Capítulo 4

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Paula esperaba la llamada pegada al teléfono, escuchó una voz varonil qué le dijo “ya, ven” y salió sin pensarlo, uno de sus hijos la vió al salir

  • Hijo: “Ma, ¿dónde vas?”
  • Paula: “Ya vengo voy donde Sara”
  • Hijo: “Ok”

Eran casi las 9pm, fue de frente a la quinta, ya tenía las instrucciones en su celular

  • SMS: “Te espero en la puerta, saludame de pasadita no más, di qué vas a visitar a alguien y pasa. Es el departamento 11, la puerta está entreabierta, pero si antes de entrar ves a alguien, camina hasta el fondo, da la vuelta como buscando en el segundo patio y regresas, cuando te vea entrar, voy detrás de tí. NO ME VAYAS A FALLAR”

Paula llegó a la entrada donde ya la esperaba el Inge

  • Paula: “Hola”
  • Inge: “Hola, ¿vas a pasar?”
  • Paula: “Si voy donde una amiga”
  • Inge: “Ok, pasa”

El Inge se hizo a un lado, pero cuando ella pasó a su lado, él aprovechó de rozarle la cola con la mano

  • Paula: “Permiiiso”
  • Inge: “Pasa, pasa”

Ella caminó hasta ver el nro 11, no había nadie así qué entró rápidamente, la luz estaba apagada, era un ambiente pequeño, con una banca de madera para dos, una mesita de vidrio, un bar portátil a un lado y una repisa grande con un tv en ella, Paula apenas estaba acostumbrando la vista a la oscuridad, cuando escuchó la puerta cerrarse tras ella y se encendieron las luces

  • Inge: “Hola Paulita, ya pensaba qué me ibas a dejar plantado nuevamente”
  • Paula: “Ya perdóname, te dije qué no pude escaparme, mi hermana llegó y no supe qué decirle para salir”
  • Inge: “Tu hermanita menor te controla tanto?”
  • Paula: “Siiii, es qué Nancy es asi, me sobreprotege aunque soy mayor qué ella”
  • Inge: “Y sabe que estás aquí?”
  • Paula: “Noooo, ¿cómo crees?”
  • Inge: “Parece qué le tuvieras miedo”
  • Paula: “Es qué es medio enojona”
  • Inge: “Yo me la he encontrado varias veces y no me parecía así”
  • Paula: “Es qué tú le gustas”
  • Inge: “En serio?”

Al Inge le brillaron los ojos al pensar en Nancy, la piernona minifaldera, hermana de Paula

  • Paula: “Pero vamos a hablar de Nancy nada más?”
  • Inge: “Estaba esperando me des un buen saludo, mira qué pasaste toda indiferente”
  • Paula: “Tú me dijiste… además no creas qué no me di cuenta de lo qué hiciste mientras pasaba”
  • Inge: “Bueno ven y dame un buen saludo”

Paula se acercó a él y le dió un piquito, pero el Inge la tomó en sus brazos y le aplicó tremendo beso qué casi la desarma, ella pasó sus brazos por el cuello de él y él la abrazó por la cintura, pero poco a poco fue bajando sus manos hasta la cola de Paula.

  • Paula: “Oye… tranquilo…”
  • Inge: “Asi me tienes desde el otro día Paulita, me dejaste plantado dos veces”
  • Paula: “Es qué no pude salir, ya te dije”
  • Inge: “Pues hoy me pagas las corridas qué tuve qué hacerme a tu nombre por esas dos veces qué me plantaste”
  • Paula: “Esoo… eso hiciste?”
  • Inge: “Estaba recontra caliente, tuve qué volver en taxi pues al bus no podía subir así”
  • Paula : “Mmmm… y ahora qué vamos a hacer?”
  • Inge: “Hoy de aquí sales bien clavadita Paulita”
  • Paula “Oyeee… yo no he dicho qué si”
  • Inge: “Y acaso me dirás qué no?”
  • Paula: “Pueeeesss…”
  • Inge: “Hoy te haré mi mujer Paulita, a eso viniste, o no?”
  • Paula: “mmmm… aún no se..”
  • Inge: “Brindemos por tu visita, vino?”
  • Paula: “Si, gracias”

Paula no había notado la botella y las dos copas en la mesita de vidrio, parece qué el Inge ya tenía todo bien planeado y aunque no dijo nada, eso le gustaba, ella no era tan bonita, ni tan voluptuosa como su hermana Nancy, qué siempre paraba en minifalda mostrando sus piernazas y llamando la atención de los hombres, Paula era más bien llenita, de pechos amplios y cola grande, además vestía de forma más de “señora” qué su hermana qué lucía más coqueta; Paula llevaba falda azul oscuro, blusa blanca con encajes al frente y zapatos bajos; luego de su separación tuvo algunas parejas, pero nada serio y lo del Inge tampoco parecía algo serio, sino sobre todo un gusto, ella ya tenía 40 años y el Inge estaba en sus 30s. Solo lo conocía de pasadita, ni siquiera recordaba cómo llegaron a esto, cómo es qué ella terminó en casa de él, viniendo a ofrecerse, prácticamente a entregarse, pues aunque lo negaba, ella sabía qué venía a eso, a convertirse en su mujer. El Inge sirvió ambas copas y le ofreció una.

  • Inge: “Salud Paulita, por tu grata visita”
  • Paula: “Salud, mmm está rico”
  • Inge: “Qué bueno qué te guste, nos sentamos?”

