Capítulo 1

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Con mi madre las cosas no andan nada bien, ella es muy mandona, cruel, exigente, además, muy pagada de si misma, pero eso si, es una hermosa mujer, con un busto deslumbrante.

Desde la muerte de papá, en lo único que ella pensaba era, en el negocio que había montado, no atendiéndome para nada, solo se dirigía hacia mi para obligarme ha realizar todo el trabajo de la casa, ridiculizando cualquier error que pudiera cometer.

Cuando tenía una oportunidad de sacarse de encima mi presencia, la aprovechaba plenamente, una de esas ocurrió el verano pasado cuando me pudo mandar al campo algunas semanas a la casa de mi abuelo. Por ello me dijo, con su tonadita socarrona con la cual se dirigía siempre hacia mi:

Tu abuelo tiene que venir a Bs. As. a una reunión de trabajo y tu abuela necesita que le den una mano para limpiar el ático de la casa, por lo tanto te vas a ir inmediatamente para allá.

Pero mamá…

Comencé a decir, pero no pude terminar la frase, pues me cruzó la cara con una fuerte cachetada, que provocó que me salieran lágrimas de mis ojos, dificultaran mi visión.

No quiero oír ninguna excusa…

me replico con voz muy alta y en un tenor muy agresivo.

Yo no quería ir a la casa de mi abuela, pues sabía que me iba a aburrir soberanamente pero me era imposible librarme de ello. Ella tenía 65 años, y era mucho mas embromada y criticona que mi madre.

Ante la evidencia de que nada podía impedir mi exilio forzado en esa casa, ubicada a unos pocos kilómetros de un pueblo del interior de la provincia, empecé a preparar mis petates, no olvidando mi grabador de audio, mi cámara fotográfica y la de video, para tratar de hacer menos monótona las dos semanas de estadía que me esperaban en la casa de mi abuela.

Muy temprano, en a la mañana del siguiente día, salí de mi casa, y me dirigí hacia la terminal, donde tomé el ómnibus que me llevaría a mi destino. Al llegar, mi abuela ya me estaba esperando para llevarme a la casa. Al verme descender del transporte, sin saludarme y sin demostrarme ningún tipo de gesto cariñoso de recibimiento, me ordenó.

Vamos, agarra tus bagajes y colócalos en el baúl del coche, así partimos rápido, que te están esperando un montón de trabajos en la casa.

Ya me imaginaba la cantidad de tareas que mi abuela había reservado para mi y sobre todo, considerando que tenía que realizarlas soportando el terrible calor existente para esa fecha. La temperatura durante el día raramente bajaba los 30 ºC.

La altura de mi abuela mide aproximadamente 1,70m y pesa unos 70kg, muy bien y uniformemente distribuidos. Su cabello estaba cortado corto y era rubio platinado, que producía un fuerte contraste con su piel completamente tostada, con un color bronceado.

Su rostro aunque poseía arrugas propias de su edad, era hermoso, salvo que siempre poseía ese rictus que le daba estar siempre con una expresión de enojo y seria.

Vestía un short, sandalias y una blusa suelta, que no podía disimular esa dos grandes protuberancias que sobresalían de su pecho, que eran sus pechos.

Sus piernas están perfectamente contorneadas y se notan en ellas sus musculosas pantorrillas, resultantes de sus actividades en la casa y en sus horas de caminatas que realizaba, según le contaba a mi mamá.

Su porte era bastante parecido al de mi mamá, pero con un poco menos de torso.

Todo esto lo podía observar cuando ella no me estaba mirando, pues tenía miedo de cómo podía reaccionar.

Con una tonada de disgusto, me dijo:

¿¿¿¿Estas listo ya???

Luego de haber cargado todos mis bultos en el baúl del coche, subimos al mismo y nos dirigimos hacia la casa. Durante el transcurso de todo el recorrido no intercambiamos ninguna palabra.

