Silvia, Ana y Susana

1ª Parte

Ya me habían advertido mis padres sobre los peligros de vestir como visto, pero es un peaje que hay que pagar por querer ir a la moda, este año pasado han sido los pantalones y falditas muy bajos de cintura, enseñando las braguitas, vaya en principio la marca, pero con el tiempo las cinturas han bajado cada vez mas y actualmente ya casi voy con el culito al aire, pero me presentare, me llamo Silvia tengo 18 años, estudio el ultimo curso de E.S.O. y según mis compañeros de clase soy atractiva, mido 170 soy delgada, de pelo corto (muy corto) y moreno.

Este año es el primero que mis padres me han dado libertad para ir a la discoteca y poder llegar mas tarde a casa, somos tres chicas que vamos siempre juntas, Ana es parecida a mi pero rubia con el pelo corto también y Susana algo mas baja pero con unos inmensos pechos aunque también esta delgada, su pelo es largo y negro. Ninguna de las tres tenemos novio aunque tampoco somos vírgenes, este año de discoteca nos ha enseñado muchas cosas que no sabíamos, el sexo entre otras.

El día que Susana cumplió los 18 fuimos a la discoteca como siempre pero como ya habíamos celebrado en su casa el cumpleaños íbamos un poco colocadas por el cava y un porro que nos habíamos fumado, Ana llevaba un top amarillo pequeño y una mini, Susana con una camiseta y una falda mas larga pero muy baja de cintura, y yo con unos tejanos a los que había recordado la parte superior por donde pasa el cinturón y un pequeño top sin sujetadores que marcaba perfectamente mi silueta, íbamos decididas a «triunfar».

Fuimos a cenar a una hamburguesería, después unas cervezas en una terraza y sobre la una nos dirigimos a la disco, aún no había mucha gente por lo que los chicos se fijaron bastante en nosotras, las miradas nos confirmaron el éxito de nuestras ropas. Nos acercamos a la barra y pedimos unas bebidas, tuve la precaución de pedir sin alcohol pues me notaba muy alegre, al cabo de una hora ya se había llenado el local, Ana y yo bailábamos en la pista mientras Susana en la barra había entablado conversación con un par de muchachos, vi que en la mano tenia una nueva bebida y comente con Ana que se estaba poniendo a gusto.

No recuerdo cuanto tiempo pasó, volvimos a mirar hacia donde estaba Susana y ya no estaba, nos miramos con una sonrisa suponiendo lo que estaría haciendo, pero ¿Con los dos?. Le hice una seña a Ana y salimos de la pista de baile,

– ¿Estará Susana con los dos?
– Es capaz, ya sabes que siempre dice que le gustaría probar un trío -dijo Ana
– Vamos a ver si la vemos, ¿no te daría morbo verla?
– Si, pero a saber donde estará

La buscamos por dentro de la discoteca, preguntamos a Roberto, el portero, y aseguró que no habían salido, solo faltaba el baño de los chicos; nos situamos en la puerta y oímos a dos tíos que salían como hablaban de lo bien que se lo debía estar pasando alguien en uno de los Wateres por los gemidos que se oían. Dedujimos que era ella.

Entraban y salían chicos constantemente, no podíamos entrar sin montar un escándalo, decidimos esperarla bailando desde un punto en que se veía la puerta de los lavabos. Al cabo de 15 minutos salieron los tres, se monto un pequeño revuelo entre los tíos al ver salir a Susana, los dos chicos se dirigieron a la barra t Susana directa a nosotras. Por unas pequeñas manchas de su camiseta, deduje lo que había pasado.

– ¿Qué? -dije
– Pues nada, a ti que te parece -Contesto con una sonrisa
– Podías haberte limpiado, ¿no? -Le dijo Ana señalando con el dedo las manchas
– Es que iban muy cargados, jajaja
– Que puta eres, y sin avisar
– Tranquila, a eso venia, me han propuesto irme con ellos pero sola no me atrevo, les he dicho que estabais aquí, si queréis podemos ir con ellos, a parte de ellos dos hay dos amigos mas, aquellos -señalo a los cuatro que se habían juntado en la barra

Eran cuatro chavales de unos 25 años, no estaban mal, Mire a Ana y por la cara le parecía bien, debía ir tan caliente como yo. Por otro lado no tenia ganas de perder tiempo ligando con alguien, eran las tres de la mañana y tenia que llegar a casa antes de las cinco.

