Querida Venus
Un día esculpiré tu torso desnudo y besaré los fresones de tus senos, dulce fruto del bosque, néctar delicioso de ambrosías prohibidas.
Saborear tus pezones será tan hermoso como conquistar tu alma, cómo conseguir tu amor, como acariciar los diamantes de tu espíritu.
Haré un sortilegio de tu desnudez pura y me enseñarás los laberintos vedados, jugarás conmigo a los placeres.
Yo soy el escultor que moldea tu cuerpo, que recorre tus caderas con pinceladas, que descubre la caja de Pandora de tu vulva, la rosa de los vientos.
Eres mi obra de arte, mi Venus. Yo soy tu escultura, el cuerpo amigo, tu compañero de juegos, tu cómplice secreto.
Querida Diosa del amor, yo soy tu obra, soy tu amante, y necesitaré de tus bendiciones, que prodigues sobre mí tus manos creadoras, tu blanco tacto.
Así cuando esculpas en el mármol carnal mi cuerpo, cuando tus dedos recorran las incógnitas de mi torso, y me moldees como si fuera arcilla, sentirás como nacen de tus senos las auroras, como tus pezones se agitan y se convierten en pétalos irisados, en flores nocturnas, en madreselvas.
Entonces, querida Venus mía, me harás Dios del amor, y suplicaras ser amada. Y me poseerás, abrirás el candado de tu pelvis y acogerás mi semilla, el cuerpo que creaste de barro.
PD.1-Barro, magma o ceniza, con sólo una caricia tuya me otorgarás la vida, con sólo ver cómo florecen tus senos, me resucitarás de la noche eterna, y seré Dios del amor.
PD.2-Venus querida, Diosa mía, la luz que irradias desde el cosmos es tan avasalladora, tan deliciosamente intensa, tan agradable, que todas las noches subo a la torre más alta de mi ciudad para extasiarme contemplando su melena dorada.
PD.3-Besos a tus manos creadoras de escultora divina.
PD.4-También a tus senos, a las estrellas marinas de tus pezones, al océano de tu vulva y a toda tu esencia.