Hace unos años, cuando estaba saliendo de mi adolescencia, pero antes de casarme o de sumergirme en la vida de adulto, encontré con unas revistas de contenido swinger, y la verdad que lo que vi en ellas me voló la cabeza, fue tremendo para mi descubrir algo así, y desde ese momento supe y me prometí que cuando me casara dejaría que mi esposa cogiera con otros hombres.

Pasó el tiempo y después de una relación conflictiva con mi primera pareja en la que ella me fue infiel con varios de mis amigos sin que yo me enterara en el momento, después de algunos años supe con quienes había cogido. En fin, esa experiencia reforzó mi decisión de compartir a mi esposa con otros hombres para evitar un engaño.

Después me encontré con Loreta, mi actual esposa, ella es delgada con un cuerpo bien formado, pero su principal atractivo de acuerdo al testimonio de ya varios hombres, son sus nalgas, ella es de esas mujeres que se comportan ante todo mundo muy inocente y parece que no rompe ni un plato, pero en verdad es una gran puta come vergas.

Yo al inicio no pensaba en que fuera ella una putita hasta que una noche no sé por qué, le pregunté si ella había tenido alguna experiencia con más de un hombre, claro que yo no me esperaba una respuesta afirmativa pero ella cambio su cara como de vergüenza y me dijo con pena: – te diré algo que me pasó Cuando estaba en la facultad en una fiesta en casa de alguien, charlaba con un amigo y ya entrados en copas me beso y yo le correspondí, acto seguido me propuso ir a uno de los cuartos, yo acepté al instante ya muy caliente por el alcohol

Me contó como dos flacos se la cogieron bien cogida en esa fiesta, por causa del alcohol un poco, y por su calentura también.

Cuando terminó de contarme, su actitud era como aceptando lo que venía, que según ella pensó yo terminaría con ella en ese momento, yo no sabía cómo reaccionar, era una mezcla de celos y excitación por la gran puta en potencia que tenía como novia, ahí recordé lo que me prometí de más joven, y no la juzgue ni le reproché nada, al contrario, le confesé que siempre desee una mujer liberal sin prejuicios.

Aproveché el momento de confesiones para decirle la mía, lo cual yo no sabía cómo lo iba a tomar ella.

Loreta: Te confieso que por un lado me tomaste de sorpresa con tu confesión, pero por otro lado me encanta que pienses así, ya que yo te amo mucho, pero no sabía hasta cuando iba a poder soportar hacer el amor con vos, sobre todo por el tamaño de tu pijita y lo rápido que te venís a veces mi amor.

Carlos: Yo se que la tengo chiquita, pero no pensé que te molestaba tanto…

Loreta: No es que me moleste mi amor, es solo que me gustaría sentir que me llenan por dentro, como lo hacía mi ex…

Ese fue el punto de partida, le pregunté a Loreta como se llevaba con su ex, tanto en la cama como fuera de ella, y me contó que tenían el mejor sexo del mundo, su ex la tenía de 21 centímetros y bastante gorda, además tardaba mucho en acabar, lo que le aseguraba a ella entre 3 y 4 orgasmos cada vez que cogían.

Pero fuera de la cama, se llevaban mal, discutían muy a menudo. Cosa que me dio una idea, así que le pregunté si le gustaría volver a sentir esa enorme pija de su ex, pero esta vez sin tener que discutir, solo sexo sería.

Lo pensó un momento apenas, y me dijo que solo podría volver a coger con él, si yo le aseguraba que no habrían más peleas entre ellos. Así que le pedí su celu y le dije que lo deje todo en mis manos.

Al otro día me puse en contacto con Maxi, su ex, y me enteré que ya estaba casado. Recordaba muy bien a Loreta, sobre todo el sexo que tenían juntos, y las peleas también.

Después de hablar un largo rato, pude notar que no me costaría demasiado insistirle, y así fue. Mi único temor, era que ahora que estaba casado, no quiera, pero en cuanto le conté mi fantasía, no tardo ni medio segundo en decirme que estaba dispuesto a cogérsela nuevamente a Loreta donde sea y cuando sea.

