Diario de vida VIII: Soledad 3
El asunto es que quede bastante alegre con las copas y así nos fuimos al dormitorio, en un estado de euforia que presagiaba una noche de lujuria, ya que soledad bebió mucho mas que yo y se encontraba sumamente mareada y con deseos de soltar todo tipo de amarras morales para disfrutar plenamente de una noche como hacia mucho que no lo pasaba.