Unos días de descanso
Raúl y Ariel acercaron sus vergas para que se las limpiara también, se las chupé y lamí enteras, eso hizo que pronto estuvieran duras de nuevo, entonces Ariel quería cogerme por el culo, se puso acostado y me monté de espaldas a él, clavándome por el culo su dura verga, así lo cabalgué fuerte y entonces le pedí a Raúl que me la metiera por la concha, se puso sobre mí y me penetro, sentí mis agujeros llenos de verga, dos vergas cogiendome fuerte y duro hasta que me hicieron explotar de placer, acabé entre gritos y jadeos de excitación.