Un universitario decide, como último recurso, intentar encontrar trabajo en un burdel. (Primera parte de Banned Pleasure Palace)
A la mañana, me despertó con un beso en mi pija, fui al baño (el ya había ido), esta vez el 69 fue perfecto, ambos no gozamos mutuamente y tragamos todo, hasta despegarnos, dejando en claro que no seria la última vez.