La fantasía de Julieta

Mi mujer se llama Julieta y yo, Octavio, nos casamos hace ya nueve meses después de un año que estuve divorciado.

Mi mujer de ahora tiene la misma edad que yo, 40 años, muy guapa de 1.65m figura esbelta, bien cuidada, pechos medianos y firmes, cintura estrecha, trasero perfecto y un par de piernas largas y muy bien torneadas (lo que más me gusta de cualquier mujer son sus piernas).

Yo tengo dos hijos de mi anterior matrimonio, ellos viven con su mamá, mi mujer tiene una hija, Miriam, que acaba de cumplir 15 años y vive con nosotros.

Estos meses fueron de actividad muy intensa, ya que mi mujer es una persona bastante cachonda, hacemos el amor casi todos los días a cualquier hora, y en cualquier lugar, y cuando digo que en cualquier lugar digo que lo hemos hecho en casi cualquier rincón de la casa, en el automóvil, en mi oficina y lo llegamos a hacer dentro de una disco, con esto quiero que sepan que es una persona que no tiene limites y ni yo tampoco, una de las cosas que nos funciona bastante bien es la idea de las fantasías sexuales de pareja, hay ocasiones en las que me pide que haga cosas como la de vestirme de cierta manera para que yo finja ser el jardinero, luego ella me seduce y nos ponemos a coger como locos, en otras ella es la sirvienta y yo la seduzco, la he hecho de casi todo, como chofer, repartidor de pizzas, mecánico, etc. Y ella la ha hecho de prostituta, camarera, recamarera en un hotel, vecina, etc. En fin de todo lo que yo le pida.

Creo que Julieta es ninfómana por que después de que nos casamos me confeso que tenia un consolador y que lo usaba antes de que nos casáramos, en varias ocasiones me pide que le meta su consolador en la vagina o por su culo mientras la acaricio y la beso, bueno a mi no me desagrada por el contrario ver la cara de excitación que pone me calienta muchísimo.

Hace un mes me regrese de la oficina para recoger unos documentos que se me habían olvidado, por supuesto que le hable por teléfono a mi mujer, le dije que iría para la casa y que podría quedarme a comer de una vez, sabia que mi hijastra no iba a estar pues era jueves y tendría clases de ballet al terminar sus clases en el colegio, así que al llegar me encontré con la sorpresa de que mi esposa se había puesto uno de los uniformes de mi hijastra, se había recogido el pelo formando dos coletas a los lados de su cabeza, traía calcetas y zapatos bajos, y una de las blusas de Miriam, que amarro con un nudo de la parte baja de la blusa a su cintura y solo un botón abrochado, esto le permitía dejar un escote bastante generoso, mi mujer y mi hijastra tienen una figura bastante similar a no ser de que el busto de mi mujer es de mayor dimensión así como su trasero que es mas grande, fue de verdad impresionante ver el gran parecido que tenia con su hija, esto me impresiono ya que jamás se me hubiera ocurrido tal fantasía, al momento de verme entrar a la casa me hizo una seña para indicarme que siguiera el juego, por primera vez no supe como seguir este juego, así que solo me deje llevar. Se acerco a mi imitando la forma de caminar de su hija, y algunos ademanes, que aunque algo exagerados eran los mismos de Miriam, me dio un beso en la mejilla y me dijo

hola papito… ¿cómo te fue en el trabajo hoy?

De verdad que titubeé bastante en mi respuesta, ya que hasta la voz estaba imitando a la perfección, pero finalmente dije

Bien nena,… ¿y a ti como te fue en el colegio?

Mal papito, fíjate que uno de mis maestros me regaño, por haber hecho mal algo…

Y, que hiciste mal?- pregunte al mismo tiempo ella dio la vuelta y camino subiendo por la escalera a la parte de arriba de la casa, donde se encuentra nuestra alcoba, por supuesto que yo la seguía.

Pues fíjate que estaba con Miguel, (Miguel es el novio de Miriam) y por eso se enojo mi profesor.