Esa noche se lo conté a mi esposa, y por supuesto que se puso muy feliz con la noticia. Estábamos en la cocina cuando se lo conté y me beso apasionadamente, y ahí mismo se arrodilló y me dio una mamada increíble, y en un par de minutos ya le estaba descargando toda mi leche en su boca. Se la tragó toda mientras me miraba, se puso de pie y me abrazó y me beso apasionadamente otra vez. Pude sentir el sabor de mi semen en sus labios. Era la primera vez que me la chupaba, nunca antes lo había hecho, y supuse por que sería.

Le dije que como Maxi estaba casado, se le complicaba vernos por las noches o los fines de semana, así que lo que sea que pasara, iba a tener que pasar durante el día, en los momentos en los que él pueda. No tuvo ningún problema con eso, puesto que tanto ella como yo, ambos trabajamos desde casa.

Volvimos a hablar un par de veces más en la semana, Maxi ya no me llamaba por mi nombre, me decía “cuernos”, y debo confesar que un poco me molestaba que lo haga, pero en el fondo era la verdad, y mal que me pese, debería soportarlo.

Esa tarde me dijo que al otro día, tendría un par de horas libres, así que le pasé la dirección de casa y quedamos en que nos visitaría al otro día.

Llegó el día, tanto Loreta como yo estábamos algo nerviosos con lo que iba a suceder. Llegó a horario, tocó el timbre y Loreta salió a abrirle la puerta. Iba vestida solo con un camisolín transparente de color negro, abajo solo llevaba una tanga negra, y sin corpiño.

Cuando abrió la puerta, Maxi en vez de saludarla, se la quedó mirando unos segundos, entró, cerró la puerta y le plantó un beso de lengua que duró mucho más de lo que a mí me gustaría admitir.

Ni se hablaron, se siguieron besando y se fueron acercando al sillón de la sala, Loreta lo fue desnudando entre besos y caricias, y Maxi hacía lo mismo con mi esposa (que ya estaba bastante desnuda de antemano), en pocos minutos, y sin dejar de besarse, mi esposa estaba totalmente desnuda, y Maxi solo con un bóxer que dejaba ver la excitación que traía.

Loreta se arrodilló sobre la alfombra y le bajó el bóxer a su ex, dejando escapar una tremenda verga, larga, gorda y venosa. Sin querer dije “Guau” mientras mi esposa se la llevaba a la boca y como podía lo comenzaba a mamar.

Maxi: Te gusta mi pija Carlos? Es más grande que la tuya? Quiero verla, sacate la ropa!

Y mientras Maxi me preguntaba esto y Loreta le daba una mamada de campeonato, yo me bajé los pantalones haciéndole caso de inmediato, mostrándole mi pequeña pijita que ya estaba parada gracias a lo que estaba viendo. A pesar de estar parada, no llega a 10cm mi pijita, creo que en el mejor de los casos llega a 9cm, a veces 8cm, y es por eso que no logro llenar a mi esposa.

Maxi: Pero que tenemos acá? Algo muy chiquito, como es posible que te cojas a esta semejante mujer con esa pijita? Debe estar desesperada la pobre, después de probar la mía, comerse algo tan chiquito, como la tuya.

En ese momento mi esposa dejó de chupársela para mirarme (después me dijo que pensó que yo me iba a enojar con lo que su ex me estaba diciendo) y lo que todos pudieron ver en ese momento, es mi pequeña pijita acabando, sin siquiera tocarla, o sea, yo no llegué a tocarla en ningún momento, y ya estaba sacando leche de la calentura del momento, no se bien si fue por ver a mi esposa rendida ante semejante verga, o por lo que Maxi me estaba diciendo, pero comencé a acabar en ese momento.

Maxi: Creo que a tu esposo le gusta mucho lo que ve. Vení para acá cuernos, arrodíllate al lado de tu esposa, y quiero que entre los dos me den la mejor mamada que me dieron en mi vida.

No se bien porque, pero comencé a caminar enseguida y me arrodillé al lado de Loreta, que dejó de chupársela por un instante para mirarme sorprendida como yo le hacía caso a su ex.

