Después de mi servicio en Dapa, dos semanas después Elena me contactó para decirme que tendrían una nueva reunión, y quería que los acompañara de nuevo, porque querían celebrar mi cumpleaños, a lo que acepté.

Al igual que la vez pasada, me encargue de organizar todo lo referente a la comida, y regrese de nuevo con Lucia y Pedro, pero esta vez además, lleve a mi marido. Ya le había mostrado a Raúl el video que me había enviado Elena y estaba al tanto de lo que sería esa reunión.

Al llegar a la casa, ya estaban Oscar y Elena, y no demoraron en llegar Carlos y Lady, y Esteban y Alicia. Al preguntarle por la cuarta pareja, Oscar solo dijo que quería que Raúl y yo los acompañásemos en el salón. Tuvimos la cena, y ya en el salón se repitió el protocolo de la vez pasada. Las esposas tuvimos sexo oral con todos los hombres.

No sé quién tuvo más incomodidad al principio; si yo, viendo como las otras damas le mamaban la polla a Raúl; o él, al ver como yo me tragaba las vergas de los otros varones.

Con los tragos a lo largo de la noche, al rato ya no nos importó. Con las trancas bien levantadas por las atenciones recibidas, los hombres nos ubicaron sobre la mesa de la sala y procedieron a penetrarnos, rotándose todos, hasta que todas cogimos con todos. Tomando champaña, whiskey y Jager, estábamos ebrios de placer y de lujuria.

Eran ya las 10:15 de la noche, y Oscar anunció que a las 12, tendríamos un programa especial. Pero que en este lapso de tiempo hasta las 11, él sería quien coordinara o diera las órdenes, y entre las 11 y las 12, sería una mujer, a lo que yo me ofrecí, sin que las otras se opusieran. Oscar me hizo subir a la mesa, donde ya yacía recostado Carlos.

Me puse sobre el, y me inserté su polla, inclinándome hacia adelante descubriendo mi ano, que Oscar no demoró en perforar con su tranca, mientras Esteban subiéndose sobre la mesa me introdujo su verga en mi boca.

Y allí estaba de nuevo en una triple penetración en frente de Raúl, que no solo observaba con lujuria, sino que se masturbaba mientras Elena y Alicia se lo mamaban. Lady, en una sofá contiguo con las piernas abiertas se masturbaba con una botella de champaña.

Cogí ritmo cabalgando sobre Carlos, mientras Oscar me enculaba; son poder decir nada mientras me tragaba la polla de Esteban. Éste cogiéndome de la cabeza me la metía con fuerza provocándome arcadas que aguantaba, y que al generar saliva ayudaban a penetrar mi garganta. Sacando la lengua por debajo de su pene, podía sentir como me follaba mi boquita.

Esteban eyaculó dentro de mi garganta, que tragué teniendo que sacar su polla rápido porque pensé que me iba a ahogar. Oscar seguía dándome con toda su polla, que introducía hasta la base, dilatando mi ano. Fue el segundo en correrse dentro mío, y llenar mi culo con su semen. Retirándose Oscar, pude erguirme y cabalgar a mi antojo a Carlos. Elena dejando a Raúl, se subió a la mesa, sentándose sobre la cara de Carlos para que ésta le chupara su coño, mientras ella se empecinaba en tratar de chupar mis tetas que bailaban con el trajín sobre Carlos.

Me senté sobre él dejando que su polla me llenara dándole la oportunidad a Elena de chupar mis pezones y de besarme con su boca. Sentí como Carlos descargó su semen en mi vagina, lo que descubrí a los demás con un profundo gemido por el orgasmo que me recorría acelerado por los mordiscos de Elena en mis pezones.

Nos bajamos de la mesa; y advirtiendo que quedan 15 minutos de su tiempo; le dice a Raúl que diga que quiere hacer y con quien. Mi esposo no lo duda y escoge a Lady, la hace subir a la mesa, y Raúl le sube las piernas sobre sus hombros y le mete su verga por el culo. Ella gime, mientras Raúl la penetra en su ano, y con sus manos le aprieta las enormes tetas que se mueven con cada sacudida de Raúl.

