La primera me la hizo mi prima
Después de la primera experiencia sexual que tuve con mi tía Laura y su amiga, todo continuó normal, seguí explorando mi sexualidad y la de las chicas; pasaron más de 2 años cuando fuimos de visita con unas tías a Calvillo en donde conocí a mi prima Estela con 15 años de edad, que mutuamente nos gustamos desde que nos vimos y hacíamos lo posible por estar juntos en todo momento.
Esa noche no juntarían para dormir en una recámara grande que tenía dos camas matrimoniales, en una cama mujeres y en otra hombres, esto nos agradó porque dormiríamos en el mismo lugar y habría posibilidad de que algo pasara.
Tratando de que esto fuera más rápido, estando a solas le dije a mi prima que era bonita y que me gustaba; su cara se puso roja de vergüenza y como es güera se notaba mucho; le tomé la mano y me acerqué a darle un beso en sus labios, esto la hizo desinhibirse y me dijo que fuéramos a un lugar apartado de la casa, debajo de un árbol, donde estuvimos platicando tomados de la mano; yo estaba excitado y creo que ella también porque no dejaba de mover las piernas.
En una de esas nos quedamos viendo a los ojos, me le acerqué y la besé; ella se recargó en mi pecho, le acaricié sus brazos y piernas; de rato nos llamaron para que fuéramos a dormir.
Cuando estábamos en la recámara tenía en la cama un pantalón corto y una pijama, retirada de mí, estaba Estela que me señaló que me pusiera el pantalón corto.
Antes de ir a la cama, como pudimos, sin que nadie nos viera nos besamos y me dijo – me gustan tus piernas gueritas- eso me hizo click en mí, que me excitó y mi pene se empezaba a parar; nos fuimos a la cama, yo prácticamente me quedé dormido tratando de soñar con mi prima porque es bonita, no sé cuánto tiempo pasó, cuando sentí que alguien con sus dedos me acariciaba los labios, desperté, y al oído me dijo –soy Estela… bájate de la cama y acuéstate en el piso… ya puse un cobertor… no hagas ruido- bajé de la cama y gateando llegué al lugar, me metí debajo de la sábana y nos besamos, nos estábamos excitando, acercábamos nuestros cuerpos para sentirlos mutuamente.
Como mi pene estaba erecto lo presionaba contra ella, en su panochita para excitarla, ella sintió mi pene y lo agarró por encima de la ropa; le subí la pijama hasta la altura del vientre y con la mano derecha le tomé su teta, era muy pequeña como una montañita y un poquito aguadita, la acaricié sin dejar de besarnos, ella había soltado mi pene y yo lo pegaba a su conchita que estaba cubierta por la pantaleta, para frotarlo, esto la excitó más, porque decía que sentía muy caliente su tamalito y su vientre, que tenia ganas de gritar.
Ella tomó la iniciativa de meter su mano por debajo de la ropa y agarrar mi pene, con la otra mano me quitó la ropa y sin ningún obstáculo de por medio, ella acercó su conchita a mi pene, lo presionaba y se retiraba haciéndolo continuadamente; yo no dejé de tocar sus tetitas y besarla mientras ella se satisfacía como le gustaba.
Me dijo –creo que me humedecí- le toqué su conchita, se sentía aguadito, gordito y con vello, la pantaleta estaba mojada.
Para entonces con toda la excitación que nos habíamos proporcionado yo sentía mucha incomodidad; me dolían los testículos, sentía un ardor en mi abdomen y algo que me provocaba ganas de orinar, desde lo largo del pene hacia adentro; cada vez que Estela me agarraba de las nalgas para presionarme contra su conchita se incrementaban las molestias, hasta que le dije –prima, me duele el pene-, ella se detuvo y me dijo –déjame pegarme a tu pierna para seguirme excitando y después te remedio el dolor-; ella pegó su panochita contra mi pierna y la frotaba con fuerza.
Al haber quedado satisfecha, se retiró y con su mano tomó mi pene y lo empezó a acariciar; todo esto lo estábamos haciendo a oscuras, bajo la sábana y sin hacer ruido.
Ella me estaba masturbando; para este tiempo la cabeza del pene se descubría sin problema, y sentía delicioso; el ardor y las incomodidades eran más fuertes; parecía como si quisiera hacer pipí y no pudiera aguantarme más por lo intenso; momentos antes de eyacular sentí un ardor fuerte en mi abdomen y pene; como no pude aguantarme más, me solté, y se me vino un chorro grande de semen espeso, que me provocó ardor por todo el recorrido que siguió el semen para salir.
Cuando mi prima sintió los chorros de semen que cayeron en su mano y piernas, continuó masturbándome con más rapidez; el ardor que sentía en el pene y el éxtasis que me causó el orgasmo me paralizó y me quedé acostado, permitiendo que mi prima hiciera su trabajo; era tan exquisito lo que estaba sintiendo que se me vino una segunda eyaculación, experimentando la plenitud del placer, dejando salir los chorros de semen; cuando terminé de eyacular, ella dejó mi pene, y tomó entre sus dedos semen que palpó sintiendo la textura que tenía, diciendo que era la primera vez que lo hacia y que como era la primera vez que yo tenía una eyaculación, ella estaba feliz por haber tenido la fortuna de sacarme mi primera leche.
Nos quedamos unos minutos besándonos y nos fuimos a la cama a dormir.