Amy y Rocco, por e-mail

Era un sábado por lo nache, mis papas habian ido de vacaciones y estaba muy aburrida, asi que decidi salir a una discoteca, me puse una blusa blanca semitransparente con un sostén azul cielo, una minifalda de tablones, unas tobilleras hasta las rodillas y unos zapatos negros. Tomé un taxi, el tipo no dejaba de ver el retrovisor y me veia las piernas, trató de ligarme, pero no pudo; entre a la disco y de inmediato muchos chicos se acercaron a mi, pero a ninguno le hice caso, yo lo que queria era bailar, asi que me subí a una de las jaulas individuales y me puse a bailar, estaba tan entrada en el baile que no me di cuenta de que se habia subido un chico, cuando me di cuenta estaba el tipo atras de mi sujetandome de la cintura, me di al vuelta a verlo,y era guapisimo!! como te llamas nena- me llamo Samantha, y tu?- Rocco, puedo bailar contigo?– claro!!

Era guapisimo, me puse a bailar con el, seguiamos como habiamos iniciado, el a mi espalda, pero ahora sujetandome de mis caderas, como la jaula era individual, cada movimiento que haciamos nos rozabamos demasiado, entonces me di la vuelta y seguimos bailanddo de frente, todos lo chicos de abajo solo nos veian, ademas de que con mi falda, no podian dejar de ver mis pantis azules, hacia mucho calor, por lo que me solte un par de botones de la blusa, suficiente para dejar ver buena parte de mis pechos, esto te excito, porque senti como se te puso duro algo bajo el pantalon, entonces me tomaste y me acercaste a ti para sentir tu sexo, entonces, yo habilmente me di la vuelta para dejar tu dureza entre mis nalgas, empezamos un vaiven ardiente, tu llevabas el ritmo, me empujabas al frente y yo atras.

De pronto ya no senti el pantalon, era tu pene el que estaba afuera, hiciste a un lado mis pantis y sin avisarme bruscamente me penetraste, al sentir la invasion tan profunda, casi me desmayo, pero tu me sujetaste y no me dejaste caer, con una mano me agarrabas mi cosita y con otra un seno, !estabamos haciendolo en frente de todos! nos veian asombrados, pero a nosotros no nos importaba, seguias penetrandome, de pronto me volteaste y me cargaste, como yo soy muy pequeña, me levantaste y me dejaste caer en tu pene yo me agarre a ti como mono, mientras tu me agarrabas las nalgas y me levantabas y me dejabas caer…

Pero en ese momento sali de dentro de ti y te dije que el resto te lo daria en mi casa. Tu me dijiste que te llevase a donde quisiera pero que lo hiciera pronto.

Salimos y me estaba esperando un impresionante cochazo con chofer.

Te lleve a mi casa y empezamos a besarnos, pero antes de que pudieras darte cuenta te habia atado con los brazos en cruz a unas argollas de la pared y abria la puerta dejando entrar al chofer. Tu indefensa me suplicabas que te dejara pero pronto ves que nos importa muy poco tu opinion.

Tu empiezas a asustarte mucho, no te esperabas ni mucho menos el verte encadenada de esa forma. La argollas son bastante gruesas, no te aprietan demasiado, pero son pesadas, y casi te cuesta sujetarlas. De momento estas completamente vestida, pero te temes lo peor, sobre todo cuando nos miras a los ojos a mi y a mi chofer, precisamente nuestras mirada no es de angelitos cariñosos. Estamos alli de pie, contemplando tu belleza, ahora estas sudando bastante, ademas en el coche hemos estado calentandonos, y tienes la camisa mitad dentro mitad fuera de la falda, muy abierta, y practicamente tus pechos asoman debajo del sujetador. Ves que el chofer esta super excitadisimo, asi que se saca la minga, y comienza a masturbarse, yo le miro con desprecio, y le hago una señal, no quiero que el muy estupido se corra asi antes de empezar. El me mira como un bobo y comprende lo que tiene que hacer.

Mientras yo me acerco a ti, tu sigues llorando y suplicando que te suelte, que quieres hacer el amor, pero solo conmigo y no asi, que no te haga daño. Entonces yo te beso con fuerza, mientras te cojo de los pechos y los aprieto con fuerza, notas mis dedos hundiendose en tus senos, la presion es muy alta, te estoy haciendo daño, intentas soltarte, pero mi lengua en tu boca te lo impide, cuando me quedo satisfecho, la emprendo con furia con tu ropa, empiezo a arrancartela, en a penas unos segundo soloo te quedan esos calcetines hasta las rodillas, me excita mucho el verte con ellos puestos.

Ahora me avalanzo sobre tus pechos de nuevo, pero es mi boca quien los posee, los chupa, los muerde, la otra mano de nuevo los atenaza y con la mano libre, empiezo a tocarte el sexo, estas realmente muy humeda, el show de la disco y del coche te ha puesto a punto de caramelo, eso me gusta, la verdad es que tuve que hacer muchos esfuerzos para no correrme en la discoteca cuando te estaba follando, aquella sensacion me puso a cien.

