Amor platónico
Esa noche junto con un grupo de amigas fuimos al concierto de una banda de moda, la euforia nos invadía todas éramos quinceañeras disfrutando con nuestros «ídolos», en el intervalo fui al baño, en ese momento lo vi y otra vez sentí mis hormonas revolotear como hacía una semana cuando fue a casa para charlar con mi padre de política, era un hombre grande como dice mi madre, peor ,estaba casado, ¿que hacia ahí? bueno al ver a su hija (unos años menor que yo) me fue fácil deducirlo.
Haciendo la fila de los sanitarios, no podía de dejar de mirarlo, cuando me saludo, sonreí, lo saludé y se me escapo a media lengua, un «¿por qué me gusta? mi amiga de ese entonces me interrogó ¿quién? cuando lo vio me miro y me dijo en un tono paternal !ten cuidado! .
No pude de dejar de mirarlo, fue ese el principio de mi amor platónico, que duró más de cuatro años, porque cada vez que lo veía, me derretía, me encantaba, su edad no era para mí más que un brillante más, que me atraía, no podía dejar de querer tener una experiencia con el, dos veces mantuve relaciones en esos meses, las dos las hice pensando en él, mi primer novio oficial me recriminaba que cada vez que lo veía me ponía ausente.
Fue una tarde que regresaba del curso de ingreso a la facultad, que lo encontré en una esquina charlando con un médico amigo, cuando lo vi, cruce a su vereda para que me viera, lo logre y por fin sucedió lo que yo quería, no solo me saludo, dejo a su amigo y me acompaño dos cuadras (el vive a la vuelta de mi casa), lo sentí nervioso, pero igual, pudo decirme, que quería hablar conmigo, asentí, me acerque a darle un beso y le dije algo que nunca había hecho, «te espero a las nueve en….», sus ojos, aprobaron , estaba todo dicho.
Ya tenía casi 19, me llevó directamente al motel de la ruta, si bien no me pidió que me agachara escondiéndome de las miradas curiosas lo hice, asumí mi posición de amante, en forma natural, todos estos años pensando cómo sería estar con él, como gozar ese bulto que a simple vista era grande, podía ser mi padre, era viejo, era para mi algo fuera de toda normalidad, pero que era y es imposible negarse.
Cuando entre a la habitación y me agarro en sus brazos, me di cuenta que todos esos sueños, eran compartidos, no podía ser de otra manera al sentir esa energía .
Nos desnudamos suavemente, fue mi experiencia más placentera, sus manos me acariciaban, poniendo mi piel en juego con mi sangre, que fluía a borbotones dentro de mis arterias y venas, !si! estaba enloquecida, no pude dejar de tomar su falo y acariciarlo con mi mano, una vez erecto me arrodille lo lamí todo, entrándola y sacándolo de mi boca, hasta que deguste ese líquido salado, rico y un entre y saca de mi boca dirigido con mi mano, lo hizo eyacular todo su semen, lo limpie con mis labios, poniéndole fruición, su cuerpo transpiraba, me llevó a la cama, en cuclillas sobre puse ese falo, el me penetro, haciéndome no solo feliz, me hizo retrotraer a todas esas masturbaciones que hice durante años, a esas penetraciones que hice pensando en el.
Me sentí feliz y en su cara también se reflejaba, palmeándome la cola, me decía, que siempre soñaba con ella, como esa vez en la fila de ese espectáculo, que fue el momento que se dijo que ese cuerpo de diosa, tenía que gozarlo y hacerlo gozar.
Era una realidad, ambos nos esperamos años, nunca me habían penetrado por el coño, fue esa la primera vez, me dilato con saliva y sus dedos, una vez que el negro agujero se puso grande se acomodo la punta, en un instante me penetro, el dolor dio paso al goce, de ser su puta, su hembra.
A la mañana cuando fui al baño, la leche salía de mis intestinos, ahora espero la cita, cuando lo llamo y me atiende directamente el, nos ponemos de acuerdo enseguida, ese día gozo, los días que no me puedo comunicar, sueño como antes, si bien no me alcanza, valió la pena de hacer realidad un amor platónico.
Sabemos que nuestras edades no son compatibles, es por ello, que somos amantes, cada momento de goce con él, es un impulso de vida, es directamente la vida para mi, los sueños eróticos de mi juventud se mantienen en esta realidad, que no quiero dejar escapar.
Encontrar el goce sexual en mi amor platónico, es el mejor sueño cumplido en mi vida.