Mi profesora y yo
Sé que muchos ante mi relato pensarán que soy un vulgar mentiroso, pero lo que voy a contar, es algo verídico, algo que me sucedió hace unos meses y aun hoy sigue sorprendiéndome.
He de empezar hablando sobre mi y contar que soy estudiante de derecho.
Este año estoy cursando tercero y para mi desgracia es bastante difícil, así que cuando Lourdes, la profesora de Derecho del Trabajo nos encargó el trabajo sobre las ETT’S no dude en subir a su despacho, para que me orientara.
Tal como es costumbre concerté cita, y me presenté el día señalado con todo el material.
Cuando llegué, ella estaba colocando algo en el estante más alto del fichero, y como es algo bajita, se tenía que poner de puntillas. Pude ver como se contraían los músculos de sus piernas.
Unas piernas preciosas, torneadas y tersas como las de una niña, que siempre muestra pues le encanta lleva minifaldas.
Me invitó a tomar asiento y yo saque mis bártulos y le empecé a explicar lo que pretendía hacer, como pretendía enfocar el trabajo.
Ella muy interesada, se levantó y se puso a mi lado, sentándose sobre el pico de la mesa.
Yo seguí explicándole lo que pensaba decir, pero cada vez me resultaba más difícil no dirigir mi vista hacia sus piernas.
Ella las había cruzado al sentarse y por entremedias podía verle las braguitas.
Empecé a ponerme nervioso, pero ella no parecía darle la menor importancia.
Al contrario sonreía.
Intenté concentrarme al máximo, pero sin querer tire al suelo el código con la Legislación Social Básica. Ella se agachó para recogerlo clavándome casi sus nalgas en mi cara.
Entonces no pude más le acaricie los mulos. Muchas veces había fantaseado con aquella situación.
Ella puso el libro en la mesa. -Eres muy descarado- dijo. Pero ya todo me daba igual. La agarré por la cintura tumbándola sobre la mesa. Todos mis papeles se arrugaron. Le abrí la blusa y empecé a manosearle los pechos con mis ávidas manos.
Mis labios se deslizaron por su cuello como una serpiente.
Ella gemía, pues lo que le hacía le daba placer. Baje mi lengua por su cuerpo hasta el ombliguito y empecé a mordisqueárselo.
Ella frotaba su sexo contra mi cintura. Metí mi mano entre sus piernas.
La muy golfa estaba chorreando. Le introduje mis dedos en su rajita mientras le mordisqueaba los pezones.
Ella gritó por la mezcla de placer y dolor. Baje mi boca buscando su clítoris y se lo lamí. Quería oírla grita de placer. Y así fue. Entre espasmos y gemidos ella me soltó su «geiser» en mi cara.
Me empujó con las piernas y se levantó obligándome sentarme en la silla. Se arrodilló y me empezó a lamer la polla.
Yo acariciaba su pelo y le pellizcaba los pezones. Se me había puesto como un canto, como la columna de Trajano.
Quise penetrarle, pero me detuvo -¡El condón!-gritó. Me di cuenta de que no llevaba, así que la puse a cuatro patas, me ensalive los dedos y se los metí en el culo.
Ella gimió de dolor, pero no me dijo que parara.
Sin duda, no era la primera vez que la hacían algo así. Se la clavé en el culo. La envestí como un jabato. Quería que sintiera bien dentro.
Notaba como me venía el placer final.
La agarre con fuerza de los pechos aplastando su espalda contra mi estomago y ella volvió a gritar y a zarandearse de gusto.
Me excité como un animal y me corrí al instante.
Durante unos segundos ambos respiramos jadeantes en el suelo, por el placer recibido, pero de repente nos dimos cuenta de lo que habíamos hecho y no pudimos ni mirarnos a la cara. Yo recogí todas mis cosas y me fui avergonzado.
Pocos días después presente el trabajo sobre las ETT’S y al recibirlo calificado, venía con la siguiente aclaración:
Contenidos: 6,5
Enfoque: 9,5
Nota final: 8
Tu trabajo tiene algunos problemas con los contenidos pues no has hablado en profundidad de la relación entre empresas usuaria y ETT’S… sin embargo tanto tu enfoque como la forma de preparar el trabajo son excelentes, así que no dudes en venir a aclarar cualquier duda que puedas tener al año que viene conmigo en Seguridad Social. Lourdes.
¿Esto me da que pensar?