Primero la recibí casi tímidamente con la puntita de la lengua, después tomé su pezón con los labios y finalmente me tragué gran parte de su teta mientras mi lengua recorría incansable su aureola.
Mi tío volvió a casa, y seguimos con nuestros juegos sexuales; pero resulta que recibí una llamada de mi novio que venía de mi ciudad, entonces les pedí permiso a mis tíos para que se quedara en la casa, a él no le pareció la idea, pero ella dijo que sí, que podía usar la habitación de los huéspedes
Yo algunas veces fui a ese anexo y no me sorprendía ver tipos parados frente a los orinales luciendo enhiestas vergas de todos colores, tamaños y por qué no decirlo, sabores.
Yo me quedé muy nervioso con ganas de llamarle y decirle que quisiera perderme en sus brazos fuertes, total que quise olvidar el rato y me fui al baño, eran como las 11 de la noche, cuando me entra una cachondez y me decido ir a buscarlo me puse unos jeans y una playera y subo a la azotea, llegó y está abierto su cuarto,
El chico se levanta por la noche tras escuchar unos ruidos y descubre a su madre masturbándose mientras ve una película porno.
Cierto día me encontraba en la casa viendo televisión y jugando al Nintendo solo, ya que mis hermanos se fueron de rol y mis padres estaban de viaje, cuando llaman a la puerta y era Arturo, que venía un jeans ajustado y una playera azul que la hacían ver realmente sexy, buscaba a mi hermano y le dije se fue con mi primo y otros cabrones de rol
Yo casi no podía sentir más que esa gruesa verga rascando el interior de mi cuerpo y mi clítoris que parecía a punto de estallar, y me entregué a las sensaciones como si fuera la primera vez.
Era evidente que Eduardo era un verdadero experto eligiendo a las mujeres estas dos eran unas tremendas ninfómanas en cuanto descansaban un poco ya estaban pidiendo más guerra así que después de comernos tranquilamente unos bocadillos y tomarnos unas cervezas Eduardo y yo nos tumbamos sobre las toallas
Primero estábamos en la posición normal, pero fuimos cambiando varias posiciones e hicimos una realmente espectacular ella se monta encima mío con las piernas abiertas y gira tomando como eje mi verga y su punto central su concha con mi verga bien clavada en ella.
Nada más entrar el piso, Juana se quitó la túnica, quedándose con las braguitas solamente, el pepino de Juan, comenzó a levantarse y quitándose la ropa, se quedó en pelotas.
Se ha masturbado muchas veces, descubro, pero es virgen. No puedo penetrarla y no lo haré. Me masajeo el taladro. Se muere por taladrarla, pero no puedo permitirlo.
Comenzamos un mete y saca frenético, mientras me decía aaaaahgggg que rico papacito, no sabes cuanto me gusta mi amor. Soy sólo tuya mi amor, solo tuya. Seguíamos con nuestro mete y saca, llenos de lujuria, de placer y deseos, llenos de excitación.
Mi papá día con día me revisaba mis senos, me los acariciaba, los chupaba y me decía que me veía y me sentía más mujer que nunca.
Levanté las manos por sobre la cabeza, haciendo que mis tetas se levantarán todavía más dentro de su boca hirviente, y levanté las rodillas para que esa mano y los rayos del sol me acariciaran...
Después se recostó ella, el se puso a lamerle su vagina, entonces el otro negro se acercó y se quitó la bata, tenía un pene grandísimo igual que el otro y mi mamá sin decir nada se lo metió a la boca, hasta el fondo de su garganta, parecía un acto de circo de aquel que como espadas.
Ella dejó el alfiler para acercarse hasta mi pene, que comenzaba a descansar de su erección. Abrazó mi glande, lo estrujó entre sus brazos. Lo besó, lo lamió y se frotó contra él con furor, hasta conseguir que eyaculara otra vez.
No me aguanté y comencé a chupárselo cual niño a un helado en verano... traté de metérmela toda a la boca, cosa que al principio no pude, pero con un poco de comodidad, finalmente logré... él se echó en la cama y comencé a besarle los huevos...
Entonces Luis se levantó y me puso una mano en mi trasero y comenzó a acariciármelo, me mantuvo inclinada y con su dedo pulgar me frotaba en medio de las nalgas y por encima del vestido; comencé a sentirme muy caliente y le sonreí.
Desde aquel memorable polvazo en el parking, después de meses practicando cibersexo por chat en el trabajo, no habíamos vuelto a tener contacto físico, y sinceramente, lo echaba de menos.
Bese y recorrí con mi lengua sus hombros, cuello y espalda, mordisquee su culo y acaricie sus piernas, acaricie su vagina y sentí la terrible humedad y calor nuevamente, ella se volvió a doblar y abrió un poco sus piernas, yo aproveche para quitar la tanga y acariciar por abajo su clítoris.