Me pide que me suba a la mesa y le ofrezca mi coño a Lady, a la vez que quedo frente a él y me besa con pasión, dándome las gracias por compartir esto con ella. La lengua de mi esposo, y la lengua de Lady recorriendo mis labios vaginales y mi clítoris me excitan y me llevan a un nuevo orgasmo que no puedo evitar. Siento como mis fluidos brotan inundando la boca de Lady, concentrada en saborear mis jugos.

Raúl aprovecha y se turna la polla entre el ano y el coño de Lady, que temblando nos da a entender que ha llegado a un orgasmo. Suena una alarma en el reloj de Oscar, indicando que ya son las once. Hago llamar a Esteban, lo subo a una silla sobre la mesa y le pido que se masturbe. Les digo a todos que porque siempre hacemos lo que les gusta a los hombres, sus fetiches, sus fantasías, que mujeres con mujeres; pero que nosotras también tenemos nuestras fantasías y aberraciones. Les digo, que cada pareja en 15 minutos, hará lo siguiente.

Que empezamos Raúl y yo, con Esteban, y que allí les diré que hacer. Me subo a la mesa frente a Esteban con Raúl a mi lado. Cojo su tiesa verga y se la empiezo a mamar, lamiendo su falo y chupando su glande. Entonces se la ofrezco a Raúl para que la mame conmigo, y aunque se resistió un poco, ambos le estábamos mamándole la polla a Esteban.

Me arrecha a ver a mi esposo chupando su glande y metiéndose ese pedazo de carne a la boca. A los 5 minutos, le digo a Raúl que hagamos el 69 el abajo y yo sobre el, y le pido a Esteban que me penetre analmente. Así, mientras le chupo la polla a mi marido, el me está besando mi coño mientras observa en primer plano como Esteban folla mi ano.

Le pido a Raúl que mientras me besa a mi también bese la polla de Esteban que me perfora, y que bese sus guevas. Así estamos durante 5 minutos. Después cambiamos, el arriba y yo abajo, pero ahora esteban follara el ano de mi esposo, mientras yo le chupo la verga a Raúl, lamo las pelotas de Esteban y Raúl me besa. Raúl obedeció, y por primera vez fue sodomizado para mi gusto y arrechera.

Le debió gustar y excitar porque su verga estaba a mil y se descargó en mi boca antes de acabar el tiempo. Los siguientes 15 minutos fueron con Raúl sentado en la silla, y Lady y Carlos mamándole la polla; y luego 69 entre ellos y Raúl culiandose primero a Lady y luego a Carlos. El siguiente turno fue con Carlos en la silla, y Oscar y Elena chupándole su polla, para luego culiarselos.

El tercer turno fue con Oscar en la silla, y luego culiándose a Esteban y Alicia. Así pasó la hora bajo mi mando, que las mujeres aplaudieron al terminar aunque los hombres no tanto, aunque no se quejaron. Vuelve a sonar la alarma y Oscar vuelve a ser la voz cantante. Nos dice que nos tiene una sorpresa y luego otra mayor. Se va y regresa con uno de sus perros, un labrador café precioso, grande, de nombre Tango. Lo sube a la mesa.

El perro parece manso y que ya ha hecho esto antes. Elena se acerca y empieza a acariciar al perro, en su cabeza, los lomos para luego concentrarse en su miembro y en sus testículos. Su pene dejaba ver la punta roja de carne, y Elena con cuidado retraía la piel para que brotara más su pene, y ella subida sobre la mesa se lo empezó a chupar. Mientes a Oscar acaricia a Tango en la cabeza, su mujer le chupa la verga al Can, que empieza a crecer con cada chupada que le da su ama.

Me acerco a la mesa, con Lady y Alicia, y nos vamos turnando en chupar la verga de Tango, que alcanzó unos 18 cms de largo. Oscar me acomoda con mis piernas abiertas ofreciendo mi coño a Tango para que esté lo lamba.

