Follados en la carcel

Las dos bandas de reos más poderosas de la prisión marcaban las normas de la prisión.

Una de ellas estaba liderada por Tony un hombre cincuentón calvo y fuerte, llevaba diez años allí dentro y todavía le esperaban otros diez o más, además era impensable que le redujeran la condena por buena conducta.

La segunda de ellas la lideraba Dany, un cuarentón delgado con unos rasgos que lo hacían de apariencia cruel y fría.

En la cárcel lo más importante era el poder, el tráfico de drogas era la forma de vida.

Yo acabé en prisión por una negligencia en mi trabajo.

Tenía entonces 26 años y de aspecto aniñado.

Mi compañero de celda era Pedro un joven empresario que acabó allí por algo similar.

No son pocos los tópicos que existen en torno a lo que ocurre en las prisiones.

Pedro me explicó que los tópicos no lo eran tal sino que era la pura realidad.

Mi primer día en las duchas me sentí muy observado y no eran paranoias mías.

Pedro me explicó que la mayoría de los presos no eran homosexuales, que solo se follaban o violaban a los otros como signo de poder.

También me explicó que la única manera de salvar mi culo allí era pagando mi protección a una de las dos temidas hermandades.

Cuando Pedro entró allí me contó que si no le hubiesen alertado de aquello se hubiese convertido en la puta mas violada de la historia.

Pedro arregló una cita con su protector Dany.

Dany tenía rasgos latinos con bigote y una cara llena de cicatrices.

Si yo le pagaba 120 euros semanales, nadie me tocaría un pelo.

De la misma forma una vez integrado en su hermandad desarrollaría tareas de tráfico de drogas y acataría todas sus órdenes sin réplica.

Acepté sin pensarlo, me advirtió que una demora en el pago o bien suponía mi expulsión quedando a la merced de todos o bien me seguiría protegiendo siempre y cuando ofreciera mi culo a cualquier miembro de la hermandad.

Gracias a Dios, no iba a tener ese problema.

Mi vida transcurría con toda normalidad, la hermandad la formábamos veinte, aunque solo siete aportabamos dinero, el resto eran delincuentes que trabajaban juntos fuera.

Cada jueves se jugaba una partida de cartas con la banda de Tony donde se ganaba o perdía importantes cantidades de droga.

Un jueves fatídico Dany había perdido casi todo.

Tony le ofreció un trato una mano a todo a nada, si ganaba Tony le devolvía todo a Dany, si no era así sus chicos se divertirían un rato con cuatro miembros de la banda de Dany.

Ningún miembro estuvo de acuerdo sin embargo Dany se la jugó argumentando que era imposible perder.

El era el jefe y no había nada más que hablar, además pactó la inmunidad de once de los miembros entre los cuales no me encontraba yo.

Tras una hora ganó Tony y en la cárcel las apuestas y los pagos se hacían de una manera noble a pesar de lo indeseables que eran sus apostantes.

Dany nos hizo  llamar a los nueve, Tony y otro de sus miembros iban a elegir.

Dany nos advirtió que no nos podíamos negar pero sí comprar la inmunidad, sin embargo nadie se podía permitir tanto dinero.

Nos pusimos como en una formación militar.

Nos observaban ante la frustrada mirada de Dany.

El pago se haría al día siguiente tras la ducha, habían sobornado al guardia para que dejase esas dependencias sin vigilar.

Tony dijo que ya había decidido y que tras la ducha antes del desayuno se realizaría el pago.

Por la noche Pedro y yo estabamos muy callados y preocupados casi seguros de que estabamos entre los cuatro.

Al día siguiente en las duchas la tensión era terrible, los chicos de Tony se mofaban si parar y hacían gestos obscenos. Una vez vestidos el guardia le dio las llaves de los vestuarios a Tony.

Dany y los otros cabecillas se fueron de allí. Los otros nueve permanecimos allí ante la atenta mirada de los cabronazos de Tony.

Un tío gordo se acercó a Pedro y le dijo que se desnudase.

Pedro me miró, parecía atemorizado.

Pedro tenía un cuerpo admirable, atlético con poco vello corporal, nada en el pecho ni en el culo y poco en las piernas.

Lo que no entendíamos era porqué el resto seguíamos allí.

Nos iban a obligar a presenciarlo todo. El gordo se desabrochó los pantalones, y le dijo a Pedro que se inclinase.

Otro cabrón le sujetaba la cabeza a Pedro entre sus piernas.

El gordó echó un escupitajo a Pedro en el culo y lo penetró.