Maxi la sacó la verga a mi esposa de sus manos, y la puso delante de mi boca, yo no sabía que hacer, nunca chupé una pija, así que Maxi le dijo a mi esposa que me mostrara como era.

Loreta: Estas seguro mi amor?

Maxi: Yo se que me la quiere chupar, él no lo dice pero quiere.

Loreta: Seguro?

Y mientras mi esposa me volvía a preguntar por segunda vez si yo estaba seguro de lo que iba a hacer, Maxi con un movimiento de caderas me puso su pija en la boca, presionando para que yo abra la boca, cosa que hice casi por instinto, y sentí como esa enorme barra de carne ingresaba de a poco en mi boca.

Loreta le pasaba la lengua por el costado, mientras yo tenia toda la cabeza adentro de mi boca.

Maxi: Como me gusta tener a una pareja a mis pies, chupándomela entre los dos, que placer!!!

Mientras decía esto, mi esposa me sacaba la pija de la boca y se la metía ella. Ahí pude ver bien de cerca como ponía los labios, y lo que hacía con la lengua, y de a poco fui aprendiendo.

Maxi nos sacó su pija por un instante, y se sentó en el sillón, con su enorme verga apuntando hacia el techo, parecía mas grande todavía en esa posición.

Maxi: Me vas a tener que disculpar Carlos, pero lo que viene ahora es exclusivo de Loreta y mío.

Y mientras Maxi me decía esto, mi esposa no esperó ninguna invitación, y se montó sobre esa enorme pija, se la acomodó en la entrada de su conchita y comenzó a bajar despacio y con movimientos circulares, para poder ensartarse semejante pedazo de verga.

Estaban sentados cara a cara, y no tardaron en comenzar a besarse nuevamente, más apasionadamente que antes, y con mucha lengua también. Mientras Loreta daba claras señales de estar pasándola muy bien, ya que gemía como yo nunca antes la había escuchado. Sus gemidos eran fuertes e intensos, mucho más fuertes de los que hacía conmigo, era evidente la diferencia de tamaño.

Maxi dejó de besarla para comenzar a chuparle las tetas a mi esposa, mientras ella cabalgaba a su macho a placer, al principio despacio y cada vez más y más rápido. Maxi me hizo señas para que me acerque, me dijo que me arrodille en la alfombra y que le chupe la conchita y el culo a mi mujer, mientras él la seguía ensartando.

Puse mi lengua en el agujerito del culo de mi esposa y eso pareció encantarle, ya que se quedó bastante quieta, ahí aproveché y comencé a hacer mi trabajo de cornudo… Le chupé el culo a mi esposa, y de a ratos la pija a su amante y lo que podía de la conchita a mi esposa, pero debido al movimiento de ambos, mi lengua se concentraba más en el culito de mi esposa, y en la pija de su amante.

Esto parecía gustarle mucho a Loreta, ya que además de sus fuertes gemidos, sentí que tuvo un orgasmo mientras su macho la empernaba y yo le chupaba el culo!!!

Se quedó quieta unos segundos y yo deje de mover mi lengua, porque sabía que a ella le encanta disfrutar de sus orgasmos así.

Pasado un momento, ella sola se levantó y yo pude ver en primer plano como se iba desclavando ese enorme pedazo de carne de su conchita… parecía no terminar nunca de salir de adentro… hasta que finalmente terminó de desclavarse y se puso en 4, apoyando sus rodillas en el sillón y sus manos en el respaldar.

Loreta lo invitó a que se ponga atrás de ella y se la meta por la conchita nuevamente, como en los viejos tiempos (le dijo)

Maxi: Se ve que hay cosas que nunca se te olvidan…

Loreta: Y más cuando son cosas que te gustan tanto, no?

Parecían la pareja perfecta, los dos sabían lo que le gustaba al otro, que cosas hacer y que cosas no hacer, eran el uno para el otro, al menos en lo que a sexo se refiere, ya que más tarde iba a presenciar una de las peleas a las cuales mi esposa hacía referencia.

Pero en ese momento era todo paz y amor… y mucho sexo!!!!!

Maxi le puso la punta de la verga apoyada en la entrada de la concha de mi esposa y la dejó ahí, no presionó para penetrarla. Fue mi esposa la que comenzó a moverse hacia atrás para meterse ella misma esa enorme pija.

