Hola delicioso amor:

¿Qué tienes que me pone tan caliente? Sabes, ahora es la madrugada, hora en que apenas voy quedando sola pues estaba una amiga en casa, y al leer tu mail he ido al refrigerador y he sacado no sólo un plátano, también un pepinillo, algo pequeño y me he masturbado deliciosamente pensando en ti.

Te diré que he apagado algunas luces y he puesto una película erótica, encendido el aire acondicionado y me he quitado lentamente mi ropa, como si tú estuvieras frente a mí viéndome, despojándome de cada prenda bailando al ritmo de suave música. 

Al principio solo me he dejado mi tanga de hilo dental, está bonita, es blanca de encaje, con un bordadito exactamente en el clítoris para estimularlo y hacerme sentir todo el tiempo como si me estuviese acariciando un rico dedo o por qué no, la cabeza de un rico pene duro.

He llenado mis pezones con chocolate y los he chupado un buen rato, hasta casi sentir dolor para después sentarme con las piernas abiertas y depilar toda mi conchita, lentamente, con mucho cuidado. . .

Mientras lo hacía me he puesto a mil, he tomado el frío pepinillo y lo he pasado por mi clítoris mientras se ponía duro, duro con el frío, y más sin vello alguno. No sabes como he sentido… riquísimoooooooo

Después he puesto algo de crema en su punta y lo he dejado listo para después aprovecharlo . . . me he puesto acostada con las piernas abiertas y levantada la cadera por algunos cojines, he ido deslizando el plátano ya pelado lentamente, en especial cuando llegaba a mi punto g, hasta aguadarlo con mi calor y mis jugos . . . qué delicia . . . pero tus palabras me han hecho querer más, mucho más… así que he cambiado de posición, me he puesto en cuatro, boca abajo, sin sacar el plátano que quiere escurrirse de mi vagina y he tomado el pepinillo. Ya sabes, la crema ha hecho que se deslice por entre mis piernas, suavemente, acariciando, preparándose para llegar a mi culito que pide a gritos ser atendido…

Así que pensando que eres tú, he ido introduciendo un dedo primero por mi culito, después otro más, hasta que la excitación llega a un punto culminante, quiero más, estoy apretando mis piernas para que no resbale el plátano, un gran plátano que me llena completamente, y mi culito quiere sentirse atendido también, así que he ido introduciendo el pepinillo por él, hasta que ha entrado y me llena junto con el plátano. .. mmmmmmmmmmm . . . qué delicia . . . sentir dos grandes en mí mientras me muevo, me muevo mucho, respiro agitadamente, jadeo bastante, escurren por mis piernas los jugos que ahora se desbordan y me la paso metiendo el plátano y sacándolo, para pasar después por el ano y mover el pepinillo. Ha llegado a tal mi excitación que no he podido aguantar y me he sentado de forma contraria en la silla, dejando las piernas abiertas, el clítoris tocando la toalla, el plátano adentro y mis cachetes casi al aire, para así meter y sacar el pepino en un vaivén de placer, como si fuesen tus manos las que mueven el plátano y tu gran pene el que se introduce en mi culito. 

Recuerdo cada momento en que has estado así, jugando conmigo, cada instante de placer, cómo escurren mis jugos por las piernas, llenándote a ti y a mí de tan rico líquido, y después, tomándote con mis manos y haciendo desbordar la pasión que te consume, tomando cada gota, dejándote limpio.

Qué orgasmoooooooooooooooosssssssssss, qué ricura. . . mmmmmmmmmm Cómo me encantaría que me lo hicieses así…