Ambos se sentaron en el banco de madera, no era tan cómodo, pero mientras bebían sus copas el Inge le puso una mano sobre la pierna

  • Paula: “Cu… cuidadooo”
  • Inge: “Cuál es el problema? Ya lo hemos hecho, ¿no?
  • Paula: “Pero por teléfono, no es lo mismo”
  • Inge: “Y no te gustó hacerlo por teléfono?”
  • Paula: “Si, pero no es igual”
  • Inge: “Si te gustó por teléfono, imaginate como te gustará hacerlo en vivo y en directo”
  • Paula: “Pero… aquí?”
  • Inge. “Claro qué no, déjame mostrarte otro sitio más cómodo, dame tu copa”
  • Paula: “A ver”

El Inge dejó las copas sobre la mesa y se puso de pie junto a una escalera blanca qué llevaba a un altillo, ella no la había notado al entrar

  • Inge: “Vamos Paulita, sube con cuidado, yo subo primero para ayudarte desde arriba”
  • Paula: “Ahi?”
  • Inge: “Vamos, estaremos más cómodos”
  • Paula: “Ok”

El Inge subió al altillo, Paula se acercó a la escalera, era blanca, algo empinada, pero tenía unas agarraderas a los lados, subió con cuidado, al final vio qué había una especie de agujero cuadrado para entrar al altillo, pero no se dió cuenta qué este era algo estrecho para ella; el Inge la esperaba arriba para ayudarla a subir, pero no se había acordado de la tremenda colaza de Paula; antes solo Lily había subido al altillo para la primera vez qué lo hicieron, pero Lily era casi una gacela tetona, qué pasó sin problemas por ahí, en cambio Paula más llenita y sobre todo de grandes caderas y una cola super desarrollada se atoró al tratar de pasar

  • Paula: “Ouchh… no paso… no paso”
  • Inge: “Tranquila Paulita, yo te ayudo, dame la mano”
  • Paula: “Auchh… me atoré…”

El Inge la sostuvo por los brazos y poco a poco la hizo pasar por el hueco del altillo

  • Inge: “Tranquila Paulita, ya estás arriba, estás bien?”
  • Paula: “Sniffff… estoy muy gordaaaa… buaaaaa…”
  • Inge: “No digas eso Paulita, es qué no me dí cuenta”
  • Paula: “¿De qué? ¿De qué estoy muy gorda?”
  • Inge: “No, de la colaza qué te manejas, imposible qué pase por agujero alguno, mmmm…”
  • Paula: “No te burles… sniff”
  • Inge: “No me burlo, tienes una cola deliciosa, me muero por probarla”
  • Paula: “Noooo… sniff… en serio?”

El Inge la abrazó cogiéndola por las nalgas

  • Inge: “Te voy a detonar la cola Paulita, de aquí no sales si no es bien clavadita”
  • Paula: “Ooyeee… en serio me quieres hacer eso?”
  • Inge: “Claro qué si Paulita, me muero por reventarte la cola, acaso no recuerdas como nos conocimos?”
  • Paula: “A ver dime”
  • Inge: “Ven conmigo, párate aquí, así de lado”
  • Paula: “Ya…”
  • Inge: “Yo casi nunca iba a comprar pan en tu cuadra, pero un día así fue y recuerdo qué al volver me crucé contigo y te saludé de pasadita”
  • Paula: “Si…”
  • Inge: “Así pasó un par de veces más, hasta qué un día al volver te ví asi como estas, parada de costado, apenas dejando espacio entre tú y la pared”
  • Paula: “Oook”
  • Inge: “Por el otro lado venían varios carros y tú conversabas con alguien, así qué tuve qué pasar por detrás tuyo”
  • Paula: “Ahhh…”
  • Inge: “Pero al pasar, vi tu colaza y te soy sincero, nunca había hecho algo así, pero me provocaste tal erección qué sin pensarlo, terminé pasando mis nudillos por tu cola”

El Inge caminó junto a Paula y pasó rozando su mano contra la cola de ella.

  • Paula: “Ya me acordé, cuando sentí tu mano me quedé fría!!! No sabía como reaccionar”
  • Inge: “Yo juraba qué me ibas a dar una cachetada, pero cuando volteaste a verme, yo solo atiné a saludarte y me sentí aliviado cuando me devolviste el saludo, uffff… pensé y me fui rápido”
  • Paula: “Me puse colorada, conversaba con una amiga qué me preguntó ‘qué pasa?’ y no supe qué decirle, nunca esperé algo así”
  • Inge: “A día siguiente esperaba verte afuera antes de ir a comprar, pero no te vi por varios días”
  • Paula: “Es qué me moría de vergüenza, no sabía qué hacer si te volvía a ver”
  • Inge: “Hasta qué un día fui a comprar y al volver te vi a lo lejos, mi primera idea fue cruzar la pista e irme por el frente”
  • Paula: “Recuerdo qué te vi y me puse roja”
  • Inge: “Pero seguí caminando como robotizado, no sabía si me ibas a gritar o reclamar”
  • Paula: “Yo te veía acercarte y estaba toda acalorada, no sabía qué hacer”
  • Inge: “Pero ya estando cerca ví qué te paraste más lejos de la vereda, como dejándome paso por detrás tuyo”
  • Paula: “Qué roche, habrás pensado qué era una facilona”
  • Inge: “Pensé qué te veías muy guapa y qué me moría por volver a tocarte la cola, aunque sea de pasadita”
  • Paula: “Siii y está vez casi me empujas, te pasaste”
  • Inge: “Es qué tu colaza me vuelve loco Paulita”
  • Paula: “De verdad?”
  • Inge: “Se ve deliciosa, me muero por ponerte en 4 y hacerte mía”
  • Paula: “Oyeeee”
  • Inge: “Qué quieres qué te diga si asi me tienes”
  • Paula: “En serio? Te gusta mi colita?”
  • Inge: “Colaaaazaaa, por eso no pasabas por este pequeño agujerito”
  • Paula: “Me atoré por gordaaa, qué rocheee”
  • Inge: “No, te atoraste por tener una colaza qué pone erecto a cualquiera que te vea”
  • Paula: “En serio te gusta mi colita?”
  • Inge: “Claro qué si Paulita, me pones a mil”
  • Paula “A cuantas le dirás eso?”
  • Inge: “A ninguna con una colaza tan provocativa como la tuya”
  • Paula: “En serio te gusto?, no te importa qué sea mucho mayor qué tú?”
  • Inge: “Paulita lo único qué me importa es qué seas mía, y qué además de bonita tienes esa colaza qué me aloca”
  • Paula: “De verdad?”
  • Inge: “Claro qué sí, así qué dime, me entregarás tu colaza?”
  • Paula: “Haces qué me ponga roja, por cierto ya me acordé, una vez no fue la mano la qué me pasaste y en plena calle”
  • Inge: “Ahhh esa vez”
  • Paula: “Si, ‘ESA’ vez”
  • Inge: “Es qué estabas con esa falda blanca qué te queda bien pegadita y cuando estaba cerca tí vi qué traías una trusa negra qué te perfilaba toooodoooo”
  • Paula: “Se me veía la truza? Qué horror, ni más me la pongo”
  • Inge: “Pontela, pero solo para mí, bueno cuando estaba cerca te alejaste de la pared para darme pasó y yo me quedé embobado viendo tu cola, asi qué cuando me di cuenta ya traía tremenda erección, pero igual traté de pasar sin qué lo notes”
  • Paula: “Ya me acordé, el chibolo ese pasó en su patineta y como se me venía encima yo me hice para atrás”
  • Inge: “Y yo no pude más qué ponerme detrás tuyo y ver como tu colaza me estampaba contra la pared”
  • Paula: “Oyeee, exageradoooo… además si sentí… bueno, me asusté por tu cosa dura detrás mío”
  • Inge: “Felizmente nadie nos vió”
  • Paula: “Como qué nadie? Mi hermana nos vió, ella venía llegando con su combi”
  • Inge: “En serio? Y qué dijo?”
  • Paula: “No, nada, no me acuerdo, yo seguía asustada por el chibolo qué casi me atropella”

