Madrid, 1979, Pilar tiene una casa en el centro de planta baja y doble piso,digamos que era la Madame de lo que entonces se llamaba «casa de citas», allí vivían 5 mujeres más en régimen de pensión completa dándole la mitad del dinero de cada servicio a la Madame.
Cierto día llamaron a la puerta y cuando la dueña abrió se encontró con una chica joven que le preguntó si allí vivía Pilar, ésta le dijo que sí, y entonces Consuelo, que así se llamaba la chica, le dijo que eran del mismo pueblo y que por favor la dejara trabajar allí.
-Lo siento cariño pero aquí no hay sitio para más.
-Por favor no tengo dinero,ni tengo nada.
-¿Y tu familia?
-Mis padres me pegaban y me obligaban a trabajar como una burra, y se quedaban todo el dinero.
-Este trabajo tiene cosas desagradables, cielo.
-Yo haré todo lo que usted me diga Dª Pilar, se lo juro estoy desesperada.
-Bueno te quedarás un par de días,y luego te buscaremos algo, tienes mala cara.
-Gracias DªPilar le prometo que no se arrepentirá
-dijo Consuelo abrazada a su nueva jefa con lágrimas en los ojos.
Pilar, que aunque llevaba el negocio con mano de hierro, tenía buen corazón, intuyó que esta chica no era la más adecuada para este trabajo, el caso es que estaba bien físicamente 18 años, con un buen culo, dos grandes pechos, un poco rellenita y el pelo más bien rubio, liso con más de media melena, 1,65, y no muy agraciada de cara pero con dos bonitos ojos negros.
En los días siguientes la pobre Consuelo,que se había instalado en la habitación de Pilar durmiendo en un camastro, sólo comía y dormía, y así poco a poco fue mejorando su aspecto. Esa misma mañana le pidió a Pilar que quería empezar a trabajar:
-¿Estás segura?
-Sí,quiero agradecerle cuanto antes todo lo que está haciendo por mí.
-¿Has hecho esto antes?
-Sólo con un medio novio que tuve en el pueblo.
-Bueno está bien,vete al salón, si tienes alguna duda le preguntas a María, ella sabrá que hacer, pero te voy a hacer una advertencia,en esta casa no te negarás a nada,el cliente siempre que pague manda;¿entendido?
-sí DªPilar, tranquila que no tendrá problema conmigo.
El primer día solo tuvo un cliente, un hombre mayor al que le costó bastante,y aunque a Consuelo no le gustó nada, se sintió satisfecha por poder pagar a su jefa, a la que quiso dar todo el dinero, pero Pilar se negó, y le dijo que ese dinero era suyo, ya que ella se lo había ganado.
Pasaban los días y por su carácter dócil y apocado Consuelo pronto fue la criada de todas las otras víboras,hacia la comida, limpiaba toda la casa…por su inocencia nunca le negaba un favor a ninguna compañera que a veces se pasaban y se mofaban de ella, lo que provocaba las lágrimas escondidas de ésta, pero en términos generales era mucho más feliz que en su casa donde su madrastra la tenía acobardada con continuas palizas desde los 6 años,de ahí su carácter asustadizo.
Al mes siguiente llamó a la puerta una mujer gordita de unos 45 años muy emperifollada,con el pelo corto y recién salida de la peluquería, todas se alegraron de ver a Dª Luisa, como le gustaba que la llamaran, era muy muy exigente, pero igual de generosa, pronto salió a atenderla Pilar que tras darle dos besos y dejarse sobar un poco, le dijo que tenía una novedad, Dª Luisa dio un gritito de alegría y le dijo pícaramente al oído de Pilar que le encantaba la carne fresca.
Consuelo estaba estupefacta, el lesbianismo era un tabú para ella,y mucho más que se pagara por ello,no quería ni pensar en aquello. A Dª Luisa le encantó la actitud sumisa de Consuelo, y guiñándole un ojo a Pilar le dijo me la llevo.
Entonces Pilar se llevó a Consuelo a un rincón y le dijo:
-No quiero ningún problema, ella es nuestra mejor cliente.
-Pero es que nunca he estado con ninguna mujer…y no voy a saber.
-No, Dª Luisa es inflexible y si te ha elegido a ti te quiere a ti,además de ella depende nuestro negocio, si no fuera por ella y por sus contactos en el ayuntamiento, ya nos hubieran cerrado,así que haz todo lo que te pida y no me falles; en ese momento Dª Luisa venía hacia ellas y cogiendo a Consuelo de la mano miró de una manera cómplice a Pilar que le dijo:
-Diviértase.
-Siempre lo hago.
Cuando estuvieron solas en la habitación, la sonrisa dulce de Dª LUISA se borró de su rostro que se volvió duro:
-Quítate la ropa zorra- le dijo a la vez que le daba un bofetón, Consuelo no salía de su asombro,no sabía a qué se debía ese brusco cambio de actitud,no sabía si había hecho algo mal.