Maxi: Ves pito corto? Esto es lo que pasa cuando a una mujer le gusta como te la coges… donde parás un ratito, ella sola toma la iniciativa, porque quiere que su macho la coja!!!

Loreta: Gracias mi amor por insistirme para que nos encontremos nuevamente con Maxi, no sabés lo que extrañaba su pija!!!!

Y mientras mi esposa terminaba su agradecimiento, su macho la penetró violentamente, metiéndosela casi hasta el fondo de una sola estocada.

Mi esposa gritaba y gemía como loca, era muy evidente que la estaba pasando muy bien, y no solo eso, también era muy evidente que ya estaba necesitando un macho que se la coja como yo no puedo, o no se hacerlo.

Mientras su macho la penetraba en 4, ella gemía como toda una putita, era algo muy excitante escucharla gemir, y ver como su ex se la estaba cogiendo. Yo estaba pajeándome de nuevo mirando todo esto, cuando escuche a su ex hablar.

Maxi: Te seguís cuidando con las pastillas, Lore? Porque te quiero llenar la concha de leche, como a vos te gustaba, te acordas?

Loreta: Siiiii, llenármela de leche papiiiiiiii… Ahhhhhhhh aassssiiiiiiiiiiiii

No se si fue el hecho de imaginármelos tantas veces tiempo atrás cogiendo, y a él llenándole la conchita de leche, o solo saber que un macho de verdad la estaba cogiendo a mi esposa delante mío, y que le iba a llenar su conchita de leche sin importarle que yo esté ahí presente. La cuestión es que ahí nomas comencé a largar la poca leche que me quedaba.

Entonces comencé a escuchar como mi esposa gemía mas y más fuerte, suplicándole a su macho que la deje llena de leche. Maxi comenzó a respirar cada vez más agitado hasta que explotó adentro de mi esposa, llenándola de leche, como a ella tanto le gustaba.

Los dos cayeron rendidos en el sillón, ambos sentados. Fue ahí que Maxi me dijo.

Maxi: Vení para acá pito corto, quiero que la limpies a tu esposa, quiero que te tomes toda la leche que yo le dejé adentro su hermosa concha.

Loreta quiso hablar, creo yo que para decirle que no, pero él la interrumpió diciéndole: Ahora!!!!

Yo sin titubear, me arrodillé delante de mi esposa, separé aun mas sus piernas, y metí mi cabeza entre sus muslos, tomándome toda la leche que aun salía de su mojada conchita. De paso aproveché y le pasaba mi lengua alrededor de sus labios vaginales, incluso metía mi lengua lo más adentro que podía, y al salir, le succionaba el clítoris como a ella le gustaba.

Mi esposa me miraba con una cara de incrédula, no podía salir de su asombro al verme hacer eso. Cuando terminé con ella, su macho me dijo que aun tenía trabajo por hacer, mientras sacudía su ahora morcillona pija, que ya estaba más chica que antes, pero toda llena de leche, mezclada con jugos de mi esposa.

Solo tuve que moverme hacia un costado, para ahora estar de rodillas delante del macho de mi mujer. Tomé su pija con mis manos y me la metí en la boca, hasta donde pude. Pasaba mi lengua por toda su superficie, hasta dejarla impecable.

Maxi: Viste que obediente se vuelve tu esposo cuando sabes como pedirle que haga las cosas?

Lorena: No sabía que tenía un esposo tan obediente y sumiso. Hasta la semana pasada no sabía ni siquiera de su fantasía de verme coger con otro, y ahora descubro esto.

Maxi: Esto es mucho mejor de lo que te imaginas, vas a ver cómo le vamos a poder sacar provecho con el tiempo. Siempre quise tener un esclavo, y una putita como vos, son la pareja perfecta para mí.

Y mientras decía esto, se iba vistiendo. Cuando se estaba yendo, nos dijo que mañana no, pero que si todo estaba bien, en 2 días podría volver por más. Tanto mi esposa como yo, sonreímos y dijimos que aquí estaríamos, para cuando él quisiera volver…

Fin