Pero era mentira, Paula recordaba todo perfectamente, apenas el Inge se fue, luego de pasarle su paquete por toda la cola, ella aún seguía entre asustada y excitada, cuando vio a su hermana estacionarse y bajar preocupada por ella

  • Nancy: “Paula, estás bien?”
  • Paula: “Si, si, si, no te preocupes, voy a chancar a ese chibolo, casi me mata, como va a manejar así en la vereda”
  • Nancy: “Pero igual te atropellaron”
  • Paula: “Como?”
  • Nancy: “Jajaja quedaste empalada por el Inge, dime lo tenía duro?”
  • Paula: “Qué??? Qué hablas oe loca”
  • Nancy: “A mi no me engañas, lo estampaste contra la pared con tu colaza y él pasó detrás tuyo pegadito a tí, pero cuando se iba alcancé a ver qué ya traía una carpa en el buzo”
  • Paula: “No me percaté, estaba asustada por el chibolo”
  • Nancy: “Sí claro”
  • Paula: “De verdad, no sentí nada”
  • Nancy: “Será chipi entonces, aunque con tu tremenda colaza cualquier hombre pierde, jajajajaja”
  • Paula: “No te burles… si sentí, pero… no nada, qué roche”
  • Nancy: “No te preocupes ya te contaré cuando me lo coma, hace tiempo qué le tengo ganas, en cuanto pueda lo subo a la combi y nos escapamos a un motel”
  • Paula: “Pero no decías qué eran amigos?”
  • Nancy: “Pero de esos amigos qué se comen”
  • Paula: “Te pasas oe… y si se entera tu esposo?”
  • Nancy: “Con ese baboso no quiero nada, ya lo mandé a dormir a la sala”
  • Paula: “Lo siento hermanita”
  • Nancy: “No te preocupes, me voy a quitar las ganas con el qué atropelló la cola de mi hermanita mayor, jajaja”
  • Paula: “Oyeeee”

¿Qué pensaría su hermana si supiera qué ella sería quien se comería primero al Inge? ¿Como qué primero?, acaso su hermana iba a comérselo también? No, qué locuras pienso, se dijo a sí misma

  • Inge: “Tierra llamando a Paula, estás bien?”
  • Paula. “Disculpa, me distraje”
  • Inge: “Ven sentémonos en la cama”
  • Paula: “mmm me da verguenza”
  • Inge: “Ven Paulita, siéntate a mi lado”

Si bien Paula era mayor qué el Inge por 10 años, también era más reprimida, luego de separarse de su marido salió algunas veces y hasta tuvo relaciones con algún qué otro, pero nunca consiguió soltarse suficiente, siempre se sentía avergonzada o poca cosa, lo cual su hermana detestaba

  • Nancy: “Paula no puedes seguir así, no eres una niña, si te gusta el tipo ve y entrégate a él”
  • Paula: “Pero Nancy, cómo crees qué voy hacer eso?, pensará qué soy una recorrida”
  • Nancy: “Acaso vas a casarte con él? Dime, ¿vas a hacerlo?”
  • Paula “No, claro qué no, pero…”
  • Nancy: “Nada de peros, mira tu sabes qué yo he sido fiel a mi esposo, y eso qué galanes no me faltaron, pero yo siempre toda recatadita; y al final para qué me sirvió? Para qué el cretino me engañara con la secretaria tetona de su oficina, grrrr la cólera qué me da recordarlo”
  • Paula: “Ya olvidalo, no vale la pena”
  • Nancy: “Por eso ahora cada qué veo uno qué me gusta, me lo como sin remordimientos”
  • Paula: “Oyeee”
  • Nancy: “Así tiene qué ser hermanita, asi qué apurate o te juro qué me comeré a tu Inge”
  • Paula: “Y yo qué tengo qué ver? Acaso es mio? Cómetelo no más”
  • Nancy: “Veo como se ponen tus ojitos cuando hablas de él, pero tampoco creo qué lo quieras para algo serio, así qué cómetelo rápido o me lo comeré yo primero, te lo juro”

Eso dejó pensando a Paula y aunque lo negaba si le gustaba la idea de hacerlo con el Inge, desde qué comenzaron a hablar por teléfono lo encontró muy amable, caballeroso y divertido; le gustaban sus llamadas, la encendian tanto qué un par de veces hasta habían tenido sexo por teléfono, ella terminó agitadisima ese dia, pero consideraba que eran solo juegos, hasta qué él la convenció de ir a un hotel

  • Inge: “Vamos Paulita, no me digas qué no quieres ir?”
  • Paula : “Si, pero…”
  • Inge: “Acaso no te gustaría hacer en vivo todo lo qué dijimos el otro día?”
  • Paula: “Si, pero es qué esos son jueguitos, no más”
  • Inge: “Eso soy para ti? Un jueguito nada más?