El perro se excita y ya quiere treparme guiado por Oscar, Tango se sube sobre mi tratando de penetrarme sin lograrlo. Oscar lo acomoda y apenas empuja, el perro inserta su verga en mi ansioso coño. A una señal de Oscar, mi marido se para y me ofrece su pene para mamárselo mientras me dejo hacer por el Can.

Tango excitadísimo y jadeando me está penetrando a una increíble velocidad; y empiezo a sentir como su verga empieza a expandirse en mi interior creando presión sobre mis paredes vaginales. Sentía literalmente como en mi vagina se formaba una pelota en mi interior, hasta que tango se bajó y quedamos unidos por su aparato.

Ya mi marido había descargado su semen en mi rostro, y ahora chupaba la polla de Esteban, que cogiéndome la cabeza me follaba la boca con dedicación. Mientras Elena cogía a Tango para que no se moviera para que no me jalara; Oscar subiéndose a la mesa y acomodándose sobre nuestros cuerpos empezó a perforarme mi ano con su verga.

Alicia y Lady recostadas en la mesa bajo mío, me chupaban las tetas, mordiendo y halando mis pezones. Ahí estaba, con dos vergas humanas y una canina, y dos mujeres magreando mis tetas con sus bocas. La bola del can parecía no desinflarse aún, mientras la verga de Oscar me culeaba desenfrenado.

Oscar soltó un mugido gutural y descargó un largo chorro al interior de mi culo, al tiempo que Esteban llenaba mi boca con su leche. Pensé que mi esfínter iba a descansar al bajarse Oscar, pero Carlos inmediatamente ocupó su lugar y me clavó su polla en mi dilatado ano.

Lady y Alicia soltaron mis tetas. Lady abriendo sus piernas me ofreció su hermoso coño que me incline a lamer con ansias mientras Carlos me culeaba. Alicia bajándose se concentró en mamarle la polla a mi esposo que se masturbaba viéndome lo arrecha que estaba. Pronto también descargo su leche en mi intestino, y bajándose, fue reemplazado por Esteban, que sin compasión me penetraba completamente golpeando sus testículos sobre mis nalgas.

Seguía concentrada en el clítoris de Lady, mientras sus fluidos brotaban copiosamente para mi satisfacción. Estaban, vertió la tercera descarga de semen en mi culo, siendo reemplazado por mi esposo, que con la verga empalmada por el sexo oral de Alicia, se acomodaba sobre mí para encularme, mientras me decía que era la más maravillosa de las putas. Raul, quizá excitado y arrecho al verme como la perra que literalmente era en ese momento, duró más que los otros, y terminó con una larga descarga mientras vibraba con su orgasmo.

Pedro, para no quedarse atrás, quiso terminar la faena en mi culo, y se encaramó y me clavó su portentosa verga, cabalgándome con furia, mientras ya empezaba a sentir como la polla de Tango aflojaba en mi vagina. Cuando se zafó tango, Lucía se acomodó para recibir en su boca todo el semen de Tango que brotaba de mi coño.

Sin tragárselo, dió la vuelta y lo descargó sobre el coño de Lady, del cual chupe con ansiedad. Pedro, descargó su lefa igualmente en mi interior. Al bajarse de mi, Elena se acercó con una copa en la que recogió con paciencia todo el semen que brotaba de mi ano. Ese elixir lo tomamos entre las ninfómanas presentes.

Descansamos un rato, mientras tomábamos algo con unos bocadillos para reponer fuerzas. Oscar, no dejo que me limpiara el semen qué tenía sobre mi rostro. Tango, se quedó en el salón, y se acercaba al voló que le ofrecían para limpiarlo a lengüetazos. Oscar y Pedro, trajeron al salón un mueble de madera que por un lado tenía la cabeza de un caballo y tenía un marco como una cabina. La intriga que causaban ese mueble, se incrementó cuando Oscar, apareció con el pony que ellos tenían. Elena dijo entonces que ese era mi regalo de cumpleaños.

