Ese día comencé a tratarlo mejor y nos hicimos amigos de inmediato, a media semana ya jugábamos cuando regresaba del trabajo, me gustaba verlo mover la cola cuando me veía llegar y se pone a lamerme cuando me agacho a acariciarlo.
Como un amante tierno me lamía los jugos que se escurrían por mi culo y que poco antes me había inyectado dentro fue cuando voltie y le vi su enorme miembro me hacia cruces de como podía yo haber tenido dentro tan inmensa masa de carne, y eso sin contar que ya se le iba deshinchando.
En este tempo mi cariño se lo doy a brando, convirtiéndose en mi compañero ideal; claro como toda mujer espero encontrar a mi príncipe azul para entregarme a en el matrimonio; pero desde hace días mi cariño por brando y la no llegada de ese príncipe azul- han creado en mi pensamientos morbosos- que me dan miedo e inquietan.