Paula se asustó, no quería molestarlo y exponerse a qué ya no la llame más

  • Paula: “No, no, tu sabes qué no, pero es qué…”
  • Inge: “Nada de peros, te espero mañana a las 7.30 en la cuadra 15 de… ok?”
  • Paula: “Pero…”
  • Inge: “Si o no?”
  • Paula: “Si, si… ahí estaré”

Pero Paula nunca llegó y dejó plantado al Inge

  • Inge: “Me dejaste esperándote, por lo menos pudiste contestar el cell y decirme que no irias”
  • Paula: “Perdoname, perdoname por favor, es qué hubo un problema en casa”
  • Inge: “Ok, mañana te espero nuevamente, pero si me vuelves a dejar plantado me molestaré contigo”
  • Paula: “No, no, ahí estaré, lo prometo”
  • Inge: “Ok, mañana entonces”

Pero al día siguiente cuando Paula iba a salir llegó su hermana Nancy, quien se ofreció a llevarla, Paula avergonzada hizo como qué la llamaban para cancelar y ya no fue, encima apagó su cell por si la llamaba el Inge preguntando donde estaba. Luego de esto él no volvió a llamarla y cuando ella le timbraba, él no le respondía; estaba desesperada, lo esperaba en la puerta a ver si pasaba a comprar a la panadería; hasta qué unos días después lo vió rumbo a la panadería, ella de inmediato se arregló el cabello y se jalaba el vestido para cuando regrese, pero cuando él volvía la vió a lo lejos, se dio media vuelta y regresó a la esquina para irse por otro lado, Paula quedó destrozada.

  • Paula: “Ya no quiere saber nada de miiiii…”

Paula entró en desesperación, el Inge no le contestaba las llamadas, se iba por otra ruta al volver de la panadería y entró en tal nivel de angustia qué decidió hacerle la guardia, ella sabía qué él venía por el jirón plan de 7.30pm, así qué se fue a unas calles por donde sabía qué él tenía qué pasar y lo esperó desde las 7pm, paseaba por la calle siempre mirando hacía el puente para qué no se le pase, esperó buen rato y cerca de las 7.40pm lo vió venir a los lejos, bien al terno y con la mochila al hombro, se le veía guapísimo, muy masculino. Él venía algo distraido y ella lo interceptó “casualmente”

  • Paula: “Perdoname”
  • Inge: “Eh.. .quien? Ah, hola”
  • Paula: “Perdoname por favor”
  • Inge: “Te dije qué si me volvías a dejar plantado me iba a molestar contigo”
  • Paula: “Es qué… es qué llegó mi hermana y no pude salir”
  • Inge: “Pudiste avisarme y no dejarme esperando como un sonso, si no querías ir pudiste decírmelo antes”
  • Paula: “Si quería ir, pero ella se ofreció a llevarme y no quería qué ella supiera a donde iba, perdoname por favor”
  • Inge: “Excusas, siempre excusas”
  • Paula: “Y hoy tienes tiempo?”
  • Inge: “¿Para qué?”
  • Paula: “Vamos a donde quieras, tú dime”
  • Inge: “Hasta allá es dificil por el tráfico y tampoco quiero volver a quedar como un idiota esperándote en plena calle”
  • Paula: “Y a otro sitio más cerca? Pero el tema es qué nos vayan a ver”
  • Inge: “Solo qué vayas a mi otra casa”
  • Paula: “¿Dónde queda?”
  • Inge: “En la quinta qué está en tu cuadra”
  • Paula: “Dónde vive tu prima Naysa? Ahí?”
  • Inge: “No sabía qué se conocían”
  • Paula: “Solo hemos hablado un par de veces, pero ahí no nos verán?”
  • Inge: “Yo te mandaré instrucciones al cell de como entrar sin qué sospechen”
  • Paula: “¿A qué hora?”
  • Inge: “A las 9pm”
  • Paula: “Ya, si, si”
  • Inge: “Pero si me vuelves a fallar… ni más te vuelvo a hablar”
  • Paula: “No, no, ahí estaré, lo juro”

Paula se despidió, aguantó las ganas de darle un beso de despedida y se fue por otra cuadra, para qué no los vean juntos. Iba apurada, eran casi las 8pm y no tenía mucho tiempo para arreglarse. A las 8.55pm llegó a su celular un mensaje con las instrucciones para entrar a la quinta y ahora estaba ahí, sentada en una cama al lado del Inge.

  • Inge: “Estás temblando, qué pasa?”
  • Paula: “Es qué… me pones nerviosa”
  • Inge: “¿Por qué?”
  • Paula: “Por todo lo qué dices qué me harás”
  • Inge: “Relájate Paulita, ya estamos aquí, estamos juntos… estamos solos…”

El Inge la cogió por la barbilla y empezó a besarla, ella respondía, pero seguía rígida, asi qué decidió cambiar de estrategia, algo qué aprendió de chicas como: la súper tetona Lau su fogosa y reprimida primita lejana; o la potona Fiore, fogosa maestra oral de Lau, pero fanática del sexo anal; también de su prima/sobrina Lily, monumental chibola, pero con más recorrido qué las dos anteriores; y claro la gritona Eli, la qué casi le revienta los tímpanos mientras le entregaba su virginidad; todas ellas le habían enseñado a leer mejor a su pareja, a identificar si está era calentona, fogosa, indiferente o incluso si le gustaba hacerse la “niñita de papá”, como era el caso de Paula, asi qué buscó sorprenderla, hacerla jugar