Luego de instalarme en la casa, me dijo que me hiciera lo que quisiera comer y se fue, no la vi más, hasta el día siguiente. Al otro día, al levantarme, muy temprano en la mañana, lo primero que me dijo fue:

Jorge, vos estas aquí únicamente para trabajar, por la tanto, ve inmediatamente al ático y saca todas las cajas que hay en el extremo sur del mismo, pues todo eso es basura.

Refunfuñando toda la mañana conmigo mismo, subí y baje tantas veces esos tres niveles de escaleras que llevaban hasta al ático, que al final había perdido la cuenta de cuantas veces lo había hecho.

Ya sea porque estuviera cansado o choqueado por el calor reinante en ese lugar de la casa, que sobrepasaba tranquilamente en 10º la temperatura exterior, en una de esos tantos viajes que realicé, trastabille y fui a dar contra una de las paredes divisorias que poseía el ático, aflojando uno de sus paneles.

Al acontecer esto, quede helado por el terror, pensando que había roto el tabique y de cómo iba a reaccionar mi abuela ante este hecho.

Al ponerme a observar con mas detenimiento lo que había hecho, me percate de que había solo aflojado un panel, y que detrás del, en el interior de la pared, había oculto un sobre, seguramente escondido por alguien.

Retiré el sobre y observé que la carta que contenía. Ante mi asombro, esta estaba fechada hacía veinte años atrás y esta escrita en forma manuscrita por mi abuela y dirigida al Pastor protestante del pueblo, al cual yo conocía, pues me lo habían presentado la anterior visita que había realizado a la casa de mis abuelos.

La carta nunca había sido remitida.

Al leer lo que ella decía, se me pusieron los pelos de punta, mi abuela relataba en ella, con todo lujo de detalles, un encuentro sexual que había tenido con el Pastor y de cómo podían mantener el secreto de esta relación ante sus respectivos cónyuges.

También había otra nota del Pastor rompiendo esa relación y expresando que le causaba mucha vergüenza esa debilidad que había tenido.

Esta última esquela quizás explicaba el motivo por el cual mi abuela no había enviado su carta.

Ante este descubrimiento, en mi mente se hizo una luz y empecé a urdir un plan para poder que me permitiera obtener el control de esa mujer que me trataba como si fuera un trozo de basura, que era mi abuela.

Lo primero que hice fue poner el panel en su lugar, para que nadie se diera cuenta de que lo había removido y retirado el sobre, terminando luego de bajar todas las cajas, como me lo había solicitado.

Pasado el mediodía, ella se dirigió nuevamente hacia mi, diciéndome:

A te has tomado bastante tiempo para hacer lo poco que hiciste, ahora quiero que limpies bien todo ese lugar.

Sin preocuparse si estaba o no agotado por la tarea realizada, debido al alto calor reinante o al esfuerzo físico que ello demandó. Lo ordeno como si yo fuera su esclavo, que esa fuera mi única obligación, servirla a ella en lo que quisiera.
A ello le respondí:

Abuela, antes quiero mostrarte en mi cuarto algo que he hallado.

Termine de decir esto y giré sobre mis talones y me dirigí hacia mi cuarto. Al llegar a el oí que mi abuela me gritaba:

No tengo tiempo para tus juegos, ven para aquí y has lo que te ordené.

Ante ello, comencé a leer la carta que ella había escrito en voz alta.

Al escuchar lo que estaba leyendo, se precipitó hacia mi cuarto y entro en el con los ojos completamente desorbitados, gritando en un tono aterrador y convertida totalmente en una fiera:

¡¡¡¡¡ De donde sacaste eso bastardo !!!!!!

Tu sabes de donde…….o no….

Le respondí en forma tranquila, confidente y con un tono de voz muy bajo.

Ella me respondió gritando, completamente desencajada:

Dame eso ya ahora…

A lo que le respondí, siempre con el mismo tono de voz que había empleado anteriormente:

Solo si haces una pequeñas cosas para mi.

Poder ver en su rostro las mandíbulas completamente apretadas y quiso hacer un movimiento para arrebatarme la carta de mis manos, cosa que fácilmente eludí y empecé a dirigirme hacia la puerta, diciéndole al mismo tiempo:

Me voy directamente para el templo y le daré esta carta a la esposa del Pastor.