Por un momento creí que entraría a nuestra recamara, pero siguió caminando y se metió a la de Miriam, quiero confesar que este era el único lugar donde nunca lo habíamos hecho, yo casi nunca entro en esta habitación, que esta llena de juguetes, muñecos de peluche, libros de escuela, fotos de Miriam y de sus amigas y por supuesto una que otra de Miguel, al entrar se sentó en la cama, yo me quede al filo de la puerta, la mire y de verdad que se veía muy seductora y segura de si misma en lo que estaba haciendo, después ella siguió hablando.

Mira papito, no quiero que te vayas a enojar con migo, pero la verdad es que mi profesor nos encontró a Miguel y a mi dentro del baño de los hombres.

Debo decir que mi hijastra nunca me llama «papito», eso solo lo hace con su verdadero padre, a mi me dice Octavio solamente, aunque reconozco que nos llevamos muy bien y hasta ahora no hemos tenido ninguna diferencia, pero ella no me demuestra mayor cariño.

– Pero, dime, ¿que estabas haciendo tu, dentro del baño de los hombres?

En eso creí haber escuchado que se cerraba la puerta de la entrada de la casa, pero pensé que con la impresión de ver a mi esposa vestida así, me había olvidado de cerrar bien y el aire era el causante del efecto.

Mi interés por saber como mi mujer desarrollaría esta fantasía, y lo excitado que estaba ya para ese momento, no me permitía pensar en nada mas.

Ella empezó hacer el drama de gritar y decir… –¡por favor papito no me vallas a pegar, te lo suplico haré lo que tu me pidas!

Explícame ahora mismo que hacías con Miguel – dije yo, después de todo ya iba entendiendo lo que tenia que hacer.

Solamente nos besábamos y nos acariciábamos – dijo ella.

Entonces, me metí al cuarto de mi hijastra cerré la puerta y me acerque a mi linda esposa, continúe el drama.

¡no te creo, por que yo he visto también como te acaricia ese bastardo, y tu también lo manoseas, y ahora mismo me vas a decir que te hizo ese hijo de la chingada!

¡no papito, no me pegues, por favor, te lo diré todo, pero no me pegues!

¡Ya se lo que te hizo ese tal por cual, te cogió verdad dímelo, eso fue lo que hicieron, verdad!

¡Papito, por favor déjame explicarte!

En eso la jalo de un brazo, me siento, y hago que ella se ponga boca abajo sobre mis rodillas, levante la falda escolar que traía puesta, y ¡oh sorpresa!, se había puesto calzones como los de mi hijastra, y lo se por que mi esposa no usa de esos con florecitas, con un encaje muy peculiar en la orilla. Al ver esto me puse mucho más caliente, e hice el teatro de darle unas nalgadas muy suaves.

– ¡toma, y toma, eres una puta, haber que día me sales con un embarazo!

¡Papito, por favor déjame explicarte, tu tienes la culpa!, ¡ay, ay, ay, por favor ya no me pegues! – grito ella, – tu y mi mama todo el tiempo lo están haciendo y yo los he visto buu, buu, buu.

Dejé de azotarla, y se levantó, se puso frente a mi, y me dijo

¡¿Tu crees que soy una niñita?! o ¡¿que soy de palo y no siento nada?!, ustedes siempre están cogiendo, y yo los veo, no hago mas que correr al baño y tocarme, masturbarme, para que entiendas mejor, y tú que, no te has dado cuenta que te deseo, ¡si papito, a ti, te he deseado desde que salías de novio con mi madre!

Luego subió una pierna a la cama jalo la falda hacia ella dejando me ver una de sus hermosas piernas con los tobillos cubiertos por las calcetas diciendo, – se que te gustan mis piernas en muchas ocasiones he visto que no despegas tus ojos de ellas, ¿quieres tocarlas, o tal vez algo más arriba?,- después de decir esto me empujo a la cama, se puso encima de mi y se me pego a la boca, bajo a mi cuello, zafo la corbata y jalo la camisa desprendiendo vatios botones me abrió el pantalón y se fue directo a mi verga, que en esos momentos estaba bien parada, me hizo la mamada mas rica que haya experimentado hasta ese momento, y creo que de alguna forma el papel que representaba mi esposa yo lo tenia bien metido en mi mente y lo estaba disfrutando.