– De acuerdo, ¿No Ana?
– Si, pero ¿donde vamos a ir?
– Javier, el rubio tiene un apartamento y tienen coche dos de ellos -explico Susana
– Venga vamos pues, si no los has exprimido mucho aún quedara algo para nosotras

Reímos las tres y nos dirigimos hacia ellos, Susana nos presento, Javier y Marcos eran los dos que habían estado con ella, estos nos presentaron a los otros dos, ahora al estar mas cerca me di cuenta que uno era ligeramente mulato, se llamaba Elías y era brasileño, el otro era cesar. Los cuatro eran estudiantes universitarios de medicina, Elías tenia una beca y llevaba un año en Barcelona, nos dirigimos a los coches en cuanto acabamos las copas, no había duda que había cierta prisa por parte de todos. Aún no habíamos salido de la discoteca que Cesar me cogió por la cintura mientras andábamos y metía la mano por dentro de mis tejanos, fue directo a mi culo y note como presionaba con el dedo la entrada por encima de las braguitas, di un pequeño respingo, nunca había metido nada por allí y al notar aquella presión un escalofrió recorrió mi espalda, aquellos chicos eran mayores que con los que habíamos estado, sin duda tendrían cosas que enseñarnos.

Elías había hecho lo mismo con Ana, pero con la mini se apreciaba que llevaba tanga, ella no tenia braguita que protegiese su entrada posterior, vi los movimientos de la mano de Elías y por la cara de Ana el dedo había entrado en su culito, caminamos unos pasos Ana delante mío y yo con la vista fija en los movimientos de la mano de Elías mientras Cesar seguía jugando con mi entrada trasera.

Llegamos a los coches, Ana se acerco a mi oreja y solo dijo

– Uuuufffff…..

La mire, y asentí con la cabeza haciendo cara de complicidad, Cesar conducía un coche y Javier el otro, Me metí en el coche con Susana, ella se sentó delante junto a Javier y Marcos detrás conmigo. En el otro coche Elías y Ana se sentaron detrás. Arrancamos y al primer semáforo ya no se veía la cabeza de Ana, debía estar chupando la polla del mulato.

No tardo Marcos en acercarse a mí y empezó a besarme mientras subía el top y sobaba mis tetas ávidamente, pude ver la mano de Susana entre las piernas de Javier mientras este conducía, Marcos mordisqueaba mis pezones excitándome muchísimo, notaba mis braguitas mojadas, desde luego de momento parecían mejores amantes que los que habíamos probado hasta ahora, chicos de la escuela, de 16 o 17 años, que solo pensaban en correrse.
Este comía mis pechos usando los dientes y la lengua a la vez que los succionaba y hacía que se pusieran duros como nunca había sentido.

No podía evitar gemir levemente, eso excitaba mas el ambiente dentro del coche, mientras Susana masturbaba a Javier se pajeaba ella con la otra mano, pude ver sobre el salpicadero del coche su tanga.

Marcos se saco su polla, que me pareció enorme, y acerco mi mano para que se la cogiese, si no hubiera estado disfrutando tanto con lo que me hacía en las tetas, se la hubiera chupado, pero no quería que parara de comérmelas, estaba a punto de llegar al orgasmo, ¡no lo había conseguido nunca sin tocarme abajo!

Javier, pajeado por Susana no tardo en correrse jadeando a la vez que la propia Susana, fue el remate, no pude mas y me corrí gimiendo bastante fuerte, note como chorros de flujo salían de mi vagina impregnando el pantalón que ahora ya marcaba una humedad mas que evidente, Marcos parecía sorprendido de que me hubiera hecho llegar al orgasmo solo con mis tetas, reaccionó rápidamente y empujando mi cabeza hacía abajo me la encaro a su polla, estaba como cansada pero no dude en meterme en la boca aquella magnifica polla que me ofrecía, chupe y lamí lo mejor que sabía en señal de agradecimiento a aquel magnifico orgasmo que me había proporcionado por lo que no tarde en saborear el néctar que a chorros se colaba directo por mi garganta, seguí hasta que acabo de manar, cuando acabe y me incorpore por la comisura de los labios parecía que iba a caer pero con avidez lo recogí con la lengua, le mire y estaba con los ojos cerrados, entonces me di cuenta de que estábamos parados, Javier y Susana fuera del coche esperaban a que acabáramos y riendo dijo Javier

