Capítulo 1

Capítulos de la serie:
  • Vacaciones con papá I

Yo siempre he tenido muy buena relación con mis padres, en mi casa nunca han existido los tabús, en especial con el sexo. Siempre hemos hablado de manera muy liberal sobre este tema.

Como muchos, de niña escuchaba a mis padres follar, al principio no entendía que sucedía, pero con los años supe lo que era. Durante mi adolescencia, mojaba las bragas cuando escuchaba a mi madre gemir de manera descontrolada y en muchas ocasiones comenzaba a masturbarme.

Les cuento como soy, actualmente tengo 27 años, soy de estatura media, con curvas en mi cuerpo, pelo largo de color castaño claro y ojos verdes y mi parte favorita del cuerpo son mis tetas. Tengo unas tetas grandes y firmes (talla 100). Siempre he sido una apasionada del sexo, aprendía lo que era mi sexualidad desde muy joven y desde entonces nunca he parado de aprender más y más. Supongo que lo he heredado de mi papa, ya que, a lo largo de mi vida, lo he pillado bastantes veces viendo porno, solo o con mi madre, aunque nunca se han dado cuenta de que les espiaba. Todas esas situaciones me ponían muy cachonda y han sido muchas las veces que me he corrido soñando que follaba a mi padre o hacía un trio con él y mi madre, pero siempre han sido fantasías nunca he intentado nada, hasta este verano.

Como mi padre tenía que trabajar, este verano solo pudimos irnos una semana de vacaciones, ya que, debido a la pandemia, mi padre no podía ausentarse mucho más de sus negocios. Reservó una bonita habitación en un hotel muy lujoso, en la playa y nos fuimos los tres a pasar unas divertidas vacaciones.

El primer día fue genial, nos fuimos a la playa, de compras, nos lo pasamos muy bien. El segundo día, planeamos hacer muchas más cosas, hasta que mi madre, recibió una llamada de teléfono de mi abuela, se había caído en mitad de la noche y se rompió una pierna, al ser mi madre hija única y no tener más familia, tuvo que cancelar sus vacaciones para poder ir a cuidarla al hospital.

  • M: Hija, voy a tener que marcharme, tu abuela no puede estar sola, lo entiendes, ¿no?
  • Y: Claro mamá, es normal, ahora mismo recogemos todo y nos vamos.
  • M: No hija, no quiero que vosotros canceléis las vacaciones, ha sido un año muy duro y todos necesitamos descansar.
  • Y: ¿Pero mamá, cómo nos vamos a quedar sin ti? No es justo.
  • M: Por favor, quédate con papá y ayúdalo a distraerse, ha trabajado mucho en los últimos meses y necesita descansar y divertirse. Además, eres una chica lista, seguro que sabes hacer algo para que papá no me eche de menos y se lo pase bien.
  • Y: Vale mamá, haré lo que pueda, pero las vacaciones sin ti no serán lo mismo.

Tras nuestra conversación, mamá me dio un beso, demasiado cerca de los labios y su mirada parecía un poco alterada, como si quisiera decirme algo más, pero no le di mucha importancia, pensando que era yo la que me imaginaba las cosas.

Después de llevar a mi madre a la estación de trenes, nos fuimos a pasar el día a la playa e intentar animarnos un poco. Por la noche, mi padre me dijo que me arreglara que nos íbamos a cenar a un restaurante del puerto. Como hacia calor, me puse un vestido negro de tirantes, corto, con algo de vuelo en la falda y un escote de infarto.

  • P: Hija, estas muy guapa con ese vestido, además te hace unas tetas preciosas.
  • Y: Gracias papá.

Tras la cena, nos fuimos a tomar unas copas. Estábamos ya un poco bebidos, pero nos estábamos riendo mucho.

  • P: Mira hija, ese chico te está mirando, yo creo que quiere algo contigo.
  • Y: Pues que mire lo que quiera, esta semana es solo para ti y para mí.
  • P: Pero hija, te está comiendo con los ojos, yo creo que si le dejas te come esas tetas tan bonitas que tienes jajajajaja.
  • Y: Mira qué me dices unas cosas papá.
  • P: Pero es verdad, me da rabia, que no quieras ir con ese chico a pasar una noche salvaje de sexo y prefieras quedarte con el viejo de tu padre.
  • Y: Papá, tú no eres viejos, además dudo que ese chico folle bien.
  • P: Si hija, ya soy viejo. Mira el otro día leyendo en internet, una chica contaba que se masturbaba con una almohada y parece ser que es muy normal. Mes estoy quedando desfasado, en mis tiempos las mujeres se masturbaban, metiéndose el dedo en el coño, a veces con la ducha y por supuesto, vibradores y demás juguetes sexuales, pero nunca con una almohada.
  • Y: Jajajajajajajaja, es verdad, hay muchas que lo hacen, pero que tu no lo sepas no quiere decir que seas viejo, además tú sabes otras cosas.

