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Mi mejor realidad

Con Vero me inicie en la vida sexual, con toda la torpeza del principiante. Tuve mis fracasos en la cama y me sentí morir en esos momentos. Trataba de no herir a Vero, tratándola con dulzura, aunque años después comprendí que a pesar de mi buena voluntad solo había hecho un muy mediocre papel como amante.

Laurita I

Me quedé a la sombra de un árbol, rogando a dios que no apareciera ningún gilipollas más a joder la marrana, y parece que surgió efecto. Hay veces que Dios es muy crédulo, jejeje. Tras degustar una buena comida, hay que joderse como traga la cabrona y lo bien que se mantiene, antes de pedir el postre le dije que antes de darle los apuntes tendríamos que ir a una papelería a fotocopiarlos, y que de paso me dejara los de hoy.

El mar y las vacaciones

El departamento con balcones al mar, los recibió, ella bajo las persianas corrió las cortinas y lo abrazó con un beso, con sus manos lo desvistió, el no hablaba hizo lo mismo con ella, sentando sus nalgas en la cama el erecto falo era una tentación repetida y deseada por ella sentó su vagina gozando cada milímetro de la penetración, a los pocos centímetros jugo en pequeños movimientos, saboreando el jugo preseminal con los labios de su sexo

Confesando mi intimidad

Cuando digo mentalmente me refiero a que en algunas ocasiones me he masturbado imaginando que me encuentro en plena acción con un hombre, llegando a excitarme más cuando actúo de manera pasiva y sumisa, no es usual que lo haga, pero he llegado al punto en oportunidades de introducirme objetos por mi ano para hacer un poco más real la fantasía de turno.

Escuela de hogar feminista II

Allí me encontraba yo, a cuatro patas, entregado completamente a esas tres mujeres, mi mujer y sus dos amigas. Ahora estaba a merced de Elena. Si bien mi aparato masculino me había dejado de servir, otro de mis pasadizos iba a ser poseído por uno de los tampones de Elena.

La amiga de Burbuja III

Burbuja metió la mano bajo el camisón con la intención de quitarle la pantaleta, pero al llegar al conejito, recordó que su ropa interior la tenia escondida Robin para usarla como amuleto, así que pudo tocar la tersa y delicada piel de Bombón directamente.

Lolita

Su cabello negro desordenado cayendo sobre su rostro, Dios mío que linda estaba, montada sobre mí, gimiendo muy bajito, los ojos idos, las manos tratando de quitar mechoncitos de cabello que se le pegaban en sus labios húmedos.

Masaje especial

Cuando abrió las piernas para facilitarle la tarea el masajista le introdujo la verga hasta el fondo. No tuvo inconvenientes porque ella ya estaba húmeda. La tomó de las tetas y empezó a moverse con toda velocidad buscando el orgasmo como un desesperado cuando se dio cuenta que la mujer estaba por acabar y le pedía que se la metiera fuerte. Al unísono acabaron gimiendo y gozando salvajemente.

Segunda vez

A los pocos minutos empecé a mover la cabeza y a succionarle la verga de manera mas confiada, me decía lo rico que sentía mi boca, mis dientes rozando sin lastimar, mi lengua, las paredes de mi boca, como chupaba queriendo mamar como un bebé, seguí hasta que saco su verga de mi boca y entonces me hizo levantar y me llevó al lavamanos...

En el banco

En un momento me pidió mi lapicero para endosar su cheque y me preguntó si era del interior del país; empezamos a conversar sobre la situación política y económica y los minutos pasaban; la fila iba avanzando y en un momento sentí que su cuerpo se acercó demasiado al mío y sentí su miembro en mis nalgas (acto seguido me dio un escalofrío de la excitación), él se dio cuenta y nuevamente reiniciamos la conversación.

Chingado otra vez por el gitano

El miércoles cuando llegué por la mañana y coincidimos en los vestuarios, estaba el gitano empezando a cambiarse de ropa. Cuando estuvo completamente desnudo, vi que tenía la polla totalmente empalmada. Se giró hacia mí, y mostrándome la verga, me dijo: Mira cómo me tienes payo. ¡Dios! Aquella visión hizo que me relamiera. Pasé la lengua por los labios, sin quitar la vista de aquella verga que me mostraba el gitano. En un instante me había puesto caliente a tope. La polla se me puso tiesa al momento, y el culo me temblaba, si llegamos a estar en otro sitio, me hubiera agachado y llevaría aquel manjar a mi boca.