Cómo fui infiel.

La verdad es que nunca se me pasó ser infiel hasta que lo hice. Les contaré que soy un hombre de 45 años que tiene un matrimonio desde que tenía 21.

Mi esposa es 3 años menor que yo, tenemos 3 hijos y somos felices, sin embargo ella es muy reservada y son contadas las veces que tenemos relaciones, estoy bien con eso o eso es lo que creí.

Tengo un trabajo a una hora de mi casa con jornadas cambiantes lo que hace que algunas veces me quede en una casa cerca del trabajo que rentamos todos los trabajadores de mi área. Mi esposa nunca encontró problema en esto y cuando tenía que quedarme ella me preparaba más comida y todo bien.

Todo empezó cuando la compañía empezó a contratar a personal de rotación, empleados que no se quedarían en mi zona sino que estaban ahí para aprender del manejo de la compañía y luego pasarse a otra área.

Aquí es donde aparece está dichosa mujer, pues tenía menos de 30 años y aunque no era guapa si era muy agradable conversar con ella. En varias ocasiones nos había tocado en el mismo turno y sin ser presumido pero en mi área soy el que mejor conoce el funcionamiento de toda la maquinaria de pies a cabeza y al notarlo mis compañeros siempre recurren a mi para preguntar sobre alguna cosa. Ella igual lo notó y como compartíamos turnos me pedía que fuera yo quien le explicara todo.

Fue en una jornada de noche que ella no subió al camión de empleados para regresarlos a la ciudad que todo empezó.

La salida del turno de noche es a las 11pm y el cambio es hasta la mañana a las 8am. Ella al esperarme no subió al camión lo que me hizo un poco de gracia pues yo no me iba a regresar esa noche pues me tocaba el turno de mañana así que había decidido quedarme en el departamento.

Cuando ella se enteró no sabía si ponerse a llorar o solo reír de aquella situación. Al sentir lástima pues ella no tenía donde quedarse le ofrecí acompañarme al departamento y en la mañana tomar el camión que regresaba al turno de la noche y ella accedió.

Durante el camino le fui contando anécdotas de mis hijas y ella me pidió si me podía detener en un Oxxo lo cual hice. La esperé en el carro y al poco rato ella volvió con un six de cerveza, me dijo que como agradecimiento quería tomarse una conmigo a lo cual le contesté que solo una porque mañana me tocaba entrar temprano.

El departamento no es grande tiene dos habitaciones, una cocina pequeña, una mesa para 4 y un sillón con un puf que una compañera había traído. No era mucho pero teniendo en cuenta que solo lo tomábamos para dormir era muy práctico.

Cuando llegamos al departamento ella dejó las latas en medio de la sala y fue a recostarse en el puf. Me dijo si no le parecía mal si se quitaba los zapatos y le dije que no pues después de 9 horas trabajando necesitábamos estar cómodos. Yo me quite la camisa del uniforme y me quedé en una camisa normal y ella igual se lo quitó y quedó en una camisa delgada de tirantes.

Me senté en el mueble y retomamos la plática, en un parpadeo me acabé mi cerveza y ella me dijo:

—Una no es suficiente tómate otra.

Lo que me hizo reír pero me levanté a tomar otra y me senté está vez en el piso, la sala al no ser tan grande hacia que nuestros pies se tocaran pero no le vi nada de malo. La plática siguió normal hasta que ella al bajarse a tomar otra cerveza, en el movimiento en el cual le vi gran parte de su senos, me imitó y se sentó en el piso pero está vez más cerca de mi lo que dejaba a sus piernas encima de las mías.

Yo me tomé 4 cervezas y ella dos, cuando me disponía a pararme para irme a dormir ella en un rápido moviendo se puso encima mío. Me sentía achispado por el alcohol por lo que me reí y le pregunté que hacía que yo era un hombre casado.

—Eso lo tengo muy en claro pero un ratito de diversión no arruinará tu matrimonio.

Quiero echarle la culpa al alcohol pero también acepto mi culpa.

Cuando ella me besó yo le correspondí. Cuando ella empezó a moverse encima mío yo le agarre las caderas para que no parara, en mi interior quería detenerla pues yo amo a mi esposa y no se merecía lo que iba a hacer pero no pude. Cuando ella empezó a besar mi cuello y a dar saltitos en mi miembro me perdí.

La besé como loco le quite la blusa ridícula que traía con su brasier y la recosté en el piso y le chupe las tetas, eran increíbles, ella nunca había sido madre lo que hacía que sus pechos siguieran duros y firmes.

Ella gemía y gemía y en una me detuvo y me dijo que fuéramos a la habitación. En el corto camino a la habitación volví a replantearme lo que sucedería pero apenas iba a abrir la boca para parar todo cuando ella me desabrochó los pantalones y me los bajó con todo y boxer.

Me hizo sentarme a la orilla de la cama y me empezó a mamar la verga. Casi me vengo en su boca con lo rico que lo hacía, a mi esposa no le gusta hacerlo y que tuviera a una mujer joven haciéndolo me volvió loco. Ella se detuvo antes de que me corriera y regresó a la sala en ese tiempo me terminé de desvestir y ella regresó con condones. Se terminó de desnudar siempre mirándome a los ojos con una sonrisa. Luego volvió a subirse encima mío y volvimos a besarnos, la polla me latía como nunca, ella se separó para ponerme el condón, se posicionó y de una bajo encima de mi polla. Casi aulló de placer, ella se movía como experta y al ver sus pechos revotar en mi cara los agarré y los chupé, apreté, mordí.

Después de un rato cambié a posición del misionero para poder besarla mientras la penetraba. Ella se corrió primero y después de varios minutos yo me corrí también. Fui al baño a tirar el condón pero cuando regresé ella estaba sentada.

—Estas muy equivocado si crees que esto es como cuando tienes sexo con tu esposa, aquí no se acaba hasta que ya no te salga leche.

Estaba sorprendido y a pesar de mi cansancio lo repetimos dos veces más, en posiciones que efectivamente no hago con mi mujer.

Solo dormí unas dos horas, cuando me levanté y pude recapacitar sobre lo que había hecho me sentí fatal.

Me sentía el peor hombre de la historia, me imaginaba a mi esposa dejándome y a mis niñas odiandome, ese día me la pasé como zombie y cuando llegue a casa me esperaba a mi mujer histérica al darse cuenta. Sin embargo eso nunca ocurrió, mi esposa no se dió cuenta de nada solo de que estaba cansado.

La culpa siguió pero al no darse cuenta mi esposa repetí con esa mujer cada que pude antes que la cambiaran de área.

Ojalá pudiera decir que fue con la única mujer con la que le fui infiel a mi esposa pero una vez que pruebas la manzana siempre quieres comerla.