– Venga, ya hemos llegado, solo falta Elías

Mire al coche de Cesar, este fuera del coche esperaba a Ana y Elías, ella sentada sobre el se movía arriba y abajo clavada sin duda en su polla, veía por la ventanilla las tetas como votaban rítmicamente, Cesar me miro y dijo

– ¿Te gusta el espectáculo?
– No esta mal -conteste
– Espera, a ver que te parece -diciendo esto abrió la puerta
– Joder!!!! -exclame

Ana completamente desnuda sobre Elías, veía la mano de él moviéndose adentro y afuera por detrás mientras una polla que me pareció más grande que la de Cesar incluso, se clavaba dentro de ella haciéndola gozar vehemente, gemidos y pequeños gritos acompañaban la escena junto con la cara descompuesta de puro placer. Cómo un rugido emitido por Elías indico que se vaciaba dentro de ella a la vez que ella gritaba un SIII largo y fuerte y se dejaba caer completamente sobre el cipote clavándoselo completamente, no pude evitar pensar ¿Cómo le puede caber toda?, me fije en la mano de Elías, tenia la nalga aferrada, apretándola con fuerza.
Me miro y girando un poco el cuerpo me enseño como tenia sus dedazos dentro del culo de Ana, los saco lentamente como enseñándome lo que me iba a pasar aquella noche, cuando los saco del todo Ana gimió y cogiendole la mano se los llevo a la boca y los chupo mientras se le normalizaba la respiración.

Estábamos dentro del parking del edificio donde Javier tenia el apartamento, bajaron del coche Ana y Elías, él guardo su polla morcillona dentro del pantalón, Ana llevaba en la mano su top y su mini, se iba a vestir cuando Javier le dijo

– No hace falta, a esta hora no encontraremos a nadie por la escalera,
– Pero no voy a ir desnuda, ¿no?
– ¿Por qué no? Estas muy guapa -Dijo riendo Cesar
– Además, así tiene mas morbo -dijo Susana
– Tu es que eres muy puta, Susanita -dijo Ana riendo y dirigiéndose al ascensor solo con los zapatos puestos
– Venga, démonos prisa -acucio Cesar que era el único que no se había corrido

Subimos todos en el ascensor, íbamos apretados pues éramos 7 y el ascensor solo era para 6, Ana desnuda quedo en medio lo que aprovechamos todos, incluidas Susana y yo, para tocarla y acariciarla por todos sitios, aunque reía no podía evitar gemir levemente mientras notaba 12 manos recorriendo su cuerpo y algunos dedos que se metían brevemente en sus cavidades. Debo decir que era algo que no había hecho nunca, me refiero a tocar a otra chica, me gustó, incluso aprovechando la confusión metí dos de mis dedos en su vagina que estaba súper lubrificada por la follada de Elías y el manoseo a que estaba siendo sometida, note una sensación cálida y agradable pero los quite rápidamente, no quería que se notara, por fin llegamos a la planta y entramos en el apartamento.

 

2ª parte

Entramos directos al salón, Ana se sentó en uno de los sillones, desnuda como estaba se tapo como pudo con la ropa que llevaba en la mano, todos nos acomodamos por la sala.

Mientras, Susana ayudaba a Javier a servir unos refrescos, eran las cuatro de la mañana, había que acordarse de irnos antes de las cinco, se comprometieron a llevarnos en coche a nuestras casas, Cesar se levanto y puso música, ya no volvió a su sitio, se acerco a mí y sin decir nada me indico con la mirada que me desnudara a la vez que cogiendo mi top me lo estiraba hacía arriba, me incorpore ya con las tetas al aire y me quite los tejanos, quedé en braguitas. Todos silbaron y decían que bailara con la música que estaba sonando, así lo hice, me movía sensualmente mientras me acariciaba al ritmo que sonaba, los demás me animaban a la vez que iban desprendiéndose de la ropa, al poco estábamos todos desnudos, Elías se puso a bailar conmigo, notaba su polla entre las piernas aún sin llegar a estar erecta, desde luego era la mas desarrollada que había visto en mi vida, la notaba poco a poco como iba cogiendo forma hasta que ya presionaba con cierta fuerza contra mi coñito.

