Era muy temprano esa mañana, ya me había percatado que había amanecido pero al no ir al cole ese día yo quería seguir durmiendo.
Mamá entró sin aviso previo y me dijo que me alistara que iríamos a visitar al abuelo.
La idea en si no me parecía mal pero por qué tan temprano, me quedé recostado boca arriba un momento y lo primero que noté era que mi amigo allá abajo ya se había despertado y algo firme.
Sin pensarlo mucho tomé mi teléfono y busque algún vídeo que me ayudara a motivar, me lo sujete con mis manos y este se endureció y creció más, aumente el ritmo de cómo deslizaba mi mano y empecé a sentir como este palpitaba entre mis dedos.
Apenas un par de chorros salieron de el mamá entró de nuevo sin aviso a la habitación, yo alcance a cubrir pero era obvio que ella alcanzó a ver lo que pasaba.
No me dijo nada solo me dijo que quería irse antes que hubiera mucho tráfico y de nuevo salió de la habitación.
Todo esto mientras yo me corría debajo de las sábanas sin poder evitarlo, mi corazón salía de mi pecho pero también sentí mucho morbo.
Ella hizo parecer que no había visto nada pero claro que lo vio, todo paso tan rápido pero tan lento a la vez.
Yo estaba en esa edad donde por cualquier cosa sentía que se me ponía dura y buscaba a cada rato poder desahogarme, ya ver casi a cualquier mujer me hacía pensar en ella en situaciones llenas de morbo y sexo.
Y mi mamá no era la excepción, ella era joven aún cuando yo nací y aún tenía esos rasgos de juventud pues a penas estaba a un par de años de llegar a los treinta.
De pronto mirarla con sus mallas o vestidos cortos escotados o muy ligera de ropa por la casa ya me hacía sentir varias sensaciones.
Y vaya cuando ella llevaba a algún amigo a casa y la podía escuchar gemir y jadear a causa de lo bien que lo estaba pasando vaya me ponía como loco.
Esa mañana no fue la excepción ella llevaba una falda corta muy holgada y una blusa de hombros descubiertos que le marcaban muy bien su par de senos.
Luche con la idea de que eso de nuevo me provocará una erección y así subí al coche.
Ahora tendría que mencionar a mi abuelo él era también un padre joven al igual que mamá y había enviudado muy joven también yo no conocí ni a mi abuela ni a mi padre pues vaya la abuela falleció cuando mamá aún era pequeña y mi padre cuando yo aún no nacía.
Podría decir que mi abuelo era una figura paterna pero tampoco éramos tan unidos él me agradaba y disfrutaba pasar tiempo con el casa fin de semana como era la costumbre pero solo hasta allí.
Ya estando con el abuelo todo salía según lo normal él nos recibió pasamos a su casa nos contaba viejas anécdotas de su vida como militar y vaya nada fuera de lo común.
Ahora bien algo que siempre me gustaba de ir era que siempre me dejaba estar un momento en su habitación de colecciones, había desde medallas, cuchillas, figuras y hasta armas de fuego que ya no funcionaban como tal pero se veían bastante bien.
Al igual que otras veces él me dijo que podía estar allí y ver y tocar lo que quisiera siempre y cuando dejara todo ordenado.
Mientras yo me quedaba allí ellos solían salir a buscar algo para comer, recuerdo que él había comentado que su coche no funcionaba que irían en el de mamá y así los escuche salir y bajar la escalera hacia la sala.
Me quedé un momento admirando y jugando con aquel cuchillo de combate sin filo que tanto me gustaba, jugaba con él entre mis manos cuando decidí buscar en mi bolsillo mi propia navaja de utilería para comparar la hoja y entonces sentí las llaves de mamá, en algún momento ella me había pasado las llaves del coche y yo las guarde en mi bolsillo, recordé que usarían su coche para salir y pensé en rápido alcanzarlos, pero me estuve a pensar en que ya había pasado un buen rato de que habían salido.
Pensé en que tal vez mi abuelo si había hecho funcionar su coche o será que tal vez pidieron algo a domicilio pero eso sería raro pues a él no le gustaba que los repartidores le pasaran su césped.
Cómo sea decidí salir y ver si aún allí estaban para pasarles las llaves
Apenas abrí la puerta pude escuchar un sonido lejano pero inconfundible, ya lo había escuchado en varias ocasiones mientras me lo usaba de motivación para hacerme una buena pja.
Conforme avanzaba por el largo pasillo los sonoros gemidos de mamá se escuchaban con más claridad, mi corazón latía con mucha fuerza y me sentía con la adrenalina a tope, era obvio que mamá estaba en pleno acto pero el único hombre que había era mi abuelo.
Tome el otro camino para evitar la escalera principal bajar por la parte trasera y apenas baje el último escalón y si un pequeño giro hacia el patio trasero entonces vi lo que ya había imaginado.
Mi abuelo sujetaba a mi mamá por detrás de su cadera recargado en una mesa mientras ella se dejaba caer hacia él una y otra vez con su falda por arriba de sus caderas y con sus senos fuera de se su blusa rebotando al ritmo de cómo ella se dejaba caer.
La imagen fue tan fuerte que casi de inmediato me cubrí tras el muro, con mis latidos como tambor y mi cuerpo temblando mientras la seguía escuchando gemir.
Escuché como se movían y por un momento crei que habían terminado pero solo habían cambiando de posición.
El la había puesto de espaldas sobre aquella mesa,metido entre sus piernas la empezó a penetrar con mucha fuerza mientras le amasaba sus senos y ella por su parte de nuevo empezaba a gemir y retorcerse.
Entonces pude ver la expresión de mamá, sus ojos a veces en blanco su ceño fruncido expresando dolor y placer a la vez y una sonrisa llena de lujuria.
Ella lo estaba disfrutando, lo estaba gozando a un nivel que no le importaba los riesgos que pudiera tener ese encuentro mientras su padre la satisfaciera.
Descubrí una gran erección en mi pantalón y sin dudarlo la dejé salir, al igual que a mamá no me importaba el riesgo mientras pudiera sentir placer al ver cómo ella consumaba un acto incestuoso muy intenso.
La ví ponerse de rodillas y sin dudarlo se llevó el miembro de mi abuelo dentro de su boca, lo chupaba y lamía sin dejar de gemir, le encantaba y se lo demostraba sonriéndole con su cara llena de saliva y preseminal que le estilaba por toda su piel hasta sus senos.
Mi abuelo le empezó a follar su boca casi con la misma intensidad que lo había hecho en su intimidad.
Los sonidos de las arcadas de mi mamá y ese gorgoteo en su garganta me hicieron sentir tan excitado como nunca lo había sentido.
Deje salir mi eyaculación justo cuando ella reciba el baño de semen por parte de mi abuelo, sobre toda su cara y su boca mientras ella le sonreía y lo untaba sobre la piel de su cara.
Supe que era momento de retirarme cuando ella se ponía en pie, no alcance a escuchar el intercambio de palabras pero escuche risas entre ambos.
Con todo el sigilo que me fue posible regrese a la armería de mi abuelo y espere allí hasta que mamá entró aún sudando y ahora que yo sabía lo que había pasado podía notar los restos de los fluidos de mi abuelo en su rostro.
Esas pequeñas manchas de semen seco y su respiración aún agitada pronto me hicieron sentir excitado de nuevo.
El resto de la tarde me fue bastante difícil estar con ellos sin poder pesar en lo que había visto.