El equino tenía un lazo que unían sus patas traseras, mientras con otro estaba amarrado al mueble que acababan de traer. Elena empezó a acariciar su falo, que empezó a crecer en sus manos. Alicia y Lady, arrodilladas empezaron a mamar esa tranca que fácilmente alcanzaba los 30 cms. Entre las dos con sus lenguas y boca recorrían su falo, mientras Elena le acariciaba los testículos. Mientras las mujeres se divertían con el pony; los hombres me pusieron en 4, y entre los 5 se turnaron para penetrarme rápidamente por el culo, para dilatarlo para ayudarme a lo que venía.

Elena embadurnó mi ano con vaselina, y me hizo acomodarme en el mueble, quedando boca arriba, y levantando mis piernas y apoyándolas sobre el marco en la parte de arriba, quedaba con mis orificios expuestos que encajaba en una ventana baja del marco, pudiendo asirme con las manos a dicho marco para poder moverme hacia adelante o atrás según necesitara. Elena con su mano embadurnada en vaselina, me la metió muy despacio en mi culo, dejándola allí un rato mientras mi esfínter se expandía al tamaño de su muñeca, empezó q penetrarme hasta meter su antebrazo completamente.

Mirar a Raúl mirarme con sus ojos desorbitados mientras se masturbaba me arrechaba más. La majestuosa verga del equino estaba en su máximo esplendor. Elena sacando su brazo, me roció mi coño y mi ano con un líquido blancuzco, que luego supe era de yeguas en celo, a lo que él animal se acercó y me lamió, y luego ayudado por Oscar y Pedro, el animal se encaramó sobre el marco de madera que era lo que recibía su peso y al levantarse dejaba su tranca a la altura de mi ano. Su cabeza de hongo, me golpeaba; Elena la introdujo despacio en mi expandido ano y el animal empezó a empujar.

Grité del dolor con el primer empujón con el cual me metió medio falo de un trancazo. Descubrí que, acercando mi culo a la abertura trasera, su penetración era más profunda y cuando me alejaba su verga no chocaba con mi cérvix. El pony me follaba sin descanso y me hacía gozar como hembra equina, haciéndome relinchar de placer. Del marco en la parte superior, bajaban dos cadenitas con pinzas para pezones, que Alicia me los enganchó de forma que ella halando tensionaba las cadenas que halaban mis pezones hacia arriba causando dolor.

Por otro lado, el marco del mueble hacía que mi cabeza pudiera quedar colgando, así que Oscar, ni corto ni perezoso, después de recibir una buena mamada de su mujer, me empezó a follar; abriendo mi boca, me tragaba esa verga que trataba de introducirse en mi garganta. El pony me embestía mi culito que ya estaba aporreado, Oscar le daba a mi boca, mientras Alicia halando las cadenas estiraba mis pezones levantando mis tetas. No sé qué me dolía más, pero todo me daba placer.

Oscar al sentir que iba a acabar, sacó su verga de mi boca y descargo su esperma sobre mis levantadas tetas. El caballito seguía incansable, mientras Esteban ocupaba el lugar de Oscar para introducir su polla en mi garganta, después de una mamada de Elena que lo dejó bien empalmado. Sentía que mis pezones se iban a rasgar de tanto que los jalaba Alicia. La tranca del pony perforaba mi ano inmisericorde; mientras yo me acercaba más pero sentir más profundamente su polla en mi ser.

En un poderoso embate, la verga de mi amante equino se salió de mi culo, a lo que Lucía presurosa se acercó para encaminarlo de nuevo, pero esta vez me lo insertó en mi coño que estaba inundado de mis fluidos que se desbordaban emparamando el mueble. Que delicia, mi vagina se acomodaba perfecta a esa tranca que la llenaba toda.

