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Padre e hija se deseaban y no podían evitarlo, fue una sorpresa muy grata que les dio un giro a sus vidas

No pude apartar mis ojos pues su pequeño bañador dejo al descubierto una de sus nalgas, que se me antojaron firmes y suaves. Ella con toda naturalidad se arregló y procedió a servir los refrigerios. Platicamos un poco y trate de indagar si tenía algún amigo especial y de sus estudios. Ella me contesto:" hay tantos interesados pero ninguno me llaman la atención.