Desde la primera vez que lo probé, en aquella noche celestial de nuestro primer «acueste», no he podido sobreponerme a mi adicción al sabor y la textura del semen de mi hijo Mario.
De hecho, solo vivo para la próxima engullida de su jugo de amor.
Leyendo en este sitio, he conocido las varias denominaciones de semen: leche, lechita, juguito, jugo, mocos, leche de vida, jugo de verga, arroz con leche, fuego de tus entrañas y otros y en este escrito los voy a tratar de usar todos, para que donde ustedes lo lean, lo puedan entender…jajaja
Este es mi menú. Se aceptan sugerencias sobre nuevos usos
Toma directa al natural:
Se toma la verga del hijo y se acaricia toda.
Se pasa la lengua por toda su extensión. Esto genera saliva en abundancia. Luego, se introduce la verga en la boca de mamy y comienza el cabeceo.
Conforme el cabeceo se vuelve más violento, se debe sacar la verga de la boca para admirarla toda empapada de la saliva de mami.
Ocasionalmente se pasa la nariz por la punta de la verga para oler ese bálsamo maravilloso que se forma entre la leche que gotea por la rajita de la verga y la saliva de mamá.
Cuando siento que mi hijo se va a correr (venir) trato de llevar la punta de su verga hasta el fondo de mi garganta.
Cuando se viene siento que un torrente de calor me abrasa el paladar, la lengua y la garganta. La cantidad de lechita no me permite tragarla toda junta y además, me encanta retenerla en la boca y darle vueltas y vueltas, como cuando se catan los buenos vinos.
Pero no soy estúpida y no lo escupo. Lo voy tragando despacio… suave… deliciosamente tibio… imagino que mi garganta es mi vagina y que mi hijo me acaba de preñar… imagínate, quedar preñada por haber bebido el jugo de vida de tu propio hijo… que delicia…mmmmmm
Hago esto en la cama, en el sofá, en el auto, en el baño, en la cocina, en el garaje, en el baño del avión (me pongo un cabestrillo falso en el brazo para justificar que él entre al baño conmigo… jaja)
A veces lo llevo a la escuela o a ver a la novia solo para poder darle una chupada fenomenal en el camino y disfrutar de sus mocos divinos. A veces lo retengo hasta que regresó a la casa.
Tratamiento facial:
Este tratamiento se logra estando acostada debajo de tu hijo y acercando su verga a tu cara y masturbarlo (con una mamada de por medio) para que descargue su arroz con leche en tu cara.
Luego, te lo frotas por toda la cara, incluyendo los párpados y las orejas. Si lo haces pronto, todavía está tibio y resbala deliciosamente.
Si alcanza (con Mario siempre alcanza) lo puedes llevar a tus tetas y especialmente embarrar los pezones a veces se puede llegar hasta el vientre. (se vale chuparse los dedos después de la aplicación).
Debes dejarlo secar hasta que hace una costra ligera. Si tu hijo es caliente como el mío, entonces vendrá una vez que se haya secado y lo humedecerán con su lengua.
Copa para dos:
La primera vez que lo hice fue por impulso y Mario no lo quiso hacer, pero en la siguiente vez él sabía que yo lo quería y él mismo me lo pidió. Que placer dios mío… aquí va:
Una vez con el fuego de las entrañas de Mario en la boca y disfrutándolo como pocas veces, me acerqué a él y lo besé con la boca cerrada.
El abrió la boca y me dijo: «dámelo mami, sé que lo quieres compartir» y así lo hice. Comencé a besarlo con la boca abierta y la lechita empezó a entrar en su boca.
El comenzó a saborearlo y yo estaba a punto de tener un orgasmo solo de sentir que le gustaba su semen habiendo salido de mi boca… desde entonces lo hacemos con frecuencia… me encanta, pero más me encanta tragarlo todo yo solita… soy muy codiciosa…jaja.
Toma indirecta:
Este es buena… buenísima y me pone a mil cada vez que lo hace…. después de venirse dentro de mi, Mario va a mi concha y chupa lo más que puede sus mocos y trata de llenarse la boca con ellos y después sube hasta mi boca.
Yo abro la boca dispuesta a tragarme el mundo entero de un solo bocado… y recibo aquella combinación celestial de sus mocos mezclados con mi jugo vaginal… ohhhh, Mario es tan y tan dispuesto a darle gusto a su madre que me vuelvo loca en ese momento,… de hecho, en la mayoría de las ocasiones me vengo en ese momento otra vez….
Y también me lo bebo en público… lean esto:
En una ocasión, estábamos solos en un restaurante.
