Danielita siempre había sido para mí la hermanita menor de Federico, mi amigo de toda la vida, y por extensión algo así como mi propia hermanita menor... ...Con el correr del tiempo ella fue perdiendo el respeto que me tenía y me provocó de todas las maneras posibles, ocasionándome unas calenturas cada vez más difíciles de controlar... ...Hasta que llegó ese día...
Su físico me pone a mil: imaginaros una morena delgadita de 1,67 de estatura, con unas tetazas exuberantes y unos muslos que terminaban en un divino culo redondito. Pasé muchos años reprimiendo mis impulsos de follármela.
Cuando llegamos a los grandes almacenes, me llevo directamente a la planta de ropa para ella, no había casi nadie a esas horas y yo seguía detrás suya, mientras iba cogiendo ropa según íbamos pasando camino de los probadores, nos metimos en el probador mas alejado de la entrada y una vez dentro cerro la puerta, dejo caer toda la ropa en la silla y estaba clarísimo que no íbamos de compra.
Pronto un vaivén frenético, acompañado de gemidos y gritos por parte de ellas que obligo a Carlos y Juan a entrar en el dormitorio y cerrar la puerta. Allí estaban sus mujeres siendo folladas por el culo delante de ellos.
Encontré impresionante lo insaciable que resultaba ser mi madre. Por ser un lugar no muy recatado decidí guardar silencio y trate de bajarme del lado de la ventana, pero algo me obligo a volver a mirar y a deleitarme con la escena. Verla poseída por un viejo caduco y verde como el tío era simplemente morboso e inquietante. Pese a querer ver mas no pude ya que el lugar no era ideal para espiar, así
Despues de haber vivido una de las mejores experiencias de mi vida, sin imaginarlo ocurre algo todavia mejor.
Esa noche antes de salir vi que mi madre estaba vestida para el infarto; vestía un vestido largo, con una abertura en la pierna, el vestido era tan ajustado que se le marcaban las tetas y se podían apreciar los pezones bien duros y parados, junto a la tanguita bien cavada que llevaba, tenía tacos altos, el pelo humedecido con gel, su boca y uñas pintadas de rojo y la cara maquillada como una gata.
El negro puso a Elena de pie apoyada de manos contra el respaldo del sofá y procedió a sodomizarla. Elena gritaba: Párteme el culo negro cabrón, enséñale a mi marido como respondo, que soy una profesional, que yo no abandono mi trabajo a medio hacer. Lorena hazme lo que ya sabes.
La mire cuando se alejaba a dejar el bolso en la cómoda y vi lo hermosa que estaba. Algo chocaba en ella y en la imagen que tenia grabada de cuando se fue, tan hermosa y seductora con esos juegos de transparencias, ¡ su pelo ya no estaba recogido! ¿Cómo pudo soltarse? ¿Seria el baile? Se la notaba un poco bebida pero no borracha.
El por su parte comenzó a acariciar mi cola por debajo de mi pollera y luego se dirigió hacia mi concha la cual estaba totalmente empapada de ese flujo que tengo cada vez que me excito con tantas ganas.
La observe maravillado desfilar hasta la mesa del teléfono. y como su cuerpo quedaba a tras luz pude observar con lujo de detalles ese tremendo cuerpazo yo estaba totalmente excitado mi verga quería romper mi pantalón
Mayra ni siquiera escuchaba las burlas, sudaba profusamente y su respiración era agitada, tenía la imperiosa necesidad de permanecer quieta, absoluta y completamente quieta. Sus muslos estaban extremadamente tiesos debido a la forzada posición en la que la empalada joven permanecía.
Un ejemplo de la riqueza del lenguaje castellano es el número de acepciones de una simple palabra, como puede ser la muy conocida y frecuentemente utilizada, que hace referencia a los atributos masculinos, "cojones".
Fue una noche apasionada de excitacion y follamos durante horas sin cansarnos en los sitios mas excitantes.
Cuando cruzó por la puerta del aula caminando, tratando de disimular la incomodidad del vibrador, escuchó un murmullo de sorpresa y admiración. Trató de guardar la compostura, pero su voz sonaba agitada, quebrada, sensual.
Le doy un ultimo beso de despedida y medio de agradecimiento por una noche tan erótica, y salgo corriendo a mi oficina, agarro el portafolios, apago la luz, y bajo directamente a mi coche que estaba en el estacionamiento, de abajo.
Todo era tan pequeño que su ropa estaba a punto de romper la ropa. Fue a su cuarto, allí, fumando, sentada en una silla de mimbre, había una mujer que tal vez era una chica de dieciséis.
Pensé en cómo vería aquel lugar al día siguiente y me entró una risa nerviosa, incontenible, que me hacía golpear el fondo de aquel coñito excepcional que no quería dejarme.
Ese día por la mañana le preparé el desayuno a mi hermano y a mis padres y se fueron a sus trabajos. Mi hermano fue el ultimo pero antes de que se fuese, me abrazo y me beso en los labios muy apasionadamente.
El que tenia bien claro lo que tenia que hacer era el avispado mocoso, que ya se había situado entre sus muslos separados con sus bermudas bajadas hasta los tobillos. Los primos habían hecho un trabajo previo maravilloso, por lo que la entrada fue como la seda, metiendo su larga verga hasta los testículos en el primer empujón.