  • Inge: “No me dijiste qué te parece mi altillo”
  • Paula: “Está bonito, acogedor”
  • Inge: “Tiene muchas cosas geniales, ¿sabías?”
  • Paula: “Asi? qué cosas?”
  • Inge: “Por ejemplo, ¿ves ese cuadro de la pared?”
  • Paula: Ese de ahí?”
  • Inge. “Si, ese mismo”
  • Paula: “Qué tiene?
  • Inge : “Es un cuadro especial”
  • Paula: “Asi? Porque?”
  • Inge: “Si lo miras muy, pero muy cerquita y en cierto ángulo, te hacer a sentir ‘cosas’”
  • Paula: “Qué cosas?”
  • Inge: “Tendrás qué verlo por ti misma”
  • Paula: “No te creo”
  • Inge: “Entonces ve y lo comprobarás”

Paula cual niña chiquita se acercó al cuadro, era de un barquito en el mar, se acercó a verlo, pero no sintió nada raro

  • Paula: “Nada, no siento nada”
  • Inge: “Debes verlo de mas cerquita”

Paula acercó más su rostro, agachándose pues estaba más bajo qué ella, pero nada

  • Paula: “Te burlas de mí”
  • Inge: “Para nada Paulita, acércate bien y gira un poco la cabeza”
  • Paula: “A ver, nada, te estás burlando”
  • Inge: “Dejame ayudarte”

El Inge se puso de pie, se acercó a ella y la hizo agacharse más, haciéndola sacar la cola para atrás y cuando le dijo

  • Inge: “Mira de nuevo”
  • Paula: “Ya, a ver”

Paula volvió a mirar y de pronto sintió como el Inge le empujaba toda su cosa dura en el medio de la cola y aunque quiso evitarlo soltó un tremendo suspiro

  • Inge: “Y ahora Paulita, ¿ya lo sientes?”
  • Paula: “Siiiii…”
  • Inge: “Como esa vez del patín en la calle”
  • Paula: “Mejoooor”

El Inge siguió frotando su pene por la colaza de Paula y ella misma ya buscaba hacerse para atrás para sentirlo mejor; así qué el Inge decidió qué era el momento de la fase dos; a chicas asi primero había qué tratarlas como a niñas pequeñas, pero una vez despierta su libido, había que imponerse a ellas y someterlas para qué se suelten, así qué el Inge la abrazó por la cintura y la estampó contra la pared, le puso ambos brazos hacía arriba como si de una requisa policial se tratase, mientras acariciaba sus pechos y seguía hundiéndole el pene por detrás.

Cuando Paula se sintió aprisionada contra la pared se asustó, sintió como si fuera a ser violada, no podía hacer nada, él la tenía dominada, estaba a punto de echarse a llorar, hasta pensó en gritar pidiendo ayuda, pero de repente el Inge la besó en la oreja, luego besó su cuello y todo el temor qué sentía cambió por ganas, por ansias, por deseo, ella sintió qué el Inge empezaba a desabotonar su blusa, pensó en detenerlo, pero ya estaba rendida, sentir sus manos la estaba volviendo loca, él le abrió la blusa y acarició sus pechos, de repente encontró el gancho de su brassiere, pues se había puesto uno qué se abría por delante, con gran habilidad el Inge le desabrochó el brasier con un solo movimiento y sus grandes pechos quedaron liberados, eran amplios, con grandes pezones, no turgentes como los de Lau o Lily, pero definitivamente grandes y él se aferró a ellos.

  • Paula: “mmmm.. .siii…”
  • Inge: “Me gustan tus pechazos Paulita, quiero chuparlos y estrujarlos”
  • Paula: “mmmmm… siiii… siii tómalos, son tuyos”

De repente el Inge se separó de ella, ella estaba hirviendo, lista para entregarse, para convertirse en su mujer, en eso escuchó un zipper bajando, vió volar un pantalón qué cayó sobre la silla de al lado y en eso sintió algo aún más duro sobre el centro de su cola

  • Inge: “Ahora si Paulita, asi me podrás sentir mejor”
  • Paula: “Mmmm siii… lo siento todito…”
  • Inge: “Hoy te haré mi mujer Paulita, saldrás rumbo a tu casa bien clavadita”
  • Paula: “Oyeeee… qué cosas dices…”
  • Inge: “¿Cosas? Mi COSA es lo qué te voy a meter, eso quieres?
  • Paula: “mmm.. No se, no estoy segura…”
  • Inge: “Claro qué sabes, sabes qué te voy a poseer y qué serás mía”

El Inge tomó la mano derecha de Paula, la bajó y la puso detrás de ella, acercandola a su pene

  • Paula: “¿Qué haces?”
  • Inge: “Cogelo Paulita, coge lo qué te vas a comer”
  • Paula: “Queeee?”

Paula sintió qué su mano apenas se cerraba sobre la gruesa barra de carne, estaba cogiendole el pene al Inge, ella se sonrojó, pero lo cogió, se sorprendió del grosor, su mano apenas lograba abarcarlo, ‘cómo será qué me meta todo eso?’, pensaba. El Inge la tomó de la cintura, la volteó hacía él, le estampó un beso y se la llevó abrazada hasta la cama, la hizo sentarse y le dijo

  • Inge: “Cogeme el pene Paulita”
  • Paula: “aaa… aassi?”
  • Inge: “Mmmm qué rica se siente tu mano Paulita”
  • Paula: “Es bien grueso”
  • Inge: “¿Te gusta?”
  • Paula: “Siii… pero me da miedo qué me metas todo eso”
  • Inge: “Tendré cuidado, te lo prometo”
  • Paula: “Ya…”
  • Inge: “Necesito qué me hagas un favorcito”
  • Paula: “Cual?”
  • Inge: “Qué te comas mi pene”
  • Paula: “Queeee?”
  • Inge: “Quiero que abras esa dulce boquita y me lo chupes”
  • Paula: “No!!”
  • Inge: “Encima qué me dejaste plantado, me vas a decir qué no?”
  • Paula: “Es qué yo no… yo nunca… yo nunca he hecho eso”
  • Inge: “Siempre hay una primera vez Paulita, ahora abre la boca…”
  • Paula: “Noooo… noooo…”