Fuimos a comer antes de irnos a un hotel, (lo hacemos de vez en cuando, como parte de la fantasía de ser amantes que no pueden hacerlo en casa) En los hoteles podemos hacer muchas cosas que se dificultan en casa… (darnos duchas doradas sin que tenga que ser en el baño, puedo gritar todo lo que yo quiera.
Grito mucho especialmente cuando Mario me está haciendo venir por la quinta o sexta vez sin que él se haya venido y me grita… «otra vez, dame más de tu amor, conmigo siempre puedes, conmigo no tienes límites, más, dame más, más, más) imagínate querida lectora lo que es que tu hijo te provoque 10 y 12 orgasmos en una sola sesión, no gritaría tú también… apuesto que romperías los espejos con tus gritos…
Pues bien, estábamos calientes como siempre y Mario me estaba contando de la última sesión con su tía (hermana de mi marido a quien yo me encargue de que se empalmara con mi hijo… a él le gustaba y con tal de que me meta la verga yo le consigo a la que sea).
De hecho, era sábado y yo pasé a buscarlo a casa de Martha y me estaba contando la sesión de la noche anterior y esa mañana.
Me estaba diciendo que todavía cuando yo estaba en el auto esperándolo frente al apartamento de Martha, ella todavía quería pegarle una última chupada y así lo hizo, mientras subía el elevador.
Al llegar el elevador, Martha se separó y se metió a su casa y Mario, como pudo, se guardó la verga en su lugar y bajo a encontrarme.
Yo estaba a mil en ese momento, empapada de jugos vaginales y a punto de subir a la mesa y ponerme en cuatro para que me la metiera y le dije… «necesito tus mocos mi cielo, dámelos ahora mismo, por favor, me voy a morir si no me los das en este momento».
Y Mario miró en su derredor y me dijo, «cómo lo voy a hacer mami, estamos en público».. y en ese momento tuve una idea genial.
Corté un trozo de pan y se lo di y le dije: «ve al baño, te masturbas y lo pones aquí y me lo traes…» y así lo hizo. Escondió el pan en su mano y se fue al baño.
Tres minutos después (y una corrida de mi parte mientras esperaba), regresó y puso el trozo de pan embarrado de lechita. Dios mio!!!.. la vista de aquel elixir de amor por poco me provoca otro orgasmo.
Y lo tomé y lo empecé a lamer en público, sin que nadie se diera cuenta!!!!. Mmmm… el término «bocado de ángel» parecía ser una flaca descripción de lo que yo sentí en aquel momento… que barbaridad!!!, mi vicio favorito en mi boca, en público…los mocos de mi hijo…. inténtalo uno de estos días… pero solo lo disfrutarán si son tan viciosas como yo.
En privado; whisky en las rocas, en público; desarmador
La razón es que nos gusto el episodio del restaurante y decidimos repetir el numerito cada vez que hubiera oportunidad y nos excita locamente hacerlo en público, pero no siempre se puede hacer lo del pan, por lo que, en una fiesta que tuvimos en la casa, se me ocurrió que me pusiera jugo de pasión (semen, no se les olvide) en mi trago y de esa forma me lo tomaría a sorbos ricos.
El problema es que tomo whisky en las rocas y lógicamente, la lechita se notaría ya que es turbia. Por eso, en un momento de inspiración cambié a desarmados (vodka y jugo de naranja), para que no se notara (también lo hacemos en bares y restaurantes.
El caso es que preparé un desarmados y se lo di a Mario para que se fuera a su baño y me pusiera «moquitos de los divinos» en mi trago.
Fue maravilloso… yo circulaba con mi trago por la fiesta, brindando con los amigos y la familia con mi vaso lleno de semen de mi hijo…. dios mío que calentura tenía yo, cada vez que tomaba un sorbo procuraba cruzar la mirada con Mario y lo miraba directamente y me relamía a cada trago.
Mi expresión debe haber sido muy placentera, ya que Martha (mi cuñada) se me acercó y me dijo, «que trago tomas chica, a cada sorbo se te pone la cara que parece que estás teniendo un orgasmo»…. por poco le derramó el vaso encima del shock que me dio y no tuve más que reírme y decirle: «Mario prepara tragos verdaderamente celestiales» y me dijo, «le voy a pedir la receta» y yo le dije: «la receta es mía, pero la preparación es suya, si me prometes que no te desmayas, te doy la receta»… ella dijo, ¿por qué habría de desmayarme? Y la llevé a mi recámara y ahí le conté todo… se quedó muda e inmóvil no podía cerrar la boca y tenía los ojos desorbitados… pensé que se iba a desmayar o peor, que iba a salir de la recámara para irle a contar a mi marido… después de un momento en que retomó la respiración dijo: «chica, estoy shockeada… no sé qué decirte, lo único que sí entiendo es que estas en una relación que te da un inmenso placer, pero es muy peligrosa… imagina las consecuencias y qué pasa si un día te embarazas… sería terrible, pero, ya estás madurita y debes saber lo que haces… y ahora yo te digo con la misma confianza que si tuviera un hijo como Mario también lo tendría atrapado entre mis piernas de día y de noche.
