Soy un chico que ejerce de dependiente en una pequeña tienda de comestibles un pueblecito bastante modesto de Galicia, esta se sitúa debajo justamente de la casa.

En Galicia suele llover muy a menudo y debido a que es un pueblo tan diminuto hay una gran confianza entre todos los habitantes. Un día que amaneció bastante oscuro, pensé que iba a caer un gran aguacero, podía notar la humedad en el ambiente, pero como eso no era excusa me decidí ir a mi trabajo como cada día.

A eso de las 10 de la mañana empezó a llover exageradamente, mi mente me decía que me iba a aburrir demasiado ya que el día anterior había dejado hecho todos los que haceres (inventario, pedidos…), así que encendí la pequeña tele que tenia a mi servicio en una esquina del mostrador.

Como llovía tanto el hijo del dueño no habia ido al colegio. Su padre si que había ido a ver el estado de sus otras tiendas y su madre dormía placidamente en su habitación, así que el niño aprovecho para poner una película x. Lo que el no sabia es que debido a un amplificador yo también podría ver lo que se reproducía en el video y cual fue mi sorpresa que al estar haciendo zaping vi algo muy interesante.

Una rubia de ojos claros y mirada penetrante, le comía el rabo a un negro mientras este le acariciaba los pezones. Por un momento me quede parado por mi sorpresa, pero después reaccione y pensando que no vendría nadie debido a la lluvia, podría cerrar la puerta con llave para que nadie pudiera sorprenderme, así que lo hice, cerré con llave y cogí una silla, me baje los pantalones, me senté y acogiéndomela a dos manos empecé a chascármela como si nunca hubiera sentido el placer del sexo.

Estaba tan exhausto con la película que no me di cuenta de que la dueña se había plantado a mi lado. Me dio unos toquecitos en el hombro, gire mi vista y ante mí estaba, ese gran monumento. Larga melena roja y rizada que baja por su preciosa espalda, hasta llegar al nacimiento de su precioso culo, yo seguí bajando mi mirada al menos 1.20 metros mas hacia abajo, hasta encontrarse con el suelo. Tiene unos grandes ojos verdes, piel blanca, dos grandes pechos con un botón rosa que corona la cima y un pubis muy poblado con pelos de color rubio, aunque este tremendo físico lo descubrí un poco mas tarde.

Aun llevaba puesto el pijama la muy zorra. Estaba mirándome como me sobaba ese falo duro a causa de la película que estaba viendo el mariconazo de su hijo. Yo quede paralizado por el susto y la vergüenza, así que no pude decir ni hacer nada, pero ella se encargo de todo. Me cogió del antebrazo tirando fuerte hasta la goma que ajusta el pantalón en su cintura, lo bajo con mi propia mano dejándome ver ese bonito coño, me cogió mi cabeza y haciendo fuerza la llevo hasta su rajita, donde ya no pude mas y empecé a lamer. Solo era capaz de oír algún gran suspiro que se le escapaba debido a mi buen trabajo en su privacidad.

Cuando de repente note unos temblores en sus muslos que anunciaban el inminente orgasmo, cuando este se produjo soltó un gran suspiro de placer y debido a que las piernas le fallaron le tuve que ceder el sitio para que no se desplomara en el suelo. Cuando se sintió con fuerzas, siguió desnudándose, se arrodillo y cogió mi gran verga con ambas manos y empezó a frotar lentamente, hasta que estaba bien colorada esa gran cabeza que amenazaba con estallar tan solo sentir el roce de esos preciosos labios rojos y carnosos.

Me dio un par de lametazos que iban desde los mismos huevos hasta la punta para después acabar con toda ella metida en su boca, succionando como nunca me habia succionado el miembro. No se tuvo que esmerar mucho mas, ya que poco después de 2 subidas con sus respectivas bajadas, le di 1 gran cañonazo que le tuvo que hacer blanco en la mismísima garganta.

Me parecía imposible pero no caía nada de su boca, se había tragado hasta la ultima gota de mi cipote.

La mire con cara triste pensando que ahora se marcharía como si no hubiera pasado nada, pero cual fue mi sorpresa que dándome la espalda, se puso en 4 y acogiéndome el rabo con sus manos expertas lo condujo hasta la puerta del placer.

Debido a la gran excitación que tenia encima, no tuve que hacer demasiados esfuerzos, ya que eso parecía un agujero negro, se tragaba hasta la luz.

Cada centímetro que mi chisme se adelantaba mas, tenia la sensación de estar acercándome a un horno, ¡CUÁNTO CALOR PODIA DESPEDIR ESE GRAN CHUMINO!. Cuando entro, empecé un tímido vaivén que producía un bombeo bastante flojo, pero ella tras darme un palo en el culo como si de una burra coja se tratara empezó a imponer un ritmo mucho más acelerado.

Yo estaba mirando su bonito culo, cuando de repente se fue la luz. Todo quedo a oscuras, solo se escuchaban los pequeños jadeos de mi amante y un pequeño crujir que provenía de la silla, ya que estaba siendo sometida a un trabajo mas duro de lo habitual.

Cual fue mi sorpresa que al poco rato, su jadeo fue como ahogado, como si le estuvieran tapando la boca. Yo no le di demasiada importancia y seguí a lo mío, solo pensaba en correrme y ahogar a esa zorrita en mi caliente leche.

De repente volvió la luz y al mirar al frente vi al causante de que mi zorrita tuviera la boca tapada, ¡ERA SU PROPIO HIJO!, este tenia la cara desencajada del placer que estaba obteniendo y yo al ver la escena y el morbo que conllevaba esta no pude aguantar mas y me corrí a la misma vez que mi amante. Era increíble porque él chaval aun no se había corrido a pesar de su segura corta vida sexual.

Saque el rabo y detrás de este un gran borbotón de esperma que resbalo por sus preciosos muslos, el hijo de la zorrita de mi amante me imito y saco su pequeño pero juguetón aparato de la boca de su mama y sin mediar palabra se dirigió a la parte donde estaba yo.

Mi amante me cogió de la mano y se dispuso a limpiar los restos de mi espectacular corrida y cual fue mi asombro al escuchar la voz de su propio hijo que le decía a la madre – Te voy a clavar zorron. Mierda este agujero esta demasiado inundado y resbala.

Pude ver como se inclinaba, apunto hacia el orificio pequeño de su madre y la clavo de un empujón, la muy puta dio un grito de placer y dolor y para ahogar ese pequeño grito decidí meterle mi polla en su boca para que me la limpiara. Mientras el hijo le embestía a mí me estaba practicando la segunda mamada del día.

Me asombro muchísimo notar como mi nabo crecía en el interior de esa boca que tantas veces había soñado con besar, en varios minutos su hijo se corrió en medio de un gran espasmo, y ella seguramente al sentir el calor de ese liquido que emanaba del aparato de su hijo, dio unos pequeños gritos de placer que anunciaban su ya 3 orgasmo en la mañana.

El niño se dirigió a la cara de su mama a que como buena mama le limpiara lo que se había ensuciado. La madre como buena madre que era se saco mi cipote de su boca y siguió masturbándolo con una mano, mientras con la otra sujetaba la minga de su hijo y la lamía como si de un helado de nata se tratase. Yo no aguante mas y mi corrida le dio en su cabello.

Cuando nos separamos ya satisfechos y bastante marranos, nos despedimos, ella cogió sus pertenencias (el pijama) y subió seguramente a ducharse, el hijo la siguió, supongo que con lo caliente que eran los dos, terminarían follando como locos en la ducha, pero eso ya es otra historia.

Yo termine el día feliz y contento y desde ese día me encanta mas aun la lluvia.