Bailando mire las escenas que se comenzaban a formar a mi alrededor, Ana seguía sentada en el sillón mientras Javier arrodillado delante de ella hundía su cara entre las piernas abriendo con sus dedos los labios vaginales de Ana que con una mano lo empujaba contra su vulva mientras que con la otra había cogido la polla de Cesar y la chupaba golosamente. Susana, apoyada sobre la mesa, con el culo en pompa recibía ya en su vagina la polla de Marcos que a la vez hurgaba en su ano con los dedos que previamente había chupado Susana, entraban y salían fácilmente, la calentura que llevábamos hacía que ella no sintiera ningún dolor cuando entro hasta el cuarto dedo de Marcos.

Un concierto de gemidos y jadeos llenaba la habitación, mis braguitas ya habían desaparecido y Elías arrodillado delante mío me abría las piernas y chupaba mi clítoris, mordiéndolo y lamiéndolo como si fuera un pequeño pene, yo estaba en el cielo, me acariciaba a mi misma, con una mano en los pechos me los apretaba y retorcía los pezones (sin llegar a conseguir la dureza de antes), mientras con la otra me acariciaba el trasero abriéndome las nalgas y ofreciéndoselas al primero que pasara. Paso cesar, se agacho y apartándome la mano me abrió con las dos manos y enterró su lengua en mi orificio, que agradable notar como entraba su lengua dentro mío, era como una pequeña pollita que me penetraba analmente.
Note unos dedos que entraban, mas duros que la lengua me hicieron un poco de daño, abrí los ojos y vi que eran los dedos de Elías que aprovechando lo lubrificado que lo tenía los había metido de un solo golpe, dos de sus dedos taladraban mi culo virgen hasta aquel día.

– Ese culito lo quiero yo primero -dijo Elías que seguía arrodillado delante de mí
– Como quieras, pero sigue con lo que haces, me vuelves loca -dije empujándolo con la mano contra mi coño
– ¿Te gusta que te coman la almeja?
– ¡¡Sssiiii!!!!
– Ven putita, vas a ver lo que es que te coman -empuja hacía abajo mis brazos haciendo que quedara de rodillas delante de él- primero me la vas a chupar, después te follare el culito zorra
– Si, soy tu putita, follame el culo si quieres -exclame completamente ida metiendome el pollon mulato en la boca
– Jajaja vaya mamona eres

No me cabía toda dentro, sin duda era mas grande que la de Marcos, mas que chupar la succionaba, intentaba que entrara toda pero incluso entre ahogos traspaso mi campanilla y seguía quedando un trozo fuera, en un ultimo intento por fin mi nariz quedo enterrada entre el vello púbico de Elías, ¡¡Había entrado toda!!

Follo mi boca, digo follo por que con toda aquella carne dentro mi lengua no podía ni moverse, prácticamente el lo hacia todo, imprimía un potente mete y saca mientras acariciaba sus piernas y sus huevos, yo estaba cada vez mas caliente. Un fuerte grito hizo que me sacara la polla de la boca y girara la cabeza, Susana y Ana estaban una junto a otra, en el suelo de rodillas a cuatro patas, las pollas de Cesar y Javier respectivamente habían roto sus culitos virginales, las tenían dentro mientras ellos parados esperaban a que ellas las asimilaran, la cara de las dos era un poema, siempre fantaseábamos en que nos encularan pero aquello no era un sueño, era la cruda realidad.

Levante la cabeza y mire a Elías, me indico con la mano que me pusiera junto a ellas y así lo hice, se arrodillo detrás de mí y comenzó a pasar su polla por la entrada del culo mojándola en mi inundada vagina.

Mientras esperaba de un momento a otro notar como me perforaba vi a las otras dos como comenzaban a moverse, Cesar enculaba a Susana y Javier a Ana, me fije bien y caí en la cuenta que no eran ellos los que bombeaban en los culos de las chicas, sino que eran ellas que se echaban hacía detrás empalándose en las dos vergas, Marcos se arrodillo delante de nosotras y con la polla en la mano la fue pasando alternativamente por nuestras bocas dejando que cada una disfrutáramos de ella unos segundos, yo comenzaba a ponerme nerviosa puesto que Elías era el que la tenía mas grande de todos y notaba como la pasaba alternativamente por mis orificios, me estaba volviendo loca de deseo a la vez que notaba cierto temor ante lo que se me venía encima, de un solo golpe la hundió en mi coño, justo en el momento que me tocaba tener en la boca la polla de Marcos, fue toda una impresión que casi me hace morder la tranca de Marcos, falto poco.