Mario y yo ya habíamos hablado de Martha, unos 6 años menor que yo y verdaderamente hermosa y muy sexy y yo sabía que a Mario le gustaba, pero no había pasado de ahí.
Entonces tomé ventaja de lo que me dijo y yo le dije, si quieres, Mario te puede preparar un trago igual al mío, pero vas a tener que ir a su cuarto para que te lo entregue… te confieso que tú le gustas también a él… Martha, con un par de tragos de más encima, pero muy entera, se me quedó viendo y me dijo «a que no te atreves» y yo le dije «ya verás que sí me atrevo, si estás dispuesta a ir al cuarto de Mario por tu trago… ve y espéralo ahí». Momento de tensión y al final ella dijo: «lo voy a esperar 10 minutos, ni un segundo más»
Bajé a a sala y llamé a Mario. Le conté todo y le dije que preparara el trago de Martha pero que esperara hasta llegar a su cuarto para ponerle «el ingrediente secreto».
Mario estaba radiante… después de estar cogiendo a tu madre en el nivel de nosotros, Mario era capaz de cualquier cosa. Fue al bar y preparó el trago y subió en menos de 7 minutos.
Una hora después vi bajar a Martha. Estaba radiante y yo creo que pensó que se le iba a notar y se fue directamente al closet, sacó su abrigo y se dispuso a irse.
Me acerqué a ella y le dije «por qué te vas, que mala cara has visto…jaja» y ella dijo «me voy porque si me quedo vuelvo con Mario por otro trago… mejor me voy.. ya hablaremos…estamos en problemas graves las dos… creo que no debiste hacer lo que hiciste… me metiste en lago de lo que creo que no voy a querer salir… buenas noches» y se fue.
Al final de la fiesta subí como una bala al cuarto de Mario que ya me esperaba en la cama, desnudo y dispuesto (los jóvenes no se cansan nunca, dios mío que delicia) le pregunté que pasó y me dijo que cuando llegó, Martha estaba sentada en el silloncito y al verlo con el trago en la mano le preguntó: ¿ya está completo? Y él le dijo: «no. Lo voy a completar ahora» y esto diciendo se abrió el zipper y comenzó a masturbarse… fue demasiado para Martha, quien se lanzó a chuparle la verga, y mandó al carajo el trago.
De ahí, no fue más que un metro a la cama de Mario y a convertirse en la tía más amante del mundo… hace casi un año de esto y los tres somos felices… pero eso será otra historia…. sigamos con la mía.
La manguera de Linda
Confieso que esta forma de engullir el jugo de pasión de mi hijo fue inspirada por Linda Lovelace en la película «Deep Throat» pero Mario y yo la mejoramos.
En la película, Linda Lovelace vaciaba una botella de Coca Cola dentro de su vagina y luego se metía una manguerita con la que succionaba el refresco desde su vagina… interesante no?, pero nuestra versión es más sofisticada.
Mario mete una botella de vino hasta el cuello en mi vagina y «sirve» todo lo que acepte mi cavidad, luego mete la manguerita… pero eso no es todo… también me penetra con esa maravillosa verga que dios (mas bien yo) le dio y se viene, en ese momento, comienzo a succionar la manguerita y me llaga el vino, mis jugos y… desde luego, el semen de mi hijo… y yo le convido de mi trago.
Juro que en esos momentos no se si correme, gritar, tragar el cóctel más sexy del mundo o simplemente dejarme enloquecer.
Para llegar a este punto, repito, se debe ser viciosa, viciosa del sexo, viciosa de su semen, viciosa de su verga, viciosa de esta pasión que nos consume y nos lleva a la gloria… viciosa, en una palabra, de mi propio hijo.
Si eres viciosa de tu hijo, escríbeme, te puedo contar cosas que ni en el internet publicarían
Viva la lechita…
E pongo tan puta con este relato. Le chuparla toda la verga a tu hijo. Y a vos el culo . Me encanta que me den por el ojete. Y me gustaría comer tus tetas .