Capítulo 2
No lo pensé dos veces, y me acerqué a treinta centímetros de donde se encontraba sentada, me aflojé el cinturón, retiré el botón de mi pantalón, y lentamente bajé el cierre ante la mirada ansiosa de Mariela. Mi pene apareció cobijado por mis interiores azules. De un solo empujón, bajé mis interiores y pantalón dejando a mi verga finalmente libre. Mariela se quedó boquiabierta mirándola, pero no cesó de masturbarse. Lentamente me fui acercándome hasta que mi pene quedó justo frente a su boca, en toda su extensión.
La mujer madura miró el rosado glande que tenía frente a ella, levantó su mirada y se topó con mi rostro que la miraba con deseo. Volvió a mirar mi verga, y entonces, la tomó con su mano izquierda, y la acercó a su nariz, la olfateó varias veces alternando sus fosas nasales, y luego la arrimó hasta sus labios e inmediatamente empezó a besarla y a lamerla cariñosamente.
Ni bien ella tomó con su mano mi verga, empecé a disfrutar de las suaves caricias que recibía de sus labios y lengua. Me fue imposible no emitir un leve gemido de placer. Era la primera vez que una mujer me iba a practicar una felación, ya que como dije antes, todas mis novias siempre fueron un tanto
Muestra tu apoyo a Mariposa y sigue leyendo esta historia
Compra esta parte de la historia y ayuda a los escritores a ganar dinero con las historias que te gustan.
Inicia sesión para comprar este contenido.
Al comprar aceptas las condiciones de compra.