Su rostro volvió transfigurarse con un gesto de horror, y sus ojos estaban completamente espantados.

Trató de arremeter nuevamente contra mi, la cual volví eludir fácilmente y me dirigí directamente hacia la puerta de entrada de la casa, como si tuviera intención de ir al pueblo a la casa del Pastor. Ante ello exclamo:

No….Por favor espera…..

Luego demostrando su estado completo indefensión, me dijo con un tono mucho mas calmo y de impotencia:

¿¿¿ Que es lo que quieres ???

Volví a mi habitación, le señale un párrafo en el escrito y le dije:

Solo quiero que leas en voz alta este párrafo de la carta y cuando en el aparece el nombre del Pastor tu digas Jorgito y cuando diga «mi Pastorcito» tu digas «mi nietito».

No puedo hacer eso, eres un asqueroso, eres un degenerado.

Me grito, completamente fuera de sus cabales, a lo que yo le respondí calmadamente:

Vos sabrás lo que haces, luego podrás comentarlo con el abuelo y las comadres y chimenteras de este pequeño pueblo, cuando yo se lo muestre a todos ellos.

Mi abuela registró el impacto de mis palabras, y quedó en un estado completamente grogui, tal cual cuando un boxeador recibe un impacto directo en la mandíbula.

En ese momento me di cuenta que ya la tenía en mi poder, que había concretado con éxito mi plan.

Mi abuela me pregunto con una voz muy extraña a mis oídos, totalmente dócil y abatida:

¿¿¿ Luego me devolverás la carta ???

Si…si lo haces bien, actuando realmente como si lo estuvieras realmente haciendo lo que lees y que da te da plena satisfacción lo que haces….te la devuelvo.
Le conteste muy seriamente.

¿¿¿ Que me quieres hacer decir ???

Me pregunto con ese mismo tono de voz que venía empleando últimamente.
Cuando le mostré el párrafo en cuestión y ella leyó lo que en decía, su cara se cubrió con un gesto de asco y vergüenza al mismo tiempo y me respondió:

Jorge no te puedo decir esas cosas diciendo tu nombre, especialmente tratándose de vos…

Lo tienes que hacer bien y en este momento.

Le ordené. Inmediatamente me acerque a la cómoda, hasta donde ella me siguió. Le puse la carta ante su vista, de manera tal que la pudiera leerla perfectamente e hiciera los cambios que le había solicitado mientras la leyera. Al ver que no tenía otra alternativa comenzó a leer lo que le solicitaba.

Ohhh, Jorgito jamás podré olvidar lo que sentí al tener tu pene dentro de mi boca….como la saboree pasando mi lengua sobre el……como sentí su tamaño y grosor al apretarla con mis labios. Incluso pensando que tu eres mi nietito, no podía resistir la excitación que me daba el estar dándote tu primera mamada y finalmente poder saborear tu lechita cuando acabaste. Jorgito…tragarme ese gran aparato que tienes, fue la cosa mas emocionante que me ocurrió en toda la vida.

Ella termino de leer y yo le permití quitarme la carta de mis manos. Se dio vuelta retirándose hacia la puerta y me dijo escupiéndome hacia atrás:

Nadie te creerá cuando hables de esto,…eres un bastardo degenerado.

Cuando ella se retiró como una tromba hacia el interior de la casa, yo removí el espejo ubicado arriba de la cómoda y retire el grabador que allí había instalado y verifique la grabación, para ver si este había registrado claramente y con fidelidad lo que ella había leído, lo cual afortunadamente así había acontecido.

Durante la tarde realice algunos trabajos, luego me di una ducha y me dirigí a mi dormitorio a preparar el segundo paso de mi plan para someter a mi abuela.

Desde mi cuarto se olía perfectamente un olor a papel quemado, que seguramente había sido generado por mi abuela al incinerar la carta.

Ella se mantuvo apartada de mi, hasta eso de las seis de la tarde. Justamente yo me acababa de vestir con una camiseta, shorts y unos calzoncillos, cuando ella paso frente a la puerta de mi cuarto yendo hacia el suyo.