Me pare y diciendo – ahora vas a ver niñita cachonda te voy a dar hasta que ya no puedas más – la puse en cuatro, baje a media pierna sus calzones y se la dejé ir hasta el fondo, al hacer esto pego un gemido largo y fuerte.

¡Aaaaaaaaaah!, ¡dáme tu verga papito! ahora se lo que enloquece a mi mami, ¡quiero verga más, más mucho más, cogeme papito, cogeme mucho, aaaaaaah esto es riquisimo!, ¿por qué no me lo hiciste antes?

Lo que me gusta de mi mujer es que se mueve como una experta, hace contornear su cuerpo, nunca se esta quieta, participa y me hace participar en todo, pero esta vez tomo tan bien su papel de niña inexperta que me dejo a mi solo toda la actividad.

Así estuvimos por casi media hora cambiando de posición, nunca le quite las ropas ya que esto lo hacia aun más erótico, solamente yo había quedado completamente desnudo, termine con una eyaculación muy fuerte después de que sentí que mi mujer se había corrido tres veces. me levante de ella y como siempre nos preguntábamos.

¿te gustó esta fantasía? – dijo ella

me encanto, mi amor, estuviste perfecta como siempre – dije yo, dándole un buen beso- ¿y a ti?

Si, me dejaste satisfecha, y muy contenta, como siempre.

Como tenia que regresar a la oficina, después de comer, y mi ropa estaba en el piso toda arrugada, me dirigí a la alcoba, para cambiarme con otra ropa, camine a la puerta y ¡oh, sorpresa! la puerta estaba entre abierta, salí del cuarto de mi hijastra pensando en que alguien estuvo espiando, por que estaba seguro de haber cerrado la puerta, no aparte la idea de que tal vez Miriam estuviera en la casa, fui al baño, me di un duchazo y me termine de vestir, cuando baje para comer mi esposa ya no tenia puesto el uniforme de mi hijastra, y estaba sirviendo la comida, me disponía a comer cuando vi a Miriam, salir del baño que esta en la planta baja de la casa, se acerco a mi y me dio un beso en la mejilla diciendo como siempre.

Hola, Octavio

Hola, Miriam, ¿por qué tan temprano? Creí que tenias ballet, y que hoy salías mas tarde. -Dije yo.

Por razón de una junta de maestros no tuve ballet, así que salí más temprano, ¿y tu que haces tan temprano por aquí?

En la mañana olvide unos documentos y, pues ya ves, eso me hizo regresar a estas horas.

A partir de ese día note que a Miriam algo diferente, discutía más con su mamá, se portaba un poco grosera con ella y ya no salía mucho de su habitación, yo no intervengo por que me parecen cosas sin importancia.

El miércoles siguiente, no fui a la oficina por la tarde ya que prometí a mi esposa acompañarla a hacer las compras de la casa, así que me fui a trabajar en la computadora de mi recamara.

Me encontraba muy concentrado haciendo unos apuntes cuando escuche que abrieron la puerta de mi alcoba, pero no voltee, mas dije – que pasa, amor, en un momento mas nos vamos- al sentir unas manos en mis hombros, y en instantes su cara a la misma altura de la mía, voltee, para besar a mi esposa en la boca, así que lo hice, pero no era mi esposa, era Miriam, me quede avergonzado, no se me ocurrió decir nada, mas que, – lo siento, creí que eras Julieta – me voltee nuevamente a la pantalla de la computadora para seguir en lo mío, luego ella paso su mano por mi mejilla en una suave caricia, y me dijo – no hay problema, «papito»- Me quede sin aliento por lo último que dijo, como por arte de magia mi verga se puso durísima, voltee para verla, venia del colegio, con su uniforme de falda a cuadros, y blusa blanca, también vi que una de sus amigas, Tania venia con ella, la otra había visto esta acción, al salir de la habitación volteo hacia mi con una enorme sonrisa y después de guiñarme un ojo, me mando un beso.