La verdad es que estabas muy humeda, tenias mucho miedo y temor, pero en cierta manera eso te hacia estar mas excitada, tenias sobre todo el dolor que te pudieramos infingir, pero estabas tan caliente. Entonces volvio mi chofer, el muy cabron habia aprovechado ya para quedarse en pelotas, y la verdad es que su verga no desmerecia en nada a la mia que ya habias probado. El tio traia dos enorme consoladores en cada mano, eran de esos metalicos, muy reluciente, acabados en una punta redondeada, tu gritaste, aquello te hacia pensar que te ibamos a sodomizar, y eso te daba mucho miedo.

Ademas tampoco andamos con muchos miramientos, te manejabamos con mucha experiencia, mientras que mi chofer te soltaba un poco de cadena para que asi pudiesemos ponerte con las rodillas en el suelo, casi a cuatro patas, pero realmente tus brazos quedaban detras de ti, manteniendote en esa postura, lo cual hacia que tus hombros sujetasen todo tu cuerpo, aquella postura te parecia bastante incomoda, pero te lo parecio mucho mas cuando mi chofer empezo a meterte uno de los consoladores por el coño, estaba muy frio, resbaladizo y humedo, comprobaste que la punta tenia un agujero por el que el chofer pulsando un boton sacaba un lubrificador que facilitaba perforarte, pero Dios, era tan grande, y cada vez mas dentro de tu coño, que dolor sentias,. Yo mientras procedia a desvestirme muy despacio delante de ti, viendote como sufrias, y gritabas y llorabas. Entonces a otra orden mia, el chofer comenzo una operacion similar en tu ano, ahora el dolor era insoportable, alguna vez habias paseado algun dedo por aquel orificio, pero sin llegar a penetrarlo nunca, pero aquel consolador era descomunal, notaste gran cantidad de lubrificante en tu culo, lo cual permitio que aquel colosal combo fuese empalandose en tu culo, tu cara era todo un poema, el gesto apretado del dolor, gimiendo como un animal, mi polla se puso tiesa, y la enfile hacia tu boca, que en aquel momento estaba completamente abierta en un grito de extremo dolor. La notaste dentro, casi en la garganta, te ahogaba, pero yo sabia muy bien sacartela de vez en cuando para que permitirte respirar. Te ordene que me la chupases, a duras penas podias cerrar los labios sobre mi verga y lamerla, te dolian los brazos, y el culo y el coño pensabas que estabas a punto de estallar y partirte en dos, pensaste en desmayarte, pero el dolor incluso te impedia hacerlo, ademas, cuando este era ya casi insoportable, yo le ordene a mi chofer que acabase con aquella fase, entoces aquellos dos consoladores abandonaron tus agujeros, al principio sentiste un alivio increible, pero parecia que algo te faltaba, no sabias por que, pero en cierta manera los echabas de menos, a pesar del dolor que te habian producido, los echabas de menos.

De todas maneras aquella sensacion no duraria mucho tiempo. Ahora yo me colocaba detras de ti, te cogi sin problemas de las rodillas y te puse en vilo, tenias el culo completamente abierto, asi que no me costo demasiado empalarte por detras, Dios, ahora mi polla llenaba tu culo vacio, de nuevo gritabas de dolor, pero ahora ya sentias mucho mas placer que dolor, pero el oir tus propios gritos te excitaba todavia mas. Ahora tu culo entraba y salia de mi polla, te deslizabas por ella como un mecanismo perfectamente engrasado.

Entonces mi chofer se pego a ti por delante, antes de que te dieses cuenta, el tio te la habia enchufado en el coño, otro grito de dolor placer, ahora estabas de nuevo repleta, te gustaba quejarte, gritar y suplicar, pero estabas chorreando. Nosotros te follabamos como bestias.

Notabas el sudor de nuestros cuerpos intercambiarse entre los tres, y entoces nuestras polla descargaban dentro de ti, que gritos de placer diste en aquel momento, te relamias al sentirse rellenada por nuestro liquido de lujuria, que ahora sentias deslizarse por tus piernas. Seguimos alli un buen rato, notaste como nuestras vergas se desinflaban, pero al poco, y continuando el balanceo, volvian a empinarse, fue algo increible, fue como sentirlas morir y nacer de nuevo, aquello se prolongo durante una eternidad, de nuevo las pollas tiesas penetrando hasta el fondo de tus orificios de placer, una y otra vez, durante el resto de la noche pudiste disfrutar de ellas, ademas comprendiste que el hacerte la martir, con tus gritos y quejidos no hacian mas que excitarnos mas a ti y a ti, y comportarnos cada vez mas salvajes, mas salvajes, y con ello mas placer, mas placer, mas placer.