Capítulo 3

I – Analu decidida a darme su culo

– Hola S., podés pasar ahora ?

– Sí Analu, dame unos 15 minutos -le respondí.

Después de haberla ayudado una vez y conociéndonos más, de vez en cuando Analu, la cuarentona deliciosa del sexto piso, me llamaba para tomar un café,… y coger.

Le encantaba coger de las más variadas formas y siendo bi, también tenía un círculo de mujeres con quien vivía aventuras.

Ya vivía en el edificio desde que era adolescente, se había casado y divorciado, y vivía sola.

Entre las primeras veces que pasé allí, esta vez fue especial y ya verán el porqué.

Luego de tomar mi café, como de costumbre, ella se insinuó desabrochando la blusa mientras me preguntaba si quería.

Me encantaba chuparle los pechos, ella se aceró y la besé en los labios, saboreando su lengua, y bajando lentamente para su cuello. Ella se mojaba toda con eso, riendo de placer, mientras desbrochaba toda la blusa y se quedaba de corpiño negro. Yo le chupé y mordí los pezones, primero despacio, después chupándolos con fuerza como ella ya me había enseñado.

Se os chupé alternadamente, pasando mis labios en chupones en el izquierdo mientras acariciaba y apretaba el pezón del derecho con mis dedos ya más hábiles. Analu se sacó el corpiño y apretándome a sus pechos se los chupé como había hecho con el corpiño. Ella disfrutaba el masaje y se acariciaba la concha por debajo de la ropa, cerrando sus ojitos negros y apretando su boquita dulce de rouge bien rojo.

-Vení- me dijo, invitándome al sofá. Me paré delante del sofá para que me desabroche el pantalón, que le encantaba hacer, y chuparme la pija aún con mi slip. Me miraba bien putita mordiendo despacio la cabezota ya dura de mi pija, que aumentaba pulsante a cada chupada. Me desnudé por entero y Analu me agarró, masajeándome las bolas y poniéndose la verga ya bien dura entera en la boca, yendo y viniendo despacio. Pasé mi mano por su nuca agarrando sus cabellos cortos y negros y empujando su cara para mi pija, firme, escuchando sus gemidos con la boca llena de pija. Ella estaba espléndida mismo con sus cuarenta y pico y yo con mis poco más de veinte años. Chupándome así podía ver su culo moviéndose en el sofá, sus piernitas finas y cortas locas de alegría. Y noté que además de unos condones, había un tubo grande y transparente en la mesita y servilletas de papel.

Ella se sentó y me pidió que la chupara. Me arrodillé entre sus piernas abiertas sujetándola de las rodillas y metí mi boca en su sexo. Los labios de la concha mojadísimos me hacían resbalar mi lengua, y mientras mecía en su clítoris con los dedos, mi lengua penetrada su concha, ella ya jadeando y suspirando mi nombre. Me llevó sus manos hasta sus tetas firmes , apretándolas mientras la chupaba, ella yadeando más pero manteniendo mi boca bien pegada mientras se movía como loca. Gozó corriéndose en mi boca, algo que ya hacíamos y a mí me dejaba loco de ganas de cogerla. Ella se dio vuelta quedando de cuatro e invitándome a que la cogiera. Le puse la verga despacio en la concha y comencé con algo que ya hacía, mojarme el pulgar de saliva y meterlo en su ano.

– Aaahhh sus un depravadito , mi corazón… -me dijo jadeante. Y me dijo algo que si no me contenía casi me corro de alegría:

– Quiero tu verga en mi culo hoy.

Y continuó:

– Pero te voy a enseñar , eh? Tenés que ser un buen aprendiz.

Me dio varias indicaciones y obedecí en todas.

Primero chupándole el culo delicioso, pasando la lengua despacio por la puertita y después metiendo hondo la lengua. Tomé el tubo transparente y volqué el gel en todo el ortito, metiendo primero un dedo (que resbalaba fácil), después dos dedos (que ya encontraron cierta resistencia y luego entraron despacito), y dejándolos hasta que la puertita del orto los acepte de buena gana, todo con placer y delicadeza. Ela estaba de cuclillas encima del sofá, de cuatro con el culo bien para arriba, y de vez en cuando acariciaba y chupaba su conchita feliz.

Así que me preparé la pija con un condón embadurnado de gel, y en pocos minutos mi pija aprendió cómo encajar la cabecita en ese culito lindo, Analu soltando un suave gemido, cerrando sus ojos y pidiendo para esperar. Así que esperé y luego ella me miró bien putita y me suplicó que la metiera, y allí centímetro a centímetro, gel y pija entrando en ese culo tan deseado. Parecía pequeño, mi pija de joven con todas las ganas entrando y Analu aprendiendo a modular con la u de mil maneras, bailando un poquito ese culo lindo en mi pija para encajarla bien.