Me quede sin aliento por unos segundos, luego entro mi esposa y me preguntó – ¿te aviso Miriam que Tania se quedará hoy a dormir con ella? – No pude mas que decir que sí. Me fui con mi esposa a lo nuestro, aunque no se aparto de mi mente la imagen de mi hijastra hasta que regresamos del supermercado, nos dispusimos a acomodar todo lo que traíamos y al ver a mi esposa inclinada acomodando cosas en el refrigerador, me le fui encima, le levante la falda, y comencé a acariciar ese trasero hermoso que tiene, no podía mas así que le baje las pantis y los calzones al mismo tiempo, ella se incorporo y me dijo, – yo también quiero, cariño, pero las niñas están allá arriba, entiende que nos pueden oír – luego pensé – ay mujer si tu supieras – no me quedo mas remedio que esperar a que nos fuéramos a dormir para desahogarme con mi mujer y dejar de pensar en Miriam aun que fuera solo esa noche.

A la semana siguiente, ya siendo sábado, me sentía culpable de desear tanto a mi hijastra, y se me ocurrió llevar a mi esposa de compras a la plaza comercial, ya nos encontrábamos dispuestos a salir de la casa cuando se apareció Miriam, ella siempre vestía con vestidos muy holgados o pantalones, así que se me ocurrió invitarla y le dije que podría escoger algo de ropa, acepto de muy buena manera.

Ya en la plaza nos metimos en una tienda de ropa juvenil, mi esposa se probaba pantalones muy pegados, se veía buenísima, entre que se probaba uno y otro, vi a Miriam escogiendo una minifalda de mezclilla muy corta, así que me acerque y le dije, -porqué no te la pruebas, y si te gusta te la compro,- tu crees que se me vera bien- dijo ella, – sino te la pruebas no lo sabremos,- le dije, alcance a ver una blusa ombliguera sin mangas y le dije, – pruébate la falda con esto, después de unos minutos salió del vestidor modelando al espejo para verse ella misma por todos lados, se veía super bien, hasta ahora podía ver realmente que su figura era perfecta, sus piernas son blancas bien torneadas, supongo que por el Ballet que practica, su trasero es precioso, y con la blusa ombliguera sus pequeños pechos resaltaban muy sexis, -¿te gusta?- me dijo – si, claro- dio dos pasos hacia mi y volvió a decirme, – ¿te gusta? «papito»- me estremecí, pero le dije, – te ves preciosa- ¿puedo escoger unos pantalones como los de Julieta? – ¡claro que si!, lo que quieras, – salí de la tienda por unos minutos, para después regresar a pagar lo que Julieta y Miriam habían escogido, luego de esto se metieron a una tienda de ropa interior para mujeres, yo seguí a mi mujer, ya dentro mi esposa me mostró unos ligueros que quería usar, ¡por supuesto que si!, acepte yo, después de varios minutos nos dirigimos a la caja a liquidar la cuenta, para ese entonces ya habían empacado lo que Miriam había escogido, al terminar fuimos a comer a un restaurante de la misma plaza, y después nos metimos al cine.

El domingo por la mañana a la hora del desayuno me tomaba un café en la cocina con mi esposa, de pronto vi a Miriam bajar con la minifalda puesta, medias a la mitad de los muslos, que le realzaba en mucho la forma de sus piernas, un encaje al final de las medias y su blusa ombliguera, se había maquillado con lo cual se veía un poco mayor, además de que esto realzaba en mucho su belleza y el parecido con Miriam, entonces mi esposa le dijo – mira nada mas, que bien te ves, hasta pareces modelo, – esta preciosa, ¿o no amor?, – muy bella,- dije yo, se acerco a mi y me dio un beso en la mejilla bien tronado, diciendo después, – gracias «papito»- voltee a ver la reacción de mi esposa, quien solo me hizo un guiño; creo que ella comprendía que ahora su hija quería ser cariñosa con migo.

