Grigio me follaba con una fuerza demencial, era como una locomotora en una alocada carrera, mis muslos y mis nalgas temblaban con la potencia de sus estocadas, me corrí como una loca, hasta perdí la noción del tiempo gozando su verga que nublaba mis sentidos, un océano de leche comenzó a inundar mi vagina, su verga parecía un submarino que disparaba torpedos de esperma hacía mi cérvix ...
Grigio entro, pero se vino detrás de mi sin abalanzarse a mis muslos, me hizo sentir culpable y arrepentida de haberlo hecho con otro ― tengo que recompensarlo … mi bebe necesita que le dé algo especial de mi ― reflexioné, él se mantenía a dos pasos de mi y yo me sentía rechazada y casi me hacía llorar, yo lo quiero a él, el otro no es nada para mí, podría decir que fue un desliz y nada más, pero él no se acercaba, así que decidí desnudarme toda y entregarme a él.