Nunca había probado un anal y era completamente diferente de su concha, sentía mi pija más caliente y enteramente comprimida, además de que ver mi verga entera en su culo me deliraba.

Analu me miró en medio de mis pensamientos:

– Te gusta?

– Me encanta -le respondí de aliento entrecortado.

– Entonces metelo todo, despacio y con fuerza…

Comencé a ir y venir ya con la verga entera en su culo, ella vocalizando cada embestida, yo parado y ella de cuatro en el sofá, así que podía ponerla mi vara fuerte y decidido. Me pidió más fuerte. Ella deliraba cubierta en sudor y casi gritando, «qué pija deliciosa, metela entera hijo de puta, así», y todo eso, yo yendo y viniendo, preguntando si era muy grande, ela jugando o no «sííí hijo de puta, aaayy sí pero es deliciosa, me la aguanto toda», así que más dura se ponía y más fuerte ella gritaba.

Había comenzado con el condón pero ella sintiendo que ya me venía me pidió para sacarlo, así que saqué mi pija, la embadurné de gel y la metí no sin antes ver como ese culito ahora agrandado y feliz por mi visita me invitaba ahora a que entrase de nuevo, y así entró de una vez con todo placer. Sin aviso y sin control, mi pija estalló de leche, así que le llené el culo de placer caliente, gozando en chorros que Analu sentía y murmuraba que era una delicia.

Así quedamos unos minutos disfrutando del después de una deliciosa cogida, nuestra respiración volviendo al cuerpo. Nos limpiamos, y descansamos un poco. Ella se fue al baño mientras yo disfrutaba de revivir en mi mente todo lo que rápidamente había sucedido, y después también me tomé una ducha.

Pero no terminó porque Analu estaba bien fogosa.

II – Analu decidida a que le rompa el culo

Nos quedamos en el sofá viendo la tele bajito y hablando de amenidades. Ella demonstraba interés por mis estudios, y soltaba una que otra información de su trabajo. Al parecer había hechos unos extra y se había tomado un par de días de descanso. Alguna vez me dijo la empresa donde trabajaba pero lo olvidé, y con verguenza de preguntárselo nuevamente, solo había retenido en mi mente que trabajaba en el sector de compras de una industria.

Media hora de amenidades e intentos de Analu de descubrir si yo tenía novia (no tenía pero ella desconfiaba que sí), y cuando vi me apcariciaba la pija entre las preguntas. Claro que mi pija respondió, y más cuando Analu se sentó en el sofá a chupármela.

– Me encanta sentir tu pija creciendo en mi boca -dijo ella alternando con chupadas.

Yo estaba en las nubes y mal la oía, cuando me puso el condón con la boca bien putita y la llenó de gel, para sentarse en mi pelvis. Se movió ayudándose con la mano mientras yo veía la maniobra sintiendo que mi pija encontraba su camino. Se sentó en mi pija bajando despacio su culo feliz, y ya pude percibir la diferencia de cogérmela por la concha y por el ortito adorable, que ahora iba y venía despacio entre los suspiros de Analu.

Ella hizo casi todo el trabajo, subiendo y bajando cada vez más rápido, conmigo duro como un mármol sujetándola de la cintura. Sus pechos iban y venían y yo los chupaba y mordía de puro placer que me daba verla subiendo y bajando en mi pija.

Era maravilloso sentirla yendo y viniendo. De pronto Analu paró, se levantó para sentarse en el sofá y pidiendo que la agarre de frente. Su culo ya rojo y abiertito me llamó y de esta vez puede meterlo solo, despacio y con fuerza, con lo que ella soltó un gritito.

– Ah ! Así, vení, rompeme el orto ahora!

Y fui con todo, despacio, viendo Analu masajearse la concha, después rápido y como una locomotora con una bomba atõmica en uno de los vagones, me cogí ese culo metiendo fuerte, cada vez más fuerte y Analu incentivando con grititos a cada golpe, hasta que la escuché gozar y la concha estaba recontra mojada de su propio gozo.

Y así me corrí gozando en el culo de nuevo, de esta vez de condón porque el descontrol no me hizo ni sentirlo. Gozé que parecía aún más leche que antes, quería embadurnarla entera en mi placer.

Cuando saqué mi pija su culo atrevido y rojo pulsó agradeciendo y volvió lentamente a su normal. Analu me miraba sonriente cuando yo le decía como era maravillosa y puta y la llenaba de besos y chupones.

Así quedamos exhaustos, y descansamos mudos algunos minutos, descansamos y comimos el resto del día, y después me fui prometiendo volver en breve.