El pony como si no sintiera el cambio, seguía montándome con inacabables bríos. Lucía, siguiendo de cerca la penetrada del animal, se animó a meter su mano en mi culo desocupado de la tranca del pony. Al decir que cabía otra mano, Lady se arrodilló al otro lado y metió una mano junto a la de Lucía.

Sus dos manos invadían mi intestino, mientras el caballito me follaba duramente. Esteban, sacando su polla, descargo su semen en mi cara y en mi cabello. Elena, ya saboreaba la verga de Carlos, que erecta se introdujo en mi boca. Oscar, se paró junto a Lady para que ella se lo mamara mientras introducía su mano en mi culo; y lo mismo hizo Pedro que le ofreció su verga a Lucía que se la empezó a engullir. La celebración de mis 62 años me tenía como centro de esta orgia, follada por un pony, culeada por las manos de dos mujeres, mis tetas a punto de estallar y una polla que sentía llenaba mi garganta.

Que celebración!!! Carlos, sacó su verga y meneándola descargo su leche sobre mis tetas. Pedro, con su tranca como un mástil por la mamada de Lucía, acometió la tarea de follar mi boca, pero lo hizo muy lentamente asegurándose que su polla ingresara toda, cometido que logró hasta el punto que con mi lengua podía rozarle sus testículos, y él poniendo su mano sobre mi garganta sentía como su verga me penetraba.

Y fui allí, cuando el pony estalló y su chorro me empezó a inundar con su semen que se empezó a chorrear, y Lady sacándolo mientras intentaba chuparlo, me regó literalmente toda. Pedro excitado por la escena se vino dentro de mi garganta, que no pude sino tragar rápidamente, para su sacar su polla presurosa porque me estaba ahogando con su semen.

Lady y Lucia me seguían follando el ano con su mano con un rítmico mete y saca, cuando Raúl me clavo su verga en mi coño y echándose bien hacia adelante dejó espacio para que esteban inclinándose hacia atrás también me insertara su verga en mi coño junto con la de mi marido.

Se restregaron sus vergas mientras me penetraban, hasta que ambos acabaron al tiempo dentro mío. Estaba exhausta, con todos los sentidos explotados, me ardia la piel y me ardia el alma de placer.

Tan cansada estaba que no podía ni bajar las piernas del mueble, por lo que seguía patiabierta cuando Tango llegó para lamerme toda. Alicia no aflojaba mis tetas, que tenían los pezones al rojo vivo de tanto que me los haló. Le rogué que ya me los soltará a lo que accedió.

Me quito los ganchos, pero mis pezones seguían erectos, gigantes, rojos, a lo que Alicia se acurruco sobre ellos para besarlos y lamerlos con dulzura. Elena estaba bajo el pony mamandole la polla que aunque mermada seguía estando grande. Lady y Lucia me soltaron para ser la primera follada en el piso por mi marido, que seguía arrecho, y mientras la ensartaba le chupaba sus tetas. Yo solo sentía los lengüetazos del perro en mi coño y en mi ano.

Al tener las piernas arribas y seguir expuesta, los hombres todos nuevamente me follaron turnándose mi culo y mi coño deseándome feliz cumpleaños. Entre cada hombre que me penetraba, una de las mujeres se arrodillaba para chuparme y limpiarme la anterior follada. Así que todos, pasaron nuevamente en mí, para felicidad mía. Estaba agotada y me estaba quedando dormida, nos prestaron un cuarto al que Raúl me llevó y me acostó.

No quise ducharme de lo cansada que estaba, y quería sentir la mescolanza de todos esos fluidos que se secaban sobre mi, haciéndome sentir la amante perfecta para hombres, perros y caballos. Raúl me acostó, apagó la luz y regresó a la sala donde seguía la orgía, de la que no supe más. Al día siguiente, al despertarnos, ya no había nadie en la casa.

Nos duchamos y nos fuimos. En el camino pasé a despedirme de Tango y del pony, que se acercaron amorosos a despedirse. En ocho días, había otra fiesta, para celebrar el Halloween.

A pensar entonces, de que nos íbamos a disfrazar. Pero esa será otra historia.