Tras continuar la conversación sobre los tipos de masturbación y seguir tomando copas, llegó el momento de irnos al hotel. Por el camino mi padre puso un brazo sobre mi hombro, dejando caer la mano, sobre una de mis tetas, yo no puse pegas, es más me gustaba, pero cuando llegamos a una calle, en la que apenas había gente, noté como sus dedos, agarraba mi pezón, por encima de la tela del vestido y del sujetado. No le hizo falta tocarme mucho para que se me pusiera duro y sensible y enseguida, noté como mis bragas se mojaban.

Al llegar al hotel, mi padre me soltó y entramos como si nada hasta la habitación. Una vez allí, me dijo:

  • P: Duerme en mi cama, es demasiado grande para dos, además mañana cuando la chica venga a hacernos la habitación, solo tendrá que hacer una, menos trabajo para ella, seguro que nos lo agradecerá.
  • Y: Vale papá, voy a quitar todas estas almohadas para poder acostarnos.
  • P: Si quieres dejar alguna para frotarte tu coñito no hay problema jajaja y de paso me explicas como se hace.

No sé qué me pasó por la cabeza, solo sé que me subí a la cama, me quité el vestido y me quedé solamente con mis bragas mojadas y mi sujetador, que marcaba mis pezones duros, comencé a frotarme con la almohada. Mi padre me miró sorprendido, lo primero que pensé fue en que había sido un error muy grande, hasta que noté como se colocaba su dura verga debajo del pantalón. Se acercó lentamente, sin apartar su mirada de mí y cuál fue mi sorpresa, cuando noté su mano entre mis piernas, primero me acariciaba por encima de las bragas y después me las apartó a un lado para dejar libre mi chorreante coño. En ese momento me dejé llevar, empecé a frotarme sobre su mano, lentamente él fue introduciendo un dedo en mi agujero. Cuando quitó su mano la tenía llena de mis jugos y con la otra mano me bajó el sujetador, para poder untarme las tetas con mi propia excitación. Como un loco se lanzó a chuparme las tetas, mientras se comía una me acariciaba la otra y yo seguía frotándome contra la almohada, era demasiado, empecé a gemir como una loca. Tras varios minutos, empecé como el orgasmo comenzaba a formarse en mi interior, seguí moviéndome más rápido, con la esperanza de poder correrme, pero no fue así.

Mi padre me empujó dejándome tumbada sobre la cama, se acercó y comenzó a quitarme la poca ropa que me quedaba, primero el sujetador, a la vez que les daba pequeñas chupadas a mis duros pezones y después mis bragas no sin antes parar a olerlas. Una vez desnuda, se lazó a comer mi dulce y empapado coño. Pasó su hábil lengua por toda mi cavidad, bebiéndose todos los flujos que se había generado, yo estaba a punto de correrme y sabía que, en el momento, que su lengua tocara mi clítoris explotaría, pero no fue así, fue el único punto que no me chupó. Tras terminar, se acercó a mí boca y nos fundimos en un apasionado beso, donde yo misma pude degustar mis propios flujos.

  • P: Qué pensabas zorrita mía, ¿qué me iba a quedar con un tonto mirando?
  • Y: Ayy papá me muero por correrme, estoy demasiado caliente, por cierto, no me parece bien que yo esté desnuda y tú todavía con la ropa, quiero verte desnudo.
  • P: ¿Y qué quieres ver de mí?
  • Y: Pues por ejemplo tu polla. Llevo años escuchando como te follas a mamá y ella siempre que se corre grita que tienes una polla increíble. Yo quiero probarla.
  • P: Pues es toda tuya mi pequeña putita.