El culo de Pedro era el típico de un buen atleta, más bien pequeño.

Pedro hacía mención de escaparse pero el otro cabrón le tenía la cabeza sujeta entre sus piernas.

El gordo lo embestía con goce y decía que aquel culo era como un buen coño. Tras el gordo se follaron a Pedro cuatro mas.

Tras aquello le ordenaron a Pedro vestirse, le dieron la mano y lo echaron de allí.

El siguiente fue Jorge, un chavalín de 18 años, a Jorge se lo follaron de otra manera, lo echaron en el suelo y le levantaron las piernas y cada violador se las colocaba en los hombros.

Jorge no paró de llorar y gritar, sobre todo cuando se lo folló Tony, quien a su vez le daba cachetadas en el culo.

Jorge tenía un culo blanco y suave, a pesar de ser un chico delgado su culo era bastante portentoso.

Daba pena ver como alguien tan gallito que se creía tan poderoso era convertido en una puta.  Jorge quedó tirado en el suelo, creo que el nunca creyó que iba a ser uno de los elegidos y parecía notablemente avergonzado.

El siguiente elegido fue Tomé, Tomé tenía 30 años y muy buen cuerpo muy velludo, tenía vello hasta por la espalda.

Era fuerte y muy masculino, por lo que el follarse a un tío así no era como un chavalín, era un tío hecho y derecho con una polla larga y gruesa.

Tomé nunca pensó que iban a estar interesados en follárselo y que iban a preferir a otros más jóvenes.

A él lo eligió Fredy, un chico joven y atlético de la banda de Tony.

Tomé junto a otros violaron a Fredy años atrás justo el día que entró en prisión, tras aquello Fredy se había integrado en la banda de Tony  y se había convertido en uno de los personajes más temidos, sobre todo para aquellos que carecía de protección.

Fredy se  folló a tomé sin contemplación y sin lubricación, lo follaba mientras le recordaba el suceso de años atrás y lo llamaba puta.

A pesar de que Fredy no estaba muy bien dotado, hizo sufrir a Tomé ya que en las embestidas lo agarraba por los huevos o le tiraba del pelo.

A Tomé nunca lo habían follado y Fredy disfrutaba con la estrechez de aquel ano. No le bastaba con follárselo, antes de correrse hizo a Tomé arrodillarse, le metió la polla en la boca y se corrió en su garganta.

Tras aquello, dos mas se lo follaron uno por la boca y otro por el culo.Tomé no se resistía pero parecía que estaba fuera de cuerpo.

Por fin, soltaron a Tomé, quedábamos seis y solo uno más sería violado.

Yo creía que iba a ser yo, no era de los mejores cuerpos pero sí el más nuevo, sin embargo eligieron al chico de mi lado, un gitanillo quien era un artista con la navaja. Óscar se resistió y lo desvistieron de malas maneras.

Al segundo de abordo en la banda de Tony, conocido como Lerza aquello le excitó más. Entre cuatro le acariciaban sin parar lo que provocó la erección de Óscar.

Óscar gritaba y suplicaba que no le diesen por el culo.

Óscar tenía un culo redondito y prieto. Una vez que consiguieron desnudarlo lo retuvieron contra un pared de pie, Lerza sin bajarse los pantalones, se sacó su enorme verga y lo embistió.

Al pobre Óscar le tocó la peor suerte ya que quedaban otros tres mas de raza negra con unas vergas tremendas.

Uno por uno lo follaron sin piedad, Óscar no dejó de gritar y suplicar aunque aquel culo se tragaba las vergas sin dificultad.

Quizás a él fue a quién con más violencia lo estaban follando.

Por fin acabó todo, me quedé muy sorprendido, a pesar de no ser gay me había excitado muchísimo con aquellas escenas, aunque no me hubiese gustado participar.

Por la noche tuvimos una reunión, Pedro, Jorge, Tomé y Óscar estaban muy raros, sobre todo Óscar que parecía poseído.

El respeto a Dany no parecía tal aquella noche.

Dany todavía no tenía dinero y la partida del jueves se acercaba. Jorge dijo que no iba a volver a pasar algo así, pero sabía muy bien que si no aceptaba las reglas podría pasar por eso o por peores cosas.

Tomé estaba tan avergonzado que no cruzó la mirada con nadie.

Óscar juró vengarse. Pedro era el único que no parecía afectado.

Tras aquello nos fuimos a nuestras celdas, Pedro estaba deprimido y callado y entonces me propuso algo.