Por la tarde mi esposa me aviso que regresaría a la plaza comercial a cambiar un pantalón, ya que tenia un defecto en la cremallera, le dije que la quería acompañar pero me dijo que no, que me quedara a descansar, me subió una copa de vino blanco y me sugirió que me bañara y me acostara que ella solo se tardaría unas dos horas, y así lo hice, me metí a bañar pensando que tal ves su hija la acompañaría, me metía a mi cama completamente desnudo y me puse a beber mi copa de vino y a ver la programación de la t.v.. en eso estaba cuando de repente entro Miriam a mi habitación, camino de una forma muy seductora, se acerco y se sentó junto a mi, tomo la copa de vino y me dijo – me invitas «papito»- sin dejar que yo dijera nada bebió todo el vino de un sorbo, – no sabia que tomaras vino – le dije, – vaya de verdad que crees que soy una niña todavía ¿verdad?- se levanto con la copa y dirigiéndose a la puerta, moviendo las caderas más de lo normal, volteo y dijo – voy a la cocina a servirte más, no tardo mucho- no tardo mas de un minuto, y entro con la copa vacía y la botella de vino blanco en la otra, sirvió mas misma que volvió a beber de un solo trago, sirvió nuevamente y me la dio, luego me dijo, – puedo recostarme contigo un ratito, me hice a un lado y se recostó me abrazo poniendo su cabeza en mi pecho desnudo, aun y que estaba algo nervioso comencé a acariciar su pelo, pasaron unos minutos en los que alcance a relajarme, pero decidí tomar al toro por los cuernos, así que le dije,- mira nena yo amo mucho a tu madre, es el amor se mi vida y lo que menos quiero es que ella sufra alguna desilusión, se que has visto cosas que te puedan sorprender, pero quiero que entiendas que el matrimonio es así, a ti te estoy queriendo como una hija, sin querer sustituir la imagen de tu padre,