Paró, me miró con una mirada feroz, que parecía que salían rayos de sus ojos y me dijo:

Eres un pequeño degenerado, yo te haré sufrir por tu travesura….Veremos cuan inteligente eres.

Cuando ella me dijo eso yo estaba sentado en mi cama, la miré directamente a sus ojos, apreté el botón «Play» del grabador y este reprodujo claramente su voz diciendo:

……Incluso pensando que tu eres mi nietito, no podía resistir la excitación que me daba el estar dándote tu primera mamada…….

Ahí detuve el grabador, y observé que efectos se producían en su rostro.

Eres una criatura endiablada… ella me grito y luego agregó Dame esa cinta ahora..

Entro en la habitación y se lanzó sobre mi para tratar de quitarme el grabador, pero yo la evité fácilmente rodando sobre la cama alejándome de ella.

Ella se dio cuenta que no tenía forma de quitarme la cinta, y yo antes de que pronunciara ninguna palabra le dije:

Tal cual antes yo te di la carta, tu puedes obtener ahora la cinta si haces lo que yo te pido.

Como mordiendo las palabras, me contesto con un gruñido diciendo:

Yo no seré chantajeada por vos con esa obscena basura

Sabiendo que tenía el control de la situación, sin alterar mi voz y en forma muy tranquila le dije:

Yo deseo que luego de que me tienda sobre la cama, me desvistas completamente.

Nooo….nooo…absolutamente no.

Al responderme su voz fue adquiriendo una tonalidad cada ves mas fuerte.

En ese momento empezó a timbrar el teléfono, a lo cual le sugerí que lo atendiera pues no tenía ningún apuro y quería prolongar lo más posible la situación tan incómoda que le estaba haciendo sufrir.

Ella giró y se dirigió hacia su propio cuarto, descolgó el micrófono y escuche que decía:

Holaaa…a Carlos…Que es eso….no…no tengo tiempo para hablar ahora contigo.

El que llamaba era mi abuelo, rápidamente levante el tubo de la extensión que estaba en mi cuarto y me puse a escuchar la conversación que estaban manteniendo.

El le estaba tratando de relatar como e estaba yendo en la ciudad en lo que había ido a realizar, pero mi abuela quería cortar de inmediato la comunicación.

Ante esa premura le dejo la dirección y el teléfono de donde estaba parando, cosa que también tome debida nota por si los necesitaba. Justo en el momento que el estaba por cortar, me metí en la conversación y dije:

Hola abuelo, soy Jorgito y le estoy ayudando a la abuela a limpiar todo el ático.

Ante esto mi abuela dijo con un tono muy severo:

Jorge… Deja el teléfono ya ahora y corta la conversación.

Al oír esto mi abuelo le dijo:

Deja que el chico hable tranquilo

A lo cual le respondí

Hola abuelo, quiero hacerte escuchar una cinta en la cual e obtenido una fabulosa grabación.

Entonces acerque el parlante al micrófono del teléfono y le deje escuchar parte de la grabación que había hecho cuando estaba anteriormente con mi abuela en la mi habitación, segundos antes de que la involucrara con el fatal texto que le hice leer.

Al escuchar esto, mi abuela intervino en la conversación diciendo con un falsa dulce voz:

Eso es todo por ahora Jorgito…. ¿¿¿ No había algo que tu querías que yo hiciera ahora ???

Ohhh,…..si tienes razón.

Dije yo también dulcemente, y luego agregué:

Adios Abuelo

Le dije felizmente, pues nunca pensé que todo iba a salir tan bien, todo se estaba dando a la perfección.

Escuche que en su cuarto se despedía de mi abuelo y colgaba el teléfono, dirigiéndose a continuación hacia mi dormitorio.

Sus ojos parecían los de un asesino, pero también mostraban un poco de terror, pues había caído en el problema que se encontraba si alguien escuchaba esa cinta.