Nos volvimos a besar, mientras yo le iba desnudando, el no paraba de jugar con mis tetas. Lo dejé desnudo, solamente con el bóxer que escondía una tremenda erección. Para provocarle, comencé a pasar mis tetas por toda su cara, bajando poco a poco por su cuerpo, el gemía cada vez más y mi coño volvía a chorrear, por fin llegué a su polla y lentamente fui bajándole el bóxer hasta descubrir una enorme verga de unos 18cm de largo, bastante ancha y con una erección descomunal. Como una loca, me lancé a ella, comencé a chupársela, mi sueño hecho realidad, no podía parar de lamerla toda entera mientras le tocaba sus grandes huevos.

Tras darle una buena mamada, comencé a hacerle una cubana, él no podía articular palabra de la excitación que tenía, su hermoso rabo se movía perfectamente entre mis dos enormes tetas, acariciándole la punta con mis sensibles pezones.

  • P: Nena, eres toda una experta en mamar pollas, seguro que ya te has comido unas cuantas.
  • Y: Sí papá, llevo chupando rabos desde hace muchos años.

Sin más le solté la verga y me senté a horcajadas sobre su cintura, comencé a moverme sobre él, igual que hice con la almohada, pasando mi húmedo coño, por toda su polla sin llegar a metérmela, él se agarró a mis tetas otra vez, sin parar de mamarlas. Yo cada vez me movía más rápido, hasta que uno de esos movimientos me metí toda su verga.

  • Y: Ooooh dios papá es maravillosa. Aaaaaaaaah
  • P: Mi dulce niña, que ganas de follarte. Me encanta como me cabalgas. Sigue así mi putita.

Estuvimos así cerca de 15 minutos, yo cabalgando sobre mi padre mientras él me no paraba de saborear mis tetas, la sensación erra increíble, nunca había estado así de cachonda, pero con cada estacada, notaba como mi orgasmo crecía con más fuerza en mi interior, hasta que al final me corrí con un fuerte gemido. No podía moverme más, sabía que mi padre todavía no se había corrido e intenté seguir cabalgando sobre él, pero era imposible, no tenía fuerzas. De repente, mi padre me tumbó de manera brusca sobre la cama y sin más, empezó a follarme de forma salvaje mi coño dolorido, mientras me pellizcaba los pezones.

  • P: Qué pensabas putita, que como tú ya te has corrido iba dejarte.
  • Y: Lo siento papi, no puedo más, sigue tu.
  • P: Claro que voy a seguir, hasta que te destroce este coño de zorra que tienes y tus tetas queden tan sensibles que te duelan solo con mirarlas.
  • Y: Aaaaaaaah sigue papá, creo que me voy a correr otra vez.
  • P: Vamos mi putita, córrete con papá. Aaaaaah
  • Y: Papiiiiiiiii!!!

Y nos corrimos de forma salvaje los dos a la vez. Estábamos agotados, mi padre me colocó sobre la cama, mientras me besaba dulcemente se tumbó a mi lado y me abrazó dejando sus manos en mis pezones duros y sensibles.

  • Y: Papá, me duelen mucho los pezones.
  • P: Lo sé mi niña, deja que te dé un masaje, te sentirás mucho mejor.

Comenzó a acariciarme los pezones con las palmas de las manos, de manera muy suave, los tenía tan sensibles, que noté mi coño mojarse otra vez. Mientras me acariciaba, me decía:

  • P: Sabes cariño, cuanto te salieron las tetas, tu madre y yo, una noche, te dimos una pastilla para dormir sin que te enteraras, te metimos en nuestra cama, yo comencé a mamarte las tetas y tu madre me mamaba la polla a mí, después no cambiamos, fue tu madre la que te las comía mientras yo le comía el coño a ella. El resto de la noche nos la pasamos chupándotelas y acariciándote. Esa noche, tu madre me dijo que teníamos que hacer de ti una puta.
  • Y: ¿En serio? ¿Sabes la cantidad de veces que me he masturbado escuchando como follabais? Mi sueño era hacer un trío con los dos.

Mientras me hablaba sus dedos iban más deprisa sobre mis pezones.

  • P: La fantasía sexual que tiene tu madre, es frotar su coño con el tuyo mientras me coméis la polla entre las dos. A veces cuando duermes, te baja el pantalón del pijama para olerte el coño, le encanta, se pone muy cachonda y nos pasamos la noche follando mientras fantaseamos contigo.
  • Y: Uffff papá, entre lo que me estás diciendo y lo que me estás haciendo me voy a correr. Me encantaría mucho follar con mamá y contigo. Ooooooooooh me corrooooo. Aaaaaaaah.

Continuará…