Hola, antes de nada me presentare puesto que vais a saber de mí durante una larga temporada, mi nombre es Lucia, tengo 18 años y soy de Guadalajara.
Físicamente soy una chica morena, de 1,70 de estatura, pelo largo, ojos marrones, y mis medidas son 95-61-92, la verdad es que siempre los tíos me han mirado bien, según ellos estoy muy buena, y yo también opino lo mismo aunque no quiero quedar como una presumida.
Este curso 2000-2001 uno me he matriculado en el primer curso de CC. Físicas en la Universidad Complutense de Madrid, mis padres son de una posición económica muy buena y vivo aquí ahora en Madrid, a cuerpo de reina, mis padres me pagan la comida, el alquiler del piso, y me dan dinero mensual para mis gastos, unas sesenta mil pesetas.
Hace ya mucho tiempo que deje a un novio mío que fue quien me desvirgó, la verdad es que ya no le echo de menos, desde siempre me ha gustado utilizar a los tíos, si, diréis que soy una zorra, pero los tíos me ven como ganado sexual, y yo simplemente… os utilizo a vosotros también como ganado sexual, cuando me canso de vosotros… pues sois como un kleenex, usar y tirar… y eso los que valéis para usaros, porque algunos no valen ni para eso, la tienen demasiado pequeña, no saben hacer ninguna postura como Dios manda, y se corren a los dos minutos y encima tienen la desfachatez de preguntarme: ¿ te ha gustado Lucia ?.
Pero hay otros tíos que si valen, es decir, aquellos tíos con experiencia y que tienen más de 18 cm de rabo.
Con ellos si me gusta estar, y no me importa comportarme como su ganado sexual, pues aunque en cierta parte yo les utilizo ellos me saben satisfacer y me dan muchísimo placer.
Hoy he salido de clase, a las 11 de la mañana, los Jueves es el día que menos horas de clase tengo, así que me gusta ir al Parque del Retiro, allí conocí haces unas semanas a tres chicos, dos de ellos son de Nigeria y el otro es de Ghana, se llaman Nahim, Tsimini, y Nugande.
La verdad es que me tuvieron que escribir sus nombres en un papel porque no les entendía nada, además no saben hablar muy bien el español porque llevan aquí en España, tan solo un par de meses.
Me invitaron a fumar porros en el parque y me parecieron muy atractivos, además los chicos negros siempre me han dado muchísimo morbo.
Les empecé a calentar diciéndoles que me gustaban mucho los chicos negros, me dijeron que yo era muy guapa y después de un largo rato echando risas, charlando y fumando porros me invitaron a su casa. Vivian con otros 5 compatriotas suyos de Nigeria, Ghana, y de Uganda.
La verdad es que era una casa enana en el Barrio de Lavapiés, y los chicos se buscaban la vida como podían trapicheando con drogas… y les explotaban y tenían que estar vendiendo CDS clandestinos en tenderetes por Atocha, Leguía… me dieron bastante pena, así que como yo ya estaba muy caliente decidí hacerles un striptease, comencé a quitarme mi camiseta dejando entrever mi sujetador morado con tiras transparentes y acercándome a uno de ellos que empezó a sobarme las tetas por encima del sujetador, tenía unas manos enormes… y además muy suaves, mis pezones endurecieron al momento. Me desabroche la falda y también me la quite.
Me gustaba y me sentía excitada desnudándome delante de aquellos ocho negros que no me quitaban la vista de encima, se miraban entre ellos, reían y murmuraban cosas en su idioma para después soltar una gran carcajada. Tsimini fue el primero en bajarse los pantalones, aunque detrás de él les siguieron de los demás… Dios mío, casi me caigo desmayada de la impresión, nunca había estado con un negro y ahora iba a tener la oportunidad de disfrutar de ocho negros para mi solita, que envidia tendrán algunas. No lo dude más y comencé a comerme esos rabos de chocolate tan ricos de uno en uno, todos estaban sentados alrededor de una mesita redonda en el comedor, yo encima de la mesa haciendo el striptease y calentándoles, se pusieron de pie y la visión era majestuosa, ocho pollones negros, el más pequeño seria de 22 cm y el más grande era el de un chico pigmeo de 18 años, que se llamaba Enden, media 1,60 y el muy cabrón estaba fuerte y tenía una polla de 28 cm, tuve que sacar una regla de la mochila y cuando todos los rabos estaban empalmados, después de metérmelos en la boca los media minuciosamente… madre mía, 23,25,26,24,22,23,25 y 28 cm… Vaya festín que me voy a dar sin duda que va a ser inolvidable.
Uno a uno fui comiéndome aquellos rabos, estaban ya todos muy empalmados y me llevaron a una cama donde mientras yo chupaba todos los rabos que podía siempre tenía un negro follando mi coño y a veces otro a la vez destrozándome el culo, así fuimos cambiando y conseguí que todos me la metiesen al menos una vez por el culo y por el coño, quede destrozada, y por supuesto no me canse en toda la tarde de comerme todos sus rabos.
Les pedí un vaso para que fuesen corriéndose todos en él, trajeron una copa pequeña y fui terminando de mamar sus rabos, con la mano en sus huevos y me excitaba mucho ver cómo iba saliendo aquella lechecita caliente de mis queridos negros e iban llenando la copa.
La llenaron, de semen, ocho corridas, que me bebí lentamente de aquel vaso, cuando tenía toda la leche en la boca, antes de tragarla les pidió que si alguno tenía ganas de mear, lo hiciese en mi boca, desde que mi primer novio se meo en mi boca mientras tragaba su leche, es algo que se ha convertido en un vicio para mí, el sabor del semen mezclado con el sabor acre de una buena meada es delicioso, 5 de ellos se mearon en mi cara, en mi boca y el resto en mi pecho… me trague toda la leche y gran parte de su pis, aunque claro, no pude bebérmelo todo como hubiese sido mi deseo, estaba loca, fuera de sí, me lo había pasado de vicio… me di una ducha. Y se despidieron de mí.
Ahora todos los Jueves como en casa de mis negros, y como aparte de una buena hamburguesa, como muchos rabos negros, mucha leche y mucho pis.
Uno de los días vinieron dos amigas suyas y disfrute como una perra comiéndome sus coños negros, y bebiendo su meada, las dos se mearon en un vaso de plástico y me bebí un vaso de litro de plástico con toda su meada. Si también me van las chicas, también disfruto comiendo coños, y bebiéndome la meada de chicas de mi edad, y porque no decirlo también las maduritas me vuelven loca.
Aquella tarde salí con el culo destrozado, después de la ducha y de enjuagarme la boca, fui al centro donde había quedado con mi novio, me puse en plan niña inocente, y le pegue un buen morreo como si le echase de menos, el pobre no sabe qué hace un rato he tenido una de las mejores fiestas de mi vida, he comido ocho rabos negros, me he tragado ocho corridas y me he bebido todo lo que he podido de sus meadas.
Me encanta ponerle los cuernos a mi novio, y hacer todas las guarrerías posibles, después besarle como si él fuese el único chico de mi vida…