A todo esto yo me había sentado en la cama, del lado que miraba hacia la ventana y le ordené cuando entró:

Ven aquí y desnúdame completamente. Cuando finalices de quitarme toda la ropa te daré la cinta.

¿¿¿Me lo prometes???

Me preguntó.

Te lo prometo, lo haré tal cual lo hice con la carta.

Le respondí con toda convicción.

Ella se acercó a mi en la cama y rápidamente me sacó la camiseta por encima de la cabeza.

Ante esto le dije:

Tómalo con calma y hazlo despacio, no tenemos apuro……Ven siéntate a mi lado y continua con el resto.

Luego de pensar por un instante que hacer, obedeció mi orden y se sentó a mi lado. Yo pensaba ayudarla para que no tuviera problemas para desvestirme.

El tenerla tan cerca me excitaba mucho, pues ella olía muy bien, no a perfume, sino a limpio y fresco, aún con el calor que estábamos sufriendo.

Observándola de costado podía ver sus senos, que se destacaban aún bajo su blusa suelta, los que se notaban enormes y un caídos, lo cual me produjo una calentura tremenda, teniendo mi pija a punto de explotar.

Sacándome de mis pensamientos calenturientos me pregunto es voz muy baja:

¿¿¿¿Y ahora que deseas???

Que me desabotones el short y me bajes el cierre.

Le conteste. Ella con una sola mano, con un gesto de disgusto, usando sus dedos desabotonó mi short y me bajo el cierre muy fácilmente.

Listo, esto es suficiente

Dijo y comenzó a levantarse, a lo cual tomándola del brazo y obligándola a sentar nuevamente en la posición anterior, le repliqué sonriendo:

Todavía no hemos terminado……ahora tira y sácame el short.

Para facilitarle el trabajo, con la ayuda de mis manos, eleve mis caderas por encima de la cama.

Ella giro su torso hacia mi, atravesó una mano por encima de mi cuerpo, y con los pulgares de ambas manos, fue deslizando hacia abajo despaciosamente mi pantalón, lo dejó caer al piso y yo lo patee cerca de la ventana que estaba iluminada por el sol.

Ahí estaba yo justo donde quería estar, en ropa interior blanca, que al ser estrecha, no podía disimular el tremendo bulto que producía mi pija en plena erección, debajo de ella.

Mi abuela se quedo contemplando por un instante la protuberancia que tenía entre las piernas, antes de girar la cabeza hacia delante y a tratar de comenzar de levantarse nuevamente de la cama, al mismo tiempo que me decía:

Que atrevido que eres…..eres un asqueroso

A lo cual le respondí disparándole en forma brutal

¡¡¡¡¡ Siéntate y sácame el resto de la ropa ya ahora !!!!!

Algo en mi voz a impresionó, pues sin replicar se sentó nuevamente, y muy lentamente comenzó a sacarme el calzoncillo, en la misma forma que lo había hecho con el short, con la diferencia que en esta oportunidad yo pensaba mostrarle todos mis atributos masculinos.

Nuevamente levante mis caderas y ella empezó a bajar mi calzoncillo hasta que mi pija comprimida por el, al sentirse liberada salto como un resorte saliendo de su encierro, mostrándose plenamente en todo su esplendor y al igual que mi par de grandes huevos.

Yo nunca me la había medido, pero sabía que era mas grande que el promedio de las personas adultas, aunque yo tuviera quince años de edad. Era un monstruo de pijón, del cual yo estaba muy orgulloso.

Mi abuela estaba completamente impactada con la situación y más aún cuando patee el calzoncillo cerca del pantalón.

Ahí estaba yo completamente desnudo y muy al ladito de mi sexo tenía a mi abuela. Esto me emocionaba grandemente, pero recién era el comienzo.

Gire mi cuerpo hacia ella, y antes que pudiera reaccionar tome su mano derecha y la puse sobre mi verga. Ella se estremeció de terror y trató de retirarla, pero yo se la retuve y no le permiti retirarla. En voz apasionada le ordené:

Escúchame, ahora me harás ya mismo una hermosa paja.

