Después de ese primer contacto con Jhon, mi mundo cambió. Cada noche, antes de dormir, recordaba sus manos en mi cuerpo y esa sensación extraña pero rica que me hacía reír y temblar al mismo tiempo.
El dueño del restaurante me viste con ropas sexys y me gusta esa sensación de sentirme deseado.
Es el primer recuerdo que vino a mi memoria y no pude evitar sentir un deseo perdido en el tiempo.
Hasta ese momento, me consideraba heterosexual y no sabía si era simplemente curioso o algo más. Durante aproximadamente dos años y medio, estuve cerca de concretar citas con varias personas, pero siempre, por una razón u otra, terminaba cancelando.