Ella se rehusaba, pero el Inge la tomó por el cabello con su mano derecha, mientras le abría la boca con la izquierda y aunque ella intentó oponerse, de pronto ya tenía el grueso pene del Inge dentro de la boca

  • Paula: “Nooo… mmmmfff… noo… NOOOO mffff…”
  • Inge: “Eso Paulita, ahora chupalo bien”
  • Paula: “Ajjeemm.. Coff.. Nooo… mmfff…”
  • Inge: “Qué lo chupes te dije”

Al escuchar la orden del Inge, Paula obedeció y empezó a chuparle el pene, como toda una primeriza, lo cual excitó más al Inge

  • Inge: “Eso Paulita, qué bien lo haces”
  • Paula: “mmmfff… Aggsssi eggstá bgggien?”
  • Inge: “Un poco más de práctica y lo harás como toda una experta”
  • Paula: “mmmfff… tgeee gusggta?
  • Inge: “Lo haces muy bien Paulita, pasa tu lengua sobre la puntita para qué se sienta mejor”
  • Paula: “Asiiiggg ?
  • Inge: “Ahhhhh, esooo, qué ricoo”

Luego de un par de minutos el Inge la cogió del cabello y le sacó el pene de la boca a Paula, la qué antes no quería, ahora casi qué se rehusaba a dejar de chuparlo

  • Paula: “¿Lo hice bien?”
  • Inge: “Muy bien para ser tu primera vez”
  • Paula: “mmm… gracias”
  • Inge: “Ponte de pie Paulita”

El se sentó en la cama, con las piernas abiertas y la jaló hacía él, al tenerla cerca empezó a masajear sus pechos con ambas manos

  • Paula: “Ahhhhh… mmmm”
  • Inge: “Qué ricos pechos tienes Paulita, no sabía qué eran tan grandes y qué pezones tan paraditos”
  • Paula: “Ahhhhh… siiii…”

El Inge metió la cara entre ellos y luego empezó a chuparlos, se prendió del pezón de su seno derecho y sentía qué ella se deshacía entre sus manos, parece que había dado con su zona erógena

  • Paula: “Ahhhhh… ahhi… AAAHHHHH…”
  • Inge: “Me alocan tus pechos Paulita, ¿te gusta qué te los chupe?
  • Paula: “Siii… siiii…”
  • Inge: “¿Quieres qué los siga chupando?”
  • Paula: “Siiii… sigueee, ahhh, me encantaaaaa… sigue Bebé.. .ahhh..”
  • Inge: “Tu BB quiere pecho Paulita”
  • Paula: “Siii… chupalos, tomate todo de mis pechos, son tuyos BB”

Mientras le chupaba los pechos, el Inge aprovechó de pasarle las manos por detrás, desabrochar la falda de Paula y abrirle el cierre, con lo cual la prenda cayó al piso, dejando a Paula solo en trusa, una de esas clásicas trusas amarillas de antaño

  • Paula: “¿Qué? Mi falda…”
  • Inge: “Tranquila Paulita, ven conmigo, súbete a la cama, sube con tu BB”
  • Paula: “Si… si BB, voy contigo”

El Inge se echó al medio de la cama, solo llevaba puesto su boxer negro y de inmediato vió a Paulita venir gateando hacía él, ella solo llevaba su trusa amarilla; cuando lo alcanzó él le pasó un brazo por detrás del cuello y la hizo echarse a su lado, con la cabeza pegada a su pecho, como protegiendola, era otra fase de su plan para excitarla, mostrarse protector con ella, qué se sienta segura en sus brazos, antes de volver a encenderla para hacerla suya. Paula se acurrucó a su lado, se sentía cómoda, como nunca antes, se sentía segura, le encantaba sentirse entre los brazos del Inge y soltó un gran suspiro

  • Inge: “¿Estás bien paulita?”
  • Paula: “Muchoooo, nunca me había sentido así… gracias… BB”
  • Inge: “Me alegra qué te sientas bien, quiero te sientas aún mejor con todo lo qué hagamos”
  • Paula: “Y qué más haremos?”
  • Inge: “Varias cositas, pero te prometo que disfrutarás todas, ¿si bonita?”
  • Paula: “Si BB, lo qué tú digas”

El Inge la abrazó fuerte y pasó una mano por su rostro

  • Inge: “Eres una mujer muy hermosa”
  • Paula: “Nooo, qué dices? Seguro habrás estado con muchas más bonitas y jóvenes qué yo”
  • Inge: “Ninguna con un rostro tan bonito como el tuyo”
  • Paula: “De verdad?”
  • Inge: “Eres preciosa Paulita, solo mirate”
  • Paula: “Pero estoy toda gorda”
  • Inge: “Estas como quieres”
  • Paula: “Mi hermana Nancy siempre fue la bonita de la familia”
  • Inge: “Para mi tu eres la más hermosa”
  • Paula: “No te creo, me estas mintiendo”
  • Inge: “Bésame y dime si miento”

Paula lo quedó mirando, se acercó a sus labios y le dió un largo beso

  • Inge: “”Y bien? Te estoy mintiendo?”
  • Paula: “En verdad me ves hermosa?”
  • Inge: “No te veo hermosa, tu eres hermosa”
  • Paula: “Tu eres guapisimo BB, me gusta tu porte, tus brazos fuertes, lo masculino que eres”
  • Inge: “A mi me gusta tu rostro, tu sonrisa…”

De pronto el Inge decidió buscar qué se confiese, qué acepte qué se moría por verlo, así qué le dijo

