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La mujer que mas he deseado I

Debo empezar diciendo que desde los 16 años fantaseo con mi Madre, ahora una mujer de 42 años divorciada y que siempre se ha preocupado por su físico, así que asiste a un gimnasio de la ciudad regularmente, como consecuencia un cuerpo que ya quisiera una de 20, alta de piel canela, unos senos grandes y firmes, piernas largas de muslos torneados y un sabroso trasero que me pone bien duro cada que lo veo.

Los regalos de Sandra

Nunca supe que hacer o como reaccionar, por lo que simplemente como idiota me quedé parado en aquel estacionamiento, viendo a mi esposa con la falda enrollada en la cintura, mientras que aquel hombre suponiendo que yo me encontraba aún en la fiesta, se disponía a gozarla.

El diario II

Luego ella me ha llevado mi cabeza a la entrepierna de su macho, mientras sus amigas se miraban y regocijaban, y le he abierto la bragueta, le he sacado su polla, que si es polla, mientras que lo mío se llama pito, y he acercado mi cara para besársela Pero ella me ha dicho que no, que parara.

Ulises y Ely IV

Recuerdas que hace tiempo te hable del puesto que quedaría vacante dentro de poco y te dije que yo lo quería a lo que contestaste que aun no sabías quien sería la persona idónea para esas funciones, pues le platique a Ely que yo estaría dispuesto a cualquier cosa por ese puesto pero que estaba seguro que la única manera de sobornarte sería con una mujer a lo que Ely me dijo que ella estaría dispuesta a seducirte por lo que yo quería.

Las fantasías de Lucas

Además, el sabor de la otra polla en su boca le agradaba cada vez más y se iba acostumbrando a tener la boca casi desencajada, aunque de vez en cuando el otro se empeñaba en meterle más y le provocaba arcadas.

Mi amiga Maite II

Cuando salió Maite, yo fui corriendo ayudarla con el desayuno, pero nada mas salir me quede petrificado, la verdad es que no me esperaba verla así, llevaba un tanga minúsculo de color rosa chillón, y por encima una pequeña camiseta, de esas que enseñaba el ombligo, bueno eso y mucho más, por que cuando levanto las manos para saludar a los chicos que aplaudían su tanga, cosa que me molestaba un poco, casi se le ven las tetas.

Esclavos en una isla

El tipo parecía que babeaba de gusto. Se olvido de un pequeño detalle, como estaba ansioso por seguir lamiéndole los senos olvido el vaso al costado de ella, luego los otros le gritaron que la dejara que cuando llegáramos a la isla, sería el momento de actuar y no ahora.

Mi primo el alcahuete

Hubo un momento en que yo no podía más y estaba a punto de correrme, así que la aparté, ella me pregunto si iba a correrme, cosa que no contesté, solo le dije que quería comérselo a ella, así que se quito el tanga y apareció ese coño depilado como ella me había contado por teléfono que lo tenia, que era prácticamente lo que mas me atraía de este encuentro esporádico, lo tenia totalmente depilado por la zona de los labios y en el pubis solo una delicada línea de pelo que le quedaba de infarto.

A cambio de mis hermanas I

La transparencia del camisón dejaba ver que debajo del mismo solo llevaba puestas unas preciosas braguitas de encaje, quedando su pecho claramente visible. Luis colocó sus manos en las tetas de Clara, que instintivamente se despertó. Antes de que pudiera gritar Luis se sentó encima de ella, le tapó la boca con una mano y con la otra, le sujetó sus brazos.

Cobrando antiguos rencores II

Yo me quedé sin palabras, no podía creer que Gabriel se prestara todos esos años para los antojos sexuales de Gonzalo. Pero aunque no lo pudiera creer, Gabriel se arrodilló delante de mí y manoteó mi bulto, despertándolo y sacándolo al encuentro de su boca, su succionadora diría yo. La chupó, la lamió, jugó golpeándola en su lengua, la saboreó. Parecía un adicto a mi verga, deseoso de toda la leche que pudiera dar. Gabriel es un tipo alto, con unas piernas trabajadas, al igual que su culo. Una piel muy blanca y unos ojos celestes cegadores.

Mi amiga I

Eran las cinco y media pasadas, estaba ella delante de su casa masturbándose con medio cuerpo dentro de un coche. Pensé que había perdido el juicio y le dije, entra que te van a ver, pero solo respondió “me da igual!” y en un ataque como de lujuria se subió el vestido dejando a la vista casi todo su culo. Por suerte a esas horas no había nada en la calle, pero si algún vecino hubiera salido sin duda no habría creído lo que hacia su vecina.

Mis amantes mayores

Les quiero decir que no me importa, que la quiero y que voy a seguir con ella". Mi madre, la madre de Minerva y Minerva misma se quedaron con los ojos de plato. Después de la sorpresa, reaccionaron compungidas: "Esa lagartona te va a arruinar la vida, es una loca (supongo que querían decir puta, pero era natural, porque aún no me había cogido a mi madre), divorciada, amargada, vieja, tiene muchos mas años que tú, no tienes futuro con ella, etcétera, etcétera, etcétera.

Entre primos

Con mi lengua recorría desde la base hasta el glande toda la extensión de su mástil. Lo besaba, lo lamía. Él me tomó de la cabeza y me ensartó la pija en la boca. Pude sentir mi nariz chocar contra los bellos de mi primo. Suavemente metía y sacaba su pija de mi boca, mientras me miraba lujurioso desde arriba.

Las pequeñas explosiones en el clítoris que tenemos las mujeres cuando nos calentamos

En ese entonces, trabajaba en una conocida empresa. Ahí conocí a Rodrigo, un compañero que, desde siempre, había querido llevarme a su cama, pero yo lo rechazaba, por mi situación de mujer casada y porque me parecía un tanto impertinente, ya que directamente me decía: "Como estás buena mamacita", "esas nalgas que tienes están apetecibles para una buena cogida", "me encantaría follarte hasta por la cola", "te propongo que le pongas los cuernos a tu marido", y cosas por el estilo.

Lo que me pasó a los 17 años me cambio la vida

A mis 17 años yo tenia el cuerpo ya casi completo de madurar, tenia mis pechos que crecían y se formaban redonditos y paraditos como yo deseaba y era caderona mi cintura llamativa a la vista de todos los hombres y lo que sí me enorgullezco son mis hermosas piernas que hasta luzco con felicidad, eran un par de piernas bien formadas con mis muslos que de pequeños a grandes hasta llegar a mi culo era algo bello verlas y causa de muchos problemas con los hombres por eso que no salía de casa muy seguido paraba encerrada sin salir.