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El esposo de mi hermana

Yo seguía mamando, después de todo la rudeza de su trato me gustaba, llego un momento en que veía salir toda húmeda esa verga y me la volvía a ensartar hasta la garganta, mientras mi rostro se hundía en su bello púbico, él me empujó, mi cabeza quedo pegada al árbol

Fascinación

Aquel miembro viril parecía cobrar vida propia, no podía dejar de mirarlo mientras sentía nuevamente en mi pantalón la presión que ejercía mi propia verga al crecer. En perspectiva y a la distancia casi diría que la sensación que sentí era de fascinación.

Dormido ni se siente

Todos estaban muy buenos, pero estos dos eran los que ocupaban mi atención y muchas veces me di cuenta al levantarme al baño durante la noche que todos tenían erecciones nocturnas, cuando menos al amanecer, sus sábanas eran unas carpas  sostenidas por sendos mástiles que yo deseaba conocer.

La esposa de mi cuñado

Por causas del destino tuve una discusión con mi novia en ese momento llego Vanesa a visitar a mi novia y luego de hablar un tiempo salió con mi novia, yo me fui y espere hasta la noche para buscar a mi novia, como no la encontré fui a casa de la madre de Vanesa la cual queda cerca de mi departamento a preguntar por mi novia

Su buen corazón para conmigo IV

Ella que siempre me había considerado su atleta, su niño, su chico de complexión atlética y bien definido, y era verdad, todo era verdad, practicaba atletismo, era delgado, fibroso, complexión atlética y cara de niño porque aunque que tenia 29 años aparentaba 5 menos, había veces que dependiendo de como se vistiera ella parecía mayor que yo, pero bueno esa es otra historia que no viene a cuento ahora.

Fin de semana en el camping

Me había hecho montones de pajas imaginando como sería el ver a Raúl follar, pero nunca hubiera imaginado que lo vería mas cerca de lo que nadie lo había visto ni lo vería jamás, ya que en sus sueños se esta follando a su novia pero en verdad era mi boca lo que estaba empezando a penetrar.

Seducido

Seguía siendo lamido, pero no solo mi tronco, también mis huevos les dio unas suaves lamidas que me tenían a mil, finalmente se decidió y lo fue introduciendo en su boquita, hábilmente la fue amoldando hasta poder metérsela toda, mientras yo solo gemía y le decía así chiquito cómetela toda, el magistralmente se la engullía toda y sus labios

Los seminaristas

A partir de la tercera vez sabíamos todas las poses sexuales inimaginables , sabíamos la practica, esa realidad que supero todas nuestras fantasías de adolescentes, en un momento determinado uno de los seminaristas marcaba en un kamasutra todas las posiciones y variantes