Comenzó a moverse rítmicamente, sin prisas, me estaba haciendo disfrutar como nunca nadie lo había hecho, notaba sus huevos entre mis piernas cuando la metía a fondo, nuestras respiraciones se acompasaron con el movimiento que imprimía, Ana estaba como loca, me pareció imposible que pudiera disfrutar tanto, otras veces habíamos follado juntas nunca había gritado así, Susana casi no decía nada pero con los ojos cerrados estaba con la boca abierta babeando mientras el movimiento de caderas de Cesar poco a poco iba aumentando el ritmo. Por un momento pensé que Elías no me encularía y la verdad es que viendo a mis compañeras lo estaba deseando.

Estaba acostumbrándome al ritmo de Elías, a punto de tener un orgasmo, cuando la saco espere que la volviera a meter pero de un solo golpe metió hasta la mitad su cipotón en mi culo, di un alarido tremendo que hizo que los otros se giraran y rieran al ver el motivo del quejido, durante unos segundos estuvo parado, a mi me parecieron siglos, notaba algo extraño en mi trasero, nunca antes había sentido algo así,

– ¿Ya? -dijo Elías
– Espera -suplique- me duele mucho
– Tranquila, cariño, acostúmbrate a ella
– Si, deja que me reponga

No espero mi permiso y empezó a moverse, sacaba un poquito y la volvía a meter, sin meterla mas, solo jugando con un par de centímetros, el dolor fue remitiendo y me empezó a gustar.

Él seguía sin avanzar al cabo de unos minutos, me volvió a tocar a mi la polla de Marcos, ya estaba muy apunto y empezó a bombear fuerte en mi boca cosa que hizo que yo me fuera echándome hacía detrás y clavándome cada vez mas en la polla de Elías, realmente me gustaba lo que me estaba pasando, cuando Marcos la saco y la metió en la boca de Ana me di cuenta que no hacía falta que me empujarán, yo sola me movía metiendomela cada vez mas, las manos de Elías me cogían por las caderas a la vez que abrían mis nalgas, él también empujaba hasta que note su cuerpo pegado al mío, ahora estaba toda dentro,

– Ya esta toda!!!!
– Si, zorrita, ya estas bien enculada
– Me encanta, venga muévete, que no tenga que hacerlo todo yo
– Así, te gusta así -dijo sacándola casi toda y volviéndola a meter de golpe
– AAAGGG siiii cabrón así!!!!
– Toma, menudo culazo tienes putaaa!!! -gritaba metiendola y sacándola con fuerza
– SSSSIIIII, NO PAREEEESSS!!!!! -me ponía muy caliente que me insultara y me dijera aquellas cosas, de hecho después de aquel día casi exijo que lo hagan para disfrutar mas
– Tomaaaa polla, zorra, te va quedar el culo súper abierto después de esto -mientras me follaba daba fuertes cachetes en mis nalgas que aún me hacían disfrutar más

Note como me llegaba un hormigueo previo al orgasmo, acelere el ritmo y entre jadeos me corrí abundantemente, mis flujos resbalaban por mis muslos, los notaba cálidos y espesos, él seguía bombeando por detrás cuando paso algo que creía que era un mito, me llego inmediatamente otro orgasmo que se convirtió en larguísimo con altibajos de sensibilidad, no se si fue uno muy largo o varios de golpe, perdí casi el conocimiento de puro gusto, mis brazos ya no me sostenían, solo mantenía el culo algo levantado, completamente estirada en el suelo notando como formaba un charco de flujos debajo de mi cuerpo, mientras Elías sobre mío metía una y otra vez su pollón dentro.