-¿No me has oído imbécil?-el otro bofetón revolvió todo el pelo de la pobre Consuelo. Dª Luisa empezaba a perder la paciencia era una mujer acostumbrada a que se le obedeciera rápida y puntualmente, entonces de un tirón le arrancó la minifalda con vuelos que llevaba y le dijo:
-cómeme el coño, pero Consuelo estaba bloqueada, lo único que podía hacer era llorar, esa mujer le recordaba a su madrastra que le pegaba por la más mínima razón o sin ella,ese recuerdo la paralizaba por completo.
-Ahora te vas a enterar estúpida,dijo la ofendida clienta saliendo de la habitación,Consuelo se quería morir, sabía que Pilar se iba a enterar de todo, y le había fallado cuando no podía fallarle, desesperada se tiró a la cama y se echó a llorar; mientras Pilar se quedaba atónita con el relato de las hechos.
-Por favor Dª Luisa le ruego que no se vaya, que le prometo que ésta le va a hacer lo que usted quiera cuando yo termine con ella; Pilar tenía 38 años muy bien llevados, era alta, morena, nariz recta, ojos verdes,corte de pelo recto (era parecida a Anjelica Huston), siempre vestía en casa con una especie de bata de seda por las rodillas, medias negras y sus sempiternas zapatillas, tenía decenas, las que llevaba ahora eran granates de invierno, con suela amarilla y desdobladas por el talón.
Se hizo acompañar por su enfadada clienta y cuando entraron a la habitación la pobre Consuelo estaba sentada en la cama con las manos tapándose el rostro, miró con cara de cordero degollado a su jefa, que le dio un tremendo bofetón a modo de saludo que la tiró de espaldas a la cama.
-¿Es así como te he dicho yo que trates a Dª Luisa?
-perdóneme por fav…(otro tremendo bofetón cortó el discurso)
-Ahora te vas a enterar;entonces Pilar hizo un movimiento de delante-atrás con su pie,y salió su zapatilla, se agachó a recogerla y se la acomodó bien en su mano derecha, Consuelo tenía cara de pavor cuando vio lo que se le venía encima, el primer zapatillazo en la cara la sacó de sus pensamientos,intentó cubrirse su ya maltrecha cara,entonces la zapatilla le caía por los costados, Pilar pronto se centró en la espalda y en el culo sólo protegido por una fina braga rosa.
Mientras, Dª Luisa se había acomodado en un sillón y se estaba acariciando por debajo de la falda,la escena que veía la excitaba sobremanera, una mujer madurita azotando sin piedad el culo de una jovencita con su zapatilla, Pilar sujetaba con su mano izquierda la nuca de Consuelo, mientras que con la derecha daba una muy dura paliza a su chica, pronto el tono rojizo de los muslos superaron en intensidad del rosa de las bragas,pero no contenta con esto, la dueña de la casa le bajó a su pupila las bragas hasta las rodillas, los zapatillazos caían sin piedad, se oía con nitidez el chasquido inconfundible de la zapatilla sobre el desnudo trasero, y los alaridos de la pobre Consuelo que para su sorpresa cuando había recibido 35 o 40 zapatillazos notó un gusto por su entrepierna que nunca hubiera imaginado, estaba recibiendo una tremenda azotaina y le estaba gustando, miró a su «verduga» que seguía azotándola (mordiéndose el labio inferior) y se corrió como nunca lo había hecho antes,fue entonces cuando oyó de boca de su jefa:
-¿Vas a hacerle a Dª Luisa lo que te pida?
Como Consuelo no respondió,recibió otro enorme zapatillazo en el el culo,al que la chica respondió con un gutural: síííí;
-Pues vamos, a qué esperas aquí la tienes esperándote.
Dª Luisa ya se había corrido con el espectáculo presenciado ,pero aun quería más, Consuelo después de 50 o 60 zapatillazos y todas las emociones, sólo podía arrastrarse hasta donde estaba su clienta,iba como una perrita, a 4 patas, Pilar iba por detrás zapatilla en mano «animando» a su paisana a que hiciera su trabajo,se arrastraba muy despacio por lo que le dio tiempo a recibir al menos 6 ó 7 zapatillazos muy duros en su rojizo culo, se moría de dolor y de placer, no sabía porqué pero le excitaba que Pilar la azotara, nunca le pasó con su madrastra aunque bien es cierto que ésta la mayoría de las veces la azotaba con una vara, pero ahora estaba disfrutando como una loca y chorreando por su entrepierna como nunca.
Dª Luisa que estaba fuera de sí, la agarró del pelo y le metió la cabeza debajo de su falda a la vez que abría sus piernas, en esta maniobra Consuelo recibió los dos últimos zapatillazos «para que se aplicara» lo que originó un nuevo espasmo a la vez que empezaba con su tarea, que se le hizo más grata pensando que se lo estaba haciendo a su amada Pilar de la que acababa de darse cuenta de que estaba enamorada,de repente oyó el ruido sordo que hizo la zapatilla al caer al suelo y supo que nunca dejaría aquella casa.
P.D. Me encantaría cualquier comentario sobre spanking y zapatillazos.