Pisa el acelerador III
Aproveché para mirar para mi bota y ver una deportiva Nike inmaculadamente blanca con la marca en amarillo, me encantaba y mi polla debió llegar al límite de sus 17 cm. K empezó con su ritual de ahumarme, fingía interesarse por charlar conmigo para echarme todo el humo que podía en los ojos la nariz y la boca. Tosí y me froté los ojos en un par de ocasiones.