Capítulo 3
- Abuelo, padre e hijo I
- Abuelo, padre e hijo II
- Abuelo, padre e hijo III
- Abuelo, padre e hijo IV
- Abuelo, padre e hijo V
Abuelo, padre e hijo III
Como recordaran, mi papa suponía que yo no recordaría nada de lo sucedido y por no hacerlo sentir mal, lo callaría, por el momento. Pero entre tanto, las noches sucesivas las pasaba en vela deseando que aquello volviera a suceder, pero nada.
El abuelo también vive con nosotros en el rancho, él tiene 65 años, es un hombre robusto alto como mi papa, tiene el pelo y la barba completamente blancos, en su tiempo fue un hombre bastante bien parecido aunque de aspecto muy rudo ya que parece que siempre esta enojado, toda su vida la ha dedicado al campo y todo el tiempo ha vivido en estas tierras a alas que ama con verdadera devoción, es una persona integra, viudo desde hace mucho tiempo, mi abuela murió siendo mi papa muy joven. Tiene, igual que mi papa, mucho vello en el cuerpo, ahora sabrán que es de herencia.
Días después de aquello, me encontraba montando a caballo por una vereda que volvía del pueblo, como hacia calor, me detuve a unos metros de una pequeña laguna que tenemos por aquí, camine unos pasos adentro cuando quede perplejo por lo que veía, era nada menos que mi abuelo, pero estaba completamente desnudo, nunca antes lo había visto así, a lo mas que había llegado a verlo era sin camisa cuando volvía del arado….. rápidamente me oculte para que no me viera y espiarlo un poco mas, esta recostado, boca arriba junto a un árbol, así es que tome aire y decidí acercarme, no quería perderme la oportunidad de verle mas de cerca.
Cuando estuve a unos pasos del, pude darme cuenta que era un enorme oso, lo cual me pareció curioso, su pene era grande, no tanto como es de mi papa, pero si era bastante más grueso.
-abuelo?-
-Daniel- se levanto algo asustado – me asustaste hijo, que haces aquí?-
-vengo del pueblo, traje lo que mi papa me pidió, que haces tu aquí?-
-Bueno, yo estoy aquí refrescándome del endemoniado calor que hace, además me gusta mas bañarme en el río que en la casa.-
No podía dejar de verle su miembro, y el lo noto, pero no hizo ningún comentario. Sin decir mas, me senté a su lado y trate de disimular volviendo la vista hacia el lago ante mí.
-Que bien sé esta aquí….- murmure mientras me recostaba a su lado.
-Si, me gusta mucho venir para jaca.- me respondía mientras se movía un poco.
Permanecimos así por unos minutos, uno al lado del otro sin articular palabras, yo me sentí nervioso y algo excitado, podía sentir la brisa en mi rostro, y suponiendo que no pasaría nada, cerré los ojos para relajarme un rato y tratar de no pensar en la polla de mi abuelo.
En eso estaba cuando sentí la mano de mi abuelo en mi mano, la tomo y la puso nada mas y nada menos que en ese miembro que ya hacia semiparado.
No me dijo nada, no era necesario, con su mano acompaño a la mía y me hizo la indicación de que quería que se la jalara un rato, mi respiración se entrecorto, no me atreví a moverme, sentía algo de pena, pero a la ves una gran excitación recorría mi cuerpo, así es que comencé con gusto mi labor. Primero afiance su verga del todo, aun siendo yo de manos grandes me sorprendió ver que parte de su verga y esa cabeza algo rosadita quedaban de fuera por buen tramo, lo cual me dejo aun más campo de acción, inicie a subir y bajar la piel de su pene mus suavemente y podía sentir la sangre dentro de su polla….. mi abuelo no hacia mas que gemir, cuando finalmente estuvo en su tamaño, aumente la velocidad de mi mano y me gire un poco para ver, mi abuelo gemía y se retorcía suavemente podía ver su peludo cuerpo estremeciéndose de placer.
-Mas, mas, más rápido- gemía con voz entrecortada y suave; – que ricooooooo, ahhhh-
-Las tetas…….- logro exclamar.
-Que?-
-Chupamelas… las tetillas, por favor, que rico, mmmmmmm-
Créanme que no me dijo dos veces, me abalance sobre aquellos montes llenos de vellos blancos que se coronaban con dos tetillas grandes y rosadas, y comencé a chupar como loco, mi lengua causo estragos en ese cuerpo. –ahhhhhhh- sus gemidos estaban en aumento y mi excitación también. El olor a hierba de su cuerpo me ponía a mil. No podía creerlo, le estaba haciendo una paja a mi abuelo, lo estaba masturbando, tenia a ese macho solo para mi.
Quieres seguir escuchándome, bueno, mas adelante sabrás lo que paso después.
Por cierto saludos a todas aquellas personas que nos han favorecido con sus comentarios y con su amistad. esperamos que lo sigan haciendo.
Muy buenos los tres relatos, no dejen de seguir contando lo he sucedió, saludos desde Venezuela