Nooo…Nuncaaaaa…..eres un pervertido…yo soy tu abuela….una anciana de 65 años……¿¿¿Cómo puedes pensar que yo haga algo así?????

Yo sabía que ese era un momento decisivo, sino lograba que me obedeciera iba a perder todo lo logrado hasta ese momento. Ante ello busque debajo de mi almohada el grabador y lo puse nuevamente en marcha para que escuchara lo que había dicho un rato atrás, y al mismo tiempo le pregunte con voz tranquila.

¿¿¿No recuerdas todo lo que tu tienes para perder???

Al principio con un movimiento prácticamente indectetable se acerco aún más a mi lado y fue llevando muy despaciosamente su mano derecha hacia encima de mi verga, colocando sus dedos alrededor de ella y apretándolo contra la palma de su mano en toda su circunferencia.

Es inexplicable el placer y la excitación que me dio ese primer contacto, mi abuela tenía su mano ubicada en mi zona mas privada. Era increíble.

Yo lentamente con mi mano la guié para que comenzara hacer un movimiento ascendente y descendente.

Suave y gentilmente

Le susurré y retiré lentamente mi mano de encima de la de ella.

Sorprendentemente mi abuela siguió con el movimiento que le había indicado, pero no miraba lo que estaba haciendo, había girado la cabeza para otro lado, pero yo podía ver su cara completamente sonrojada pese a su color totalmente tostado.

Ahora rápido

Le ordene. Ella me obedeció y yo empecé a entrar en un estado indescriptible de placer, sintiendo mi pija contenida por eso dedos añosos, por lo cual yo debía actuar rápido, antes que mi gran cañón explotara.

En mente todavía algo más para que mi hermosa abuela me hiciera.

Envalentonado por el desarrollo de los acontecimientos di el siguiente paso, y le ordené:

Ahora inclínate y utiliza tu boca en reemplazo de tu mano.

Queee…

Me replico y al mismo tiempo se levanto bruscamente y empezó a escaparse rápidamente hacia la puerta del cuarto, diciéndome al mismo tiempo:

Has ido muy lejos. No te prestaré atención en todo lo que digas o hagas. Esto esta terminado…terminado para siempre.

Esto yo ya lo había previsto que podía ocurrir, por cual siguiendo mi plan, me levante sin mirarla y descolgué el teléfono y empecé a digitalizar el número de mi abuelo, que había anotado un rato antes y le comente mirando directamente a sus ojos:

Espera que el abuelo oiga esta cinta.

Ella se detuvo y quedo como petrificada en el umbral de la puerta, la tuve que tomar de un brazo, pues ella estaba completamente choqueada, y se estaba sosteniendo con la otra mano del marco de la puerta.

Noooo….. No lo hagas….

Me rogó.

Esta bien…..Pero tienes que volver a la cama y hacer lo que yo te diga sin chistar ni protestar ya mismo.

Le increpé mientras marcaba el último número del teléfono de mi abuelo en Bs.As. y acerqué el auricular a su oído para que oyera como este comenzaba a sonar.

De golpe reaccionó, me arrebató el tubo de la mano y con la otra presionó la horquilla para colgar. Luego me dijo con voz completamente desesperada:

No lo hagas….. Yo haré todo lo que tu quieras.

Me senté en la cama en la misma posición que tenía anteriormente y deje que ella se tomara sus tiempos.

Despaciosamente se sentó al lado mío, y los dedos de sus manos fueron tomando despaciosamente, pero en forma firme mi pija, que parecía querer por lo dura y grande que estaba, comenzó nuevamente a bombear la misma.

Sus ojos miraban fijamente mi verga y parecía que la estaban llevando a la guillotina para ser ejecutada.

A todo esto yo me erguí un poco y coloque mi mano sobre su cuello y despaciosamente la fui deslizando entre su hermoso cabello rubio platinado hacia la nuca. Cuando la tuve ahí empecé

A presionar su cabeza despaciosamente, llevándola hacia mástil. En un primer momento ella me ofreció resistencia, pero luego cedió y me permitió guiarla hacia donde yo quería, pero me suplicó:

Por favor Jorgito no me hagas hacer esto…

No le hice caso y la seguía guiando hacia mi, cuando los labios de mi abuela estaba a no más de un centímetro de la cabeza de mi glande, el cual ya, su pequeño orificio tenía hace rato brotando su líquido preseminal, le ordené:

Ahora abrí tu boca.