Estando como estaba con la boca abierta, Marcos la metió otra vez dentro, estaba a punto de correrse, aún pude notar como se hinchaba entre mis labios justo antes de soltar toda su carga pero Ana tiro de él y a pesar de las protestas de Susana se la metió en la boca para recibir la leche de Marcos. Sin fuerzas para protestar no dije nada aunque también me hubiera gustado bebérmela yo, por fin Elías dio unos últimos golpes de caderas y su semen entro dentro mío, lo note caliente como llenaba mis intestinos, era impresionante lo que estaba sintiendo, nunca creí que pudiera ser así, Cesar descargo en la espalda de Susana ante las protestas de ella por no haberlo hecho dentro lo que me hizo esbozar una sonrisa, no tenía fuerzas para mas, mire a Javier sentado en el suelo, se había corrido unos minutos antes y se relajaba semi estirado en el suelo, Ana apuraba la polla de Marcos hasta que este se aparto y se estiro también.

Elías aún encima mío ya no se movía, notaba su respiración entre cortada junto a mi oreja, la única que permanecía a cuatro patas era Ana, la mire y pensé que no se me olvidara recriminarle el haber quitado la polla de Marcos de mi boca en el ultimo momento y dejarme sin aquel riquísimo néctar.

Pareció que leía mi pensamiento, acerco su boca a la mía y por sorpresa me beso, metió su lengua dentro impregnada aún de la leche de Marcos, estaba completamente sorprendida, no reaccione hasta después de besarme jugando con mi lengua dijo

– Es lo que querías ¿no?
– ¿Cómo?
– ¿No querías la leche de Marcos?
– Si, claro pero…. -no sabía que decir
– Pues ya esta, ya te la he dado
– Si, pero….
– Venga chicas son las cinco menos diez, daos prisa o llegareis muy tarde -exclamo Javier reparando en la hora
– Tienes razón -dijo Susana- venga lavémonos un poco y vámonos que nos va a caer una bronca
– Silvia, venga, te has quedado atontada -exclamo Ana
– Si, claro vamos

Nos lavamos un poco y pude ver como Elías guardaba mis braguitas en un cajón, al salir y buscarlas sin mucho interés por parte de él me dijo

– Si las encuentro ya te las daré en el próximo encuentro
– De acuerdo, cuando las encuentres llámame, me gustara recuperarlas
– Igual será a cambio de otra sesión -dijo pícaro
– Por supuesto, pagare mis braguitas con otra sesión -guiñe un ojo

Nos despedimos con unos besos, Elías metió su mano por detrás y metió el dedo en mi dolorido culito mientras me besaba y me susurro al oído,

– Te ha quedado bien abierto, no dejes que se cierre
– Ahora que lo he probado, ni loca, he disfrutado como nunca
– Adiós cariño
– Adiós

Cesar nos llevo a las tres en su coche, a aquella hora no había trafico y no tardamos en llegar. Por el camino no participe de la conversación de los otros tres, aquel beso de Ana me había dejado fuera de juego, ¡Me había gustado!

Nos dejo en la puerta del complejo donde vivimos las tres, Susana se fue hacía un lado, Ana y yo hacía otro, nos quedamos solas

– ¿Qué te pasa? -dijo Ana
– Nada
– Has estado muy callada todo el trayecto
– Es que no puedo sacarme de la cabeza tu beso
– ¿Te ha gustado?
– Si, pero no soy lesbiana -me apresure a aclarar
– Yo tampoco, pero me apeteció darte un beso
– Bien no importa, de todos modos ya te digo que me ha gustado
– A mi también -justo al decir esto llegamos a su portal
– Bueno, Ana hasta mañana, que seguro que no será tan bueno como hoy, jajajaja
– Seguro, además nuestros culitos necesitan descansar
– Si, lo tengo muy dolorido -dije tocándomelo
– Jajaja, venga hasta mañana

Ni lo pensé, fue reflejo, la cogí por el cuello y le plante un beso, metí mi lengua dentro antes de que ella reaccionara, al principio no hizo nada pero enseguida me correspondió entrelazando su lengua con la mía, fue un morreo en toda regla.

– Pero….
– Me ha apetecido, que quieres que te diga, igual que a ti antes ¿no?
– Si claro, de todas maneras mañana a las 12 se van mis padres, ven a mi casa, hablaremos de esto
– Vale hasta mañana

Me di la vuelta y me dirigí a mi casa, me dolía bastante el culo y aún notaba salir de el un liquido espeso que sin duda era la leche de Elías, de todas formas una sonrisa iluminaba mi cara, mañana a las 12 podía ser muy divertido.

Pero será otra historia.