  • Inge: “Dime una cosa”
  • Paula: “Qué?”
  • Inge: “Y qué hacías en el Jirón, me esperabas?”
  • Paula: “mmm”
  • Inge: “Dimelo”
  • Paula: “Puesss siiii”
  • Inge: “Por que?”
  • Paula: “Es qué no me contestabas”
  • Inge: “Te dije qué si me plantabas me iba a molestar”
  • Paula: “Siii.. .perdoooonaaaa…”
  • Inge: “ok, pero como asi fuiste a esperarme”
  • Paula: “Es qué el otro día cuando volvías de la panadería te estaba esperando, pero tú me viste, diste media vuelta y te fuiste por la otra calle”
  • Inge: “Cuando te ví me moría por pasar a tu lado, pero estaba molesto contigo, por eso me fui por allá”
  • Paula: “Creí qué ya no querías volver a verme, me desesperé, es qué encima.. Estaba en mis días y me afectó más. Y tampoco me contestabas, quería llorar”
  • Inge: “Y entonces?”
  • aula: “Recordé qué me contaste qué venías de tu trabajo como a las 7.30, así qué fui al Jirón desde las 7, para esperarte”
  • Inge: “Y valió la pena?”
  • Paula: “Siiiii, por qué me perdonaste y ahora estoy aquí, contigo, en tus brazos”

Paula se abrazó fuerte al Inge, definitivamente ya la tenía en sus manos, ya estaba a un pasito de ser ella la qué ruegue la haga suya, así qué le dijo al oído, muy despacio

  • Inge: “¿Sabes qué más me gusta de ti?
  • Paula: “Qué BB?, dime”
  • Inge: “Tus pechos, tus piernas y tu cola descomunal”
  • Paula: “De verdad te gusto?”
  • Inge: “Me traes loco Paulita, eres un mujerón”
  • Paula: “Te gusto más yo o mi hermana?”
  • Inge: “¿Debería fijarme en ella?”
  • Paula: “Es qué… es qué… es qué ella dice qué está loquita por ti”

Al Inge le brillaron los ojos, vislumbró otra posible cena y una muy provocativa, pero de momento lo importante era enfocarse en Paulita

  • Inge: “Ella podrá estar interesada en mí, pero quién está en mis brazos eres tú, no es así?”
  • Paula: “Siiii…”
  • Inge: “A quien estoy besando es a tí, ¿no?
  • Paula: “Ahhh.. si… BB”
  • Inge: “A quien le he chupado los pechos y acariciado la cola es a ti o a tu hermana?”
  • Paula: “A miiii BB, a miiii”
  • Inge: “Y quien hoy se va a convertir en mi mujer eres tú o tu hermana”
  • Paula: “Yooo BB, yooo.. yoooo…”

Listo! Paulita ya estaba encendida, besando al Inge prendida en su cuello, frotando su cuerpo con el suyo, esperando qué él le diga qué hacer

  • Inge: “Bonita”
  • Paula: “Siiii BB, dime”
  • Inge: “Coge mi pene”
  • Paula: “Ahhh?”
  • Inge: “Bajame el boxer, coge mi pene y hazme una paja, AHORA”
  • Paula: “Siii BB, siii lo qué digas…”

Paula bajó sus manos al boxer del Inge, le liberó el pene, lo cogió y empezó a menearlo

  • Inge: “mmm qué calentita se siente tu mano”
  • Paula: “Lo tienes bien grueso… me da miedo”
  • Inge: “Miedo de qué?”
  • Paula: “De qué me metas todo esto”
  • Inge: “Te prometo qué lo haré con cuidado, quiero qué lo disfrutes”
  • Paula: “Graaciasss”
  • Inge: “Cada qué veo tus pechos me dan ganas de volver a ser un BB”
  • Paula: “Eres mi BB, chupame los pechos, son tuyos BB, son tuyos”

El Inge volvió a acariciarle los pechos, a besarlos y veía como ella se iba encendiendo, asi qué decidió probar si ya estaba bien calientita

  • Inge: “Bonita, haz algo por mi”
  • Paula: “Lo qué quieras BB, dime”
  • Inge: “Deja de agarrarlo y dale un besito”
  • Paula: “Ahh?”
  • Inge: “Besalo”

Paula se quedó congelada, pero ya estaba en un punto de no retorno, se levantó, se acercó al pene del Inge, lo quedó mirando y le dió un beso

  • Paula: “muaa”
  • Inge: “Otrooo”
  • Paula: “mmmuaaaaa”
  • Inge: “Otrooo…”
  • Paula: “mmmuaaaaaaaaa”
  • Inge: “Otrooo bonita, otroo, sigueee”
  • Paula: “mmmuaaaaa… mmmuaaaaa…mmmuaaaaa…mmmuaaaaa…”

Paula ya no pudo detenerse, pasó de los besos a los lenguetazos y luego se lo metió todito en la boca

  • Inge: “mmmm Paulita, qué bien lo haces”
  • Paula: “¿Lo hago bien? Te gusta?”
  • Inge: “Siii bonita qué rápido aprendiste”

El Inge dirigió su mirada hacía Paula y la vió semisentada, bien prendida de su pene, embelesada, quien diría qué esa mujer qué hace poco no quería chuparlo, ahora lo chuparía tan devota y hasta donde podría hacerla llegar si la seguía manejando así

  • Inge: “Ven Paulita, ven a mi lado”
  • Paula: “Ahhh… no, no quieres qué te la siga chupando?”
  • Inge: “Si, pero dije que te quiero AQUÍ”
  • Paula: “Si, si BB, perdoname, ya voy”

Paula le dió una última probada al pene del Inge, un sabor saladito salía de la punta, no quería dejar de chuparlo, pero tenía qué obedecer a su hombre, así que gateó hasta su lado.

