excitado que antes; la jale del cabello y le saque mi polla de su boca, que aun seguía chupando; la levante y la puse inclinada como antes sobre la ventana; ella no dijo nada, le baje sus pants hasta sus tobillos, ella levanto una pierna y se los saco, le arranque su tanguita y la incline sobre la repisa; ella solo bajo su cabeza, cerro sus ojos y apoyo sus manos en la ventana, mientras yo le separaba sus piernas; tome mi polla y roce su húmedo coñito, de sus labios se escapo un suspiro, puse la punta de mi polla entre sus labios e hice un poco de presión; mi polla no entro, solo se apretó en su coñito, pero mi hija Ana gimió levemente y movió la cabeza hacia atrás; yo me separe un poco, solo un poco, y ella volvió a bajar la cabeza esperando el resto; le recorrí el culo con mis ojos, su cinturita, sus pechos, que buena que estaba mi hija, no lo pensé dos veces, ese coñito tendría que ser de papi y de un solo golpe le metí la mitad de mi polla en su mojado coño.

– ¡diossssss, papapa me matas!- grito-

– por favor sacamela- me suplico; en vez de hacerlo y con media polla dentro de su vagina, le metí de otro golpe el resto de mi tranca.

– argggggggg… papaaaaaaa… eeesss… tan… grande… me llenassssss… – decía con voz entrecortada, mientras yo la penetraba una y otra vez; su coñito estaba tan caliente y tan mojado, que mi polla resbalaba, si no con facilidad, mínimo casi sin dolor.

– meteme tú verga papa… meteme tu verga.- me gritaba como loca.

– ¿te gusta mi verga hijita?… ¿te gusta como te coge papi?- le grite excitado, mientras me la cogia como poseído.

– ¡siiiiiiiiiiiiiiiii!… ¡siiiiiiiiiiiiiiiii!… – ella arqueo la espalda y empezó a correrse, su voz parecía quebrarse.

– me corro papi, me cooooorrooooo… – ella tomo mi cabeza con sus manos y como pudo me dio un beso en la boca, nuestras lenguas empezaron a jugar, era el primer beso que le daba a mi hija en la boca; mi polla seguía violándola repetidas veces lleno de lujuria.

– me vuelves loca papá, no se que estoy haciendo, soy tu hija- me susurro al oído mientras lo mordía sensualmente.

– ven hija- le dije esto, mientras le saque la polla de su coño y la guié al escritorio; tire todo lo que había encima y la senté sobre el; viéndome a la cara ella me quito la camisa y la corbata que aun tenia puesta, yo levante sus hermosas y bien torneadas piernas juveniles y le puse la punta de mi miembro en la entrada de su coño; ella solo gimió y se levanto para darme un beso en la boca, mientras nuestras lenguas se encontraban yo la penetre brutal y lujuriosamente, haciendo que ella casi me mordiera los labios por el dolor y el gusto; después de unos minutos penetrándola, sus uñas clavadas en mi espalda me indicaban que estaba teniendo otro brutal orgasmo.

– ¡dios!… ¡dios!… me muero papa- grito mientras se vaciaba en mi tranca.

– que bien me coges cabrón- me decía mientras me besaba-

– metemela por el culo papa- me dijo mirándome a los ojos

– pero aquí no, en el sofá- asintió- yo le saque la polla y la baje, ella me miro a los ojos pícaramente y dijo:

– ¡a que no me alcanzas!- y se escondió detrás del sofá, yo fui en su persecución, como jugando cuando era una niña, ella corrió al escritorio y yo detrás de ella, la tome de un brazo y ella para escapar abrió la puerta de la oficina; ella corrió hacia los elevadores y yo tras de ella; intento escabullirse, pero yo fui mas ágil y la agarre del talle, la arrincone contra la pared mientras nos tocábamos llenos de lujuria y de pasión..

– ¿a que nunca lo has hecho en un elevador papa?- pregunto mi hija mientras apretaba el botón del mismo.

– no, nunca corazón, pero hoy lo haré contigo chiquita- el elevador abrió sus puertas y ella y yo entramos como poseídos; yo la arrincone contra la pared, de nuevo busque sus labios y con mis dedos penetre su coño.

– pon el botón de alto para que no se mueva hija- le dije mientras levantaba su pierna para clavarle mi miembro.

– si papá- y apretó el botón que detenía el elevador; yo metí mi miembro en su coñito y empecé a cogérmela de nuevo de pie.

