Una inocente muchacha entra como novicia en un convento donde se toman muy en serio las penintencias.
Primero se las metió por un pie y ascendió hasta la pantorrila, después introdujo el otro pie y fue subiendose las bragas uniformemente. Lo hacía con detenimiento,haciendo una leve pausa de vez en cuando para desenrollarlas y ponerlas bien y después seguía subiéndoselas.
Clara tenía 18 años y vivía con sus padres, su hermana Mariana de 19 y su hermano Abel de 20. Sus hermanos siempre la molestaban con esa tendencia que tuvo desde pequeña hacia la religión, siempre dijo que sería monja, que su vocación religiosa estaba por encima de cualquier cosa y ellos se burlaban, no podían entender como Clara prefería quedarse horas y horas en la parroquia antes de estar jugando con sus amiguitas o sus muñecas.
Un internado de señoritas es el escenario del encuentro de los cuerpos adolescentes. Pero si se ven sorprendidas por una joven monja...