Estando en una ciudad costera con mi novia y mi cuñada asistimos a una de esas típicas veladas de noches de hotel que suelen ser tan cutres, en ésta la estrella invitada era un hipnotizador de tres al cuarto, que pidió voluntarios para su show y les durmió para que hiciesen el ridículo un rato.
... sin más preámbulos se bajo del auto, la observé por largo rato mientras se alejaba moviendo sus caderas en modo infantil, saltando de vez en cuando como una niña …
Se acercó y me besó en los labios. Cuando pasó la mano por mis tetas bien de frente, no como si fuera una caricia casual, lógicamente tiene que haber sentido la dureza de mis pezones, pero siguió de largo para luego volver.
Cuando llegó estaba muy sexy. Debajo de un tapado largo llevaba un minivestido de tela acharolada negra con detalles dorados, botas de charol de taco algo y caña alta y muy bien peinada y maquillada. Parecía escapada de una tapa de revista.
A pesar de que todos me felicitaron por lo logrado, yo pensaba llegar más lejos con mi sueño, me enteré que pronto vendría a grabar un video clip muy famoso en la capital de mi país, como soy del interior entonces se me ocurrió la idea de hacerme de un club de fans, y así intentar llegar más fácil a él.
Comencé a moverme yo también al compás de la serruchada de aquellos dos machos impresionantes que me estaban enloqueciendo de goce. Movía la cola arriba y abajo lentamente y podía sentir cómo la sensación del orgasmo me llegaba lentamente. Me detenía y podía disfrutar la cogida sin que el orgasmo avanzara.
Lo más bonito de la fiestas es el pregón, ¡eso si que es bonito!, porque si además traen a un forastero famoso, de nivel eso sí: Jorge Javier Vázquez, Lina Morgan, Cristina Tárrega...y los reciben las autoridades del pueblo: la reina de las fiesta: la reina de las fiestas con su madre, las damas de honor con sus madres, los de la banda de música con sus madres... ¡Vamos, todas las madres del pueblo!!!
Yo le pregunte porque no un Martes, que es lo que realmente pasaba y de tanto insistirle me dijo que su ex pareja le había llamado el día Domingo y que lo había escuchado muy mal y que había hecho algo que incluso nunca lo hizo ni cuando andaban y era de que se había preocupado y por esa circunstancia llegaba éste cuate el día Martes y no tenia fecha para irse.( Para esto él es mayor que él y que yo y trabaja en el DF.).
Me acarició largamente las nalgas, me separó un poco las piernas, acercó la cara a mi agujerito y comenzó a lamerme el ano y la zona circundante hasta que quedó lubricada con su saliva y mis jugos.
El apretujaba mis nalgas con frenesí y yo me decidí a chupárselo en toda su longitud, entraba y salía de mi boca, yo apretaba mis labios lo más que podía para saborearlo mejor; y cuando menos lo esperé el dejó salir un gemido al tiempo que se vaciaba en mi boca. Salió tanto y con tanta fuerza que sentí que me ahogaba y me retiré, provocando que el resto de su semen salpicara mi cuello y mi barbilla.
Me encanta ser mujer, me fascina tener las partes adecuadas para gozar y hacer gozar, hasta el límite, con esos hermosos hombres que te penetran con su miembro viril en los insondables tesoros del sexo palpitando y ardiente. Ser penetrada y recibir los jugos del macho, es uno de los placeres más exquisitos que nos ofrece la naturaleza.
Esta vez Don Nelson y su hijo José Luis prostituyen a su hija Jessica y su madre Irene también corre con la misma suerte. Es una realidad este relato, quien quiera crerlo que lo haga, quien no, pues sencillamente no está obligado.
Luego los saqué y me los llevé a la boca, todo esto cerca de su oreja. Judith estaba con los ojos cerrados y con la respiración muy agitada. Si para mí estaba siendo excitante, para ella lo estaba siendo aún más, sobre todo cuando di con su clítoris y se lo froté hasta que explotó en un brutal orgasmo en el que gritó.
Cuando ya se la había quitado dejó de besarme y la contemplé, y ahí estaba ella desnuda con un tanga rojo que me estaba volviendo loco. Me levanté del sofá y se sentó ella espatarrada. Yo me coloqué en cuclillas con mis manos le aparté en tanga y empecé a chupar su coño como si mi vida me fuera en ello.
Se sabe también que las mujeres maduras son muy perspicaces y bueno notan siempre mas rápido las intenciones de algún hombre pero eso no quita que a ellas les gusta mucho ser observadas y queridas por los jóvenes ya que son también muy orgullosas con lo que son, y bueno eso a mi me fascina, bueno no alargare mas esto así que les contare:
Tenía cuatro manos en mis pechos, la lengua del andaluz entrelazándose con la mía, una verga chocándose con mi braga y mis muslos por detrás, unos dedos jugando en mis entrañas. El andaluz se hizo a un lado sin dejar mi boca ni mis pechos y el alemán pudo bajarme las bragas y meterme su lengua dentro de mí.
Me quedé helada. Le dije, nena, mira, tú sabes que yo soy sola, tu hijo es lindo y yo lo quiero mucho, realmente comencé con él porque me sentía muy sola, yo le gusto y él me gusta y de hecho desde que estoy con él no salgo con más nadie. Te juro que no lo voy a lastimar ni a engañar, no voy a jugar con sus sentimientos, te lo juro.... yo ya no sabía qué decir.
Trabajaba muchas horas, pero no me iba mal. Salía los sábados por la noche y volvía locos a todos los hombres a los que conocía, sin embargo, después de acostarme con más de quince sin haber tenido ni un solo orgasmo con ninguno de ellos perdí todo el interés por esos ligues de media noche pensando firmemente que el alcohol los hacía totalmente inútiles para satisfacerme.
Pasaron varios meses cuando una tarde llevé a mi hija se desencadenó una fuerte tormenta. Llovía torrencialmente y creí prudente quedarme hasta que parase un poco, porque era peligroso conducir con semejante lluvia.
El guitarrista estaba a mil y para ayudarlo un poco más, la mano que estaba jugando con sus testículos, la pasé un poco más allá y le metí un dedo al culo, el guitarrista gimió de dolor y de placer al mismo tiempo, entonces se lo metí hasta el fondo y mientras volvía a gemir, de vino en mi garganta.
No hay hombre por la calle que resista a mirárselas. Esto al principio creo en mi una sensación extraña entre celos y morbo pero al final me he ido acostumbrando e incluso he empezado a sacar partido de las situaciones.
Contemplé sus pezones sonrosados y me abalancé sobre ellos succionándolos con avidez. Ella me acariciaba el pene y sobre todo el glande con suavidad, llevándose la mano a la boca lamiéndolo provocativamente y con ganas mientras se dejaba arrastrar por mis lametones y apretones en sus senos. Bajé la punta de mi lengua por su esternón, su estómago, su ombligo, su coño depilado en una sugerente línea de pelos cortos.
Después ella se acostó de espaldas, boca arriba. Levantó sus piernas y le he sostenido arrodillado al final de su cuerpo y apoyando el otro brazo en el piso. La penetré dominando y poseyendo el control. La postura me permitió variar el sentido de la penetración y la apertura de las piernas. Ambos cuerpos corrían juntos la carrera para llegar al orgasmo y reflejábamos en el otro los más variados gestos de placer y lujuria.