volteo a verme y con una sonrisa me dijo, – vi lo que hicieron el otro día en mi recamara, te confieso que al principio me asuste mucho, y hasta coraje me dio, por que al entrar en la casa escuche a mi mama que gritaba que no le pegaras, así que subí rápido a la recamara de ustedes y escuche que en realidad estaban en la mía, me acerque a la puerta, y al escuchar que mi mama estaba fingiendo algo, abrí muy despacio la puerta y me asome para ver que pasaba, fue cuando vi a mi madre con mi uniforme y tu la tenias en tus rodillas, pero mas que pegarle la estabas acariciando, me quede ahí todo el tiempo, lo vi todo, mas lo que yo sentía lo desconocía, pero entre otras una emoción indescriptible,- interrumpió lo anterior y me pregunto, – ¿de quien de los dos fue la idea de lo que hicieron?- vi en ella un gran interés en lo que yo pudiera responde, así que le dije, – de ambos,- -y a ti te gusto hacerlo con una supuesta niña,- trague saliva, y le dije, – son juegos de adultos, y eso solo fue una fantasía, – ¿te gusto?, – dijo ella, – ¿a que te refieres?- asenté, – ¿a que si cuando lo hacías con mama, vestida así, realmente pensabas en mi? – si, lo hice- dije yo, tome el último sorbo de mi copa y deje esta sobre el buró, se abalanzo a mi dándome un beso en la boca, me tomó por sorpresa, y mientras lo hacia sentí como mi verga se ponía dura, la separe y le dije, – un beso no es solo un contacto este debe ser una caricia, la tome de la nuca y la atraje hacia mi, bese su boca con una serie de caricias alrededor de sus labios, acaricie su lengua inexperta con la mía, sin dejar de besarla recorrí suavemente con una mano la espalda y el costado derecho desde su cintura hasta su axila, con la otra metía mis dedos entre su pelo de la nuca, podía percibir su creciente excitación, así que la voltee, a modo de que quedara yo enzima de ella, baje lentamente mi mano con una lenta caricia, desde la nuca, pasando por su espalda, cintura, cadera, y cuando toque sus muslos, ella doblo su rodilla, continúe acariciando sus piernas desde el tobillo hasta sus nalgas, al mismo tiempo comencé a besar su mejilla izquierda, me dirigí al lóbulo de su oreja, y de ahí a su cuello, poco a poco fui bajando a su pecho, con un tirón suave baje su blusa, no traía sostén, así que tome uno de sus pechos y me dedique a el, recorriéndolo totalmente, con mi lengua recorrí su pezón pequeño y duro, con mi mano derecha acaricie la otra pierna, ahora ella doblo esta rodilla, permitiendo que mi mano pudiera recorrerla toda, luego seguí con mi lengua bajando hasta su ombligo mismo que bese y chupe, para este momento su respiración ya era mas agitada, ella arqueaba su cuerpo, finalmente le quite sus calzones que ya estaban húmedos, fui directamente a sus piernas, le baje una a una las medias, después recorrí cada centímetro de sus muslos con mi lengua, ella, que hasta entonces no hacia nada con sus manos me tomo con ambas de la cabeza y me la dirigió a su monte de Venus, su olor era muy rico y suave, busque con mi lengua el clítoris ahí estaba hinchado lo lamí durante varios minutos, mi mano izquierda tocaba sus senos, y con la otra acariciaba todo su trasero; para prepararla, y que no sufriera dolor cuando la penetrara, fui metiendo uno de mis dedos en el interior de su panochita, estaba muy caliente ahí adentro, estaba muy estrecha, así que comencé a hacer presión sobre los costados de su vagina a modo de que después pudiera meter un segundo dedo, continúe con este conjunto de caricias, para este entonces ella ya estaba emitiendo sonidos guturales y decía algo que no alcance a entender, después de que pude meter dos dedos en su panocha, empecé a hacer presión separando mis dedos en su interior, ahora si ya casi estaba lista para poder ser penetrada, lo único que requería era que su vagina se lubricara por si sola, no quise buscar su punto G que debería estar en la parte superior de su pared vaginal; por que cuando una mujer no ha experimentado con este pequeño punto sensitivo llega a sentir tremendas ganas de orinar, así que sin dejar de acariciar su clítoris y con mi mano izquierda pasaba de un seno a otro, pellizcando suavemente sus pezones, pase el dedo índice recorriendo sus labios vaginales y después bajándolo hasta su pequeño ano, le metí un poco el dedo meñique y arqueo su cuerpo, lo acaricie con círculos alrededor de su esfínter, ella tenia la misma sensibilidad o más que su madre en este punto, ya que cuando lo hice soltó otro gemido de placer, finalmente su vagina estaba empapada de sus líquidos, así que me deslice a su boca para después colocarla en posición fetal dándome la espalda, abrí sus piernas para introducir mi verga, la abrace por la espalda sin dejar de besarla, coloque con mi mano mi verga a la entrada de su panocha y con movimientos lentos me permitió la entrada, ella jadeaba ya muy fuerte, humedecí mi dedo índice con su liquido vaginal que seguía saliendo de esta, y con el mismo busque nuevamente su clítoris para acariciarlo y mantener la lubricación natural, la verdad es que no creo que haya tenido ningún dolor por que durante todo este tiempo estuvo diciendo:

– más papito, más papi lindo, esto es rico, ¡aaaah!,- después de varios minutos de un rítmico vaivén ella comenzó a temblar dando un largo suspiro, – esto es riquísimo papito más papito, más papi lindo, esto es rico, ¡aaaah! – dijo ella, continúe y después Miriam ya realizaba algunos movimientos de sus caderas adelante y atras, aumente el ritmo, y unos minutos después nuevamente ese temblor con el suspiro a continuación, por la estreches de Miriam no podía contenerme más, un tremendo chorro de semen inundo su riquísima cavidad vaginal, ella se volteo me tomo de las mejillas y me dio un beso largo y me dijo –gracias papito, me gusto mucho, no te preocupes esto no lo voy a comentar a nadie, y ahora se por que le encanta tanto a mi mama, prométeme que lo volveremos a repetir papito- nos quedamos besándonos un rato más, yo no dejaba de acariciar sus piernas y trasero que me tenían fascinado, después se levanto y se fue a su recamara, me apresure a quitar la colcha de mi cama y lavarla ya que sí había bastante sangre mezclada con semen.

Creo que mi hijastra no ha comprendido que esto no fue mas que una simple aventura, y que la persona a la que realmente amo es a mi mujer, esto lo digo por que ella busca la manera de encontrarme solo para besarme y pedir que vuelva a hacerle el amor, mi esposa y yo seguimos nuestros juegos sin variación.