– ¡oh dios papa!… me vuelves loca- me grito mi hija mientras la cogía como poseído en el elevador; sus gritos eran tan fuertes y estábamos tan cachondos, que apenas si nos dimos cuenta cuando el elevador abrió sus puertas en la planta baja del edificio; bonita vista tenia el guardia de seguridad cuando volteo a ver el elevador y vio a mi hija contra la pared, mientras yo le daba polla en su coñito; nos le quedamos viendo al guardia, que se quedo mudo atrás del escritorio; el bien sabia que ella era mi hija y yo su padre, minutos antes el me había avisado de su llegada, así que lo que veía, era un espectáculo digno de cobrarse; recobramos el habla y Ana me miro a los ojos y me beso excitada en la boca, nuestras lenguas se enredaron llenas de pasión y sin la mas mínima vergüenza.

– mira su cara papá, creo que no esperaba ver esto- me dijo mientras con su lengua recorrió mi rostro con un lengüetazo, para después besarme de nuevo en la boca.

– ¿no te importa que vea como te coges a tu hija papá?- me pregunto susurrando al oído.

– no me importa nada corazón- le dije, mientras la penetre con furia; ella se saco la polla de su coño, camino a la puerta, se puso a cuatro patas y me dijo en voz fuerte:

– ven papá, ahora si dale por el culo a tu hijita-

– mi pequeña- afirme, mientras me hinque detrás de ella con la polla en la mano.

– ¿quieres ver mis pechos? – le pregunto al guardia, mientras se quitaba la blusa de algodón que aun traía puesta, me la tiro y se volteo a darme un beso en la boca; yo acomode en la entrada de su ano mi polla, que estaba lubricada con sus jugos.

– rompeme el culo papá, por favor- dijo ella con los ojos cerrados; yo separe sus nalgas, hice presión y la punta de mi polla empezó a meterse en su ano.

– metemela fuerte, no tengas miedo papá- hice mas presión y veía como mi polla se perdía dentro de su culo.

– ¡cogeme!- grito- mientras movió su culo hacia atrás y se metió toda la verga de papá en su culo.

– argggggggggggggggg… así…. dame tu verga por el culo papi- mi hija se había metido mis 23 cm. de polla enterita, mis huevos empezaron a golpear su coño cuando la penetraba; la tome de la cintura y me la empecé a coger salvajemente; ella tenia la cara contra el piso y lloraba, me imagino que de felicidad; de pronto ella levanto la cara y sentí como temblaba todo su cuerpo.

– me corro, me corro, me corro, me corro…meeeeeeee…coooorrrrroooo- grito como loca.

– ya no aguanto bebé, me vengo- grite- le saque la polla de su dilatado ano, ella se volteo y me dio su boca inmediatamente, se trago lo que pudo de polla y a los pocos segundos me corrí dentro de su boca por segunda vez llenándola de mi lechita, que ella se trago con gusto; después de un rato se la saco ella de la boca y me dijo:

– vámonos papa, quiero que te corras dentro de mi coño- y presiono el botón del elevador, este cerro sus puertas dejando a un atónito guardia en la recepción.

– te quiero dentro de mi toda la noche papá- me dijo al oído, mientras me guiaba de nuevo a la oficina; mi polla ya no tenia la erección de antes pero todavía daba guerra, así que me tiro mi hija en el sofá, se abrió de piernas y la volví a penetrar una y otra vez hasta que termine dentro de ella, llenando sus entrañas con la leche de su padre. Así pasamos toda la noche; Ana Silvia hablo a la casa y le dijo a su madre (mi esposa) que yo no iba a poder ir a dormir, porque tenía mucho trabajo, pero que no se preocupara porque aquí estaba ella para ayudarme y cuidarme; colgamos y seguimos cogiendo llenos de lujuria.

Fue la noche mas feliz y caliente de mi vida, cogimos en todas las posiciones y en todos los lugares de mi oficina, nunca pensé cogerme a mi hija y encima de todo que fuera tan cachonda, pero así es la vida. Desde ese día, la relación con mi hija fue diferente, aunque solo lo hicimos una vez más y fue en su boda; antes de irse a su luna de miel, se acerco a mí y me digo al oído:

– papito… dame verga por ultima vez… ¿si?- y claro que le di verga, nos fuimos al baño, la coloque sobre el lavabo, le levante el vestido de novia y le metí la verga que tanto añoraba, dentro de su coñito, me vine dentro de ella, mi hija me limpio la polla con su lengua y salimos del baño; después en plena recepción me la volví a coger por el culo en el auto y ella con el vestido de novia puesto aun.

Después de eso, mi hija tuvo una niña a los nueve meses, nunca supe si fue mía o de su ahora esposo, pero todos dicen que se parece a mi. Y ese es el relato de lo que sucedió esa noche.