La calentura rebasaba todos mis límites, ero debía mantener el control si quería que mi plan no fracasara. Sus labios se abrieron y mi nabo hizo contacto con ellos y penetro solo un poquito.

Aumenté la presión sobre su nuca y elevando un poco mi cadera logre introducirle toda la cabeza de mi pija en su boca.

Yo estaba en el paraíso, pero sabia que debía penetrarla más y fue lo que hice, Pero ella no hacia nada, ni se chupaba ni se movía. Su boca parecía una copa que albergaba mi miembro, estrangulándola con sus labios, pero aún así era hermoso.

Mas rápido.

Le dije, tomándole al mismo tiempo su mano con que apretaba sobre mi miembro e indicándole el ritmo que quería.

Al ella tomar la velocidad de bombeo que le había fijado, me recosté hacia tras en la cama disfrutando la éxtasis de ese momento tan sublime e inolvidable, abrí mis ojos, y lo que vi, me puso aún más caliente, si eso fuera posible. Ahí estaba mi abuela con su boca llena por mi verga y su mano bajando y subiendo sobre ella. Estaba dándome una mamada y para más, la primera de mi vida.

Estando apoyado en las cercanías de mi almohada, sentí venir desde mis huevos un voluminoso torrente de leche caliente y blanca, que fue a parar dentro de la desganada boca de mi abuela.

Ella la recibió dando arcadas, por la cantidad que llenaba la boca y porque mi miembro le llegó hasta la campanilla.

En ese momento, ante su sorpresa, la tome del cabello y la retire de mi pija, por lo cual, mi segundo y tercer chorros de leche, fueron a dar a sus mejillas y cuello.

Todo ello acompañado con una ruidosa exclamación de complacencia de mi parte, que lograron enmascarar dos «clic» que vinieron desde un ángulo de la habitación.

Entonces presione nuevamente su cabeza hacia abajo metiendo nuevamente mi miembro dentro de su boca y comencé a metérsela y sacársela a una velocidad pasmosa, moviendo mi cadera.

Por último, cuando yo había acabado en una forma espectacular y estaba tendido en la cama, completamente aturdido, ella rápidamente tomo mi grabador y saco la cinta comprometedora que en se encontraba. Seguramente pensó que había hecho algo muy inteligente, pero yo solo la deje hacer. Luego se retiró del cuarto, con todo su rostro aun embadurnado con mi leche y al mismo tiempo me especto:

Eres un bastardo…..un bastardo degenerado….

Yo mientras tanto continuaba tendido en la cama, con los ojos completamente cerrados, pensando en hermoso momento pasado, pues no necesitaba ver como ella se iba. La oí entrar al baño y me pareció sentir como si vomitara, lo cual no podía confirmar. Pero si luego el de la ducha, bajo la cual estuvo un largo tiempo.

Luego de un rato, empecé a volver a mis sentidos, recuperándome de los minutos pasados, y busque debajo de la almohada, hasta encontrar un pequeño botón negro conectado a un delgado cable que iba hacia la esquina del cuarto de donde habían provenido los clics.

Me levante un poco sobre la cama, y reorganizando mis pensamientos me dije, que tenía trabajo para hacer.

Mi abuela me evito por todo el resto del día, y me tuve preparar lo que quise comer. Luego aproveche y me fui hasta el pueblo para hacer unos trámites.

Mas tarde vi un poco de televisión, y a continuación de ello me dirigí a mi cuarto a realizar unos trabajos como mi hobby preferido.

A pesar del calor, esa noche dormí perfectamente, repitiéndose cientos de veces en mi mente, la imagen de mi abuela mamándose mi pija, pero nada de eso era comparable con lo que realmente había sentido, cuando ella me la estaba haciendo realmente.

Continúa la serie