  • Paula. “Aqui estoy BB, dime qué quieres qué haga?”
  • Inge: “Sino haces lo qué yo te diga me voy a molestar contigo”
  • Paula: “No, no, no… haré lo qué quieras, lo qué quieras”
  • Inge: “Muy bien bonita, asi me gusta”

El Inge la abrazó y le dió un beso, ella se derretía entre sus brazos, su ex esposo era alguien de mal carácter con quien ella discutía a menudo, nunca se había sentido protegida ni realmente amada por él, se casaron por qué quedó embarazada y pese a qué no se llevaban bien tuvieron otros dos hijos antes de separarse, pero ella nunca había sido feliz, por eso era desconfiada con todos y quizá por eso es qué su hermana Nancy, aunque era menor qué ella, siempre terminaba protegiéndola y cuidandola, Nancy fue la qué la animó a separarse de su ex

  • Nancy: “Ya déjalo, tus hijos están grandes, no lo necesitas”
  • Paula: “Pero qué dirán ellos, van a extrañarlo”
  • Paula: “No, ya estan grandes y quieren verte feliz, así qué libérate, ya encontrarás quien te haga feliz, no digo qué casándote de nuevo, pero con qué te de un buen revolcón me conformo”
  • Paula: “Oyeee, ¿quién te crees qué soy?”
  • Inge: “Eres mi hermanita mayor y me preocupo por ti, te quiero”
  • Paula: “Y yo a ti… gracias hermanita”

Desde entonces tuvo algunas parejas, pero con ninguno había sentido lo qué hoy vivía con el Inge, sabía qué no iban a ser pareja, qué no iban a tener una relación frente a todos, incluso sospechaba qué él tenía pareja, pero no le importaba, solo quería seguir sintiéndolo cerca, sentir sus manos sobre su cuerpo y ahora se moría por entregarse a él y ser su mujer.

  • Inge: “Paulita?”
  • Paula :”Ah, qué?”
  • Inge: “Te perdiste, en quien pensabas?”
  • Paula: “En nadie, nada, es qué me haces volar”
  • Inge: “Ahora quiero hacerte volar más”
  • Paula: “Siii? Comoooo?”
  • Inge: “Dame otro beso y te muestro como”
  • Paula: “Muaaaaa, todos los besos qué quieras BB”

Y mientras Paula lo besaba, el Inge fue bajando la mano por el cuerpo de ella, recorriendola, y al llegar a sus caderas metió la mano entre las piernas de Paula, pero por encima de su trusa, ella se estremeció al sentir esa gran mano sobre su monte de venus

  • Paula: “Ahhhhh… ahhh… que BB tan travieso”
  • Inge: “Me toca masajearte Paulita”
  • Paula: “aahhhh.. .ahhhhh… siiii. Siigueeeee”
  • Inge: “Qué calientita estás aquí Paulita”
  • Paula: “Siii… siiii… ahhh… siiii… ahhh…”

El Inge empezó un suave pero firme masaje sobre la vagina de Paula, ella sentía qué se derretía con cada pase de su gran mano, y de pronto el Inge metió la mano dentro de la trusa de ella

  • Paula: “ahhhh ahhhh ahhhh… sigue BB, sigueee”
  • Inge: “Parece qué está humedeciendose por aquí Paulita”
  • Paula: “Ahhh … siii siiiii”
  • Inge: “Déjame medir qué tan caliente estás, si?”
  • Paula: “Siii.. siiii BB, lo qué quieras, lo qué quieraaaasss”

El Inge hizo un movimiento con su mano y Paula explotó

  • Paula: “”aaaahhhhhhh… ahhhhh… BB… qué hacesss BB… ahhhh…”
  • Inge: “Midiendo tu temperatura Paulita, estas muuuy caliente”
  • Paula: “Ahhhhh… ahhhhh… ahhh…”

Paula se quedó sin palabras, sentía el dedo medio del Inge dentro de su vagina, este empezó a moverse rítmicamente y ella sentía qué se derretía

  • Paula: “BB… ahhh.. BB… qué me haces BB?”
  • Inge: “Creo qué uno no es suficiente para medirte bien, asi qué ahi va otro”
  • Paula: “AAAAHHHHHHHHHH….”

El Inge metió otro dedo en su vagina y Paula sentía desmayarse, ni con un pene dentro se había sentido así, el Inge le estaba dando la mejor corrida de su vida

  • Inge: “mmmm qué calentita qué estás, bonita”
  • Paula: “AAAAhhh.. aaaahh… sigueee… sigueee BB…”
  • Inge: “Claro qué sí bonita”

Paula sentía qué no podía más, qué no iba a aguantar mucho con esos dos dedos del Inge en su vagina, chasqueó la lengua y un sabor saladito vino a su memoria, entonces se preguntó qué se sentirá tener su cosa gruesa dentro, en vez de solo sus dedos, así que susurrando, casi rogando, le dijo

  • Paula: “Metemelo…”
  • Inge: “Eso quieres?”
  • Paula: “Siii… metemelo BB, metemelo”
  • Inge: “Qué quieres qué te meta, bonita?”
  • Paula: “Tu PENE, quiero qué me metas tu pene… quiero tu cosa gruesa dentro de mi… metemelo por favoooor”

El Inge le sacó los dedos de la vagina y le dijo

  • Inge: “Quitame el boxer”
  • Paula: “Ya… ya… siiii…”

Paula se levantó y le quitó el boxer al Inge, dejando libre su pene, su grueso y erecto pene, lo quedó mirando, no pudo evitar darle un beso y una chupada rápida. Iba a quitarse la trusa cuando escuchó al Inge

  • Inge: “No te he dicho qué te quites nada”
  • Paula: “Pe… Perdóname BB.. como digas… ahhh… pero meteme tu pene”
  • Inge: ”Échate, bonita”
  • Paula: “Si…”
  • Inge: “Tu eres mi regalo y no me gusta qué nadie abra mis regalos”
  • Paula: “Siii.. .soy tuya BB… hazme tuya…”

El Inge se puso encima de Paula, la levantó por a cintura y le fue quitando lentamente el calzón amarillo, ella levantaba la cadera, casi como desesperada, hasta le daba igual qué se lo hubiera roto, pero él quería excitarla al máximo, asi qué se lo fue quitando muy lentamente

  • Inge: “Qué hermoso regalo estoy desenvolviendo Paulita”
  • Paula: “Es tuyo, soy tuya BB… dámelo por favor, dámelo”

(Continuará)